lunes, 29 de noviembre de 2021

Dios ama la justicia y la paz, y ese mismo signo caracteriza a los discípulos de Cristo.

 


Dios ama la justicia y la paz, y ese mismo signo caracteriza a los discípulos de Cristo.


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios

Salmo  121, 1-2.4-5.6-7.8-9 R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 5-11
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Palabra del Señor


Comienza el Adviento, un tiempo de preparación para recibir y acoger la presencia de Dios hecho hombre en medio de nosotros. El Dios cercano que habita y comparte su vida con los hombres.

Uno de los libros de la Biblia que personalmente más me gusta del Antiguo Testamento es el del profeta de Isaías porque nos llena de esperanza. Nos habla de un monte, y el monte   como lugar de encuentro entre Dios y la humanidad, lugar de manifestación de la grandeza de Dios, espacio para que Dios nos instruya en sus caminos y sigamos sus sendas. Detengámonos un momento en esto, somos seres humanos creados para hacer buenas obras y es lógico porque fuimos creados por Dios, pero para que las obras buenas perduren en el tiempo, persistamos en ellas y por más ingratitudes que tengamos sigamos haciendo el bien, se necesita que nuestro corazón esté lleno del amor de Cristo, de lo contrario nos llegará el cansancio y la fatiga, porque la motivación viene de nosotros mismos.

Es necesario que Dios nos instruya en sus caminos, en sus sendas, y nuestros sentidos abiertos o dispuestos a escucharle, de la misma manera nuestra voluntad a obedecer. Dios nos pide eso, compromiso y disposición. Caminar en la luz del Señor supone trabajar por la paz y la justicia, por la fraternidad y la hermandad. Prepararnos para celebrar Navidad es dejar a un lado los rencores, las peleas, los odios, las venganzas. Es no poner límites ni de credos, ni de razas, tampoco la nacionalidad, ni de ideas políticas o religiones. El Señor es de todos, Él nos ama y nos acoge en su regazo, su corazón es tan grande que en Él cabemos todos. Acerquémonos a Él con toda confianza para que su amor nos inunde y donde vayamos hagamos presente el amor de Dios.  

¿Te has preguntado por qué es tan importante la fe en un cristiano?

Jesus nos pide insistentemente en tener fe y es que por la Fe seguimos los caminos del Señor, de lo contrario no sería posible.

Hoy el evangelio nos narra la fe del centurión en el encuentro con Jesús. “Mi siervo está paralítico en cama y sufre mucho”, le presenta el centurión a Jesús. Cuando Jesús le contestó: “Voy yo a curarlo”, las palabras del centurión sorprenden al Señor: “¿Quién soy yo para que entres en mi casa? Y Jesús, admirado, añade: “En Israel no he encontrado en nadie tanta fe”.

El Adviento es tiempo para renovar nuestra fe y ser capaces de reconocer la presencia del Señor en lo sencillo de cada día y creer en la fuerza curativa y transformadora de su amor. A veces nos acercamos al Señor con dudas, pedimos con miedo, con desconfianza, solo creemos cuando vemos cosas extraordinarias que nuestros ojos pueden ver. Nuestra Fe no debe ser así, pegados y medidos por los milagros. Una fe robusta es cuando nos abandonamos y confiamos plenamente en Dios, es hacer cosas concretas, estamos llamados a vivir una fe solidaria, como la del Centurión, que nos saque del estrecho mundo de nuestras propias necesidades para comprometernos con los necesitados que tenemos cerca. Una Fe soñadora y comprometida, eso es tener Fe. Necesitamos ser valientes como el centurión, para pedir por el hermano necesitado, enfermo o marginado que está en nuestro camino requiere fe y compromiso. Fe en que el Señor nos acompaña en la tarea de recuperar a nuestro hermano y que Él suple nuestras carencias; compromiso para sacar adelante y proveer las necesidades de aquellos que necesitan de una mano que les ayude.

Hoy pidámosle al Señor que nos aumente la fe, que nos dé el valor y el coraje para hacer presente Su Reino y Su evangelio en este mundo, y que siempre estemos confiados que Él nos acompaña.

Mi amado Jesús, me pongo delante de ti con mi corazón dispuesto y atento para que me instruyas en tus sendas, que no solo te escuche con mis oídos sino con el corazón para que siempre haga tu voluntad y no la mía. Dame la gracia de vivir la fe desde el compromiso,  trabajando por la justicia y la paz, la fraternidad y la hermandad. Necesito ser valiente para ser capaz de pedir por el hermano necesitado, enfermo o marginado, aumenta mi fe y mi compromiso, la fe de saber que no estoy solo sino que tu me acompañas, y el compromiso que es seguir haciendo camino con el necesitado. Así como tu nos acoges en un solo corazón ayúdame a yo también hacerlo, que deje a un lado las ofensas, los odios, los rencores, que no ponga límites ni de credos, ni de razas, ni  nacionalidad, ni de ideas políticas o religiones. Que mi corazón se ensanche para que acoja  a todos desde Tu amor, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

viernes, 26 de noviembre de 2021

Antes de interpretar las señales externas, aprende a interpretar las señales internas.

 


Antes de interpretar las señales externas, aprende a interpretar las señales internas.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 7,2-14
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el océano. Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, distintas una de otra.
La primera era como un león con alas de águila; la estaba mirando y de pronto vi que le arrancaban las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron un corazón humano. Había una segunda bestia semejante a un oso; estaba medio erguida, con tres costillas en la boca, entre los dientes. Le dijeron:
«Levántate. Come carne en abundancia».
Después yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo, y esta bestia tenía cuatro cabezas. Y le dieron el poder.
Después seguí mirando y en mi visión nocturna contemplé una cuarta bestia, terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte; tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba; y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era distinta de las bestias anteriores, porque tenía diez cuernos. Miré atentamente los cuernos, y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos, y una boca que profería insolencias.
Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó.
Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él.
Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes.
Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Yo seguí mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la bestia, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras bestias les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada, hasta un tiempo y una hora.
Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia.
A él se le dio poder, honor y reino.
Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron.
Su poder es un poder eterno, no cesará.
Su reino no acabará.
Palabra de Dios

Salmo Dn 3,75.76.77.78.79.80.81 R/. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,29-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
Palabra del Señor


La primera lectura nos habla de una visión nocturna de Daniel y aunque la oscuridad no nos permite ver con claridad lo que nos rodea, desde la esperanza esperamos que llegue la luz, la Luz que es Cristo. Eso es Adviento. El Adviento es en el que todo vuelve a ser nuevo, luminoso, equilibrado y esperanzado. Nuestra vida de fe nos debe llevar a una ascensión en espiral lo que significa renovada, dar signos de conversión, que nuestra vida cristiana de frutos de madurez. En ella nos movemos y existimos.

El evangelio de hoy nos presenta a Jesús que continúa enseñando mediante ejemplos concretos, que son conocidos por las personas a las que se dirige. Añade algo nuevo pero en la misma línea que hablaba ayer: la llegada del Reino de Dios estará anticipada por las señales oportunas, del mismo modo que los frutos de los árboles anticipan el comienzo del verano. Esta conclusión empírica: la relación entre frutos y llegada de la época requiere mucha capacidad de observación y quizá también, un poco de curiosidad. Esto nos exige que no podemos pasar por la vida distraídos, recordemos las palabras que Jesus utiliza “ fíjense”. Pero más que fijarse se necesita que debemos de aprender a intuir, a interpretar señales.

Lo que primero nosotros deberíamos es interpretar nuestras propias señales, a lo que me refiero es lo que antes decía, ¿Cuáles son los frutos que estoy dando? Realmente estoy dando pasos de conversión?, reconozco el bien y el mal?, ¿cómo estoy en la capacidad de discernimiento?

Lo segundo es aprender a interpretar las señales externas, el mundo hacia dónde nos lleva, cuáles son los valores o antivalores que se están imponiendo en el mundo de hoy.

En la vida del día a día debemos descubrir su presencia, aprender a descifrarla (¡porque no es muy evidente! ¡Tantas veces experimentamos la presencia del antirreino!). Esto nos exige permanecer atentos, abiertos a las diferentes realidades, también a las que son nuevas. En fin, la relación con los demás, con el mundo y con Dios, nos llevará a experimentar que se hacen realidad las palabras de Jesús.

Mi amado Jesús, como me falta aprender a leer mis propios signos, como estoy en el indicador del amor, el perdón, la entrega, el servicio, en ser tu verdadero testigo y misionero. No basta con decir Señor, Señor, sino escucharte y dejar que tu Palabra realice la obra en mi. Cuida mis labios para que mis palabras no ofendan, no maltraten, no lastimen, mas bien que pueda ser como San José quien fue prudente. Dame la gracia de tener buena memoria, no para alimentar el odio, la venganza, el enojo, sino para recordar la paciencia que Tu y otros han tenido conmigo, que no olvide las obras de tu amor que haces y sigues haciendo en mi vida, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
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jueves, 25 de noviembre de 2021

Detrás de una situación adversa llega una bendición.

 


Detrás de una situación adversa llega una bendición.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 6, 12-28
En aquellos días, los hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios. Luego se acercaron al rey y le hablaron sobre la prohibición:
«Majestad, ¿no has firmado tú un decreto que prohíbe durante treinta días hacer oración a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?».
El rey contestó:
«El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas».
Ellos le replicaron:
«Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, majestad, ni acata el edicto que has firmado, sino que hace su oración tres veces al día».
Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar cómo salvar a Daniel, y hasta la puesta del sol estuvo intentando librarlo. Pero aquellos hombres le urgían, diciéndole:
«Majestad, sabes que, según la ley de medos y persas, todo decreto o edicto real son válidos e irrevocables».
Entonces el rey mandó traer a Daniel y echarlo al foso de los leones.
Y dijo a Daniel:
«¡Que te salve tu Dios al que veneras fielmente!».
Trajeron una piedra, taparon con ella la boca del foso, y el rey la selló con su sello y con el de sus nobles, de manera que nadie pudiese modificar la sentencia dada contra Daniel.
Luego el rey volvió a su palacio, pasó la noche en ayunas, sin mujeres y sin poder dormir.
Por la mañana, al rayar el alba, el rey se levantó y fue corriendo al foso de los leones. Se acercó al foso y gritó a Daniel con voz angustiada. Le dijo a Daniel:
«¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Ha podido salvarte de los leones tu Dios al que veneras fielmente?».
Daniel le contestó:
«¡Viva el rey eternamente! Mi Dios envió a su ángel a cerrar las fauces de los leones, y no me han hecho ningún daño, porque ante él soy inocente; tampoco he hecho nada malo contra ti».
El rey se alegró mucho por eso y mandó que sacaran a Daniel del foso; al sacarlo del foso, no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios.
Luego el rey mandó traer a los hombres que habían calumniado a Daniel, y ordenó que los arrojasen al foso de los leones con sus hijos y esposas. No habían llegado al suelo del foso y ya los leones los habían atrapado y despedazado.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que pueblan la tierra:
«¡Paz y bienestar! De mi parte queda establecido el siguiente decreto: Que en todos los dominios de mi reino se respete y se tema al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo, que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace prodigios y signos en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones».
Palabra de Dios

Salmo Dn 3,68.69.70.71.72.73.74 R/. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 20-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
Palabra del Señor


Este Domingo comenzamos el Adviento, que es la espera, esperar con toda esperanza que viene el salvador. Hoy en la primera lectura nos enseña como Dios envió a sus ángeles para que protegieran a Daniel. Nos hablan acerca de un rey pagano persa Darío quien había publicado un decreto en todo su territorio prohibiendo dar culto, dirigirse en oración, a ningún Dios, fuera de él, “bajo pena de ser arrojado al foso de los leones”.

Algunos hombres espiaron al judío Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios y se lo comunicaron a su rey. El rey Darío, aunque apreciaba  a Daniel, se vio en la obligación de aplicar su decreto y manó echar a Daniel al foso de los leones. Pero el Dios de Daniel le protegió de la muerte y así lo reconoció ante el rey: “Mi Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones y no me han hecho nada”. Ante estos hechos, el Rey Darío ensalzó al Dios de Daniel: “Él es el Dios vivo, que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio durará hasta el fin. Él salva y libra, hace prodigios y signos en cielo y tierra, Él salvó a Daniel de los leones”. Por eso detrás de una situación adversa siempre llega una bendición, esto es mirar con los ojos de la fe.
Dios utilizó a Daniel de una manera al límite para poder llegar al corazón del rey Dario. Así como Dios lo hizo con Daniel, Él sigue haciendo prodigios y mayores. Reflexiona por un momento las veces que Dios ha utilizado una situación quizás al límite para demostrarnos una vez más que no estamos solos, que Él tiene todo bajo control, que tenemos que creerle, confiar, y esperar en Él porque Él nunca defrauda.

En el evangelio nos habla del triunfo de Jesús sobre el mal y la muerte, que nos asegura también nuestra resurrección a esa vida de total plenitud. Pero… ¿Hay que esperar hasta el final de los tiempos para que podamos ver el triunfo del bien sobre el mal? Para nada, podemos dar pequeñas victorias en el Nombre de Dios cuando dejamos que sea Él actuando en y a través de nosotros. Pero para aferrarnos a esta verdad y realmente tener una fe con raíces profundas no se nos puede olvidar que tenemos un Dios liberador, un Dios de la Historia, un Dios creador, y Dios fiel…Reflexiona en cada una de estas características de Dios, libertador, de historia, creador y fiel.

Dios liberador. Primero: ¿es para nosotros Dios liberador? Si es así ¿creemos necesitar liberación de su parte? ¿de qué cosas o situaciones haría falta que nos liberase?... Y más interrogantes que pueden venir a cada uno de nosotros…en la intimidad con Él, seguro tendrán respuesta.

Dios de la Historia. Generalmente, debido a la idea de que Dios es omnipotente, omnipresente, omnisciente,…etc. (y no deja de serlo), tendemos a sentirle como un ser lejano. Sin embargo, a través del rostro de su Hijo Jesucristo, Dios dejó ver su corazón. Dios se implica en la historia humana y en la de cada ser humano en particular. Los grandes acontecimientos ocurren a diario en el anonimato. “Cada vida nueva es señal de que Dios no se ha olvidado de los hombres”.

Dios creador. No solo Él ha creado todo lo que vemos, la naturaleza, el universo, los seres humanos sino que también recrea al ser humano, esto significa que no nos desecha a pesar de nuestras equivocaciones. Dios es creativo, de una manera u otra se acerca, nos conquista para que nos enamoremos de Él y de sus obras creadas por El.

Dios es fiel. Si leemos por ejemplo el Antiguo Testamento notamos que El hace camino con la historia humana, no se desentiende de las diferentes situaciones que le suceden al ser humano. Dios se compromete,  se unta, camina junto a nosotros, nos escucha, donde somos más pecadores, Él está ahí siendo fiel a través de las bendiciones que nos regala cada día sin merecerlas.

Es maravilloso saber que tenemos un Dios libertador, de historia, creador y además es fiel. Oro por aquellos que aún no han podido experimentar esto, abre sus sentidos, los ojos para que te puedan reconocer en cada situación,  los oídos para que puedan escuchar la buena noticia que les traes, el paladar para que puedan saborear por las cosas de Dios, el tacto para que puedan sentir el dolor que tu sientes por los que sufren. Gracias Dios por tener tanta paciencia y misericordia con cada uno de nosotros al no desecharnos por ser pecadores sino que más bien nos recreas, utilizas nuestro propio barro para sacar la mejor obra de nosotros. Gracias por tu fidelidad, por tu presencia y tu acción en lo cotidiano de nuestra vida. Amen.

Dios te bendiga,

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miércoles, 24 de noviembre de 2021

Todos dicen ser cristianos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.

 


Todos dicen ser cristianos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus nobles, y se puso a beber vino delante de los mil. Bajo el efecto del vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que su padre Nabucodonosor había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey junto con sus nobles, sus mujeres y sus concubinas. Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y sus concubinas. Y mientras bebían vino, alababan a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra.
De repente aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoque del muro del palacio real, frente al candelabro; y el rey veía el dorso de la mano que escribía. Entonces su rostro palideció, sus pensamientos le turbaron, los músculos del cuerpo se le aflojaron, y las rodillas le entrechocaban.
Trajeron a Daniel ante el rey y este le preguntó:
«¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey mi padre? He oído decir de ti que posees el espíritu de los dioses, y que en ti se encuentran inteligencia, prudencia y una sabiduría extraordinaria.
He oído decir de ti que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y exponerme su interpretación, te vestirás de púrpura, llevarás al cuello un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino».
Entonces Daniel habló así al rey:
«Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le expondré su interpretación.
Te has rebelado contra el Señor del cielo y has hecho traer a tu presencia los vasos de su templo, para beber vino en ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y tus concubinas. Has alabado a dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de tu vida y tus empresas no lo has honrado. Por eso él ha enviado esa mano para escribir este texto.
Lo que está escrito es: “Contado, Pesado, Dividido”. Y la interpretación es esta:
“Contado”: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el final. “Pesado”: te ha pesado en la balanza, y te falta peso. “Dividido”: tu reino ha sido dividido, y lo entregan a medos y persas».
Palabra de Dios

En esta primera lectura quedémonos con lo que Daniel le dice al rey Baltasar: Contado, Pesado, Dividido. Estas mismas palabras el Señor nos las hace a nosotros, en otras palabras es tiempo de rendir cuentas de la vida ante alguien que tiene el derecho sobre nuestras vidas, Dios.

Daniel emplea tres términos: contado, que interpreta como el anuncio del fin del imperio de su imperio: “tiene los días contados”, que diríamos hoy, es su fin. Pesado, Baltasar “no da el peso” –“no da la medida”- que se le exige como rey, ha convertido su reinado en una suma de “ligerezas”. Dividido: se acabó el imperio; se acaba, se lo repartirán otros: persas y medos.

Para nuestro tiempo estas palabras significan, contado, nuestra vida terrenal está contada y para la vida Eterna nos medirán desde el amor y el servicio. Por eso no malgastes ni tu tiempo, ni tus dones en cosas vanas, que todo lo que hagas deje la huella de Dios.  

Pesado, cuales son tus prioridades en tu vida? has buscado lo que es esencial, las cosas de arriba, Dios, porque si estoy unid@ a Él vas a tener una relación con los demás desde la fraternidad y el servicio.

Dividido, dicen por ahí “ Divide y reinarás “.   Nuestro corazón no puede tener división, tenemos que estar unidos en Cristo y con los demás, un solo corazón, un solo sentir.  

Reflexiona y mírate desde adentro, pregúntate, ¿Cómo me encontrará el momento del fin de mis días?; ¿habré dado a mis días el peso específico, que se consigue en optar por lo esencial y no quedarse en lo leve, insignificante, superficial, que es la negación del peso, del valor que tiene nuestra condición de ser humano, de ser cristiano? ¿Dónde hemos buscado a Dios?: ¿en las riquezas, los honores, el prestigio social, como Baltasar?; ¿o en una vida interior, que ha optado por lo noble, lo que nos conforma como personas humanas, como hijos de Dios y hermanos de los demás; en continua búsqueda de la verdad, y desarrollando nuestra capacidad de afecto, mirando más allá, a lo que nos trasciende, al Dios que se nos ha mostrado en Jesús de Nazaret?

Salmo Dn 3,62.63.64.65.66.67 ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,12-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Palabra del Señor.

 
Todos dicen ser cristianos católicos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.

Ser un verdadero cristiano desde lo esencial de nuestro ser exige un compromiso serio, constancia, fidelidad y perseverancia. Nuestra humanidad es débil, las fuerzas interiores como los pensamientos y las fuerzas exteriores desde el ámbito social donde nos movemos nos quieren atrapar y sacarnos del camino hacia Cristo. Dios desde su misericordia nos sostiene e impulsa nuestra voluntad para que nos mantengamos fieles, seamos constantes y perseverantes en su amor. Tenemos que ser conscientes de nuestra condición humana y pedirle a Dios que no nos desampare y que nos permita caminar junto a Él.

Pero cómo darnos cuenta cómo está nuestra vida en y con Cristo?  

Un buen termómetro para medir nuestra vida cristiana puede ser el que desentonemos, al menos en algo, con la norma. ¡Ojo! no me refiero a que haya que ser un rebelde sin causa o alguien que se crea por encima de los demás; todo lo contrario. En medio de la normalidad, es necesario que -sin proponérselo-  seamos blanco de alguna crítica, que no todos nos vean como siempre simpáticos y amigos de todo. En otras palabras decir la verdad y desenmascarar la mentira, vivir los valores éticos y morales del evangelio aunque esto me cause incomprensiones. No dejarse llevar por la masa, si todos piensan así entonces es porque es correcto, ¡No!.  Si aceptan unas normas y leyes que van en contra de la vida y la  dignidad humana no significa que debemos aceptarlas y estar de acuerdo. El seguimiento coherente de Jesús encierra que a veces nos den la espalda, nos persigan, y recibamos ofensas…incluso de aquellas personas a quienes estamos más ligados. Que el  Señor nos dé su gracia para sintonizarnos con Él.

Jesús me dice que mi relación contigo es más de fondo que de forma, lo que significa un compromiso serio, constante, fiel y perseverante al mensaje evangelico. Tu me diste la vida terrena contada para recordarme que hay una vida eterna; pero para gozar de ella tu me vas a medir desde el amor y el servicio, no importa todo el trabajo que haga sino cuánto amor ponga en cada cosa. Tu me invitas a buscar lo que es esencial, las cosas de arriba, las cosas de Dios porque si estoy unid@ a ti seré la extensión de tu amor para mis hermanos. Dame la gracia de estar unido a ti mi Señor porque llenándome de ti tendré un corazón bondadoso, misericordioso, capaz de amar al extremo como tu lo hiciste en la cruz. Quiero tener una vida que trascienda, una vida interior, una vida al que Dios que se nos ha manifestado en ti Jesús, Amén.

Dios te bendiga,

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Santa misa


 

lunes, 22 de noviembre de 2021

Es muy fácil dar de lo que nos sobra, pero que difícil es dar de lo que carecemos, entre eso, el tiempo, el conocimiento, la solidaridad, amar a nuestros enemigos, dar el regalo del perdón!


Primera lectura

Comienzo de la profecía de Daniel 1, 1-6. 8-20

El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llego a Jerusalén y la asedio.
El Señor entregó en su poder a Joaquín, rey de Judá, y todo el ajuar que quedaba en el templo. Nabucodonosor se los llevó a Senaar, al templo de su Dios, y el ajuar del templo lo metió en el depósito del templo de su dios.
El rey ordenó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, seleccionar algunos hijos de Israel de sangre real y de la nobleza, jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes, y aptos para servir en el palacio real; y ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas.
Cada día el rey les pasaba una ración de comida y de vino de la mesa real.
Su educación duraría tres años, al cabo de los cuales entrarían al servicio del rey.
Entre ellos había unos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Daniel hizo el propósito de no contaminarse con los manjares, ni con el vino de la mesa real, y pidió al capitán de los eunucos que le dispensase de aquella contaminación.
Dios concedió a Daniel encontrar gracia y misericordia en el capitán de los eunucos, y este dijo a Daniel:
«Tengo miedo al rey mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; pues si os ve más flacos que vuestros compañeros, ponéis en peligro mi cabeza delante del rey».
Daniel dijo al encargado que el capitán de los eunucos había puesto para cuidarlos a él, a Ananías, a Misael y a Azarías:
«Por favor, prueba diez días con tus siervos: que nos den legumbres para comer y agua para beber. Después, que comparen en tu presencia nuestro aspecto y el de los jóvenes que comen de la mesa real, y trátanos según el resultado».
Él les aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Después de los diez días tenían mejor aspecto y estaban más robustos que cualquiera de los jóvenes que comían de la mesa real. Así que el encargado les retiró la ración de comida y de vino, y les dio legumbres.
Dios les concedió a los cuatro inteligencia, comprensión de cualquier escritura, y sabiduría. Daniel sabía, además, interpretar visiones y sueños.
Al cumplirse el plazo señalado para presentarlos al rey, el capitán de los eunucos los llevó a Nabucodonosor. Después de hablar con ellos, el rey no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y quedaron a su servicio.
Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, los encontró diez veces superiores al resto de los magos y adivinos de todo su reino.
Palabra de Dios

Salmo, Dn 3, 52. 53. 54. 55. 56 R. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor


El Señor a los que son fieles de corazón les da su gracia y misericordia, esto es lo que nos enseña el libro de Daniel.  
No le tocó nada fácil al profeta Daniel y sus tres amigos ya que tuvieron que pasar por pruebas como fue el tema del alimento. Pero para poder mantenerse firme en no dejarse contaminar por los manjares Dios concedió a Daniel encontrar gracia y misericordia en el capitán de los eunucos, y este dijo a Daniel: “ Tengo miedo al rey mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; pues si os ve más flacos que vuestros compañeros, ponéis en peligro mi cabeza delante del rey”. Aquí está la primera enseñanza de esta lectura, no reniegues de lo que te pasa, porque detrás de esa situación hay una bendición.  
Ya sabemos como termina esta lectura, Dios les concede a los cuatro Daniel, Ananías, Misael y Azarías inteligencia, comprensión de cualquier escritura, y sabiduría. Daniel sabía, además, interpretar visiones y sueños. Es por eso que Dios los utiliza para que estén cerca del rey Nabucodonosor como sus servidores.

Pidámosle al Señor que nos dé la valentía para confesar nuestra fe con gestos y palabras, que seamos visibles como seguidores de Jesús de Nazaret, en medio de esta sociedad secular. Tu que eres el único Señor de nuestra vida. Amen.

En el evangelio Jesús nos presenta dos contrastes,  los ricos que dan mucho y la viuda pobre que da muy poco; pero el acento no la pone el Señor tanto en la cantidad sino en la calidad; no tiene en cuenta el volumen del dinero donado, sino la identidad y la situación de quien lo dona, la persona que hay detrás. Mientras los primeros osea los ricos dan del extra que no necesitan puesto que sus necesidades están bien cubiertas, la viuda da generosamente de lo que necesita para su subsistencia. Jesús pone como modelo ejemplar a esta persona marginada por ser mujer, además viuda y encima pobre. Ella es la que ha echado más que todos. ¿Por qué ella lo hace? Porque confía plenamente en Dios.

El Señor no solo espera que demos sino que nos demos, es hermoso extender la mano a quien lo necesita pero tiene mas meritos cuando te donas a ti mismo. Dios no mira las apariencias, Él mira lo que hay en el corazón. Que el Señor nos dé la gracia que el corazón y la mano no se nos paralicen cuando somos testigos de la necesidad ajena.

Jesús hoy me hablas al corazón y me pides que no solo de lo que me sobra sino que de lo que carezco, entre eso, el tiempo para servir a los demás, el conocimiento para que otros puedan alcanzar la paz y la felicidad que tanto buscan, la solidaridad para ser el rostro de amor a quienes están sufriendo, amar y orar por los enemigos porque solo tú puedes convertir su corazón hacia ti y a mi tu me das la paz y la sabiduría para comprender que estamos en un proceso de conversión. Que mis ojos descubran que la verdadera felicidad consiste en el desprendimiento, de dar y de darse, concédenos por su gracia mantenernos unidos a ti, estar fieles a tu amor, confiar y abandonarnos en ti para que nuestro actuar sea la manifestación de tu Gloria, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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viernes, 19 de noviembre de 2021

¡Somos templos vivos!... en verdad lo eres?


 ¡Somos templos vivos!... en verdad lo eres? 


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Macabeos 4,36-37,52-59

En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron:

«Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el santuario y a restaurarlo».

Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sion.

El año ciento cuarenta y ocho, el día veinticinco del mes noveno (es decir, casleu), todos madrugaron para ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos que habían reconstruido. Precisamente en el aniversario del día en que lo habían profanado los gentiles, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y timbales. Todo el pueblo se postró en tierra adorando y alabando al Cielo, que les había dado el triunfo.

Durante ocho días celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la fachada del santuario con coronas de oro y escudos. Restauraron también el portal y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo celebró una gran fiesta, que invalidó la profanación de los gentiles.

Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva consagración del altar con solemnes festejos, durante ocho días a partir del veinticinco del mes de casleu.

Palabra de Dios


Salmo 1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bed R/. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.


Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,45-48

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

Palabra del Senor


Hoy las lecturas nos hablan del templo de Dios, el templo que es purificado y consagrado. 


Hay dos significados del templo, una es la estructura y cada uno de nosotros somos morada del templo de Dios. Con respecto al templo como edificación es donde se propicia el encuentro con los hermanos, donde encontramos toda la simbología, sus celebraciones, es el lugar donde se adora, se ora y además se crea comunidad porque Dios está en medio de nosotros. 


El templo es importante ser visible porque nos recuerda las palabras del mismo Jesucristo  “ Yo estaré en medio de ustedes” . Debemos recuperar el lugar sagrado del templo como ámbito de presencia de Dios, de encuentro de la comunidad, como lugar de silencio y oración, de quietud y remanso interior, para que nuestro sentido de transcendencia siga vivo y nos mantenga. El Papa Francisco lo resume muy bien: “La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración.”


¿Qué nos ha pasado con lo de la pandemia? para algunos es lo mismo escuchar la misa por televisión que ir a la parroquia a participar en la eucaristía. Lo cual es errado. El que piense así me disculpan que les diga esto, pero ustedes donde los catequizaron, donde está su fe. 


En el evangelio nos dice que Jesus entra en el atrio del templo, comienza a expulsar a los mercaderes, que lo han convertido en una “cueva de ladrones”. Los pobres, compradores expectantes de aquel gesto profético, debieron quedar perplejos y en su interior le aplaudirían porque nadie hasta entonces, desde los profetas, se había atrevido a tal acción denunciadora. No era extraño que los sacerdotes buscasen cómo deshacerse de Jesús y acabar con Él de una vez por todas. Pero el pueblo sencillo estaba pendiente de Él, escuchándolo. Algunos solo interpretan esta parte del evangelio aludiendo a algunos sacerdotes que tienen sus parroquias como negocio, es triste decirlo pero aun se ve.  Vámonos un poco más a profundidad y es que algunos van al templo a criticar el trabajo que está haciendo la pastoral, o las actividades que está promoviendo la iglesia en la práctica de la solidaridad. Cuidado te conviertes en una persona que siembra cizaña, crea división, dudas y desanima.    


También hablamos del templo que somos todos nosotros. ¡Cuánto maltrato, cuánta muerte, de los templos vivos de Dios se produce cada día en los demás, de una y mil formas!, ya sea por nuestra manera de hablar y de actuar. Es muy fácil cuidar las bancas de la iglesia, de cuidar el rito litúrgico, desde la celebración hasta la música, pero hay muchos gestos propios que destruyen al prójimo. No caigamos en el fariseísmo, en una espiritualidad light, vacía, que no me lleve al cambio sino que me deja estático.      


Pidámosle al Señor que destruya todo lo que no es bueno en nosotros, que nos restaure y resucite para ser una verdadero templo vivo que de vida para los demás. 

  

Mi amado Jesús, tu mensaje es profundo y me lleva a reflexionar como esta mi relación contigo y con los demás. Finalmente digo que estoy bien, porque es más fácil rezar, ir a misa, practicar todas las devociones fervorosas y ser fiel a los ritos ya seculares pero como me cuesta amar al prójimo. Hoy me hablas al corazón y me recuerdas que también el próximo osea el prójimo es un templo vivo donde habita Dios. Perdoname Señor por las veces que te he maltratado y ofendido a través de mi hermano, las veces en que me refugio en ritualismos vacíos para pretender ser “ buen@”, perdoname por las incoherencias, la falta de piedad, y por no dejar que tu habites y mores en mi, amen.


Dios te bendiga,


¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!




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jueves, 18 de noviembre de 2021

No te dejes engolosinar por las cosas del mundo porque dejas pasar lo que verdaderamente es importante!

 


No te dejes engolosinar por las cosas del mundo porque dejas pasar lo que verdaderamente es importante! 


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos 2, 15-29
En aquellos días, los funcionarios reales, encargados de imponer la apostasía, llegaron a Modín para que la gente ofreciese sacrificios, y muchos israelitas acudieron a ellos.
Matatías y sus hijos se reunieron aparte. Los funcionarios del rey tomaron la palabra y dijeron a Matatías:
«Tú eres una persona ilustre, un hombre importante en esta ciudad, y estás respaldado por tus hijos y parientes. Adelántate el primero, haz lo que manda el rey, como lo han hecho todas las naciones; y los mismos judíos, y los que han quedado en Jerusalén. Tú y tus hijos recibiréis el título de Amigos del rey; os premiarán con oro y plata y muchos regalos».
Pero Matatías respondió en voz alta:
«Aunque todos los súbditos del rey le obedezcan apostatando de la religión de sus padres y aunque prefieran cumplir sus órdenes, yo, mis hijos y mis parientes viviremos según la Alianza de nuestros padres. ¡Dios me libre de abandonar la ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión ni a derecha ni a izquierda».
Nada más decirlo, un judío se adelantó a la vista de todos, dispuesto a sacrificar sobre el ara de Modín, como lo mandaba el rey.
Al verlo, Matatías se indignó, tembló de cólera y, en un arrebato de ira santa, corrió a degollar a aquel hombre sobre el ara. Y, acto seguido, mató al funcionario real que obligaba a sacrificar y derribó el ara. Lleno de celo por la ley, hizo lo que Pinjás a Zimrí, hijo de Salu.
Luego empezó a decir a voz en grito por la ciudad:
«Todo el que sienta celo por la ley y quiera mantener la Alianza, que me siga!».
Y se echó al monte, con sus hijos, dejando en la ciudad todo cuanto tenía.
Por entonces, muchos decidieron bajar al desierto para instalarse allí, porque deseaban vivir santamente de acuerdo con el derecho y la justicia.
Palabra de Dios

Salmo  49,1-2.5-6.14-15 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
Palabra del Señor


La primera lectura nos deja ver el corazón bondadoso de Dios, porque a pesar de nuestras ingratitudes y agravios no nos deja solos.

El Señor espera que nosotros actuemos como Él, dejando a un lado el enojo, la ofensa, el agravio. ¿Será que si es posible? Claro que si, Él mismo nos da la fuerza para lograrlo y es a través del Espíritu Santo.

Gracias a Dios nunca , Él dejó solos a los hombres después de haberlos expulsado del paraíso . A través de los patriarcas y los profetas se hizo notar en su vida. Primero eligió al pueblo judío para ser su pueblo. Pactó con ellos una alianza. Se comprometió a ser su Dios y ellos a ser su pueblo. A través principalmente de Moisés les señaló el camino a seguir a través de sus mandatos. El principal mandato es que solo a él le tuviesen como su Dios y desechasen los falsos dioses. Dios no se queda estático, y es por eso que hasta envía a su Hijo Jesucristo para ofrecernos su amistad y mostrarnos el camino que conduce a la vida.

En esta primera lectura vemos cómo el rey Antico manda a los judíos ofrecer unos sacrificios que no podían ofrecer. Muchos, yendo en contra de su Dios, realizan estos sacrificios. Pero Matatías, fiel judío, con toda su familia, no acepta el mandato del rey. “Dios me libre de abandonar la ley y nuestras costumbres. No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión a derecha ni a izquierda… después se echó al monte con sus hijos, dejando en el pueblo cuanto tenía”.

Así como muchos cristianos han padecido la persecución y muerte por profesar la fe, nosotros debemos de actuar con valentía dejando brillar el amor de Dios a través de todo lo que hagamos. Cada vez que dejemos obrar a Dios en nuestra vida, es una batalla ganada para Dios, cada vez que no dejemos obrar a Dios en nuestra vida es ceder el espacio o dejar que el mal gane en nosotros.

Aquí te voy a dar casos concretos de ejemplos, tengo pereza en orar, en ayudar, en servir a los demás, di “ En el Nombre de Dios hago esto !’, caigo fácilmente en los chismes, en la crítica, en hablar mal de los demás, en juzgar, di “ En el Nombre de Dios no hago esto, pero como en mis fuerzas es imposible, ayúdame Señor a cerrar mi boca y si hablo es la bendecirlo”.  Si recuerdo las ofensas del otro, di “ En el Nombre de Dios te pido que sanes mis recuerdos, para que esa ofensa no me lastime “. Si ves que alguien no está actuando como un hij@ de Dios, di  “ En el Nombre de Dios te pido dale claridad a _________( nombre de la persona) para que Tu Luz la alcance y sea guiad@ por ti, y a mi dame un corazón misericordioso y orante para ayudarle en su proceso de conversión”. Eso es tener los sentimientos de Jesús, eso es amar como Jesus, eso es llorar con Jesus.

Es hermoso imaginar esta escena de Jesus llorando, a Jesus le duele ver como muchos de los habitantes de Jerusalén le han rechazado. Él les ha ofrecido su luz, su amor, el camino que da el verdadero sentido a la vida, les ha hablado de Dios como el buen Padre que siempre nos ama, nos perdona y nos acoge. Jesus llora más por ellos que por El. El tiene un tesoro para darnos, el regalo de su amor y de su luz que nos trae paz, el problema es que por estar engolosinados en otras cosas dejamos pasar el encuentro con el Señor.

Mi amado Jesús, a pesar de que sigamos indiferentes y ciegos ante tu amor,  Tú no te cansas de pasar por nuestra vida, no te rindes nunca porque tu amor por mi es mas grande que mis ofensas. Tu me quieres evitar dolores, sufrimientos y decepciones pero nosotros seguimos ciegos hacia las señales de tu amor. Es triste pero a veces nos toca pasar por el camino tortuoso, de los golpes y dolores de la vida para que despertemos y abramos los ojos reconociendo que tenemos que volver hacia ti, tú que eres la fuente del amor de la vida y luz que trae paz a nuestra existencia. Gracias Dios por no cansarte de pasar por mi vida una y otra vez, Amen.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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miércoles, 17 de noviembre de 2021

Todos hemos recibido un don en común, El amor, lo has sabido utilizar en todas sus formas?

 


Todos hemos recibido un don en común, El amor, lo has sabido utilizar en todas sus formas?


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Macabeos 7,1.20-31
En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley.
En extremo admirable y digna de recuerdo fue la madre, quien, viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un día, lo soportó con entereza, esperando en el Señor. Con noble actitud, unindo un temple viril a la ternura femenina, fue animando a cada uno y les decía en su lengua patria:
«Yo no sé cómo aparecisteis en mi seno: yo no os regalé el aliento ni la vida, ni organicé los elementos de vuestro organismo. Fue el Creador del universo, quien modela la raza humana y determina el origen de todo. Él, por su misericordia, os devolverá el aliento y la vida, si ahora os sacrificáis por su ley».
Antíoco creyó que la mujer lo despreciaba, y sospechó que lo estaba insultando.
Todavía quedaba el más pequeño, y el rey intentaba persuadirlo; más aún, le juraba que si renegaba de sus tradiciones lo haría rico y feliz, lo tendría por Amigo y le daría algún cargo.
Pero como el muchacho no le hacía el menor caso, el rey llamó a la madre y le rogaba que aconsejase al chiquillo para su bien.
Tanto le insistió, que la madre accedió a persuadir al hijo: se inclinó hacia él y, riéndose del cruel tirano, habló así en su idioma patrio:
«Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en el seno, te amamanté y te crié durante tres años, y te he alimentado hasta que te has hecho mozo! Hijo mío, te lo suplico, mira el cielo y la tierra, fíjate en todo lo que contienen, y ten presente que Dios lo creó todo de la nada, y el mismo origen tiene el género humano. No temas a ese verdugo; mantente a la altura de tus hermanos y acepta la muerte. Así, por la misericordia de Dios, te recobraré junto con ellos». Estaba todavía hablando, cuando el muchacho dijo:
«¿Qué esperáis? No obedezco el mandato del rey; obedezco el mandato de la ley dada a nuestros padres por medio de Moisés. Pero tú, que eres el causante de todas las desgracias de los hebreos, no escaparás de las manos de Dios».
Palabra de Dios


Las primeras lecturas de esta semana nos ha traído la muerte de varios personajes y hoy la muerte de 7 hermanos y su madre quienes por su fe mueren.

En nuestro tiempo también hay mártires de muchas maneras, los que por defender los derechos de los demás terminan siendo callados por otros, los que por profesar su fe los rechazan, son burlados y hasta calumniados. Los que son solidarios y generosos caen en las habladurías de algunos creando la duda y la cizaña. No es fácil ir en contra de los valores de este mundo, el astuto, el ventajoso, el deshonesto pareciera que todo le sale bien, le aplauden y hasta lo felicitan. El honesto, el responsable, el que busca el bien común y se esfuerza por ser generoso y bondadoso a simple vista las cosas no le salen del todo bien ya que los astutos aprovechan de su nobleza para tomar ventaja.

Entender la sabiduría de Dios no es tan fácil porque se necesita tener Fe. Esto es lo que escuchamos en los labios de la heroica madre, dirigiéndose a su hijo menor en el último momento antes de ser asesinado. Dos convicciones que heredará el cristianismo; han sido formuladas no desde una cátedra o por declaración de algún rabino, sino por una mujer del pueblo que contempla y anima al último de sus hijos, condenado a una muerte, y a poner su vida en manos del Dios misericordioso y creador.

Pidámosle al Señor que nos ayude a ser fieles hasta el extremo, sin importar que veamos a nuestro alrededor. Poner nuestra vida, planes y sueños al Dios de la vida es la mejor opción que tenemos porque todos los demás defraudan, pero el Señor nunca jamás!

Salmo 16,1.5-6.8.15 R/. Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,11-28
En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”.
Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
“Os digo: al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor


Una de las tantas dificultades que se tienen por ejemplo en el ámbito laboral y eclesial es que las personas están viviendo una vida mediocre y de pereza, porque hacen su mínimo esfuerzo.

En días pasados hablaba con el director espiritual y ambos llegamos a la conclusión que hay personas muy capaces y con muchos talentos pero por estar mirando el plato del otro desde la envidia no dan el 100% sino que dan solo lo mínimo. Es por eso que tenemos familias, hij@s, relaciones mediocres y ni que decir una vida espiritual también mediocre. La razón es porque llevamos cuentas, el amor que di, el perdón que ofrecí, el servicio que preste. Si amamos hasta el extremo no seríamos mediocres, porque estaríamos dando el 100 % de nosotros mismos desde el amor.

Todos hemos recibido el don del amor y debemos de preocuparnos por administrar ese don que Dios nos ha dado. El que se desgaste amando no solo a sus pares, a los que le caen bien, sino hasta amar al que es enemigo, el que obra así es digno de elogio y el Señor se mostrará generoso con él; mientras que al negligente nos dice la lectura que se le retirará en lo sucesivo la confianza que se había depositado en él. En sí el que no utiliza bien el don del amor a través de los bienes materiales que ha recibido como es la vida, salud, trabajo,la inteligencia, la fe, hermanos, en fin ,… ¿Qué hemos hecho de todo esos regalos que hemos  recibido? ¿Lo hemos agradecido de buena gana y lo hemos puesto al servicio de los demás? ¿O nos hemos preocupado ante todo de lo que Dios nos va a dar y de ser los primeros en disfrutar de sus beneficios, incluso ya en este mundo?

Mi amado Jesús, tú que fuiste fiel hasta el extremo en la cruz y nos enseñaste cómo utilizar el don del amor que hemos recibido de parte de Dios a través del  servicio y la entrega, ayúdame a que los sufrimientos y dolores de los demás no se convierta en parte del paisaje que veo, sino que desde lo que soy y tengo pueda llevar el consuelo que ellos necesitan, ser una extensión de los beneficios que he recibido de parte de ti. Sácame de la mediocridad y de la pereza, que sea motivad@ por tu amor para dar el 100% de mi mism@. Acrecienta no sólo el amor hacia ti sino por los demás para que cuando llegue a tu presencia tu me puedas decir “ Muy bien, siervo bueno”, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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martes, 16 de noviembre de 2021

No te quedes señalando el error del otro, más bien ayudalo y acompáñalo en su proceso de conversión. El otro me tiene que importar, no nos salvamos solos.

 


No te quedes señalando el error del otro, más bien ayudalo y acompáñalo en su proceso de conversión. El otro me tiene que importar, no nos salvamos solos.


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Macabeos 6,18-31
En aquellos días, Eleazar era uno de los principales maestros de la Ley, hombre de edad avanzada y semblante muy digno. Le abrían la boca a la fuerza para que comiera carne de cerdo.
Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente al suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida.
Quienes presidían este impío banquete, viejos amigos de Eleazar, movidos por una compasión ilegítima, lo llevaron aparte y le propusieron que hiciera traer carne permitida, preparada por él mismo, y que la comiera haciendo como que comía la carne del sacrificio ordenado por el rey, para que así se librara de la muerte y, dada su antigua amistad, lo tratasen con consideración.
Pero él, adoptando una actitud cortés, digna de sus años, de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa dada por Dios, respondió coherentemente, diciendo enseguida:
«¡Enviadme al sepulcro! No es digno de mi edad ese engaño. Van a creer los jóvenes que Eleazar a los noventa años ha apostatado y si miento por un poco de vida que me queda se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar e infamar mi vejez. Y aunque de momento me librase del castigo de los hombres, no me libraría de la mano del Omnipotente, ni vivo ni muerto. Si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis años y legaré a los jóvenes un noble ejemplo, para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble, por amor a nuestra santa y venerable ley».
Dicho esto, se fue enseguida al suplicio.
Los que lo llevaban, considerando insensatas las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en dureza su actitud benévola de poco antes.
Pero él, a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros:
«Bien sabe el Señor, dueño de la ciencia santa, que, pudiendo librarme de la muerte, aguanto en mi cuerpo los crueles dolores de la flagelación, y que en mi alma los sufro con gusto por temor de él».
De esta manera terminó su vida, dejando no solo a los jóvenes, sino a la mayoría de la nación, un ejemplo memorable de heroísmo y de virtud.
Palabra de Dios


El libro segundo de los Macabeos nos relata cuando el rey Antíoco IV manda, que todo el pueblo judío debe adoptar las costumbres helenísticas, amenazando con degollar a todo el que se niegue a seguir sus decretos, profanando, también, el templo de Jerusalén e instaurando una feroz persecución del judaísmo.

En este contexto se nos refiere como Eleazar, maestro de la ley, hombre justo y recto, que desde niño había seguido fielmente la ley del Señor, y ahora, con avanzadas edad, es obligado a comer carne de sacrificio pagano. Él se niega y, forzado a abrir la boca, escupe la carne y, voluntariamente, avanza hacia su propia muerte.
Algunos encargados de estos sacrificios, que conocían y respetaban a Eleazar, intentan que simula comer carne del sacrificio, cuando en realidad le daban carne permitida por la ley, pero él se niega con una gran dignidad y, al mismo tiempo, argumentando: “qué ejemplo iba a dar a los jóvenes sí, por conseguir la supervivencia de unos breves años, iba a apostatar de su fe, manchando así su vejez; aún más, aunque se librarse del castigo de los hombres, no se libraría de la mano del Omnipotente”.
Se dijo para sí mismo, si muero ahora como un valiente, seré honrado con mis años y legaré a los jóvenes un noble ejemplo, para que aprendan a enfrentarse a la muerte, noble y voluntariamente, por amor a nuestra ley. Fue ejecutado, pero su actitud sirvió de ejemplo para las generaciones futuras.

Esto nos anima a enfrentarnos a los problemas cuando nos vienen “mal dadas” pero, con la constancia en la fe, seremos capaces de sobrellevar las dificultades, poniendo plenamente nuestra confianza en el Señor.

Ayer hablábamos de la importancia de la coherencia, y hoy vemos un ejemplo claro de este hombre justo y recto que no le importo hasta perder su vida terrena con tal de ser fiel a sus principios. Cuántos de nosotros negamos nuestra fe, nos da pena que nos reconozcan como cristianos, nos da miedo de denunciar el mal, la injusticia, la corrupción o hasta decir la verdad. Que ejemplo y legado le estamos dejando nosotros los padres a nuestro hij@s, tu que eres líder social o de la parroquia que pueden ver los demás a través de tu vida, rencor, odio, venganza, falta de perdón, egoísmo, miedo?

Es fácil conocer al Señor y decir que somos cristanos, es fácil practicar ciertos actos de piedad, pero lo más difícil es dejarlo a Él actuar en nosotros y a través de nosotros porque nuestro orgullo no nos deja. Pidámosle al Señor que no se canse de trabajar en nuestra voluntad para que los demás vean el evangelio encarnado en nuestra vida y su obra de salvación en ti y en mi, Amen.  

Sal 3,2-3.4-5.6-7 R/. El Señor me sostiene

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
Palabra del Señor


Hemos escuchado varios relatos sobre procesos de conversión y hoy la lectura nos trae a Zaqueo.

Recordemos que Zaqueo era un publicano ósea un recaudador de impuestos y frecuentemente eran tramposos, cobraban más de lo debido en una sociedad de analfabetos y sin sistema de recibos. Un trabajo que debió ser muy rentable y quizás apetecido. En otras palabras Zaqueo se había enriquecido defraudando.

Hemos escuchado en ocasiones que la gente con necesidad se acerca a Jesus y le pide ayuda, pero en este caso Jesus se autoinvita. ¿Por qué lo hace? Porque Jesus no quiere que Zaqueo siga estando ciego, Él quiere que Zaqueo se de cuenta que ha estado haciendo durante todo este tiempo. Zaqueo se da cuenta que Jesus quiere estar con Él, no lo ha evitado sino que desea participar de su mesa, y es que compartir la comida significa compartir la vida. Para Zaqueo fue una experiencia de gracia abrumadora, eficaz y transformante; su sensibilidad cambió radicalmente, no se reconocía a sí mismo,… y comenzó a replanificar la vida. Zaqueo no puede quedar igual con el encuentro con Jesus. El reconoce que ha obrado mal y se compromete a dar la mitad de sus bienes a los pobres y, si de alguien se ha aprovechado, le restituirá hasta cuatro veces más.

Vemos cómo la mirada de Jesús, es capaz de convertir a un pecador en hombre misericordioso y bueno, por eso el Maestro declara: “Hoy ha sido la salvación de esta casa”, y, dirigiéndose a los murmuradores manifiesta que Él ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
Todos nosotros con facilidad somos capaces de descartar a aquellos cuya manera de ser o actuar no es acorde con nuestros criterios, y somos incapaces de intentar entender por qué actúan así, y acompañarles en su proceso de conversión, porque, simplemente, “no son de los nuestros”. Es mucho más fácil alejarnos, dejarles de hablar, asumir una actitud indiferente. Recuerda que todos somos responsables por la conversión del que está cerca de nosotros. Algunos dirán, pero ¿ tengo que dejar que me lastimen, que pisoteen mis sentimientos, que me hagan daño?, Recuerda a Cristo, él fue humillado, lacerado, calumniado y hasta llevado a la cruz, Él hizo todo eso para salvarnos, es por eso que cada uno de nosotros debemos de acompañar en el proceso de conversión al que está equivocado, así como ellos sin darse cuenta nos acompañan y ayudan en nuestro proceso.

Dios nos quiere tal como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, ¿cómo podemos nosotros descartar al diferente?, ¿cómo podemos negarnos a asumir que la lluvia que Dios nos regala, es para todos, buenos y malos?

Si Jesús fue motivo de conversión, esforcémonos a abrirnos a los otros, con el ánimo libre de prejuicios, e intentemos ser auténticos “prójimos” de los que nos rodean. Que el Señor nos dé su gracia para que adquiramos un verdadero sentido a nuestra vida y una nueva sensibilidad cristiana.

Ante las dificultades y reveses de la vida solo me queda confiar en ti, porque los que hoy me dicen que están conmigo quizás mañana ya no estarán. Es por eso que tu una y otra vez me animas a ser constante en la fe, tener la convicción que tu siempre estaras a mi lado dando ánimo, sosteniéndome y regalándome la claridad que trae la sabiduría divina para enfrentar cada dificultad con esperanza y amor. En este peregrinar de la vida me doy cuenta que todos estamos en el proceso de conversión por eso a veces a los que más amo me lastiman y otras veces soy yo quien los lastima. Dame la gracia de permanecer desde tu amor para ayudarlos y acompañarlos en su proceso de conversión así como ellos lo hacen conmigo. Soy consciente que duele y muchas veces la razón me pedirá que no lo haga pero Tu me lo pides desde tu amor. Haz el milagro en mí porque en mis fuerzas no puedo, que tu evangelio se encarne en mi propia vida para la salvación en ti y en mi glorificando al Padre que está en los cielos. Amen.    

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

lunes, 15 de noviembre de 2021

Debemos ser personas coherentes, íntegras no sólo para tener credibilidad con los demás sino con nosotros mismos.

 



Debemos ser personas coherentes, íntegras no sólo para tener credibilidad con los demás sino con nosotros mismos.  


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos 1,10-15.41-43.54-57.62-64
En aquellos días, brotó un vástago perverso Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén y subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida.
Por entonces surgieron en Israel hijos apóstatas que convencieron a muchos:
«Vayamos y pactemos con las naciones vecinas, pues desde que nos hemos aislado de ellas nos han venido muchas desgracias».
Les gustó la propuesta y algunos del pueblo decidieron acudir al rey.
El rey les autorizó a adoptar la legislación pagana; y entonces, acomodándose a las costumbres de los gentiles, construyeron en Jerusalén un gimnasio, disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, se asociaron a los gentiles y se vendieron para hacer el mal.
El rey decretó la unidad nacional para todos los súbditos de su reino, obligando a cada uno a abandonar la legislación propia. Todas las naciones acataron la orden del rey e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
El día quince de casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de los holocaustos la abominación de la desolación; y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno.
Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas. Rasgaban y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; al que le descubrían en casa un libro de la Alianza, y a quien vivía de acuerdo con la ley, lo ajusticiaban según el decreto real.
Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la Alianza Santa. Y murieron.
Una cólera terrible se abatió sobre Israel.
Palabra de Dios

Salmo 118,53.61.134.150.155.158 R/. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 18,35-43
Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:
«Pasa Jesús el Nazareno».
Entonces empezó a gritar:
«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
«Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó:
«¿Qué quieres que haga por ti?».
Él dijo:
«Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.
Palabra del Senor


En la primera lectura nos recuerda la importancia y la necesidad de ser perseverantes y fieles aun en las condiciones adversas. Las conveniencias e intereses que nos benefician hacen muchas veces que actuemos incluso en contra de las convicciones y creencias más profundas. No es fácil ser coherente con uno mismo, puedes mentirle a todo el mundo menos a ti mismo.

En el texto de Macabeos se identifican dos enemigos a esta fidelidad a la Ley que Dios le había dado al pueblo de Israel: unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos de la conveniencia de adoptar costumbres y usos paganos; y el rey, que decretó la imposición de las mismas y la persecución a quienes permanecían fieles a la Ley de Dios.  Algunos pueden pensar que aun eso no sucede, lo cual es mentira. Podemos identificar muchos momentos en la historia de las naciones y de la misma Iglesia en que la influencia de quienes logran imponer leyes y prácticas contrarias a los valores evangélicos causando división, guerras, persecución y odio.  

Hoy preguntémonos, ¿Somos coherentes con el Evangelio que profesamos? El amor, la justicia, el perdón, la fraternidad, la compasión, la piedad incluso, pero puede quedar solo en expresiones si no los hacemos realidad con acciones concretas en el día a día. No podemos esperar a sentirnos generosos y especialmente motivados, muchas veces nos costará mucho, porque la razón nos dice algo pero el corazón nos dice otra cosa. Quizás hasta nos puede brotar una lágrima del dolor al querer hacerlo, pero eso nos pide Cristo, eso es vivir el evangelio.

En el evangelio notemos el primer momento y es que un ciego reconoce y grita insistentemente  “¡Jesús, hijo de David!”. Este hombre reconoce a Jesús no por vista porque es ciego sino porque ha escuchado de Él. El ciego pregunta quién era  “Jesús el Nazareno “.  El ciego reconoce a Jesús el Mesías esperado.  Jesús se reconoce y se para.
El segundo momento es Jesus y el hombre ciego. Jesus le pregunta “¿Qué quieres que haga por ti?”. “Señor, que vea otra vez”. “Recobra la vista, tu fe te ha curado”. Es precioso e impresionante a la vez. El ciego reconoce su ceguera, su situación y además reconoce quién es Jesús. Quien reconoce su ceguera y reconoce quién puede sanarlo es porque tiene un corazón humilde.
Jesús se acerca a él con un respeto inmenso y esa pregunta que parece hacernos a todos: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Nos puede llevar toda la vida descubrir la respuesta, pero es la invitación del evangelio que hoy nos hace. ¿Qué es para mí hoy “ver otra vez”? Estamos de vuelta de tantas cosas, deseos, ilusiones, ideales frustrados… ¿Estoy dispuesto a “ver otra vez”, a volver a ilusionarme, comprometerme, entregarme…con esa ingenuidad en la mirada y limpieza de corazón, con generosidad?

El evangelio termina diciendo  “Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios”. Con nuestra vida testimoniamos aquello en lo que creemos. El encuentro con Jesús nos transforma y los demás son testigos de ello. No es algo privado y personal, todo lo que yo haga va a tener efectos, por eso mucho cuidado. Todo contagia y tiene una repercusión, esto se aplica al amor, al odio, al perdón, al rencor, la esperanza, la fe. Descubrir a Jesus y confesarle, dejar que me transforme y seguirle, provoca, más allá de la extrañeza, la alabanza y el reconocimiento de los otros hacia Dios.

Mi amado Jesús, ayúdame a ser coherente con el evangelio que profesamos, a dar amor, a vivir la justicia, el perdón, la fraternidad, la compasión, la piedad, se que no es en mis fuerzas sino en tus fuerzas Señor. Que cada día de pasos concretos de generosidad y motivados por tu amor. Por eso cambia mi corazón de piedra y transformame un corazón de carne como el tuyo Señor.  Dame la gracia de vivir en fidelidad, ser constante y coherente con el proyecto de Dios. Quiero vivir a tu manera porque eso le da valor a mi vida. Que en mí crezca Tu sabiduría y la comprensión para no despreciar, o ser agresivo con aquellos que no piensan igual a mi; que me desprenda de la vanidad y el orgullo asi como tu te despojaste de tu grandeza para tomar con amor el camino de la obediencia y humildad que me lleva hacia el Padre Celestial, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jsucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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