viernes, 29 de abril de 2022

Cristo es quien abre la puerta hacia el cielo y es el signo del amor del Padre.

 


Cristo es quien abre la puerta hacia el cielo y es el signo del amor del Padre.  


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
Hch 5, 34-42

En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley respetado por todo el pueblo, se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
“Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó Judas el Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan a luchar contra Dios”.
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio
Jn 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: “Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Senor


En la primera lectura Gamaliel les hace memoria a los del sanedrín que la muerte de algunos líderes ha causado que sus seguidores se dispersen en cambio con la muerte de Jesús ha sucedido lo contrario. Este es un buen criterio para analizar lo que sucede con este fenómeno.

Afirma Gamaliel que, si todo es cosa de hombres, seguirá la regla de las cosas humanas: muerto el líder se dispersarán sus discípulos. Al fin y al cabo, se supone que nadie va detrás de un fracasado; nadie da la vida por quien ya ha muerto. Uno podría pensar que este criterio no es absoluto, porque hemos conocido obras simplemente humanas que duran muchos siglos es el caso de religiones protestantes y credos orientales las cuales han resistido miles de años. Más hay que tener en cuenta el contexto en el que habla Gamaliel: no se refiere él a las religiones en general, sino a un momento y un lugar específicos, pues todos sus ejemplos tienen en común la fe en Dios y en sus promesas.

Hoy escuchando la misa del Padre Alejandro carmelita descalzo nos decía que por más que a veces queramos destruir la obra de Dios, nunca lo vamos a lograr. Y es verdad. Lo que es de Dios el mal no tiene poder sobre él. En mi caso por ejemplo, muchas veces trate de disolver mi matrimonio, tuve muchas crisis en la relación de pareja y siempre sacaba excusas para justificar porqué debería de divorciarme. Nunca se dio y le doy gracias a Dios por eso. Aunque mi esposo no reconozca, el Señor le dio la gracia para que tuviera paciencia conmigo y entendiera que yo estaba pasando por un momento de crisis emocional. Mi esposo y yo somos testigos de lo que dice hoy la lectura “ Lo que es de Dios el mal no tiene poder sobre él”. ¡Aleluya!

En el evangelio hay una mirada distinta del Cristo vivo, Él es quien da la vida. La multiplicación de los panes  sobre todo porque habla de la vida que nos da Cristo con su ofrenda. En efecto, así como el pan se parte para repartirse, y muere cuando se comparte, para así darnos vida, así Cristo con su ofrenda de Pascua es el pan que da la vida que no acaba. En la eucaristía es Cristo dándose a sí mismo para darle vida a nuestra alma. Ese es el gran milagro que hoy escuchamos. Cristo toma el pan nuestro y lo hace pan suyo, y de un pan que retrasa la muerte hace un pan que comunica la vida que no acaba. Cristo no solo quiere saciar nuestra hambre física sino también espiritual. El abre la puerta hacia el cielo y es el signo del amor del Padre.  

Mi amado Jesús, nada ni nadie puede dañar la obra que estás haciendo en mi y a través de mi porque Tu poder es mayor que el poder del mal. Confiadamente te entrego todas mis preocupaciones y mis dudas porque tu sabes el cuándo, el porqué y el cómo se resolverán. Tu sabiduría divina va más allá que mis pensamientos, por eso toma el control de las situaciones que me quieren robar la paz, ayúdame a que en mí crezca más la fe y la esperanza en ti. Que los proyectos que tengo en mi corazón sean conforme a tu santa voluntad, que sean bendecidos por ti para que tú seas glorificado, Amén.

Dios te bendiga.

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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jueves, 28 de abril de 2022

El reinado y el poder de Cristo.

 



El reinado y el poder de Cristo.

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27-33

En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.
Palabra de Dios

Sal 33, 2 y 9. 17-18. 19-20 R/. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor


En la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles notamos que las autoridades quieren detener el mensaje de los discípulos de Jesús, es por eso que ayer escuchábamos que ellos son llevados a la cárcel pero el ángel de Dios los libera. Los apóstoles han tenido una experiencia con el resucitado y es por eso que no pueden callar, ya que se han convertido en testigos de la vida, de la resurrección  y quieren proclamarlo como se lo pidió el mismo Jesús.
Pedro motivado por la experiencia del resucitado dice: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Ellos no pueden dejar de hablar de Jesús, de extender su buena noticia, una noticia que es capaz de llenar de alegría, de sentido, de esperanza a todo el que la escuche. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”.

Algunos creen que no le obedecen a los hombres porque dicen que hacen lo que quieren, que los demás no tienen poder sobre ellos, que nadie los manipula, pero al final se da cuenta que terminan haciendo lo que los demás le dicen que hagan. La causa es porque cuando el centro de tu vida no es Cristo, cualquier cosa ocupa su lugar. Hay muchas maneras de obedecer a los hombres entre ellas está cuando al ver las injusticias, la corrupción, la mentira,  preferimos quedarnos callados para evitar problemas, recuerda que esa actitud de indiferencia te hace cómplice.  Cuando te dejas llevar por ideologías y terminas dudando de la fe recibida y además empiezas a dañar con tus comentarios la fe de otros. Cuando por respeto humano no eres capaz de corregir a quien está equivocado. Cuando no somos capaces de soportar la presión del mundo al ser fieles a los valores cristianos y más bien terminamos aprobando los antivalores del mundo. Estas y otras actitudes nos llevan a desobedecer a Dios y obedecer al hombre. Que el Señor nos ayude a ser fieles a su mensaje y que su Espíritu Santo nos sostenga para poder ser personas cristianas íntegras.

El evangelio continúa con la conversación de Jesús con Nicodemo. Recordemos que Nicodemo es un hombre respetado y respetable porque es conocedor de las escrituras, lo cual le permite tener una posición social e influyente en el sanedrín.Todas las expresiones de Jesús a Nicodemo tienen una única finalidad: resaltar que Jesús es el enviado de Dios, el Hijo de Dios, y que tenemos que escuchar sus palabras. No son cualquier palabra, son “las Palabras de Dios”. Están muy por encima de las más sabias palabras de un hombre. “El que viene del cielo está por encima de todos”.

Que significa ..  Cristo está por encima de todos, lo creemos? por más que nuestros problemas nos quieran aplastar, agobiar, quitar la esperanza, no podemos olvidar que Cristo está por encima de todo eso. Por más que el dolor, los traumas, las heridas del pasado nos quieren paralizar tenemos que recordar y tener la completa confianza que tenemos a Cristo quien está por encima de todo eso. Cristo nos recuerda que por encima de tus problemas está El y que también por encima de tus anhelos y deseos. Cristo está presente y reinando.

El evangelio es una proclamación del poderío y reinado de Cristo. Esto implica que si por ejemplo tengo un resentimiento o un dolor causado por una ofensa, y  si me vuelvo hacia Jesucristo me doy cuenta que Su dolor es mayor que mi dolor y que más grande que mi resentimiento es el poder que Él tiene, El me puede liberar. El poder de Cristo está por encima de lo que ha tenido poder sobre mi y es por eso que en este tiempo de Pascua es el tiempo para que le entreguemos a Cristo todo aquello que nos aflige y también todo aquello que nos preocupa y quizás nos encadena en la idolatría.

Tu poder es grande Señor, y hoy hago esta profesión de fe. En este tiempo de Pascua te entrego todo aquello que me aflige, que me quita la paz, te entrego todos los ídolos que no me permiten ser un verdadero testigo de tu amor y misericordia. Hoy afirmo que ya no tiene poder sobre mí la ruina, la tristeza, el desánimo, el egoísmo, el rencor, la envidia, los celos. Libérame y sáname  desde lo más profundo de mi ser,  glorificate en mí para ser un signo visible y que mis hermanos descubran Tu poder y señorío. Nosotros tenemos un Dios de vivos y no de muertos, Dios levantó a su Hijo Jesucristo y lo rescató de la muerte, de la misma manera lo va hacer con nosotros si creemos en El, Amen.
  
 Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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martes, 26 de abril de 2022

Deja que la Luz de Dios que habita en ti brille y sea luz para los demas.

 


Deja que la Luz de Dios que habita en ti brille y sea luz para los demas.


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 1-10

Yo mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Sabiduría, sí, hablamos entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino, como está escrito:
«Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman».
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
Palabra de Dios

Salmo 118, 99-100. 101-102. 103-104 R. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielos».
Palabra del Señor


La primera lectura Pablo nos describe que aquella comunidad fundada por él, pronto empieza a experimentar divisiones internas y en donde van apareciendo ideologías y grupos enfrentados. Estos grupos tienen sus propios líderes; seguramente, personas con dotes para la oratoria, elocuentes, capaces de captar más oyentes y venderles lo que quieren oír.

Pablo es consciente de que lo que está en juego es la predicación del Evangelio y por tanto la misma vida de fe. Porque el centro del Evangelio es Cristo, cuya sabiduría no es otra que la locura de la cruz la cual rompe toda nuestra lógica y nos adentra en el Misterio de Dios. La locura del Amor que se hace entrega hasta dar la vida. Esta sabiduría es fruto de la acción de Dios en el ser humano, don del Espíritu y por tanto sólo se puede recibir. Nadie puede apropiarse de ella. Pablo huye de una predicación que deje a sus destinatarios deslumbrados por el mensajero, pero que no lleve a quién es el centro del mensaje: Cristo. Sabe que es necesario “disminuir” como nos dice Juan el Bautista, para que El Señor crezca en uno mismo. Es por eso que aquel predicador que no te lleve a quién es el centro del mensaje Cristo, es un mensajero que quiere brillar por encima del creador, por lo consiguiente, no es alguien de fiar porque se está apropiando de la belleza y sabiduría que sólo Dios da.  

Pablo reconoce que él anuncia el misterio de Dios que es la cruz de Cristo. Cruz que es locura del amor de Dios, cruz que es amar hasta el extremo hasta perder la vida, cruz que es disminuir para que el Señor crezca en uno. Cruz que que es salvación y redención. Pablo muestra su vulnerabilidad al decir “  Yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo “, pero a la vez confirma que “ mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. La verdadera sabiduría sólo viene de Dios porque es sabiduría divina y no todos son capaces de reconocerla, no porque Dios no quiera que la encontremos, más bien porque nosotros desde nuestra actitud la rechazamos. Bien lo dice “ Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman”.

Momento para darle gracias a Dios por el regalo de la fe y pidámosle que nos ayude a cuidarla y crecer en ella.

En el Evangelio de este día Jesús no nos dice “tenéis que ser” sal o “tenéis que ser” luz. Sino dice “sois” sal y “sois” luz. Hemos recibido la luz de Cristo desde nuestro bautismo ahora preguntémonos si la hemos cuidado, ha crecido la luz en nosotros, y si somos luz para los demás.  
Cómo la cuidamos algunos se preguntaran, así como cuidamos nuestras relaciones interpersonales, cuidamos nuestra relación con Dios? ¿Tenemos a Dios presente en nuestra vida? nos acercamos a los sacramentos? ¿Será que nos quedamos con el catecismo de nuestra primera comunión? ¿hacemos parte de algún grupo apostólicos en la Iglesia? participamos en retiros y charlas espirituales? nos preocupamos en formarnos espiritualmente? ¿Hacemos parte de un voluntariado? ayudamos a nuestra propia familia? cuando descubrimos que alguien cercano no está bien, nos preocupa y nos acercamos para ayudarle? Lo anterior y más nos pide el Señor.

El Señor es nuestra fuente de Vida y de Ser, somos sal y luz de la tierra. Y esto  no es otra cosa que poder transparentar a nuestro alrededor, en las relaciones que establecemos con nuestro entorno y en todo lo que hacemos,  la luz que brilla en nuestra interior, la luz que es Dios mismo, la luz que es siempre recibida para entregarla. Pero es verdad,  que por el camino se nos van pegando capas y capas que nos hacen vivir cada vez más en la periferia de nosotros mismos, que van desvirtuando aquello que somos en el fondo, que impiden el paso de la luz. Y si no hay luz todo se convierte en oscuridad, confusión y perdemos el norte, perdemos el sentido y terminamos encerrados en nosotros mismos.
En cada persona la luz brilla con un tono y color propio; y ese color propio es el que cada uno estamos llamados a poner. Pero al mismo tiempo necesitamos el color de los otros, no podemos vivir como seres aislados e individuales. La diversidad no significa amenaza más bien hay riqueza desde lo diverso.  

Mi amado Jesús, gracias por la Fe recibida de mis abuelos, padres, familiares y amigos porque me llevaron a conocerte. Recorriendo mi vida reconozco que hubo momentos que no la cuide y no me esforcé por hacerlo, pero por tu gracia me has abierto los ojos, mis sentidos y mi ser para redescubrir que fui creado para hacer cosas mayores. Tu eres la fuente de Vida y de Ser, y yo soy la sal y luz porque así lo decidiste. Ayúdame a que mi voluntad permita dejar brillar la luz que habita en mi interior, la Luz que eres Tú, Luz de comprensión, de amor, de servicio, de perdón, Luz de unión fraterna. No permitas que tenga temor a la diversidad, porque la diversidad no hay amenaza, sino más bien en ella hay riqueza porque es el Espíritu Santo obrando en cada uno de nosotros. Hazme consciente  de todos los espacios, situaciones cotidianas, personas que Tu pones en mi camino. ¿Cuál es nuestra forma específica de ser luz y sal en nuestros entornos? ¿Cómo colaboramos a disipar oscuridades a nuestro alrededor? Que en este día pueda descubrir “nuestra parte” en el conjunto, nuestra humilde contribución para “cocinar” el día a día de este Universo, del que somos una minúscula partícula, pero tan importante para Dios. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!



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lunes, 25 de abril de 2022

¿Estás dejando ver la obra que Dios ha hecho en tu vida para que los demás lo puedan ver? Porque nada despierta tanto la fe en las personas como el escuchar lo que Cristo ha hecho en algunos testigos.

 


¿Estás dejando ver la obra que Dios ha hecho en tu vida para que los demás lo puedan ver? Porque nada despierta tanto la fe en las personas como el escuchar lo que Cristo ha hecho en algunos testigos.


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 5, 5b-14

Queridos hermanos:
Revestíos todos de la humildad en el trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los humildes. Así pues, sed humildes bajo la poderosa mano de Dios, para que él, os ensalce en su momento. Descargad en él todo vuestro agobio, porque él cuida de vosotros.
Sed sobrios, velad. Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle, firmes en la fe, sabiendo que vuestra comunidad fraternal en el mundo entero está pasando por los mismos sufrimientos. Y el Dios de toda gracia que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, después de sufrir un poco, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá y os consolidará. Suyo es el poder por los siglos. Amén.
Os he escrito brevemente por medio de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y para daros testimonio de que esta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
Os saluda la comunidad que en Babilonia comparte vuestra misma elección, y también Marcos, mi hijo. Saludaos unos a otros con el beso del amor.
Paz a todos vosotros, los que vivís en Cristo.
Palabra de Dios

Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17 R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Palabra del Señor


La primera lectura de la carta del apóstol de San Pedro nos deja el siguiente mensaje “ Dios da su gracia a los humildes “. El humilde es quien reconoce que solo por sus fuerzas no es posible lograr lo que quiere, el humilde es quien pide ayuda a Dios cuando sabe que sus fuerzas se agotan, el humilde es capaz de escuchar al otro, el humilde es quien es capaz de reconocer que el otro tiene mejores ideas y se deja guiar por el.

Recordemos que eran momentos difíciles para los cistianos, pero tanto ellos como nosotros contamos con la gracia de Dios que nos alienta, nos anima y ayuda a permanecer en el amor de Dios como también nos permite acercarnos al otro. Solo hay una manera de poder resistir al maligno y permanecer en Cristo la clave está en la Fe,  como dice el apóstol, tenemos que darnos cuenta que nuestros hermanos del mundo entero pasan por nuestros propios sufrimientos.

Con la fe puesta en el Señor Resucitado, podemos afrontar los más graves peligros, las más terribles tragedias. Entre ellas la pandemia, la guerra de Ucrania, la falta de empleo y de oportunidades, el desplazamiento, una enfermedad, las persecuciones, el asesinato de lideres, la injusticia, el abuso en contra de los ninos y mujeres. Todo esto que vemos a nuestro alrededor nos puede hacer perder la fe y hasta nos puede hacer dudar del Dios a quien creemos. El Señor está con nosotros, nos conoce y comprende. Está presto siempre a perdonar, a enseñarnos, a ayudarnos, y protegernos pero a la vez necesita de nuestra colaboración. Si lo dejas entrar en tu vida Él hará el resto. Vivir en su presencia es tener una vida en constante oración lo que significa tenerlo en cuenta en todo. Estar en constante conversación con Él a través de la oración, de la meditación y la relación con el prójimo. Hay que estar atento a los signos, a su voz, a su mensaje, a lo que Él nos pide hacer.  Pidámosle a Él que nos ayude para que seamos profundamente humildes y dejemos que Él actúe en nosotros. Amen.

El texto es el final del Evangelio de San Marcos. Jesús se aparece a los once discípulos que, previamente, han hecho caso omiso de los testimonios de María Magdalena y otros discípulos que ya lo habían visto resucitado. Jesús les recrimina su falta de fe, los envía a predicar: “El que crea y bautice, se salvará”. La Misión implica la Gracia y la aceptación  personal. Las dos. Retomemos lo que dice la Misión, “  ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”.

Los discípulos tienen una misión y es “  ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación “, en otras palabras salgan de ustedes mismos, no se avergüencen de ser cristianos, hay que dar testimonio con la propia vida para que otros crean en cual Dios creemos. Si nos encontramos con el resucitado lo haremos, de lo contrario aun estamos en el camino. Si tuviéramos buena memoria reconoceriamos una y otra vez como la mano de Dios nos ha sostenido. Compartir esas experiencias con los demás ayuda a los otros a crecer en la fe y en la esperanza.  Nada despierta tanto la fe en las personas como el escuchar lo que Cristo ha hecho en algunos testigos. Por eso es tan importante los testimonios. Cristo hace sus obras en vidas concretas. Necesitamos mucho más testigos del amor de Dios que compartan sus experiencias porque son signos concretos de la obra de Dios. Es por eso que el encuentro con el resucitado implica toda la vida del discípulo y se manifiesta en signos concretos de amor, en auténticos milagros que evidencian la gracia que les alimenta.

Este es el sentido profundo de la Pascua. Cristo está Vivo, con ellos y en ellos merced a la Gracia que se hará tangible de manera extraordinaria en el acontecimiento de Pentecostés. Por ello la Resurrección es no sólo de Cristo, sino también nuestra. Es una Fe que llama a una esperanza, a un sentido nuevo y radical de la vida de los hombres.

Tenemos un Dios vivo y está presente en medio de nosotros. Gracias porque una y otra vez he resucitado contigo porque Tu me sacaste del mundo de la muerte. Soy testigo del amor de Dios, de su misericordia, y de su poder. Amor que no se cansa y no se desgasta, amor que ama sin límites y que no depende de lo que haga o deje de hacer. Misericordia infinita porque no me tratas conforme a mis pecados. Misericordia que levanta y confía una y otra vez.  Poder que es capaz de hacer una nueva criatura desde lo que soy, poder que libera, sana y sobre todo que me ayuda a permanecer cerca de ti. Gracias Señor por haberme mirado con compasión, gracias por amarme tanto sin merecerlo, gracias por hacer el milagro en mi y por convertirme en testigo del amor y del poder de Dios, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!



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miércoles, 20 de abril de 2022

El árbol de la vida es la cruz y el fruto de ese árbol es Cristo.

 



El árbol de la vida es la cruz y el fruto de ese árbol es Cristo.


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10

En aquellos días, Pedro y Juan subían al templo, a la oración de la hora nona, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se quedó mirándolo y le dijo:
«Míranos».
Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pero Pedro le dijo:
«No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda».
Y agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio andando y alabando a Dios, y, al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa del templo, quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le había sucedido.
Palabra de Dios

Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9 R/. Que se alegren los que buscan al Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35

Aquel mismo día, el primero de la semana, dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos setenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana la sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria».
Y, comenzado por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor


Hoy la primera lectura nos enseña que no limitemos a Dios, Él hace posible no solo los milagritos sino con letra mayúscula “ MILAGROS ” en nuestra vida. El mayor milagro por ejemplo que Él ha hecho en mi vida es aumentar mi Fe. Por lo general coincidimos casi todos con el listado que le hacemos al Señor, salud, empleo, tener dinero para pagar deudas, sanación física, compra de una casa, de un carro, la conversión de alguien en especial, pero son pocos quienes piden por ejemplo “ Señor aumenta mi Fe, Señor dame tu corazón para que sepa amar y perdonar como tu, Señor dame la gracia de gustar y saborear las cosas tuyas, Señor dame la gracia de perseverar en tu amor, Señor trabaja en mi voluntad para que pueda ser obediente y aceptar con paz tus mandatos desde el amor” . Por eso, no limites a Dios, Él te quiere dar mucho más de lo que tu pides. Aprende a pedir esto significa pide cosas que no terminan aquí en esta vida sino que te ayudarán a esta vida y para llegar a la eternidad.

Hay enfermedades que son silenciosas y causan mucho daño, la tristeza, el desamor, la depresión, el odio, la amargura, los celos, la envidia. Jesus nos trae la buena noticia del evangelio porque nos da el verdadero sentido a nuestra vida llenándola de paz y gozo. Y es ese mismo regalo el que debemos ofrecer a los que nos rodean para que se realice en ellos el milagro de su corazón, donde Jesús y su evangelio reinen. Con Jesús y su buena noticia se vive mejor. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”.

En el evangelio nos relata el pasaje del encuentro de Jesús con los dos discípulos de Emaús. Jesús, sin darse a conocer, se puso a caminar con ellos. Y hablaron, cómo no, de los últimos acontecimientos vividos, es decir, de la pasión y muerte de Jesús. Estos dos discípulos se quedaban ahí, en la muerte, no eran capaces de llegar a la resurrección, a pesar del anuncio de algunas mujeres de su grupo de que Jesús estaba vivo y su sepulcro vacío.

Tomando la explicación preciosa del website www.formed.org nos explica que quiere decir este pasaje de los discípulos de Emaus y como se conecta la lectura del génesis con la del evangelio de hoy.  

Retomando la lectura de la creación con Adan y Eva, notemos que Adan fue puesto a prueba en el jardín del Edén y Jesus en el huerto de Getsemaní. Mientras Adán desobedeció, Jesus demuestra obediencia. Dios le dice a Adan que por causa de su desobediencia él padecerá la muerte. Es por eso que Jesús cargó el pecado de Adan y fue crucificado en la cruz. Jesús carga la maldición de Adan por nuestra salvación. Así como Adan fue el primer hombre de la creación, Jesus fue el nuevo Adan de la nueva creación a través de la resurrección. Por eso el nuevo Adan que es Jesus redime al viejo que es Adan. En el jardín del Eden habia también el árbol de la vida pero Adán y Eva nunca comieron de él, más bien ellos comieron del fruto de la muerte. Jesus también viene de un árbol el árbol de la cruz y Él mismo se nos ofrece como un alimento de vida.  Por eso los santos llaman al árbol de la vida a la cruz. Y el que cuelga de la cruz es Jesus. Jesus es el fruto del árbol por eso en la última cena Jesús dice “ hagan esto en memoria mía”. Jesús es la eucaristía porque es el cuerpo y la sangre. Eso es lo que debemos comer.

Jesús toma y bendice el pan y el vino y luego se los da a los discípulos de Emaús. Lo que Jesús les está dando es el fruto del árbol de la vida que es Él mismo. Por eso cuando los discípulos de Emaús prueban la eucaristía que Jesus les da sus ojos se abrieron. Esto mismo les sucedió a Adan y a Eva pero al revés. Cuando Adan y Eva comen del fruto del conocimiento se dan cuenta que están desnudos en cambio para los discípulos de Emaús lo que sucede es que ellos reconocen al nuevo Adán que es Jesús y a la vez los libera de la rebelión contra Dios y los introduce a la vida eterna. No cabe duda que el árbol de la vida es la cruz y el fruto de ese árbol es el cuerpo y la sangre de Jesus.

La historia de salvación está escrita y tejida en las escrituras mostrándonos el inmenso amor de Dios por cada uno de nosotros. Así como Adan y Eva comieron del fruto del conocimiento que los llevó a la muerte, Tú también vienes del árbol de la vida y el fruto de ese árbol eres tú, tu cuerpo y sangre. Gracias mi amado Jesus por dejarnos este bello sacramento que alimenta mi alma. Una y otra vez nos invitas a participar en la vida eterna contigo a través de la eucaristía. Este misterio no es fácil de comprender por eso te pido que me des la sabiduría para poder comprender, cuidar y valorar, porque el que no lo entiende nunca lo podrá valorar. Dame la gracia que cada vez que me acerque a la Eucaristía sea consciente que te estoy recibiendo a ti mismo y me convierto en un sagrario donde tú quieres reinar, ayudame a que mis acciones sean el reflejo de tu rostro Señor. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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martes, 19 de abril de 2022

La conversión es un proceso constante y cada paso nos lleva a Cristo resucitado.

 



La conversión es un proceso y cada paso nos lleva a Cristo resucitado.

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 36-41

El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.
Palabra de Dios

Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 R/. La misericordia del Señor llena la tierra

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 11-18

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor

En la primera lectura nos muestra que Pedro ungido por el Espíritu Santo da eficacia a su testimonio y se traduce en una pregunta “ ¿Qué tenemos que hacer, hermanos? “. Pedro ha experimentado en su vida la fuerza de la Resurrección y realizará la misión encomendada por Jesús: Id y haced discípulos míos. Pablo a renglón seguido responde “Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús “.

En el bautismo comenzamos nuestra vida cristiana. El bautismo es la puerta de entrada para ser parte de la familia de Dios. Es el primer sacramento que recibimos como iniciación cristiana. Aunque el bautismo lo recibimos sólo una vez en la vida y es acto público y tangible.
El sacramento de la confesión lo podemos comparar con el sacramento del bautismo porque al arrepentirnos de nuestros pecados restauramos la comunión con el Señor, consigo mismo y con los hermanos. El acto del arrepentimiento permite que la efusión del Espíritu Santo actúe en nosotros interiormente y en cierto modo es invisible, pero daremos frutos en el tiempo de Dios.

La conversión es un proceso el cual tiene ciertos pasos que empiezan con el hecho de la resurrección y que siguen este orden:
Testimonio apostolico, acogida de la Palabra, conciencia del propio límite, acto de Fe, expresión pública de la fe en el bautismo, cambios concretos, integración en la comunidad cristiana, formación de la enseñanza apostólica, práctica de la caridad y la celebración de la fe. Este es el itinerario básico para un adulto que quiere llegar a Cristo resucitado. Si algunos de estos pasos no se aplican podemos decir que aun no te has encontrado con el resucitado. Cada paso tiene relación directa con el siguiente, ninguno se puede omitir.

Pidámosle al Señor que desde su misericordia nos abra los ojos para que reconozcamos en que paso de la conversión estamos fallando, quizás nuestra vida no da un buen testimonio para los hermanos de fe, no siempre acogemos la Palabra porque ella me confronta e incómoda, pretendo solucionar las cosas desde mis fuerzas y no le pido a Dios que me ayude, soy persona carente de fe, no expreso públicamente mi fe, justifico mis errores y por eso no tengo cambios concretos. teniendo una comunidad de fe no me integro con ellos, no me esfuerzo por formarme en las enseñanzas apostólicas, no soy constante en practicar la caridad y no participo en los sacramentos como es de confesión y eucaristía. Recuerda que estos son los pasos para llegar a Cristo resucitado.

Hoy la Palabra, nos vuelve a hablar de tres actitudes: fidelidad, perseverancia,y amor. María Magdalena busca a Jesús, busca su cadáver. Su vínculo afectivo se ha roto y quizá también contemple la posibilidad de perderse para siempre aquel proyecto de vida plena, de un mundo diferente, donde cuentan los pobres, enfermos, las mujeres, donde el perdón prevalece. Es posible que María Magdalena contemplara todo eso en la oscuridad y cercanía de un sepulcro vacío. A pesar de todo esto María, permanece allí con un dolor grande en su corazón. María Magdalena no permite que el dolor le nuble la fe o le quite la esperanza. Ella es fiel al amor, ese amor que le ha devuelto la vida. Maria Magdalena espera pero no inactiva, busca e insiste en buscar y mira dentro del sepulcro. Nos dice la lectura, que los ángeles le preguntaron… Mujer, ¿por qué lloras? Ante momentos de oscuridad, de aparente fracaso, que importante es no perder la capacidad de dialogar, entrar en relación, y también de dialogar con nosotras mismas, ¿por qué? El diálogo nos lleva al encuentro. Maria se abre al diálogo con el desconocido. ¡María! Y amaneció en su corazón, ¡Raboni! se encontró con el amado de su alma, “Él está vivo”.

Jesus confirma la fe de Maria Magdalena y la convierte en evangelista, es decir, en mensajera que anuncia la buena nueva de la resurrección del Señor; o como decían Santo Tomás de Aquino, en "apóstola de los apóstoles", porque anunció a los apóstoles aquello que, a su vez, ellos anunciarán a todo el mundo. Maria Magdalena es un testigo de Cristo resucitado y anuncia el mensaje de la resurrección del Señor, al igual que los otros apóstoles”.

Esta semana de pascua quiero recorrer mi propio camino de fe, porque cada vez que te manifiestas en mi vida es para enseñarme y confirmarme en algo más, no estoy solo porque eres mi compañero de camino y al caminar juntos me vas fortaleciendo en la fe. No permitas que me aleje de ti a pesar de las tormentas que pasen en vida. Dame la gracia de ser fiel a ti a pesar del dolor, ser perseverante para alcanzar un verdadero testimonio de vida, y que no me canse de amarte y servirte desde la obediencia y humildad. Como necesito acallar mi corazón para poder escuchar la tuya. Eres tú el que has de hacerme presente en nuestro mundo necesitado de vida y de esperanza de resurrección. Haz, Señor que florezca la vida en medio de tanta muerte que rodea nuestro mundo y que yo colabore contigo en esta misión. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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miércoles, 13 de abril de 2022

La gracia de Dios solo nos basta!

 


La gracia de Dios solo nos basta!


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 50, 4-9a

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo;
para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda,
por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.
Mi defensor está cerca,
¿quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos,
¿quién me acusará?
Que se acerque.
Mirad, el Señor Dios me ayuda,
¿quién me condenará?
Palabra de Dios

Salmo 68, 8-10. 21-22. 31 y 33-34 R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?».
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
Él contestó:
«Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle:
“El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar».
Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
«¿Soy yo acaso, Señor?».
Él respondió:
«El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
«¿Soy yo acaso, Maestro?».
Él respondió:
«Tú lo has dicho».
Palabra del Señor


En la lectura de Isaias se nos relata por adelantado la pasión, muerte y resurrección de Jesus. Si leemos cuidadosamente esta lectura notaremos que el Señor es quien nos llama a una misión, para algunos defender los derechos de las minorías, otros los llama a ser padres de familia, otros a la vida en comunidad, otros a la vida consagrada, otros a ser líderes de un país, de un grupo, en fin. El Señor antes de darnos la misión nos prepara instruyendonos para que seamos sus discípulos, osea llevar la verdad y trabajar por la justicia, para dar ánimo al que está desalentado. El mismo Dios nos anima para que estemos atentos a su voz, nos abre el oído para que escuchemos como discípulos esto es aceptar su Palabra y obedecer lo que Él nos pide. Pero cuidado no pensemos que por estar con el Señor, no tendremos dificultades. Todo lo contrario, las seguiremos teniendo y mucho más. Pero ante esa situación no reneguemos de lo que nos sucede, más bien ofrezcamos y unámonos a Cristo porque el Señor no defrauda a quienes confiamos en Él. El Señor es quien peleará por ti y por mi.  Solo espera y ten fe.

El evangelio nos trae la traición de Judas. Y pudiéramos pensar y caer en la tentacion de decir que cómo es posible que Jesús siendo Dios porque se equivocó al elegir a Judas para ser parte de los doce discípulos. Judas lo traicionó, Pedro lo negó tres veces y el resto lo dejaron solo en la cruz.
Pero a poco que reflexionemos, nos damos cuenta de que Jesús no tuvo otra alternativa a la hora de elegir. Tuvo que elegir no entre ángeles sino entre hombres, es decir, personas capaces de lo mejor y de lo peor. Personas que saben de fidelidad y de infidelidad, que llevan en su interior trigo y cizaña, porque el trigo y la cizaña no están fuera de nosotros sino dentro de nosotros. Y ahí estamos todos nosotros, los que hemos dicho a Jesús que le queremos seguir donde quiera que vaya. Y sin llegar al extremo de Judas,  nos encontramos de vez en cuando dando la espalda a Jesús. Pero algo en lo que falló Judas por segunda vez es que después de su traición no volvió hasta Jesús a pedirle perdón. Jesús, como hizo con Pedro después de sus negaciones, le habría acogido y perdonado. Ahí está la gran diferencia!

En este miércoles santo, ante la misteriosa traición de Judas, pidamos a nuestro Maestro y Señor, que no le traicionemos, y que si le traicionamos acudamos cuanto antes a pedirle perdón, sabiendo que nunca nos va a cerrar las puertas de su corazón.

Pero también en el evangelio podemos ver dos extremos opuestos de entregar, mientras Judas entrega/traiciona, en Jesús es entrega/darse. En estos dos extremos está el poder de Dios o la fuerza del maligno. ¿Por cuál te dejas llevar? 
Muchos de nosotros decimos ser cristianos, pero nos falta ser verdaderos hij@s de Dios desde la obediencia. En nuestra vida hay luces y sombras, generosidad y egoísmo, lucha y cansancio, victoria y derrota… Pero Jesús, que no da nada por perdido, nos sigue dirigiendo su palabra “Tú lo has dicho”, es decir, tú tienes que decidir, tomar tus propias opciones, obrar como creas mejor, darle a tu vida el rumbo que quieras. El amor no se impone, se da y se da de corazón y de verdad.

Señor solo necesito tu gracia para no desfallecer, para perseverar hasta el final, y no desanimarme. Solo tu gracia basta para permanecer en fidelidad porque es el poder de Dios actuando en mí. Tu gracia me da la capacidad de entregarme sin reservas, de ensanchar mi corazón no solo para ti sino para los demás desde el servicio. Tu gracia me da la capacidad de amar como tu lo hiciste que es ejemplo de fidelidad total y absoluta. Tu gracia me permite vivir en una amistad profunda contigo donde me siento amad@ por ti y perdonado. Tu gracia hace posible que yo crea y espere en tus promesas sin importar lo que mis ojos puedan ver. Tu gracia anima mi voluntad para caminar contigo y vivir cada dia confiado que nunca te apartaras de mi porque me amas, Amén.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!




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martes, 12 de abril de 2022

¿Será que vale la pena ser bueno? ser honesto? ¿En ser correcto?

 


¿Será que vale la pena ser bueno? ser honesto? ¿En ser correcto?


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 49, 1-6

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos:
El Señor me llamó desde el vientre materno,
de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba
y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel,
por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas».
En realidad el Señor defendía mi causa,
mi recompensa la custodiaba Dios.
Y ahora dice el Señor,
el que me formó desde el vientre como siervo suyo,
para que le devolviese a Jacob,
para que le reuniera a Israel;
he sido glorificado a los ojos de Dios.
Y mi Dios era mi fuerza:
«Es poco que seas mi siervo
para restablecer las tribus de Jacob
y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.
Te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
Palabra de Dios

Sal 70. 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
“Donde yo voy no podéis venir vosotros”».
Simón Pedro le dijo:
«Señor, ¿adónde vas?».
Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
«¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
Palabra del Señor


Jesus tiene clara su misión y por ser fiel a ella al cumplir la voluntad del Padre es capaz de dar la vida.  De igual manera Isaías es consciente que el Señor lo ha llamado por el nombre desde el vientre materno. El reconoce los dones recibidos:”hizo de mi boca una espada afilada”, también afirma que se encuentra protegido por la sombra de la mano de Dios. Esta experiencia de la presencia de Dios en la vida del profeta nos deja una vez más ver la fragilidad propia de la condición humana: “Mientras yo pensaba: en vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas”. Así pues, Isaias es consciente de que a pesar que no valiera la pena esforzarse el significado más profundo de su vida y misión se encuentra en hacer la voluntad de Dios,  y que a pesar de que el se sienta cansado en seguir con la misión o que este peligro quien lo sostiene es Dios. Por eso el esfuerzo que parece inutil fruto que parece increible.

A veces nos hacemos esta pregunta … ¿Vale la pena ser bueno? ¿Vale la pena ser honesto? o tratar de ser humilde? , a veces nos desanimamos porque pareciera que estamos haciendo poco, que vamos en contra de la corriente, y que el mal tiene más fuerza,o por más que nos esforcemos no hay esa retribución inmediata. No nos podemos desanimar porque aunque pareciera que estamos haciendo poco, el fruto es grande, aunque el esfuerzo parece inutil si es para la Gloria de Dios, el fruto al final será increíble e incalculable.  Esto lo podemos ver en la persona de Cristo. Solo ten fe porque darás fruto de tus buenas obras por la gracia de Dios.

El salmo 70 nos invita a orar ante Dios. Invita a reconocer y anunciar que el Señor es nuestra esperanza y confianza. En Él está nuestra fortaleza y cuando ya no tenemos mas animo, El mismo nos levanta para que sigamos en pie.

El Evangelio de hoy nos dice que Jesús “se turbó” al anunciar la traición de Judas, en Getsemaní dijo “sentir una tristeza de muerte”, y en la cruz “Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Realmente el Señor asumió nuestra humanidad hasta las últimas consecuencias. Jesús sintió profundamente, como nosotros, la traición de su amigo Judas, que había sido elegido entre muchos discípulos para formar parte del grupo de los “suyos”. Judas convivió con Jesús durante tres años, le acompañó a todas partes, presenció los milagros… Vivió una verdadera experiencia de amistad con Jesús. Y por eso “profundamente emocionado Jesús dijo: uno de vosotros me va a traicionar”. Realmente es muy doloroso vivir que alguien que ha sido tu amigo te traiciona y te vende. Es una experiencia muy triste y decepcionante.

Jesús conoce la posibilidad de nuestra traición, de nuestra falta de mantener la palabra. En cada uno de nosotros que llevamos dentro las tinieblas de Judas, Jesús no cesa de ofrecerse a sí mismo porque nos ama hasta el extremo y su amor es fiel siempre y está por encima de cualquier traición o infidelidad. Aunque seamos ingratos, infieles, lo traicionemos una y otra vez, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo. En la Pasión y la Muerte Jesús brilla más el amor solidario y salvador del Hijo de Dios entregado por nosotros.
Hoy revisemos muy bien cómo están nuestras relaciones interpersonales, porque el verdadero amigo es el que lucha con su amigo y unido a él comparte su dolor con la intención de llevarlo juntos y vencerlo. El amigo verdadero demuestra que lo es en los momentos difíciles y complicados y por eso el amigo es capaz de darlo todo, incluso si es preciso la propia vida. Así lo hizo Jesús y así lo dejó escrito: “nadie tiene amor más grande  que el que da la vida por sus amigos”.

Señor solo tu gracia me ayuda  a permanecer en lo que es verdadero y duradero. El mundo me susurra al oído .. ¿para qué vale la pena ser bueno? ¿para qué vale la pena ser honesto? ¿para qué tratas de ser humilde? , esas voces me quieren atrapar porque quieren dañar la obra que hasta ahora Tú has hecho en mi. No permitas que esas palabras desalentadoras lleguen a mi corazón, no permitas que el desánimo, y la falta de fe termine negándote. Aunque el esfuerzo parece inutil el fruto será increíble e incalculable si permanezco fiel a ti. Tú Senor eres mi esperanza y en ti está mi confianza porque tú eres el amigo que nunca me deja. Tu eres el amigo que comparte mi dolor y me anima para vencer la dificultad. Dame la gracia de también serlo con mis amigos, de compartir el dolor y caminar juntos para poder vencerlo. Regálame un corazón capaz de amar como tu lo sabes hacer desde la comprensión y compasión. Gracias por seguir dando tu vida por mi y los míos sin merecerlo. Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado

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lunes, 11 de abril de 2022

Jesus nos enseña que su gran misión se vive desde la sencillez y la humildad. ¡Que el amor sea nuestra norma de vida!

 


Jesus nos enseña que su gran misión se vive desde la sencillez y la humildad. ¡Que el amor sea nuestra norma de vida!  


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 42, 1-7
Mirad a mi siervo,
a quien sostengo;
mi elegido,
en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él,
manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará,
no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará.
Manifestará la justicia con verdad.
No vacilará ni se quebrará,
hasta implantar la justicia en el país.
En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios,
que crea y despliega los cielos,
consolidó la tierra con su vegetación,
da el respiro al pueblo que la habita
y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor,
te he llamado en mi justicia,
te cogí de la mano, te formé
e hice de ti alianza de un pueblo
y luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la cárcel,
de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios

Sal 26, 1. 2. 3. 13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor


En la primera lectura Isaías nos da a conocer la actitud de Dios frente al que es débil, Dios  muestra su compasión y amor al sostenernos y dándonos su Santo Espíritu para que seamos capaces de soportar las dificultades que se nos avecinan. Así como Dios auxilio a Jesús en los últimos momentos de pasión, Él también nos auxilia si nos acercamos a Él con toda la confianza, porque Él no lleva cuenta de nuestras faltas, sin importar lo que hayamos hecho o dejemos de hacer nos espera con los brazos abiertos para seguirnos amando.
 
Esta imagen que nos presenta Isaias la vamos a ver claramente en Jesús de Nazaret. Jesús pasará por esta vida, viviéndola como un simple hombre, ayudando a quien lo necesita. Jesus no es un predicador vociferante en plazas, teatros, pantallas de TV. No. Es el predicador sencillo que te habla en el silencio, que susurra al oído. Su palabra es suave, bañada en el amor y en ningún momento produce miedo. Por eso cuidado con aquellos predicadores que quieren atemorizar, porque no es Dios quien habla sino el maligno. El verdadero siervo que viene de parte de Dios acepta la gran misión dada por el Padre y la vive desde la sencillez y humildad. Toda persona que tiene una gran misión termina creciendo y alimentando su ego. En cambio el siervo de Dios que es Jesucristo nos enseña que a pesar de su gran misión salvadora la vive desde la sencillez y la humildad.  

En el evangelio San Juan nos presenta a María de Betania y a Judas, dos discípulos de Jesús y dos formas de seguir al Maestro: el amor dilató el corazón de María y la mezquindad cerró de par en par el corazón de Judas. Dos posturas contrapuestas: María la entrega y Judas el cálculo. Todo depende de cómo sea nuestra relación con el Maestro, si buscamos prestigio, honor y protagonismo o por el contrario, tocados por Jesús, deseamos identificarnos con Él y vivir para Él y por Él. En nuestro camino de discípulos tenemos ocasiones para demostrar si estamos con Jesús por interés o si le entregamos algo precioso sin esperar nada a cambio. El apóstol San Pablo nos dice: “Haced del amor la norma de vuestra vida a imitación de Cristo que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros” (Ef 5,2). Si el amor guía toda nuestra vida iremos experimentando poco a poco que ese mismo amor da un nuevo sentido a nuestra vida y experimentaremos una felicidad que no se encuentra en las cosas de este mundo y que llena a rebosar nuestro corazón.

Maria la de Betania hace un gesto simbólico que va a entregarse por amor. Con este gesto quedamos todos invitados a ser como María: perfume de Evangelio que rebosará la casa y alcanzará al mundo. En  la medida que nuestras obras nacen de un corazón profundamente enamorado por Jesús impregnan de vida y da alegría a todo lo que tocan y esas obras se dilatan en el tiempo y en el espacio, porque la fuerza del amor es difusiva y expansiva y lo que toca lo renueva y lo transforma. Ya dice San Pablo “el amor no pasa nunca” y “si yo no tengo amor, nada soy”.  Nada hay que se resista a la fuerza del amor y nada hay más eficaz y duradero que el amor.

Por amor nos perdonas y por amor nos redimiste, por amor nos bendices y por amor nos proteges, por amor hasta diste a tu Hijo Jesucristo para rescatarnos y darnos una nueva vida. Grande fue su misión que le encomendaste, y Él desde la humildad y sencillez la llevó a cabo. Tú nos confías una misión desde lo que somos y hacemos pero a veces renegamos de ella, no queremos seguir con esa cruz tan pesada o a veces la llevamos a cabo desde la vanidad y el orgullo. Dame la gracia Señor de tener las actitudes de tu Hijo Jesucristo que el amor sea mi norma de vida. Que mi amor hacia ti haga posible dilatar mi corazón para acogerte a ti desde el amor donado y desinteresado y de igual manera acoja a aquellos que pones en mi camino. Yo quiero experimentar ese mismo amor que experimentó Jesús para darle un nuevo sentido a mi vida. Que donde vaya deje el perfume del amor desde la compasión, porque nada hay que se resista a la fuerza del amor y nada hay más eficaz y duradero que el amor. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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viernes, 8 de abril de 2022

Aquel que piensa que no es necesario renovar el amor de Dios todos los días termina desperdiciando por lo que realmente vale la pena vivir.

 


 Aquel que piensa que no es necesario renovar el amor de Dios todos los días termina desperdiciando por lo que realmente vale la pena vivir.

Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 20, 10-13
Oía la acusación de la gente:
«“Pavor-en-torno”, delatadlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa.
Palabra de Dios

Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 5-6. 7 R/. En el peligro invoqué al Señor, y él me escuchó

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 31-42

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Él les replicó:
«Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?».
Los judíos le contestaron:
«No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó:
«¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
«Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».
Y muchos creyeron en él allí.
Palabra del Señor


En la primera lectura nos muestra una realidad que siempre ha existido, el pueblo de Dios quiere vivir a espaldas de Él y no se quieren convertir. Preferimos leer libros de autoayuda, seguir algunos youtuber que tienen contenidos vacíos, vivir en el ruido, entretenernos en lo que sea con tal de estar ocupados.  

Es por eso que todo aquel que quiera abrir nuestros propios y hacernos ver en el error en que estamos viviendo nos incomoda y hasta lo rechazamos. De la misma manera le sucedió al profeta Jeremias. El fue duramente perseguido por su propia gente. Sufrió una soledad tan fuerte que vivió un desierto personal dentro del destierro. Pese a sus lamentaciones y su fuerte tentación de abandonar, la fuerza de su vocación es mayor. La soledad le llevó a una fuerte intimidad con Dios, nutrida por la oración constante y por la vuelta al momento en que tuvo su primer encuentro personal con el Señor. Se diría que ve a Yahvé como su único amigo y merecedor de su confianza. Ahí reside su verdadera fortaleza. Gracias a esto sale victorioso. No huye de sus enemigos.

En la actualidad, vivimos en una sociedad en la que ser cristiano no está de moda. Una sociedad que, al igual que Israel, vive de espaldas a Dios. Los creyentes, por el bautismo, también somos profetas enviados para dar una palabra de parte del Señor. Tampoco lo tenemos fácil. Sufrimos esta soledad en muy diversos ambientes, algunos en el trabajo, otros en su misma familia o en sus centros de estudio. La tentación de ser aceptados y queridos por nuestro entorno la tenemos muy presente. Al igual que Jeremías necesitamos fortalecer nuestra relación personal con el Señor. Sin su Gracia, que nos capacita, sin su amor, que nos seduce, no podemos sostenernos.

Este mensaje no es solo para los sacerdotes, evangelizadores y religiosos. Es para todos nosotros, que de una manera u otra tenemos una responsabilidad. Por ejemplo los que hemos sido llamados al ministerio del matrimonio no es fácil llevar una vida matrimonial desde la donación total entre los cónyuges en otras palabras dejar a un lado el egoísmo y el orgullo. Estamos tentados a caer en los antivalores al estar tan saturados de mucha información y presión exterior, es por eso que terminamos en aceptar lo que antes no estábamos de acuerdo. Es por eso la importancia de fortalecer nuestra relación con el Señor. Él mismo nos capacita, y nos muestra como la mentira se camufla. Definitivamente sin su Gracia no podemos sostenernos.

Pero si la clave es fortalecer nuestra relación con Dios entonces de qué manera nos deberíamos relacionar con El?

La actitud:
La realidad con la que nos encontramos es que hay dos formas de relacionarnos con Dios. Su manifestación a los hombres es la misma. Dios envía a su Hijo para atraernos de nuevo a su amor gratuito, darnos la salvación y hacernos hijos suyos. En esa manifestación de amor de Dios al mundo encontramos dos actitudes por parte del hombre. La de aquellos que, como los fariseos, están tan llenos de sí mismos y de soberbia que no dejan espacio para que la Gracia penetre en ellos. No les importa ni la doctrina, ni la verdad, ni Dios. Ellos son el centro de su obrar y en todo caso, la luz de la verdad les estorba porque rompe la imagen que pretenden proyectar y el dominio que eso les da ante sus semejantes. A ellos les molesta el Señor, por tanto, tienen el corazón cerrado. Por otro lado, están los humildes que, ante un mismo mensaje, los mismos signos y la misma presencia de Jesús les cambia la vida, porque su corazón está abierto. Ahí en esa docilidad la Gracia hace maravillas en ellos. Descubre de qué grupo perteneces…

Los medios:
Dios utiliza un medio para relacionarse con cada uno de nosotros. Tenemos su Palabra, los sacramentos, la Eucaristía y hermanos que nos ayudan a caminar. Hermanos que, hacen las obras del Padre, y son otro Cristo en su modo de vida porque acogen la Gracia que se les da. Otros son perseguidores y, aún más triste, hoy hay indiferencia y hasta mediocridad en la acogida del Señor. Se trata de una decisión personal que nadie puede hacer por ti, que no se toma sólo una vez, sino que se renueva cada día. Aquel que piensa que no es necesario renovar el amor de Dios todos los días termina desperdiciando por lo que realmente vale la pena vivir.
Hoy tienes una nueva oportunidad de renovar tu seguimiento de Cristo y ser portador de vida y esperanza, o de rectificar si has tomado un equivocado camino. Mientras tengas vida puedes abrirte al amor si quieres. Ahora … ¿Qué decides?

Señor como me dices en Oseas“ con lazos de ternura, con cuerdas de amor los traje hacia mi, los acerque a mis mejillas como si fueran niños de pecho, me incliné a ellos para darles de comer…” Así es tu amor, tan cercano, que protege y alimenta. Es por eso que me pides que cuidemos nuestra relación contigo porque a medida que nuestra relación crece descubro tu inmenso amor que me tienes y a la vez me voy conociendo a profundidad, reconociendo que nada soy sin ti. Siempre hay una oportunidad de volver al camino mientras tenga vida. Tu te presentas con rostros distintos pero siempre con el mismo objetivo, que yo me sienta más amad@ por ti. Eres tan creativo que te haces presente en la Palabra, en los sacramentos , en la eucaristía y en aquellos quienes caminan cerca de mi. Solo tu gracia me basta para descubrirte como te presentas en tus diferentes formas y que pueda renovar mi amor hacia ti cada dia para que se pueda dar el milagro que tu sigues haciendo en mi, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...