viernes, 19 de noviembre de 2021

¡Somos templos vivos!... en verdad lo eres?


 ¡Somos templos vivos!... en verdad lo eres? 


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Macabeos 4,36-37,52-59

En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron:

«Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el santuario y a restaurarlo».

Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sion.

El año ciento cuarenta y ocho, el día veinticinco del mes noveno (es decir, casleu), todos madrugaron para ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos que habían reconstruido. Precisamente en el aniversario del día en que lo habían profanado los gentiles, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y timbales. Todo el pueblo se postró en tierra adorando y alabando al Cielo, que les había dado el triunfo.

Durante ocho días celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la fachada del santuario con coronas de oro y escudos. Restauraron también el portal y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo celebró una gran fiesta, que invalidó la profanación de los gentiles.

Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva consagración del altar con solemnes festejos, durante ocho días a partir del veinticinco del mes de casleu.

Palabra de Dios


Salmo 1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bed R/. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.


Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,45-48

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

Palabra del Senor


Hoy las lecturas nos hablan del templo de Dios, el templo que es purificado y consagrado. 


Hay dos significados del templo, una es la estructura y cada uno de nosotros somos morada del templo de Dios. Con respecto al templo como edificación es donde se propicia el encuentro con los hermanos, donde encontramos toda la simbología, sus celebraciones, es el lugar donde se adora, se ora y además se crea comunidad porque Dios está en medio de nosotros. 


El templo es importante ser visible porque nos recuerda las palabras del mismo Jesucristo  “ Yo estaré en medio de ustedes” . Debemos recuperar el lugar sagrado del templo como ámbito de presencia de Dios, de encuentro de la comunidad, como lugar de silencio y oración, de quietud y remanso interior, para que nuestro sentido de transcendencia siga vivo y nos mantenga. El Papa Francisco lo resume muy bien: “La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración.”


¿Qué nos ha pasado con lo de la pandemia? para algunos es lo mismo escuchar la misa por televisión que ir a la parroquia a participar en la eucaristía. Lo cual es errado. El que piense así me disculpan que les diga esto, pero ustedes donde los catequizaron, donde está su fe. 


En el evangelio nos dice que Jesus entra en el atrio del templo, comienza a expulsar a los mercaderes, que lo han convertido en una “cueva de ladrones”. Los pobres, compradores expectantes de aquel gesto profético, debieron quedar perplejos y en su interior le aplaudirían porque nadie hasta entonces, desde los profetas, se había atrevido a tal acción denunciadora. No era extraño que los sacerdotes buscasen cómo deshacerse de Jesús y acabar con Él de una vez por todas. Pero el pueblo sencillo estaba pendiente de Él, escuchándolo. Algunos solo interpretan esta parte del evangelio aludiendo a algunos sacerdotes que tienen sus parroquias como negocio, es triste decirlo pero aun se ve.  Vámonos un poco más a profundidad y es que algunos van al templo a criticar el trabajo que está haciendo la pastoral, o las actividades que está promoviendo la iglesia en la práctica de la solidaridad. Cuidado te conviertes en una persona que siembra cizaña, crea división, dudas y desanima.    


También hablamos del templo que somos todos nosotros. ¡Cuánto maltrato, cuánta muerte, de los templos vivos de Dios se produce cada día en los demás, de una y mil formas!, ya sea por nuestra manera de hablar y de actuar. Es muy fácil cuidar las bancas de la iglesia, de cuidar el rito litúrgico, desde la celebración hasta la música, pero hay muchos gestos propios que destruyen al prójimo. No caigamos en el fariseísmo, en una espiritualidad light, vacía, que no me lleve al cambio sino que me deja estático.      


Pidámosle al Señor que destruya todo lo que no es bueno en nosotros, que nos restaure y resucite para ser una verdadero templo vivo que de vida para los demás. 

  

Mi amado Jesús, tu mensaje es profundo y me lleva a reflexionar como esta mi relación contigo y con los demás. Finalmente digo que estoy bien, porque es más fácil rezar, ir a misa, practicar todas las devociones fervorosas y ser fiel a los ritos ya seculares pero como me cuesta amar al prójimo. Hoy me hablas al corazón y me recuerdas que también el próximo osea el prójimo es un templo vivo donde habita Dios. Perdoname Señor por las veces que te he maltratado y ofendido a través de mi hermano, las veces en que me refugio en ritualismos vacíos para pretender ser “ buen@”, perdoname por las incoherencias, la falta de piedad, y por no dejar que tu habites y mores en mi, amen.


Dios te bendiga,


¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!




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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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