martes, 14 de diciembre de 2021

El amor y el perdón se validan con hechos concretos que solo el tiempo nos mostrará si esa decisión fue verdadera o no


 El amor y el perdón se validan con hechos concretos que solo el tiempo nos mostrará si esa decisión fue verdadera o no


Primera lectura
Lectura de la profecía de Sofonías 3,1-2.9-13:
Esto dice el Señor: «¡Ay de la ciudad rebelde, impura, tiránica! No ha escuchado la llamada, no ha aceptado la lección, no ha confiado en el Señor, no ha recurrido a su Dios. Entonces purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos lo sirvan a una. Desde las orillas de los ríos de Cus mis adoradores, los deportados, traerán mi ofrenda. Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia, y dejarás de engreírte en mi santa montaña. Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor. El resto de Israel no hará más el mal, ni mentirá ni habrá engaño en su boca. Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete».
Palabra de Dios


Esta primera lectura consta de dos partes, la primera, son los dos primeros versículos que constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de escuchar su llamada, de buscarle y arrepentirse con sincero corazón, se ha convertido en ciudad rebelde, impura, opresora, ciudad atea. No obedecen, no aceptan ninguna corrección, ni confían, ni se acercan al Señor. Viven ausentes de Dios, Él no tiene cabida en esta sociedad materialista, le han expulsado fuera. Esta lectura de Sofonías nos vuelve a hablar y a exhortar en nuestro mundo actual. El Señor siente dolor al ver como nosotros sus hijos e hijas amadas vivimos a espaldas a Él, o con una espiritualidad light de solo misa los domingos si es que me animo a ir, no valoramos los sacramentos que son alimento para nuestra alma. El Señor sigue sintiendo dolor como nuestra mirada y deseos se vuelcan a cosas que solo nos entretienen y nos hacen salir del verdadero  camino que nos trae paz y alegría, Cristo.

Pero a pesar de eso, Dios es paciente y se desborda de amor, esta es la segunda parte que trae de mensaje la primera lectura.  “Yo daré, yo transformaré los pueblos”,-es la salvación universal-, purificaré sus labios para que todos invoquen el nombre del Señor..., mis hijos dispersos me aportarán ofrendas y todos unidos, me servirán. Dios no se olvida de ninguno, a todos los acoge, no quiere que ninguno se pierda, a todos nos quiere dar la salvación.

Salmo  33,2-3.6-7.17-18.19.23 R/. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero».
Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
Palabra del Señor


Jesus es el experto para que nosotros profundicemos, nos hace pensar, cuestionarnos y llevarnos al discernimiento.

Jesus nos cuenta la conversación de un padre que pide a sus dos hijos que vayan a trabajar a la viña de la familia. Es un padre que cariñosamente pide algo a sus hijos. El primero rechaza al padre con una negativa tajante: “no quiero”. No da explicación alguna. Sencillamente no le da la gana. Sin embargo más tarde reflexiona, se da cuenta que está rechazando al padre y, arrepentido, marcha a la viña. El segundo atiende amablemente la petición de su padre: “voy señor”. Parece estar dispuesto a cumplir sus deseos, pero pronto se olvida de lo que ha dicho. Todo queda en palabras y no va a la viña.

¿Quién hace la voluntad del padre? La respuesta es sencilla: No vale lo que los hijos dicen, sino lo que hacen.
Algunos podemos caer en el error por ejemplo de decir que perdonamos una ofensa, y hasta “ ofrecemos el perdón”, lo podemos manifestar con ciertas actitudes pero al transcurrir el tiempo nos daremos cuenta si en realidad hubo un sincero y profundo perdón con la persona que nos ofendió. El amor y el perdón se validan con hechos concretos que solo el tiempo nos mostrará si esa decisión fue verdadera o no. El amor y el perdón está en las obras más que en las palabras”, “no el que dice Señor, Señor, sino el que cumple la voluntad de mi Padre...”.

Hoy una vez más mi Señor me invitas a entrar en la voluntad del Padre, a convertir mi corazón, a aceptar que hay muchas cosas que tengo que cambiar y esto es posible si desnudo mi alma ante ti, ante tu Palabra que me enseña y me corrige para que descubra y sienta la necesidad de ser salvados por ti. Dame la gracia Señor de abrir mi corazón y ser transformado por ti.  Como necesito ser coherente con lo que creo y pienso, dar testimonio con mi vida ante el mundo porque vale la pena creer en ti, en Tu promesa, Tú eres el único que puede transformar todo aquello que no pertenece a Dios. Señor tú vienes por nuestra salvación y no te cansaras de hacerlo una y otra vez. Tú decides venir y nacer en un pesebre porque tu amor por mí es inmenso. Dame la gracia de tener un corazón generoso para reconocer en tu venida la salvación esperada y transmitirla  a los demás, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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lunes, 13 de diciembre de 2021

No siempre los más “buenos” no son siempre los más sinceros.

 


No siempre los más “buenos” no son siempre los más sinceros.

Primera lectura
Lectura del libro de los Números 24, 2-7. 15-17a
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, que cae y se le abren los ojos: ¡Qué bellas tus tiendas, oh Jacob, y tus moradas, Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y descuella su reinado». Y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, que cae en éxtasis, y se le abren los ojos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel».
Palabra de Dios

La primera lectura nos trae a un personaje como es Balaán. Nos dice la lectura que en vísperas de una batalla Balaán cae en éxtasis y Dios hablará por su boca. Es el ejemplo del hombre que deja que el Señor penetre en su alma y se convierte en su instrumento. Aquí está el primer mensaje para cada uno de nosotros, preguntémonos, ¿permitimos ser instrumentos de Dios en sus manos? Será que en ciertas situaciones por ejemplo ante un insulto, indiferencia, o rechazo tomamos una actitud de humildad y mansedumbre o más bien nos llenamos de rencor y de odio. Hay personas que están cerca de nosotros y nos tallan, nos incomodan, nos martirizan, pero somos capaces llenarnos de Cristo y dejar que esas situaciones no nos afecten, es decir somos capaces de reconocer en el otro el rostro de Cristo?  El profeta Balaán nos enseña que estamos al servicio de Dios, nuestra tarea es cumplir la voluntad de Dios. Pidámosle al Señor que nos de docilidad a su voluntad.  

Pero para llegar a eso, necesitamos tres cosas, conocer a quien le servimos, confianza absoluta en El y solo en Él en otras palabras tener Fe y tercero llenarnos del amor de Dios, un corazón conquistado y enamorado por Él es capaz de hacer hasta lo imposible. No permitamos que  el cansancio, la pereza, la falta de compromiso, la incredulidad interfieran en el servicio al que nos llama el Señor. Hoy pidámosle al Señor que nos ayude a ser dóciles como el barro en las manos del alfarero y dejarnos modelar, abrir nuestra alma, nuestro ser, nuestro corazón para que el Padre penetre en él y podamos ser instrumentos útiles en sus manos, que se haga en nosotros su voluntad cada día tanto con las palabras como también con los hechos.

Salmo  24, 4-5a. 6 y 7cd. 8-9 R/. Señor, instrúyeme en tus sendas

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 23-27
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».
Jesús les replicó:
«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».
Ellos se pusieron a deliberar:
«Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Él, por su parte, les dijo:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».
Palabra del Señor

Algunos piensan que la autoridad se gana porque más grita, o porque impone sus ideas, o quizás porque establece leyes y reglas oprimiendo a los demás. Otros piensan que porque  tienen más seguidores, o porque sus relaciones personales son personas influyentes. También algunos creen que las cosas solo funcionan por su propio esfuerzo y dedicación, otros porque hacen muchas cosas, son enérgicos y quieren ser vistos, pero hoy la lectura nos dice de donde viene la autoridad de Jesús.  Viene de su unión con el Padre, de ser Uno con Él y con el Espíritu Santo.

Voy a tratar de explicarlo mejor, Jesús al estar unido al Padre acepta la propuesta o la misión dada por el Padre. Dios es amor y la ley que Dios nos enseña es esa, “ La ley del amor”. Jesús así como lo decía en sus labios, lo profesaba y lo predicaba lo demostraba con hechos concretos. Si la ley es el amor, entonces hay que hacer el bien en todo momento, ser íntegros, ser coherentes. Porque de lo contrario mucho tilin tilin y nada de paletas. Jesus se acerca al enfermo, al pecador, al triste, al rico, al pobre, a la adúltera, al cobrador de impuestos, porque está movido por amor y El no quiere relaciones superficiales, sin compromiso, sin que te incomoden. Jesus hace camino y hacer camino es conocer al otro desde la profundidad, desde el dolor, desde el ser. Jesus se acerca al otro no para dejarlo igual, todo lo contrario el tiene Fe en nosotros, El no pierde la esperanza de nuestra conversión del corazón. Jesús no le importo de que hablaran mal de Él por estar compartiendo la mesa con el publicano, el fariseo, como decía Santa Teresita “ Que cada persona que llegue a mi vida se vaya enamorada un poquito más de Dios”. Jesus no era de división, de crear discordias, de chismes, Él buscaba la armonía, El es el príncipe de la paz y esa paz se reflejaba en sus relaciones personales. Jesús al estar tan unido al Padre fue capaz de aceptar una muerte en cruz y estando allí manifestó su gran amor por nosotros   cuando desde lo alto de la Cruz dijo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".

Mi amado Jesús, hoy me exhortas desde el amor y me cuestionas hasta donde tengo limpio mis intenciones y motivaciones en las cosas que hago como también si esta búsqueda es desde la honestidad para llegar a la verdad. Llegar a la verdad es descubrir cuáles son las verdaderas intenciones por las que hago el bien y ese camino es doloroso porque en el fondo existe una cizaña del orgullo que se camufla y te quiere quitar el Honor y la Gloria que es solo tuya. Dame la gracia Señor de estar unido al Padre como tu lo estas para aceptar que toda obra buena no es mía sino una misión que tu me pusiste en el corazón. Tu que eres el amor llene todo mi ser para profesarlo y demostrarlo en obras concretas en los hermanos que sufren. Permite que mis relaciones sean profundas y no desde la superficialidad, que me lleven al compromiso con el otro, aunque esto incomode y me saque de la zona del confort. Gracias Jesús por tener tanta paciencia conmigo, como la necesito para con los demás!. Tu confías y crees en mí, en cambio yo desconfío, me dejo de llevar de las apariencias, y cuando mi hermano se equivoca pierdo la fe. Regalame ser un misionero de paz, que cuide y valore las relaciones personales porque es allí donde tu me necesitas y que cuando ellos me lastimen yo también pueda decir como tu lo dijiste en la cruz, "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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miércoles, 8 de diciembre de 2021

El Señor está esperando tu “ Si “ para hacer obras en ti y a través de ti.

 


El Señor está esperando tu “ Si “ para hacer obras en ti y a través de ti.


Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20
Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso,
maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios

Salmo Sal 97, 1-4: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él hemos heredado también,
los que ya estábamos destinados
por decisión del que lo hace todo según su voluntad,
para que seamos alabanza de su gloria
quienes antes esperábamos en el Mesías.
Palabra de Dios

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Palabra del Senor


El 8 de diciembre nuestra Iglesia Católica celebra a la Inmaculada de la virgen Maria o también llamada Inmaculada Concepción de la Virgen Maria. Por eso muchos Católicos ayer prendimos las velitas porque la virgen fue concebida sin pecado original, esto fue emitido por el Papa Pio IX. Esta fiesta solemne quiere resaltar la pureza de la virgen por eso esta festividad.

Esta fiesta más que prender las velitas, compartir con la familia y amigos también nos debería ayudar a meditar como estamos nosotros de puros en nuestros pensamientos, en el corazón, y en nuestro actuar. Esa es una virtud que siempre ha caracterizado a la virgen María, la purísima. Pureza alude ante todo aquella condición por la cual una cosa es liberada y limpiada de toda contaminación. Para comprender esto un poco mejor, todos sabemos que los materiales preciosos como el oro y la plata cuando se encuentra por ejemplo en la minas  tienen que pasar por el crisol, por el fuego y de hecho cuando estos metales se someten a ciertas temperaturas para que se vuelvan líquidos y de esa manera es posible separar lo que no es oro o lo que no es plata del metal precioso.

De la misma manera nosotros debemos de pasar por ese proceso, ser purificados por el calor del amor que es Cristo. Es de ahí que los tropiezos que tengamos es una bendición aunque eso cueste aceptarlo pero son grandes maestros de sabiduría. Pasar por el crisol del fuego duele porque es quitar las impurezas como el egoísmo, la soberbia, el orgullo, entender que no todo lo tenemos bajo control. Pasar por el fuego tiene un objetivo y es alcanzar la pureza entonces podemos decir que la Victoria de la pureza es la Victoria del fuego de Dios sobre los fuegos, sobre los ardores, sobre las cosas que no le agradan a Dios. Nosotros necesitamos llenarnos del amor de Dios para que ese amor eche fuera todo amor que disgusta a Dios, todo amor que entra en conflicto con Dios, todo amor que quiere suplantar a Dios, todo amor que quiere ensuciar lo que Dios ha hecho. El camino de la pureza se describe como un camino de negaciones. No hagas esto, cuidado con esto y aléjate de esto. Es verdad que se necesita la negación. Pero el verdadero camino a la pureza nos lo enseña nuestra Madre, la Virgen Maria. Ella con su “ Si “ al fuego de Dios hizo posible que la redención llegara a este mundo a través de su hijo Jesucristo. Permitir que Dios nos queme y permanezca en nosotros con su calor del amor es dejar salir lo que no es de Dios. Así los otros fuegos del mundo no van a tener cabida en nuestro ser. Pidamosle a Dios que nos venga ese fuego, que el mismo Espíritu Santo nos inunde con su poder del fuego para que experimentando la alegría y la dulzura de la pureza nos demos cuenta que es un auténtico "Si" , un valiente "Si" y un amoroso "Si" al Dios que nos ha dicho "Si".

Señor gracias porque nos dejaste a la virgen María, tu Madre. Ayúdanos a buscar la pureza que ella tuvo. Purifícame con el fuego de tu amor mis motivaciones, mis sentimientos, todo mi ser para que pueda sentir, pensar y actuar como Tu. Dame la gracia de ser valiente como la Virgen Maria para seguirte y aceptar tu propuesta. Que no tenga temor en la misión a la que estoy llamad@, sé que no va ser fácil, tendré muchos tropiezos, inconvenientes, y rechazos por eso dame la fuerza necesaria para seguir adelante. Que la fuerza y el poder de tu Espíritu Santo queme todo aquello que no te agrada para que mi corazón arda de amor por ti, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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Santa Misa


 

lunes, 6 de diciembre de 2021

Nosotros mismos somos los que limitamos a Dios para alcanzar la sanación.

 


Nosotros mismos somos los que limitamos a Dios para alcanzar la sanación.


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 35, 1-10
El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrará la estepa y florecerá,
germinará y florecerá como flor de narciso,
festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor,
la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
afianzad las rodillas vacilantes;
decid a los inquietos:
«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará.»
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo,
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales
habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto.
Lo llamarán «Vía sacra».
Los impuros no pasarán por él.
Él mismo abre el camino
para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones,
ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella
y por ella retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
Palabra de Dios

Salmo 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».
Palabra del Señor


En el tiempo de Adviento se toman las lecturas del profeta de Isaias, y el motivo es que su mensaje es de bendición y alegría pero para que podamos ver todo esto tenemos que parar en nuestra vida, subir a la colina y mirar nuestro caminar con perspectiva, con realismo, pero con esperanza, pues un camino en el que el Señor me acompaña, y yo me dejo acompañar por Él, nunca puede terminar mal. Esa es tener una actitud de espera y mantener la Fe en el Señor. Todo está llamado a restaurarse,  por eso las palabras “ Sed fuertes, no temáis “. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará. Quedémonos solo con esta parte de la lectura y hagamos nuestra meditación, ¿cuáles son las debilidades que me vencen, que no me dejan alzar la mirada para verte y ver mi realidad más allá, con esperanza? Descubriendo nuestras debilidades y poniéndolas en las manos de Dios estamos teniendo dos actitudes que el Señor espera en nosotros, confianza y reconocer nuestra limitación.
Alegremos el alma, y nuestras vidas, porque Dios está con nosotros y las profecías de Isaías se hacen presentes en nosotros, en nuestras vidas y en nuestra sociedad si nos esforzamos un poco en cumplir nuestra parte en el trabajo que tenemos asignado.

Esta es la segunda semana de Adviento, es tiempo para sincronizar nuestro reloj con el tiempo de la Esperanza que se nos propone vivir a todos los cristianos. Hay que ser fuertes hasta el final, no sentir temor, no se nos puede olvidar que no estamos solos, el Señor está con nosotros ayer, hoy y siempre.

En el evangelio hay varios mensajes sobre la importancia de la fe y como la fe puede sanarme de las limitaciones o parálisis que tengo. Al paralítico lo ponen frente a Jesús, el paralítico tuvo otros quienes le ayudarán porque por sí solo no podía pero finalmente este hombre no puso resistencia. Hay algo hermoso en esta lectura y es que  todo aquel que cree en el Hijo de Dios y se pone frente a Jesus es curado, para eso se necesita la fe. Jesus es un sanador por excelencia. Tú y yo también estamos llamados en este tiempo a ponernos delante del Señor para ser curados de nuestras parálisis. Confía en Él. Jesús sabe dónde están nuestras heridas que nos paralizan y Él sabe curarlas. Déjate perdonar en la oración, déjate mirar por el médico de Nazaret. Ora metiéndote en la escena; no eres un espectador, tú eres ese paralítico que necesita ser curado. Deja que te toque, que te mire, que te sane.

Te has preguntado porque aun no te has podido sanar de aquellas heridas del pasado y el presente? Existen dos razones, porque dudamos, tenemos una fe débil y la segunda es que para alcanzar la sanación tenemos que reconocer nuestros pecados. Esa es una de las tantas razones porque no recibimos todas las bendiciones de Dios.

En este tiempo de Adviento me dices que sea fuerte hasta el final y que no tema, tú mismo me conoces y sabes que cuando mi fe pasa por la prueba me siento desfallecer, sin ánimo para seguir porque los sueños se desvanecen y mi corazón se entristece.  La fe solo se fortalece cuando pasa por esas pruebas, soy consciente de ello y por eso te pido que seas Tu levantándome una vez más porque desde mis fuerzas no soy capaz. A veces quisiera entender el porqué, pero no es el porqué sino el para qué y ahí es donde me recuerdas que descubriendo mis debilidades y limitaciones solo me queda ponerme delante de ti y esperar con la confianza que saldremos juntos de esta batalla. Saname Señor de mis parálisis, cúrame te lo pido Señor. No quiero ser un espectador más, soy yo el paralítico que necesita de tu perdón y sanación. Tócame, mírame, y sáname para convertirme en otro camillero que lleva a otros enfermos a tus pies, Amen.      

Dios te bendiga,

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Dios te bendiga

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Santa Misa


 

jueves, 2 de diciembre de 2021

Si la Palabra de Dios no ha transformado algo en ti, ¡Cuidado! , porque como dice Jesus !Por las obras lo reconoceréis!, en otras palabras mucho tilin tilin…

 


Si la Palabra de Dios no ha transformado algo en ti, ¡Cuidado! , porque como dice Jesus !Por las obras lo reconoceréis!, en otras palabras mucho tilin tilin…


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 26, 1-6
Aquel día, se cantará este canto en la tierra de Judá:
«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes.
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua.
Doblegó a los habitantes de la altura,
a la ciudad elevada;
la abatirá, la abatirá
hasta el suelo, hasta tocar el polvo.
La pisarán los pies, los pies del oprimido,
los pasos de los pobres».
Palabra de Dios


Salmo 117, 1 y 8-9. 19-21. 25-27a R/. Bendito el que viene en nombre del Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».
Palabra del Senor


La primera lectura del Profeta Isaías nos invita a seguir confiando en El Señor. Él no se olvida de su pueblo, ha estado con todos aquellos que, en medio de la incertidumbre, han confiado y esperado en Él. Su cercanía la perciben cuando ven a las grandes ciudades, como Dibon, capital de Moab, derribadas, en ruinas, mientras los fieles a Dios pueden cantar que tienen una ciudad fuerte, Jerusalén. Que se han sentido acompañados por Dios en todo momento. Las ruinas de toda esa ciudad serán pisoteadas “por los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres”. Por eso invita a “confiar siempre en el Señor” porque Él es la Roca perpetua.

Para todo creyente es imprescindible vivir la confianza en Dios. De ella surge la esperanza en sus promesas y es lo que nos anima a caminar con seguridad hacia su Reino. Si nosotros hacemos memoria podemos reconocer las veces en que Dios nos ha sostenido muchas veces en los momentos difíciles. Este es un buen tiempo para renovar nuestra confianza en Dios y nuestra esperanza en sus promesas. La Navidad, con el nacimiento del Hijo de Dios, es confirmación de todas esas promesas. Merece la pena vivir con ilusión y practicar la caridad, interior y exteriormente, con todos aquellos que pueden necesitar nuestra ayuda. Es la mejor forma de manifestar que confiamos en Él y esperamos con alegría el Nacimiento de Jesús, y esa esperanza se manifiesta en gestos concretos, no tanto palabras sino acciones. La Navidad no solo puede quedarse en decoraciones, en villancicos, en adornos, en regalos sino vivir con fe la llegada del Mesías.

Pidámosle al Señor que nos ayude a que seamos capaces de repartir esperanza a quienes habitan la desesperanza, que nos convirtamos en portadores de alegría, y que aliviemos las cargas pesadas de los más necesitados, porque en esos necesitados está visible el rostro de ese Jesús cuyo nacimiento vamos a celebrar en los próximos días.

El evangelio nos recuerda la importancia de que nuestro cimiento sea Cristo quien es la roca. En Él debe estar asentada toda nuestra vida. Esto solo ocurre cuando lo tenemos presente y actuamos guiados por Él.

Quizás hemos escuchado muchas veces las Palabras de Jesus, pero si nuestra vida no ha tenido un verdadero cambio interior es porque no hemos permitido que sea Él quien modele nuestra vida. Escuchar su Palabra exige un esfuerzo de parte de nosotros como es dejarnos corregir, exhortar, sanar y liberar porque Su Palabra que es vida trae vida a cada uno de nosotros. Solo desde esa escucha activa, viva, podemos esperar que todo nuestro sentir y actuar sea invadido por el Espíritu de Jesús.
Hay que ponernos mano a la obra cumpliendo la Palabra de Dios, esto es compromiso, que no solo se queden en buenas intenciones. El amor se demuestra con hechos, dejemos a un lado el miedo, la incredulidad, y la poca fe. Escuchar y cumplir son las claves de una vida cristiana, como la de María, que por escuchar y cumplir la Palabra del Señor fue dichosa y nos trajo al Salvador.

Señor ayúdame a tener una espiritualidad cimentada en la roca, que la oración sea el espacio donde me encuentro contigo para conocerte y amarte mas, que los sacramentos los viva desde la Fe reconociendo que Tu estas presente en cada uno de ellos, Tu amor es tan grande que a través de la Eucaristía te das tú mismo para alimentar mi alma enferma y que está sedienta de amor. La confesión, es donde una vez más me demuestras tu gran amor por mí sanando y liberando las heridas por causa del pecado. Tu Palabra es la que guía mis pasos y me recuerda que mi confianza solo debe estar puesta en ti porque tus promesas siempre se cumplen. Tu Palabra es la carta de amor en la que me enamoras y me seduces para estar más cerca de mi. Gracias Señor por darme una comunidad porque es allí donde tu te haces presente en el rostro concreto del hermano quien sufre. Ayúdame Señor a tener una espiritualidad encarnada y fraterna, donde mi hermano sea el gran pilar de mi vida espiritual, Amen.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!--

 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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miércoles, 1 de diciembre de 2021

El verdadero cristiano vive la Navidad los 365 días del año y no solo en diciembre.

 


El verdadero cristiano vive la Navidad los 365 días del año y no solo en diciembre.


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 25, 6-10a
En aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre a todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».
Palabra de Dios

Salmo  22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 R/. Habitaré en la casa del Señor por años sin término

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 15, 29-37
En aquel tiempo, Jesús, se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.
Palabra del Señor


Hoy la primera lectura nos habla de una gran banquete que el Señor nos prepara, y así como Él lo hace por nosotros, preguntémonos ``¿ Nosotros que estamos haciendo por Él a través del hermano? “.

Por lo general nos gusta que nos atiendan,  nos mimen, ser consentidos, que nos amen pero te haz preguntado si nosotros lo hacemos con los demás? Fácilmente lo hacemos con nuestros pares, los amigos, los familiares y los conocidos, pero con los desconocidos ¿será que tenemos las mismas obras de amor?  
En este tiempo muchas personas se giran a servir y a practicar la misericordia con los necesitados, pero no debería ser solo un mes, el año tiene 12 meses, entonces los 11 meses restantes que pasa? Te puedes imaginar por un momento que el Señor fuera así, en Navidad aparezco y en Semana Santa y no más!

Un verdadero cristiano vive la navidad los 365 días del año porque reconoce que el salvador, el mesías , el esperado ha venido en persona, su presencia me transforma al tal punto que vivo para Él, entonces nos configuramos o tomamos las características de Cristo nos volvemos más generosos, más pacientes, más misericordiosos. El quiere entrar a nuestro hogar no solo en la luz del árbol de navidad,  El quiere permanecer en medio de nosotros no solo en el pesebre, El quiere habitar en nuestro corazón para amarnos y guiar nuestros pasos.

En el evangelio nos dice que Jesus se compadece por el sufrimiento y el dolor del otro. Jesús no se conforma con anunciar su buena noticia con su palabra. También lo hace con sus hechos, como vemos en el evangelio de hoy. Jesús “bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él”. Pero pronto se vio rodeado de mucha gente que le traían toda clase de enfermos a los que Jesús curaba.

Esta gente estaba muy contenta con Jesús pues llevaba ya tres días con él y no tenían qué comer. Jesús no quiere despedirles por temor a “que se desmayen en el camino”. Y, una vez más, Jesús acude a su amor a aquellas personas y siendo también Dios se las arregla para darles a todos de comer, multiplicando siete panes y unos pocos peces. En Jesús su amor es ingenioso y poderoso en palabras y hechos. El Señor nos da la inteligencia para que no solo sea de provecho propio sino que sirva de ayuda para los demás. Desde lo que eres, a partir de tus talentos, tus bendiciones puedes ser extensión del amor de Dios para otros y eso significa hacer crecer el Reino de Dios en este mundo. Recuerda que la fe sin obras es una fe muerta. La Fe es ponerse en movimiento que te lleva a adquirir un compromiso con el otro, a caminar y hacer camino con el necesitado. El amor de Dios nos tiene que invadir y llenar de tal manera que hasta que terminemos haciendo hasta lo imposible por El.

Mi amado Jesús, en este tiempo de espera de tu llegada Tu me vas poniendo en el corazón bonitos sentimientos como es la generosidad, acercarme y compartir tiempo con el desconocido, construir puentes de perdón y sentir el dolor de quien sufre. Todos esos sentimientos nacen en mi gracias a tu misericordia, de Ti viene el amor por el desconocido, el compartir, la bondad, dejar a un lado las enemistades para tener un solo corazón por el prójimo. Por este hermoso camino de adviento me vas llevando para encontrarme conmigo mismo, contigo y con el otro. Conmigo mismo para que descubra que todo lo bueno que hay en mi es porque tu lo pusiste allí. Encontrarme contigo para que reconozca tu gran amor hacia mi y como me llevas cogido de la mano para que alcance la vida eterna junto a ti. El encuentro con el otro me permite aceptar que solo llenándome de ti puedo sentir misericordia y que me importe el dolor del otro. Yo quiero ser un verdadero cristiano que vive la Navidad los 365 días del año y no solo en diciembre, que mi fe me ayude a comprometerme en acciones concretas para caminar y hacer camino con el necesitado, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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lunes, 29 de noviembre de 2021

Dios ama la justicia y la paz, y ese mismo signo caracteriza a los discípulos de Cristo.

 


Dios ama la justicia y la paz, y ese mismo signo caracteriza a los discípulos de Cristo.


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios

Salmo  121, 1-2.4-5.6-7.8-9 R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 5-11
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Palabra del Señor


Comienza el Adviento, un tiempo de preparación para recibir y acoger la presencia de Dios hecho hombre en medio de nosotros. El Dios cercano que habita y comparte su vida con los hombres.

Uno de los libros de la Biblia que personalmente más me gusta del Antiguo Testamento es el del profeta de Isaías porque nos llena de esperanza. Nos habla de un monte, y el monte   como lugar de encuentro entre Dios y la humanidad, lugar de manifestación de la grandeza de Dios, espacio para que Dios nos instruya en sus caminos y sigamos sus sendas. Detengámonos un momento en esto, somos seres humanos creados para hacer buenas obras y es lógico porque fuimos creados por Dios, pero para que las obras buenas perduren en el tiempo, persistamos en ellas y por más ingratitudes que tengamos sigamos haciendo el bien, se necesita que nuestro corazón esté lleno del amor de Cristo, de lo contrario nos llegará el cansancio y la fatiga, porque la motivación viene de nosotros mismos.

Es necesario que Dios nos instruya en sus caminos, en sus sendas, y nuestros sentidos abiertos o dispuestos a escucharle, de la misma manera nuestra voluntad a obedecer. Dios nos pide eso, compromiso y disposición. Caminar en la luz del Señor supone trabajar por la paz y la justicia, por la fraternidad y la hermandad. Prepararnos para celebrar Navidad es dejar a un lado los rencores, las peleas, los odios, las venganzas. Es no poner límites ni de credos, ni de razas, tampoco la nacionalidad, ni de ideas políticas o religiones. El Señor es de todos, Él nos ama y nos acoge en su regazo, su corazón es tan grande que en Él cabemos todos. Acerquémonos a Él con toda confianza para que su amor nos inunde y donde vayamos hagamos presente el amor de Dios.  

¿Te has preguntado por qué es tan importante la fe en un cristiano?

Jesus nos pide insistentemente en tener fe y es que por la Fe seguimos los caminos del Señor, de lo contrario no sería posible.

Hoy el evangelio nos narra la fe del centurión en el encuentro con Jesús. “Mi siervo está paralítico en cama y sufre mucho”, le presenta el centurión a Jesús. Cuando Jesús le contestó: “Voy yo a curarlo”, las palabras del centurión sorprenden al Señor: “¿Quién soy yo para que entres en mi casa? Y Jesús, admirado, añade: “En Israel no he encontrado en nadie tanta fe”.

El Adviento es tiempo para renovar nuestra fe y ser capaces de reconocer la presencia del Señor en lo sencillo de cada día y creer en la fuerza curativa y transformadora de su amor. A veces nos acercamos al Señor con dudas, pedimos con miedo, con desconfianza, solo creemos cuando vemos cosas extraordinarias que nuestros ojos pueden ver. Nuestra Fe no debe ser así, pegados y medidos por los milagros. Una fe robusta es cuando nos abandonamos y confiamos plenamente en Dios, es hacer cosas concretas, estamos llamados a vivir una fe solidaria, como la del Centurión, que nos saque del estrecho mundo de nuestras propias necesidades para comprometernos con los necesitados que tenemos cerca. Una Fe soñadora y comprometida, eso es tener Fe. Necesitamos ser valientes como el centurión, para pedir por el hermano necesitado, enfermo o marginado que está en nuestro camino requiere fe y compromiso. Fe en que el Señor nos acompaña en la tarea de recuperar a nuestro hermano y que Él suple nuestras carencias; compromiso para sacar adelante y proveer las necesidades de aquellos que necesitan de una mano que les ayude.

Hoy pidámosle al Señor que nos aumente la fe, que nos dé el valor y el coraje para hacer presente Su Reino y Su evangelio en este mundo, y que siempre estemos confiados que Él nos acompaña.

Mi amado Jesús, me pongo delante de ti con mi corazón dispuesto y atento para que me instruyas en tus sendas, que no solo te escuche con mis oídos sino con el corazón para que siempre haga tu voluntad y no la mía. Dame la gracia de vivir la fe desde el compromiso,  trabajando por la justicia y la paz, la fraternidad y la hermandad. Necesito ser valiente para ser capaz de pedir por el hermano necesitado, enfermo o marginado, aumenta mi fe y mi compromiso, la fe de saber que no estoy solo sino que tu me acompañas, y el compromiso que es seguir haciendo camino con el necesitado. Así como tu nos acoges en un solo corazón ayúdame a yo también hacerlo, que deje a un lado las ofensas, los odios, los rencores, que no ponga límites ni de credos, ni de razas, ni  nacionalidad, ni de ideas políticas o religiones. Que mi corazón se ensanche para que acoja  a todos desde Tu amor, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!

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Santa Misa


 

viernes, 26 de noviembre de 2021

Antes de interpretar las señales externas, aprende a interpretar las señales internas.

 


Antes de interpretar las señales externas, aprende a interpretar las señales internas.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 7,2-14
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el océano. Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, distintas una de otra.
La primera era como un león con alas de águila; la estaba mirando y de pronto vi que le arrancaban las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron un corazón humano. Había una segunda bestia semejante a un oso; estaba medio erguida, con tres costillas en la boca, entre los dientes. Le dijeron:
«Levántate. Come carne en abundancia».
Después yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo, y esta bestia tenía cuatro cabezas. Y le dieron el poder.
Después seguí mirando y en mi visión nocturna contemplé una cuarta bestia, terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte; tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba; y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era distinta de las bestias anteriores, porque tenía diez cuernos. Miré atentamente los cuernos, y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos, y una boca que profería insolencias.
Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó.
Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él.
Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes.
Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Yo seguí mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la bestia, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras bestias les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada, hasta un tiempo y una hora.
Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia.
A él se le dio poder, honor y reino.
Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron.
Su poder es un poder eterno, no cesará.
Su reino no acabará.
Palabra de Dios

Salmo Dn 3,75.76.77.78.79.80.81 R/. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,29-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
Palabra del Señor


La primera lectura nos habla de una visión nocturna de Daniel y aunque la oscuridad no nos permite ver con claridad lo que nos rodea, desde la esperanza esperamos que llegue la luz, la Luz que es Cristo. Eso es Adviento. El Adviento es en el que todo vuelve a ser nuevo, luminoso, equilibrado y esperanzado. Nuestra vida de fe nos debe llevar a una ascensión en espiral lo que significa renovada, dar signos de conversión, que nuestra vida cristiana de frutos de madurez. En ella nos movemos y existimos.

El evangelio de hoy nos presenta a Jesús que continúa enseñando mediante ejemplos concretos, que son conocidos por las personas a las que se dirige. Añade algo nuevo pero en la misma línea que hablaba ayer: la llegada del Reino de Dios estará anticipada por las señales oportunas, del mismo modo que los frutos de los árboles anticipan el comienzo del verano. Esta conclusión empírica: la relación entre frutos y llegada de la época requiere mucha capacidad de observación y quizá también, un poco de curiosidad. Esto nos exige que no podemos pasar por la vida distraídos, recordemos las palabras que Jesus utiliza “ fíjense”. Pero más que fijarse se necesita que debemos de aprender a intuir, a interpretar señales.

Lo que primero nosotros deberíamos es interpretar nuestras propias señales, a lo que me refiero es lo que antes decía, ¿Cuáles son los frutos que estoy dando? Realmente estoy dando pasos de conversión?, reconozco el bien y el mal?, ¿cómo estoy en la capacidad de discernimiento?

Lo segundo es aprender a interpretar las señales externas, el mundo hacia dónde nos lleva, cuáles son los valores o antivalores que se están imponiendo en el mundo de hoy.

En la vida del día a día debemos descubrir su presencia, aprender a descifrarla (¡porque no es muy evidente! ¡Tantas veces experimentamos la presencia del antirreino!). Esto nos exige permanecer atentos, abiertos a las diferentes realidades, también a las que son nuevas. En fin, la relación con los demás, con el mundo y con Dios, nos llevará a experimentar que se hacen realidad las palabras de Jesús.

Mi amado Jesús, como me falta aprender a leer mis propios signos, como estoy en el indicador del amor, el perdón, la entrega, el servicio, en ser tu verdadero testigo y misionero. No basta con decir Señor, Señor, sino escucharte y dejar que tu Palabra realice la obra en mi. Cuida mis labios para que mis palabras no ofendan, no maltraten, no lastimen, mas bien que pueda ser como San José quien fue prudente. Dame la gracia de tener buena memoria, no para alimentar el odio, la venganza, el enojo, sino para recordar la paciencia que Tu y otros han tenido conmigo, que no olvide las obras de tu amor que haces y sigues haciendo en mi vida, Amen.

Dios te bendiga,

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jueves, 25 de noviembre de 2021

Detrás de una situación adversa llega una bendición.

 


Detrás de una situación adversa llega una bendición.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 6, 12-28
En aquellos días, los hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios. Luego se acercaron al rey y le hablaron sobre la prohibición:
«Majestad, ¿no has firmado tú un decreto que prohíbe durante treinta días hacer oración a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?».
El rey contestó:
«El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas».
Ellos le replicaron:
«Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, majestad, ni acata el edicto que has firmado, sino que hace su oración tres veces al día».
Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar cómo salvar a Daniel, y hasta la puesta del sol estuvo intentando librarlo. Pero aquellos hombres le urgían, diciéndole:
«Majestad, sabes que, según la ley de medos y persas, todo decreto o edicto real son válidos e irrevocables».
Entonces el rey mandó traer a Daniel y echarlo al foso de los leones.
Y dijo a Daniel:
«¡Que te salve tu Dios al que veneras fielmente!».
Trajeron una piedra, taparon con ella la boca del foso, y el rey la selló con su sello y con el de sus nobles, de manera que nadie pudiese modificar la sentencia dada contra Daniel.
Luego el rey volvió a su palacio, pasó la noche en ayunas, sin mujeres y sin poder dormir.
Por la mañana, al rayar el alba, el rey se levantó y fue corriendo al foso de los leones. Se acercó al foso y gritó a Daniel con voz angustiada. Le dijo a Daniel:
«¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Ha podido salvarte de los leones tu Dios al que veneras fielmente?».
Daniel le contestó:
«¡Viva el rey eternamente! Mi Dios envió a su ángel a cerrar las fauces de los leones, y no me han hecho ningún daño, porque ante él soy inocente; tampoco he hecho nada malo contra ti».
El rey se alegró mucho por eso y mandó que sacaran a Daniel del foso; al sacarlo del foso, no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios.
Luego el rey mandó traer a los hombres que habían calumniado a Daniel, y ordenó que los arrojasen al foso de los leones con sus hijos y esposas. No habían llegado al suelo del foso y ya los leones los habían atrapado y despedazado.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que pueblan la tierra:
«¡Paz y bienestar! De mi parte queda establecido el siguiente decreto: Que en todos los dominios de mi reino se respete y se tema al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo, que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace prodigios y signos en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones».
Palabra de Dios

Salmo Dn 3,68.69.70.71.72.73.74 R/. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 20-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
Palabra del Señor


Este Domingo comenzamos el Adviento, que es la espera, esperar con toda esperanza que viene el salvador. Hoy en la primera lectura nos enseña como Dios envió a sus ángeles para que protegieran a Daniel. Nos hablan acerca de un rey pagano persa Darío quien había publicado un decreto en todo su territorio prohibiendo dar culto, dirigirse en oración, a ningún Dios, fuera de él, “bajo pena de ser arrojado al foso de los leones”.

Algunos hombres espiaron al judío Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios y se lo comunicaron a su rey. El rey Darío, aunque apreciaba  a Daniel, se vio en la obligación de aplicar su decreto y manó echar a Daniel al foso de los leones. Pero el Dios de Daniel le protegió de la muerte y así lo reconoció ante el rey: “Mi Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones y no me han hecho nada”. Ante estos hechos, el Rey Darío ensalzó al Dios de Daniel: “Él es el Dios vivo, que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio durará hasta el fin. Él salva y libra, hace prodigios y signos en cielo y tierra, Él salvó a Daniel de los leones”. Por eso detrás de una situación adversa siempre llega una bendición, esto es mirar con los ojos de la fe.
Dios utilizó a Daniel de una manera al límite para poder llegar al corazón del rey Dario. Así como Dios lo hizo con Daniel, Él sigue haciendo prodigios y mayores. Reflexiona por un momento las veces que Dios ha utilizado una situación quizás al límite para demostrarnos una vez más que no estamos solos, que Él tiene todo bajo control, que tenemos que creerle, confiar, y esperar en Él porque Él nunca defrauda.

En el evangelio nos habla del triunfo de Jesús sobre el mal y la muerte, que nos asegura también nuestra resurrección a esa vida de total plenitud. Pero… ¿Hay que esperar hasta el final de los tiempos para que podamos ver el triunfo del bien sobre el mal? Para nada, podemos dar pequeñas victorias en el Nombre de Dios cuando dejamos que sea Él actuando en y a través de nosotros. Pero para aferrarnos a esta verdad y realmente tener una fe con raíces profundas no se nos puede olvidar que tenemos un Dios liberador, un Dios de la Historia, un Dios creador, y Dios fiel…Reflexiona en cada una de estas características de Dios, libertador, de historia, creador y fiel.

Dios liberador. Primero: ¿es para nosotros Dios liberador? Si es así ¿creemos necesitar liberación de su parte? ¿de qué cosas o situaciones haría falta que nos liberase?... Y más interrogantes que pueden venir a cada uno de nosotros…en la intimidad con Él, seguro tendrán respuesta.

Dios de la Historia. Generalmente, debido a la idea de que Dios es omnipotente, omnipresente, omnisciente,…etc. (y no deja de serlo), tendemos a sentirle como un ser lejano. Sin embargo, a través del rostro de su Hijo Jesucristo, Dios dejó ver su corazón. Dios se implica en la historia humana y en la de cada ser humano en particular. Los grandes acontecimientos ocurren a diario en el anonimato. “Cada vida nueva es señal de que Dios no se ha olvidado de los hombres”.

Dios creador. No solo Él ha creado todo lo que vemos, la naturaleza, el universo, los seres humanos sino que también recrea al ser humano, esto significa que no nos desecha a pesar de nuestras equivocaciones. Dios es creativo, de una manera u otra se acerca, nos conquista para que nos enamoremos de Él y de sus obras creadas por El.

Dios es fiel. Si leemos por ejemplo el Antiguo Testamento notamos que El hace camino con la historia humana, no se desentiende de las diferentes situaciones que le suceden al ser humano. Dios se compromete,  se unta, camina junto a nosotros, nos escucha, donde somos más pecadores, Él está ahí siendo fiel a través de las bendiciones que nos regala cada día sin merecerlas.

Es maravilloso saber que tenemos un Dios libertador, de historia, creador y además es fiel. Oro por aquellos que aún no han podido experimentar esto, abre sus sentidos, los ojos para que te puedan reconocer en cada situación,  los oídos para que puedan escuchar la buena noticia que les traes, el paladar para que puedan saborear por las cosas de Dios, el tacto para que puedan sentir el dolor que tu sientes por los que sufren. Gracias Dios por tener tanta paciencia y misericordia con cada uno de nosotros al no desecharnos por ser pecadores sino que más bien nos recreas, utilizas nuestro propio barro para sacar la mejor obra de nosotros. Gracias por tu fidelidad, por tu presencia y tu acción en lo cotidiano de nuestra vida. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!-
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miércoles, 24 de noviembre de 2021

Todos dicen ser cristianos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.

 


Todos dicen ser cristianos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus nobles, y se puso a beber vino delante de los mil. Bajo el efecto del vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que su padre Nabucodonosor había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey junto con sus nobles, sus mujeres y sus concubinas. Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y sus concubinas. Y mientras bebían vino, alababan a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra.
De repente aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoque del muro del palacio real, frente al candelabro; y el rey veía el dorso de la mano que escribía. Entonces su rostro palideció, sus pensamientos le turbaron, los músculos del cuerpo se le aflojaron, y las rodillas le entrechocaban.
Trajeron a Daniel ante el rey y este le preguntó:
«¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey mi padre? He oído decir de ti que posees el espíritu de los dioses, y que en ti se encuentran inteligencia, prudencia y una sabiduría extraordinaria.
He oído decir de ti que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y exponerme su interpretación, te vestirás de púrpura, llevarás al cuello un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino».
Entonces Daniel habló así al rey:
«Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le expondré su interpretación.
Te has rebelado contra el Señor del cielo y has hecho traer a tu presencia los vasos de su templo, para beber vino en ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y tus concubinas. Has alabado a dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de tu vida y tus empresas no lo has honrado. Por eso él ha enviado esa mano para escribir este texto.
Lo que está escrito es: “Contado, Pesado, Dividido”. Y la interpretación es esta:
“Contado”: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el final. “Pesado”: te ha pesado en la balanza, y te falta peso. “Dividido”: tu reino ha sido dividido, y lo entregan a medos y persas».
Palabra de Dios

En esta primera lectura quedémonos con lo que Daniel le dice al rey Baltasar: Contado, Pesado, Dividido. Estas mismas palabras el Señor nos las hace a nosotros, en otras palabras es tiempo de rendir cuentas de la vida ante alguien que tiene el derecho sobre nuestras vidas, Dios.

Daniel emplea tres términos: contado, que interpreta como el anuncio del fin del imperio de su imperio: “tiene los días contados”, que diríamos hoy, es su fin. Pesado, Baltasar “no da el peso” –“no da la medida”- que se le exige como rey, ha convertido su reinado en una suma de “ligerezas”. Dividido: se acabó el imperio; se acaba, se lo repartirán otros: persas y medos.

Para nuestro tiempo estas palabras significan, contado, nuestra vida terrenal está contada y para la vida Eterna nos medirán desde el amor y el servicio. Por eso no malgastes ni tu tiempo, ni tus dones en cosas vanas, que todo lo que hagas deje la huella de Dios.  

Pesado, cuales son tus prioridades en tu vida? has buscado lo que es esencial, las cosas de arriba, Dios, porque si estoy unid@ a Él vas a tener una relación con los demás desde la fraternidad y el servicio.

Dividido, dicen por ahí “ Divide y reinarás “.   Nuestro corazón no puede tener división, tenemos que estar unidos en Cristo y con los demás, un solo corazón, un solo sentir.  

Reflexiona y mírate desde adentro, pregúntate, ¿Cómo me encontrará el momento del fin de mis días?; ¿habré dado a mis días el peso específico, que se consigue en optar por lo esencial y no quedarse en lo leve, insignificante, superficial, que es la negación del peso, del valor que tiene nuestra condición de ser humano, de ser cristiano? ¿Dónde hemos buscado a Dios?: ¿en las riquezas, los honores, el prestigio social, como Baltasar?; ¿o en una vida interior, que ha optado por lo noble, lo que nos conforma como personas humanas, como hijos de Dios y hermanos de los demás; en continua búsqueda de la verdad, y desarrollando nuestra capacidad de afecto, mirando más allá, a lo que nos trasciende, al Dios que se nos ha mostrado en Jesús de Nazaret?

Salmo Dn 3,62.63.64.65.66.67 ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,12-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Palabra del Señor.

 
Todos dicen ser cristianos católicos, y hasta es mal utilizado por algunos porque si vamos al fondo de lo que esto significa tiene más fondo que forma.

Ser un verdadero cristiano desde lo esencial de nuestro ser exige un compromiso serio, constancia, fidelidad y perseverancia. Nuestra humanidad es débil, las fuerzas interiores como los pensamientos y las fuerzas exteriores desde el ámbito social donde nos movemos nos quieren atrapar y sacarnos del camino hacia Cristo. Dios desde su misericordia nos sostiene e impulsa nuestra voluntad para que nos mantengamos fieles, seamos constantes y perseverantes en su amor. Tenemos que ser conscientes de nuestra condición humana y pedirle a Dios que no nos desampare y que nos permita caminar junto a Él.

Pero cómo darnos cuenta cómo está nuestra vida en y con Cristo?  

Un buen termómetro para medir nuestra vida cristiana puede ser el que desentonemos, al menos en algo, con la norma. ¡Ojo! no me refiero a que haya que ser un rebelde sin causa o alguien que se crea por encima de los demás; todo lo contrario. En medio de la normalidad, es necesario que -sin proponérselo-  seamos blanco de alguna crítica, que no todos nos vean como siempre simpáticos y amigos de todo. En otras palabras decir la verdad y desenmascarar la mentira, vivir los valores éticos y morales del evangelio aunque esto me cause incomprensiones. No dejarse llevar por la masa, si todos piensan así entonces es porque es correcto, ¡No!.  Si aceptan unas normas y leyes que van en contra de la vida y la  dignidad humana no significa que debemos aceptarlas y estar de acuerdo. El seguimiento coherente de Jesús encierra que a veces nos den la espalda, nos persigan, y recibamos ofensas…incluso de aquellas personas a quienes estamos más ligados. Que el  Señor nos dé su gracia para sintonizarnos con Él.

Jesús me dice que mi relación contigo es más de fondo que de forma, lo que significa un compromiso serio, constante, fiel y perseverante al mensaje evangelico. Tu me diste la vida terrena contada para recordarme que hay una vida eterna; pero para gozar de ella tu me vas a medir desde el amor y el servicio, no importa todo el trabajo que haga sino cuánto amor ponga en cada cosa. Tu me invitas a buscar lo que es esencial, las cosas de arriba, las cosas de Dios porque si estoy unid@ a ti seré la extensión de tu amor para mis hermanos. Dame la gracia de estar unido a ti mi Señor porque llenándome de ti tendré un corazón bondadoso, misericordioso, capaz de amar al extremo como tu lo hiciste en la cruz. Quiero tener una vida que trascienda, una vida interior, una vida al que Dios que se nos ha manifestado en ti Jesús, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa misa


 

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

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