martes, 8 de junio de 2021

Todo cristiano es un portador del don de Dios, por eso estamos llamados a ser sal y luz del mundo.

 


Todo cristiano es un portador del don de Dios, por eso estamos llamados a ser sal y luz del mundo.


Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-22
Hermanos:
¡Dios me es testigo!
La palabra que os dirigimos no es sí y no.
Pues el Hijo de Dios, Jesucristo, que fue anunciado entre vosotros por mí, por Silvano y por Timoteo, no fue si y no, sino que en él solo hubo sí. Pues todas las promesas de Dios han alcanzado su sí en el. Así por medio de él, decimos nuestro “Amén” a Dios, para gloria suya a través de nosotros.
Es Dios quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros; y además nos ungió, nos selló y ha puesto su Espíritu como prenda en nuestros corazones.
Palabra de Dios


Por lo general los planes de Dios van en dirección distinta a nuestros planes. Es por eso que es tan importante hacer partícipe a Dios en nuestros proyectos, porque Él sí que sabe que es lo mejor para nosotros. Como nos molesta que nuestros sueños no los podamos realizar, ya sean proyectos a corto, mediano y largo plazo. La madre Teresa de Calcuta decía “ Dios pone en tu corazón sueños y planes para que seas feliz “ , lo que nosotros debemos hacer es sintonizarnos con los deseos de Dios. Fácilmente no es la manera de nosotros hacerlo sino es a la manera de Dios. Por ejemplo, alguien quiere ayudar a los necesitados, dar mercados, dar becas, es un sentimiento bien bonito y generoso, pero eso no significa que Dios quiere que hagas negocios ilícitos para que puedas ayudar a los pobres. De ninguna manera!  

Si leemos la Biblia, en toda la historia de la humanidad, cuántas personas han tenido que cambiar sus planes y han dicho “Si” por su Fe, cumpliéndose así los de Dios. Tenemos el ejemplo de la Virgen maria, San José, el mismo Cristo y los santos y santas de nuestra iglesia.

La palabra “ amén “, es “ Así sea “, osea que se cumpla la voluntad de Dios en mi, eso es lo que significa. Por eso el Cristo es el Amén, el sí de Dios. En Él Dios ha dicho amén a sus promesas y Él ha dicho siempre amén a la voluntad de Dios.
Cuando un cristiano responde “Amén” en las oraciones y en la liturgia, -sobre todo en la conclusión de la Plegaria Eucarística y al recibir el cuerpo de Cristo en el momento de la Comunión-, está manifestando su fe en la solidez del amor de Dios para con todos los hombres. Está aceptando con esperanza su plan de salvación. Por eso no debe ser una palabra vacía.

Pidámosle al Señor que nosotros seamos también el “ amén de Dios”, que sea el Santo Espíritu ungiéndonos y sellándonos con su Espíritu para que la Palabra de Dios se haga vida en nuestra vida y así tomar en serio la realidad de nuestro bautismo.

Salmo 118. R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».
Palabra del Señor


Hoy en el evangelio nos invita cual es el destino o la misión de todo cristiano, siempre estar al servicio de los demás. No se concibe o no se entiende a un cristiano que solo vive para sí mismo.

Jesus nos invita a que no nos quedemos con la sal y la luz, si lo hacemos entonces quedaría la sal desabrida y la luz oculta. Esto es una tentación en que muchos podemos caer, nos quedamos como bebés recibiendo la leche materna de la palabra y nunca maduramos porque es más cómodo quedarse así porque eso les va evitar fricciones con los demás. En este caso sin darse cuenta ellos van perdiendo el sabor. Con la luz, es maravilloso deleitarse en el resplandor de su propia luz sin caer en cuenta que ya no alumbramos a nadie.

Pidámosle al Señor que seamos sal del mundo que purifica, da sabor, conserva y cura, y ser luz para romper las tinieblas para que todos podamos ver.

Mi amado Jesús, todo cristiano es un portador del don de Dios, por eso llévame a donde tú quieras y vivir con pasión la misión de ser mensajeros de esperanza, de luz, de vida para las personas que pones en mi camino extendiendo tu Reino en esta tierra. Yo quiero ser el “ Amén “ de Dios quien pone todos mis talentos al servicio de la Gloria del Padre, ajustándome a la voluntad del Padre. Que por la gracia y ungidos por tu Espíritu Santo, sea yo la sal y la luz para conquistar más corazones para ti, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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