jueves, 3 de junio de 2021

Lectio Divina

 OH BANQUETE PRECIOSO Y ADMIRABLE!

 

El Hijo único de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, tomó nuestra naturaleza, a fin de que, hecho hombre, divinizase a los hombres.

 

Además, entregó por nuestra salvación todo cuanto tomó de nosotros. Porque, por nuestra reconciliación, ofreció, sobre el altar de la cruz, su cuerpo como víctima a Dios, su Padre, y derramó su sangre como precio de nuestra libertad y como baño sagrado que nos lava, para que fuésemos liberados de una miserable esclavitud y purificados de todos nuestros pecados.

 

Pero, a fin de que guardásemos por siempre jamás en nosotros la memoria de tan gran beneficio, dejó a los fieles, bajo la apariencia de pan y de vino, su cuerpo, para que fuese nuestro alimento, y su sangre, para que fuese nuestra bebida.

 

¡Oh banquete precioso y admirable, banquete saludable y lleno de toda suavidad! ¿Qué puede haber, en efecto, de más precioso que este banquete en el cual no se nos ofrece, para comer, la carne de becerros o de machos cabríos, como se hacía antiguamente, bajo la ley, sino al mismo Cristo, verdadero Dios?

 

No hay ningún sacramento más saludable que éste, pues por él se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el alma con la abundancia de todos los dones espirituales.

 

Se ofrece, en la Iglesia, por los vivos y por los difuntos, para que a todos aproveche, ya que ha sido establecido para la salvación de todos.

 

Finalmente, nadie es capaz de expresar la suavidad de este sacramento, en el cual gustamos la suavidad espiritual en su misma fuente y celebramos la memoria del inmenso y sublime amor que Cristo mostró en su pasión.

 

Por eso, para que la inmensidad de este amor se imprimiese más profundamente en el corazón de los fieles, en la última cena, cuando después de celebrar la Pascua con sus discípulos iba a pasar de este mundo al Padre, Cristo instituyó este sacramento como el memorial perenne de su pasión, como el cumplimiento de las antiguas figuras y la más maravillosa de sus obras; y lo dejó a los suyos como singular consuelo en las tristezas de su ausencia.

 

RESPONSORIO

 

R. Reconoced en el pan al mismo que pendió en la cruz; reconoced en el cáliz la sangre que brotó de su costado. Tomad, pues, y comed el cuerpo de Cristo; tomad y bebed su sangre. * Sois ya miembros de Cristo.

V. Comed el vínculo que os mantiene unidos, no sea que os disgreguéis; bebed el precio de vuestra redención, no sea que os depreciéis.

R. Sois ya miembros de Cristo.


OREMOS,

Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén



miércoles, 2 de junio de 2021

“ Nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti “, Frases de San Agustin

 


“ Nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti “, Frases de San Agustin


Primera lectura
Lectura del libro de Tobías 3, 1-11a. 16-17a
En aquellos días, con el alma llena de tristeza, entre gemidos y sollozos, recité esta plegaria:
«Eres justo, Señor, y justas son tus obras son justas; siempre actúas con misericordia y fidelidad, tú eres juez del universo.
Acuérdate, Señor, de mi y mírame; no me castigues por los pecados y errores que yo y mis padres hemos cometido.
Hemos pecado en tu presencia, hemos transgredido tus mandatos y tú nos has entregado al saqueo, al cautiverio y a la muerte, hasta convertirnos en burla y chismorreo, en irrisión para todas las naciones entre las que nos has dispersado.
Reconozco la justicia de tus juicios cuando me castigas por mis pecados y los de mis padres, porque no hemos obedecido tus mandatos, no hemos sido fieles en tu presencia.
Haz conmigo lo que quieras, manda que me arrebaten la vida, que desaparezca de la faz de la tierra y a la tierra vuelva de nuevo.
Más me vale morir que vivir porque se mofan de mí sin motivo y me invade profunda tristeza.
Manda que me libre, Señor, de tanta aflicción, déjame partir a la morada eterna.
Señor, no me retires tu rostro.
Mejor es morir que vivir en tal miseria y escuchar tantos ultrajes».
Sucedió aquel mismo día que Sara, hija de Ragüel, el de Ecbatana, en Media, fue injuriada por una de las criadas de su padre; porque había tenido siete maridos, pero el malvado demonio Asmodeo los había matado antes de consumar el matrimonio, según costumbre. La criada le dijo:
«Eres tú la que matas a tus maridos. Ya te has casado siete veces y no llevas el nombre de ninguno de ellos. ¿Por qué nos castigas por su muerte? ¡Vete con ellos y que nunca veamos hijo ni hija tuyos!».
Entonces Sara, llena de tristeza, subió llorando al piso superior de la casa con el propósito de ahorcarse. Pero, pensándolo mejor, se dijo: « Solo serviría para que recriminen a mi padre. Le dirían que su hija única se ahorcó al sentirse desgraciada. No quiero que mi anciano padre baje a la tumba abrumado de dolor. En vez de ahorcarme, pediré la muerte al Señor para no tener que oír más reproches en mi vida».
Entonces extendió las manos hacia la ventana y oró.
En aquel instante, la oración de ambos fue escuchada delante de la gloria de Dios, el cual envío al ángel Rafael para curarlos: a Tobit, para que desaparecieran las manchas blanquecinas de sus ojos y pudiera contemplar la luz de Dios; a Sara hija de Ragüel, para darla en matrimonio a Tobías, hijo de Tobit, liberándola del malvado demonio Asmodeo. Tobías tenía más derecho a casarse con ella que cuantos la habían pretendido.
Palabra de Dios


Después de haber perdido sus bienes, Tobit se ha quedado ciego a consecuencia de un accidente fortuito. Como buen judío, Tobit acepta su situación y se reconoce pecador delante de Dios, a cuya voluntad quiere permanecer fiel. Confía plenamente en la providencia de Dios a pesar de sus padecimientos.  Por otro lado, Sara, aquejada también de desgracias humillantes, recurre a Dios para que la libere, bien con la muerte, bien con un cambio de su penosa situación. Tanto la situación de Tobit y de Sara, nos muestran lo importante que es tener la confianza puesta en el Señor como también manifestar la gratitud al buen Dios a pesar de las tribulaciones que estemos padeciendo.

No podemos caer en el error de desconfiar de Dios, pues, aunque con frecuencia permite que el mal haga estragos incluso entre la buena gente (como ocurrió también en el caso de Job), tarde o temprano tiende su mano misericordiosa para rehabilitar a quienes han padecido durante un tiempo más o menos largo.

No olvidemos las Palabras de Pablo, “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom 8, 31). Es una invitación a fiarnos siempre de la bondad providente de nuestro Dios, que vela sobre nosotros aun cuando, a veces, todo a nuestro alrededor parezca oscuro y desolador.

Salmo  24 R/. “A ti, Señor, levanto mi alma”

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,18-27
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano".
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».
Palabra del Señor


Alguna vez te has preguntado qué pasa después de la muerte de este cuerpo?

Algunos hablan de reencarnación, lo cual no es cristiano. Otros piensan que se trata de la prolongación de la vida presente.  Es algo totalmente distinto, es otro mundo y no se puede razonar aplicando los criterios de aquí. Los bienaventurados “serán como ángeles”, en el sentido de que su vida estará centrada ante todo en la alabanza y en el servicio de Dios. Ahi esta la respuesta!

Escuche algo bien bonito del Padre Jorge Mario de los Frailes de los carmelitas descalzos, “ Nosotros aquí somos una gota del amor de Dios y cuando nuestro cuerpo se transforme y deje de existir en esta vida, dejamos de ser esa gota de amor de Dios para convertirnos en un mar infinito de amor en ese corazón divino que es el Padre que está en el cielo”.  

No podemos entender la resurrección desde nuestras categorías terrenas y limitadas, sino que la debemos de aceptar como un misterio de fe ; Además quiero retomar lo que decía San Agustin, “ Nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti “, lo que significa que estamos destinados para vivir siempre con él. Esta verdad nos debe traer paz, confianza, esperanza y alegría con aquellos seres queridos que ya no están en este mundo. Ellos ya están viviendo en el corazón misericordioso de Dios

Ahora es momento de que nos hagamos preguntas profundas como son …

¿Cómo quieres que te recuerden?
¿Cuánto amor has dado?
¿Cómo entendemos nosotros eso de “vivir para siempre”?
¿Creemos de verdad que Dios cuida ahora de nosotros y nos concederá después vivir para siempre?

Un día salimos de ti Señor para caminar en este peregrinar de la vida. Tu nos enseñaste que no podemos caminar de cualquier manera sino dejando huellas de tu amor. Te he fallado, porque muchas veces yo no he sido la extensión de tu amor por mi falta de perdón, de caridad, de servicio, de desesperanza. Hoy me recuerdas que debo de caminar como una verdadera hij@ de Dios, llevando amor hasta que duela, ofreciendo el perdón a quien menos lo merece, gastando mi vida sirviendo a los demás como tu lo hiciste. Dame la gracia Señor de caminar contigo y para mis hermanos, que no me canse de caminar una milla extra con aquel quien lo necesita. Que permanezca en la fe para no caer en la infidelidad de tu amor, de llamarte y buscarte en mis momentos de tristeza y soledad. Un dia nos hiciste para ti, nos dejaste volar desde nuestra libertad, pero siempre estuviste cerca protegiéndonos y bendiciendonos. Llegara un dia que este cuerpo se transformara y volveremos a ti, y solo quiero llegar con mis manos llenas de tu amor que fue dejando en las huellas de la vida como signo del amor de Dios, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

Lectio Divina

 LA IGLESIA O CONVOCACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS


La Iglesia se llama católica o universal porque está esparcida por todo el orbe de la tierra, del uno al otro confín, y porque de un modo universal y sin defecto enseña todas las verdades de fe que los hombres deben conocer, ya se trate de las cosas visibles o invisibles, de las celestiales o las terrenas; también porque induce al verdadero culto a toda clase de hombres, a los gobernantes y a los simples ciudadanos, a los instruidos y a los ignorantes; y, finalmente, porque cura y sana toda clase de pecados sin excepción, tanto los internos como los externos; ella posee todo género de virtudes, cualquiera que sea su nombre, en hechos y palabras y en cualquier clase de dones espirituales.

Con toda propiedad se la llama Iglesia o convocación, ya que convoca y reúne a todos, como dice el Señor en el libro del Levítico: Convoca a toda la asamblea a la entrada de la Tienda de Reunión. Y es de notar que la primera vez que la Escritura usa esta palabra «convoca» es precisamente en este lugar, cuando el Señor constituye a Aarón como sumo sacerdote. Y en el Deuteronomio Dios dice a Moisés: Convoca el pueblo a asamblea, para que yo le haga oír mis palabras y aprendan a temerme. También vuelve a mencionar el nombre de Iglesia cuando dice, refiriéndose a las tablas de la ley: Y en ellas estaban escritas todas las palabras que el Señor os había dicho en la montaña, de en medio del fuego, el día de la iglesia o convocación; es como si dijera más claramente: «El día en que, llamados por el Señor, os congregasteis.» También el salmista dice: Te daré gracias, Señor, en medio de la gran iglesia, te alabaré entre la multitud del pueblo.

Anteriormente había cantado el salmista: En la iglesia bendecid a Dios, al Señor, estirpe de Israel. Pero nuestro Salvador edificó una segunda Iglesia, formada por los gentiles, nuestra santa Iglesia de los cristianos, acerca de la cual dijo a Pedro: Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no la derrotarán.

En efecto, una vez relegada aquella única iglesia que estaba en Judea, en adelante se van multiplicando por toda la tierra las Iglesias de Cristo, de las cuales se dice en los salmos: Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la iglesia de los fieles. Concuerda con esto lo que dijo el profeta a los judíos: Vosotros no me agradáis -dice el Señor de los ejércitos-, añadiendo a continuación: Desde el oriente hasta el poniente es grande mi nombre entre las naciones.

Acerca de esta misma santa Iglesia católica escribe Pablo a Timoteo: Sabrás ya de este modo cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.

RESPONSORIO    1Pe 2, 9-10

R. Vosotros sois linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios, * para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
V. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo sois ahora pueblo de Dios.
R. Para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor Dios, cuya providencia no se equivoca en sus designios, te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo lo que pueda causarnos algún daño, y nos concedas lo que pueda sernos de provecho. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

martes, 1 de junio de 2021

La raíz de todos nuestros problemas es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas.

 


La raíz de todos nuestros problemas es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas.  


Primera lectura
Lectura del libro de Tobías 2,9-14:
Yo, Tobit, en la noche de Pentecostés, después de enterrar el cadáver,salí al patio y me recosté en la tapia, con la cara descubierta porque hacía calor. No había advertido que sobre la tapia, encima de mí, había gorriones. Sus excrementos caliente me cayeron sobre los ojos y me produjeron unas manchas blanquecinas.
Acudí a lo médicos para que me curaran; pero cuanto más remedios me aplicaban, más vista perdía a causa de las manchas; hasta que termine totalmente ciego. Cuatro años permanecí sin ver. Todos mis parientes se mostraron afligidos. Ajicar me cuidó durante dos años, hasta que marchó a Elimaida.
En tal situación, para obtener algún dinero, mi mujer, Ana, tuvo que trabajar en labores femeninas tejiendo lanas. Los clientes le abonaban el precio a la entrega del trabajo. Un día, el siete de marzo, terminó una pieza de tela y la entregó a los clientes. Estos, además de darle toda la paga, le regalaron un cabrito. Cuando ella entró en casa, el cabrito se puso a balar.
Yo entonces llamé a mi mujer y le pregunté:
«¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a su dueño. No podemos comer cosas robadas».
Ella me aseguró:
«Es un regalo que me han hecho además de pagarme».
No la creí y, avergonzado por su comportamiento, insistí en que se lo devolviera a su dueño.
Entonces ella me replicó:
«¿Dónde están tus limosnas y buenas obras? Ya ves de que te han servido».
Palabra de Dios


La primera lectura nos trae a Tobias, un hombre fiel cumplidor de la ley, muy generoso en las limosnas y ferviente cumplidor del mandato divino de dar sepultura a los muertos. La historia de este hombre nos trae como enseñanza que ha pesar de que sufrió persecución y burlas él permaneció constante en sus buenas obras.

Después de hacer una buena obra, como era de enterrar a un judio, se sentó agotado, junto a la tapia de su casa a descansar, con tan mala suerte que le cayeron excrementos de pájaro en ambos ojos, perdiendo la visión y, aunque consultó a distintos médicos, no consiguió mejorar. Este relato trae a mi memoria las veces que le hemos practicado la misericordia y como las personas nos pagan de mal. Extendemos a alguien la mano y terminan ellos clavándonos un cuchillo por la espalda. A pesar de que Tobias perdió su visión no maldijo su situación a Dios sino que permaneció fiel.

Tobias por causa de su ceguera llegó a estar en dificultades económicas y las burlas de sus vecinos que le echaban en cara para que le había servido todas las limosnas y buenas acciones que había realizado, pero él les contestaba que no fueran así, ya que pertenecían a un pueblo elegido y santo que esperaba la vida que Dios da a los que son firmes en su fe.

Su mujer se vio obligada a trabajar para otros, para ganar el sustento; un día le ofrecieron como regalo un cabrito, al llevarlo a casa Tobías pensó que podía ser robado e insistió a su mujer para que lo devolviera, pues la ley no les permitía tocar ni comer algo que fuera robado. Esto fue motivo para que su propia esposa comenzara a reprocharle para qué le había servido ser generoso y bueno, para acabar viéndose ciego e impotente.

Tobias no solo está presionado por sus vecinos sino también por su mujer. Podríamos pensar que a Él no le importaba lo que ellos le decían, pero humanamente nos afecta. Aunque en la lectura no nos lo dice, fácilmente Tobias era un hombre orante y en su oración encontró la fortaleza para permanecer firme en Dios.

Pidámosle al Señor que nos ayude a poner los ojos de la fe en Él y que a pesar de las adversidades de la vida no nos dejemos desanimar, porque nuestra fortaleza está en la oración, la oración es el camino que nos acerca a Dios. .  

Salmo 111,1-2.7-8.9 R/. El corazón del justo está firme en el Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,13-17
En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».
Adivinando su hipocresía, les replicó:
« ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».
Se lo trajeron. Y él les preguntó:
«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».
Le contestaron:
«Del César».
Jesús les replicó:
-«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Palabra del Señor


Jesús ante la pregunta ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?, Él les dice “¿Por qué me tentáis?”

Los fariseos y herodianos se esforzaban en intentar “engatusar” a Jesús con preguntas de doble intención, buscando ponerle en un aprieto. En principio, la pregunta era una doble trampa, si dice que si se debe pagar el tributo, le acusarían de traidor y vendido al opresor. Si dice no, lo acusarían de revolucionario y que niega el respeto debido al Cesar. La respuesta que da Jesús es, sencillamente, genial, no se compromete reconociendo la efigie del Cesar, ni tampoco se opone a que los judíos cumplan sus obligaciones tributarias. Los judíos no podían admitir la imagen del Cesar como divinidad, pero, sin embargo, si utilizaban el denario como moneda de uso corriente, pues para ellos era el equivalente al salario diario de un recolector. Les pone en evidencia desmontando la incoherente pregunta que le han realizado. Si la moneda con la que se paga el tributo lleva la imagen del Cesar, pues “dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.
 
No pretendamos entremezclar lo que es temporal con lo divino, pero eso no significa que debamos inhibirnos de la defensa del débil, de luchar por la igualdad de todos los hombres, en procurar el bienestar para todos, no olvidando que todos somos Hijos de Dios y, como tales, todos tenemos derechos y obligaciones, pero siempre respetando la libertad del otro.

Es triste como algunos utilizan la defensa del débil, la lucha por la igualdad de todos los hombres, el bienestar para todos para sacar beneficio propio, por ejemplo algunos políticos que hablan de igualdad y vamos a mirar sus cuentas bancarias cada vez más grandes. Cuando proponen un cambio en las leyes son los primeros que las rechazan porque esto les afecta sus ingresos, o quizás aprueban ciertas leyes porque por debajo hay intereses personales que les permitirá tener un buen margen de ganancia. La raíz del problema es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas, por eso hay más divorcios, abusos, injusticia, odios, resentimientos, divisiones, y desigualdad.

Hoy el evangelio nos invita a llevar a Dios a donde vayamos, a las familias, al grupo de amigos, a las instituciones. No podemos dejar a Dios en el templo. Dios necesita que tu y yo llevemos el evangelio vivo a la realidad en la que vivimos.

Mi amado Jesús, hoy me recuerdas que los problemas que vivimos es por causa de haberte sacado de nuestras vidas, por eso hay más divorcios, abusos, injusticia, odios, resentimientos, divisiones, y desigualdad. Necesito volver al primer amor porque Tú ordenas mi vida, y al tener orden, significa que mis prioridades y mis sentimientos no son los míos sino los tuyos. Esto me permitirá tener un compromiso social con tu iglesia y así poder ayudar a los débiles.  Dame la gracia de amar de corazón Tus mandatos Señor para que ellos se hagan vida en mi vida, llevarte a donde vaya, primeramente a mi familia, al grupo de amigos, a las instituciones. Tenemos un Dios que no está en las alturas sino que está vivo  a través de la realidad en la que vivimos. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Lectio Divina

 HE ABRAZADO LAS VERDADERAS ENSEÑANZAS DE LOS CRISTIANOS

 

Aquellos santos varones, una vez apresados, fueron conducidos al prefecto de Roma, que se llamaba Rústico. Cuando estuvieron ante el tribunal, el prefecto Rústico dijo a Justino:

«Antes que nada, profesa tu fe en los dioses y obedece a los emperadores.»

Justino respondió:

«No es motivo de acusación ni de detención el hecho de obedecer a los mandamientos de nuestro Salvador Jesucristo.»

Rústico dijo:

«¿Cuáles son las enseñanzas que profesas?»

Respondió Justino:

«Yo me he esforzado en conocer toda clase de enseñanzas, pero he abrazado las verdaderas enseñanzas de los cristianos, aunque no sean aprobadas por los que viven en el error.»

El prefecto Rústico dijo:

«¿Y tú las apruebas, miserable?»

Respondió Justino:

«Así es, ya que las sigo según sus rectos principios.»

Dijo el prefecto Rústico:

«¿Y cuáles son estos principios?»

Justino respondió:

«Que damos culto al Dios de los cristianos, al que consideramos como el único creador desde el principio y artífice de toda la creación, de todo lo visible y lo invisible, y al Señor Jesucristo, de quien anunciaron los profetas que vendría como mensajero de salvación al género humano y maestro de insignes discípulos. Y yo, que no soy más que un mero hombre, sé que mis palabras están muy por debajo de su divinidad infinita, pero admito el valor de las profecías que atestiguan que éste, al que acabo de referirme, es el Hijo de Dios. Porque sé que los profetas hablaban por inspiración divina al vaticinar su venida a los hombres.»

Rústico dijo:

«Luego, ¿eres cristiano?»

Justino respondió:

«Así es, soy cristiano.»

El prefecto dijo a Justino:

«Escucha, tú que eres tenido por sabio y crees estar en posesión de la verdad: si eres flagelado y decapitado ¿estás persuadido de que subirás al cielo?»

Justino respondió:

«Espero vivir en la casa del Señor, si sufro tales cosas, pues sé que, a todos los que hayan vivido rectamente, les está reservado el don de Dios para el fin del mundo.»

El prefecto Rústico dijo:

«Tú, pues, supones que has de subir al cielo, para recibir un cierto premio merecido.»

Justino respondió:

«No lo supongo, lo sé con certeza.»

El prefecto Rústico dijo:

«Dejemos esto y vayamos a la cuestión que ahora interesa y urge. Poneos de acuerdo y sacrificad a los dioses.»

Justino dijo:

«Nadie que piense rectamente abandonará la piedad para caer en la impiedad.»

El prefecto Rústico dijo:

«Si no hacéis lo que se os manda, seréis atormentados sin piedad.»

Justino respondió:

«Nuestro deseo es llegar a la salvación a través de los tormentos sufridos por causa de nuestro Señor Jesucristo, ya que ello será para nosotros motivo de salvación y de confianza ante el tribunal de nuestro Señor y Salvador, que será universal y más temible que éste.»

Los otros mártires dijeron asimismo:

«Haz lo que quieras; somos cristianos y no sacrificamos a los ídolos.»

El prefecto Rústico pronunció la sentencia, diciendo:

«Por haberse negado a sacrificar a los dioses y a obedecer las órdenes del emperador, serán flagelados y decapitados en castigo de su delito y a tenor de lo establecido por la ley.»

Los santos mártires salieron, glorificando a Dios, hacia el lugar acostumbrado y allí fueron decapitados, coronando así el testimonio de su fe en el Salvador.

 

RESPONSORIO    Cf. Hch 20, 20. 21. 24; Rm 1, 16

 

R. No he ahorrado medio alguno al insistiros a creer en nuestro Señor Jesús; * a mí no me importa la vida; lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. Aleluya.

V. No me avergüenzo del Evangelio; es, en verdad, poder de Dios para salvación de todo el que crea, primero de los judíos y luego de los gentiles.

R. A mí no me importa la vida; lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. Aleluya.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Dios nuestro, que enseñaste a san Justino a descubrir en la locura de la cruz la incomparable sabiduría de Jesucristo, concédenos, por la intercesión de éste mártir, la gracia de alejar los errores que nos cercan y de mantenernos siempre firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...