martes, 1 de junio de 2021

La raíz de todos nuestros problemas es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas.

 


La raíz de todos nuestros problemas es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas.  


Primera lectura
Lectura del libro de Tobías 2,9-14:
Yo, Tobit, en la noche de Pentecostés, después de enterrar el cadáver,salí al patio y me recosté en la tapia, con la cara descubierta porque hacía calor. No había advertido que sobre la tapia, encima de mí, había gorriones. Sus excrementos caliente me cayeron sobre los ojos y me produjeron unas manchas blanquecinas.
Acudí a lo médicos para que me curaran; pero cuanto más remedios me aplicaban, más vista perdía a causa de las manchas; hasta que termine totalmente ciego. Cuatro años permanecí sin ver. Todos mis parientes se mostraron afligidos. Ajicar me cuidó durante dos años, hasta que marchó a Elimaida.
En tal situación, para obtener algún dinero, mi mujer, Ana, tuvo que trabajar en labores femeninas tejiendo lanas. Los clientes le abonaban el precio a la entrega del trabajo. Un día, el siete de marzo, terminó una pieza de tela y la entregó a los clientes. Estos, además de darle toda la paga, le regalaron un cabrito. Cuando ella entró en casa, el cabrito se puso a balar.
Yo entonces llamé a mi mujer y le pregunté:
«¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a su dueño. No podemos comer cosas robadas».
Ella me aseguró:
«Es un regalo que me han hecho además de pagarme».
No la creí y, avergonzado por su comportamiento, insistí en que se lo devolviera a su dueño.
Entonces ella me replicó:
«¿Dónde están tus limosnas y buenas obras? Ya ves de que te han servido».
Palabra de Dios


La primera lectura nos trae a Tobias, un hombre fiel cumplidor de la ley, muy generoso en las limosnas y ferviente cumplidor del mandato divino de dar sepultura a los muertos. La historia de este hombre nos trae como enseñanza que ha pesar de que sufrió persecución y burlas él permaneció constante en sus buenas obras.

Después de hacer una buena obra, como era de enterrar a un judio, se sentó agotado, junto a la tapia de su casa a descansar, con tan mala suerte que le cayeron excrementos de pájaro en ambos ojos, perdiendo la visión y, aunque consultó a distintos médicos, no consiguió mejorar. Este relato trae a mi memoria las veces que le hemos practicado la misericordia y como las personas nos pagan de mal. Extendemos a alguien la mano y terminan ellos clavándonos un cuchillo por la espalda. A pesar de que Tobias perdió su visión no maldijo su situación a Dios sino que permaneció fiel.

Tobias por causa de su ceguera llegó a estar en dificultades económicas y las burlas de sus vecinos que le echaban en cara para que le había servido todas las limosnas y buenas acciones que había realizado, pero él les contestaba que no fueran así, ya que pertenecían a un pueblo elegido y santo que esperaba la vida que Dios da a los que son firmes en su fe.

Su mujer se vio obligada a trabajar para otros, para ganar el sustento; un día le ofrecieron como regalo un cabrito, al llevarlo a casa Tobías pensó que podía ser robado e insistió a su mujer para que lo devolviera, pues la ley no les permitía tocar ni comer algo que fuera robado. Esto fue motivo para que su propia esposa comenzara a reprocharle para qué le había servido ser generoso y bueno, para acabar viéndose ciego e impotente.

Tobias no solo está presionado por sus vecinos sino también por su mujer. Podríamos pensar que a Él no le importaba lo que ellos le decían, pero humanamente nos afecta. Aunque en la lectura no nos lo dice, fácilmente Tobias era un hombre orante y en su oración encontró la fortaleza para permanecer firme en Dios.

Pidámosle al Señor que nos ayude a poner los ojos de la fe en Él y que a pesar de las adversidades de la vida no nos dejemos desanimar, porque nuestra fortaleza está en la oración, la oración es el camino que nos acerca a Dios. .  

Salmo 111,1-2.7-8.9 R/. El corazón del justo está firme en el Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,13-17
En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».
Adivinando su hipocresía, les replicó:
« ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».
Se lo trajeron. Y él les preguntó:
«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».
Le contestaron:
«Del César».
Jesús les replicó:
-«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Palabra del Señor


Jesús ante la pregunta ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?, Él les dice “¿Por qué me tentáis?”

Los fariseos y herodianos se esforzaban en intentar “engatusar” a Jesús con preguntas de doble intención, buscando ponerle en un aprieto. En principio, la pregunta era una doble trampa, si dice que si se debe pagar el tributo, le acusarían de traidor y vendido al opresor. Si dice no, lo acusarían de revolucionario y que niega el respeto debido al Cesar. La respuesta que da Jesús es, sencillamente, genial, no se compromete reconociendo la efigie del Cesar, ni tampoco se opone a que los judíos cumplan sus obligaciones tributarias. Los judíos no podían admitir la imagen del Cesar como divinidad, pero, sin embargo, si utilizaban el denario como moneda de uso corriente, pues para ellos era el equivalente al salario diario de un recolector. Les pone en evidencia desmontando la incoherente pregunta que le han realizado. Si la moneda con la que se paga el tributo lleva la imagen del Cesar, pues “dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.
 
No pretendamos entremezclar lo que es temporal con lo divino, pero eso no significa que debamos inhibirnos de la defensa del débil, de luchar por la igualdad de todos los hombres, en procurar el bienestar para todos, no olvidando que todos somos Hijos de Dios y, como tales, todos tenemos derechos y obligaciones, pero siempre respetando la libertad del otro.

Es triste como algunos utilizan la defensa del débil, la lucha por la igualdad de todos los hombres, el bienestar para todos para sacar beneficio propio, por ejemplo algunos políticos que hablan de igualdad y vamos a mirar sus cuentas bancarias cada vez más grandes. Cuando proponen un cambio en las leyes son los primeros que las rechazan porque esto les afecta sus ingresos, o quizás aprueban ciertas leyes porque por debajo hay intereses personales que les permitirá tener un buen margen de ganancia. La raíz del problema es que hemos sacado a Dios de nuestras vidas, por eso hay más divorcios, abusos, injusticia, odios, resentimientos, divisiones, y desigualdad.

Hoy el evangelio nos invita a llevar a Dios a donde vayamos, a las familias, al grupo de amigos, a las instituciones. No podemos dejar a Dios en el templo. Dios necesita que tu y yo llevemos el evangelio vivo a la realidad en la que vivimos.

Mi amado Jesús, hoy me recuerdas que los problemas que vivimos es por causa de haberte sacado de nuestras vidas, por eso hay más divorcios, abusos, injusticia, odios, resentimientos, divisiones, y desigualdad. Necesito volver al primer amor porque Tú ordenas mi vida, y al tener orden, significa que mis prioridades y mis sentimientos no son los míos sino los tuyos. Esto me permitirá tener un compromiso social con tu iglesia y así poder ayudar a los débiles.  Dame la gracia de amar de corazón Tus mandatos Señor para que ellos se hagan vida en mi vida, llevarte a donde vaya, primeramente a mi familia, al grupo de amigos, a las instituciones. Tenemos un Dios que no está en las alturas sino que está vivo  a través de la realidad en la que vivimos. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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