martes, 27 de septiembre de 2022

Un hij@ de Dios es valiente para afrontar las dificultades porque sabe dónde ha puesto su confianza y reconoce que su fuerza viene solo de Dios.

 


Un hij@ de Dios es valiente para afrontar las dificultades porque sabe dónde ha puesto su confianza y reconoce que su fuerza viene solo de Dios.


Primera lectura
Lectura del libro de Job 3,1-3.11-17.20-23:

Job abrió la boca y maldijo su día, diciendo:
«Muera el día en que nací
y la noche que anunció:
“Se ha concebido un varón”!
¿Por qué al salir del vientre no morí
o perecí al salir de las entrañas?
¿Por qué me recibió un regazo
y unos pechos me dieron de mamar?
Ahora descansaría tranquilo,
ahora dormiría descansado
con los reyes y consejeros de ¡a tierra
que se hacen levantar mausoleos,
o con los nobles que amontonan oro,
que acumulan plata en sus palacios.
Como aborto enterrado, no existiría,
igual que criatura que no llega a ver la luz.
Allí acaba el ajetreo de los malvados,
allí reposan los que están desfallecidos.
¿Por qué se da luz a un desgraciado
y vida a los que viven amargados,
que ansían la muerte que no llega
y la buscan más escondida que un tesoro,
que gozarían al contemplar el túmulo,
se alegrarían al encontrar la tumba;
al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?».
Palabra de Dios

Salmo 87 R/. Llegue hasta ti mi súplica, Señor.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.
Palabra del Señor


Hoy continuamos con la historia de Job. Job a pesar de pasar por las duras pruebas demuestra una vez más la fidelidad y la autenticidad de su amor hacia Dios, esto le da la gracia de la paciencia.  En el momento más intenso de su sufrimiento, Job clama, diciendo que no entiende nada, no sabe ni siquiera quién es; se siente justo, pero duda incluso si de verdad ha sido justo, por todos los sufrimientos y hechos negativos que está viviendo, sin ninguna explicación. Job espera con paciencia como Dios va ayudarlo a pasar esta dificultad. Todos nosotros carecemos de la virtud de la paciencia al experimentar esta misma incertidumbre ante situaciones difíciles en las cuales nos hacemos preguntas de fondo. Hay momentos en que nos podemos sentir desbordados y superados, sin conseguir ver soluciones o caminos posibles, sin tan siquiera comprender lo que está sucediendo. Hay momentos en la vida que llegamos al límite pero en ese momento es donde nuestra fe se confronta,  esa ahí donde nos damos cuenta si hemos crecido en la fe, y  si nuestra relación con Dios tiene raíces profundas o es superficial. Pensar y reflexionar de qué manera estamos viviendo nos ayuda a reevaluar nuestras relación con nosotros mismos. Esto no es un acto egoísta pensar primero en nosotros. Una vez escuche el ejemplo cuando tomas un avión. La azafata dice “ En caso de emergencia colóquese primero su máscara y si está a salvo ayude a los demás”. Si nosotros estamos bien, todo se verá reflejado a nuestro alrededor.

Es hora de hacernos estas preguntas…

¿Estamos verdaderamente convencidos de nuestras capacidades, las reconocemos?, nos sentimos orgullosos por esos talentos y capacidades? si utilizamos ese talento que Dios nos dio o más bien lo escondo como en la parábola de los talentos? . Cada día como lo vivimos, desde la esperanza, con ganas de mejorar el mundo y hacer las cosas bien o será que nos invade el pesimismo y la mediocridad al ver que el mal tiene tanta fuerza? . ¿Cómo estamos en el amor? Estamos creciendo en el amor o estamos alimentando el desamor por causa de malas experiencias? Confiamos en el Señor o será que desconfiamos de su ayuda porque creemos que por lo que hemos hecho o dejado de hacer El nos pasará la cuenta de cobro?

La mejor decisión que debemos tomar es aceptar y reconocer la situación que estamos viviendo, lo peor que podemos hacer es sacarle el quite, hacer de cuenta que nada está pasando. Enfrentarnos a nuestros propios miedos e inseguridades nos hacen vulnerables pero es necesario para que nos acerquemos al Señor y le pidamos su auxilio.  Hay que superar las situaciones negativas y destructivas no solos, sino con Cristo. Él nos dará las herramientas, la estrategia, el consejo, la sabiduría para poder hacerlo. Pretender que solos lo podremos lograr sin su ayuda es un acto suicida. Por eso para preguntas profundas, respuestas profundas y estas las encontramos en Cristo crucificado, Él en su momento nos mostrará cual es el misterio salvífico que hay detrás de ese dolor y dificultad.  

Jesús lo sabía muy bien y es por eso que en el evangelio nos dice que baja a Jerusalén. El tiene que tomar una decisión, ir o no ir.  La decisión de ir a Jerusalén está vinculada a una decisión mucho mayor y vital para Jesús: el proyecto de su Padre Dios. Y toda decisión implica asumir las consecuencias que se desprenden de ella. Cuántas veces sabemos que es lo que nos está pidiendo Dios, o que es lo mejor para nosotros, pero por no querer asumir consecuencias, o por no querer pasar por desapegos,  o por evitar un dolor como es doblegar el orgullo y la vanidad, nos quedamos ahí sabiendo que va causar un daño y un dolor más grande.  

Señor tú nos hiciste libres y deseas que sigamos viviendo desde la libertad, por eso no nos obligaste a amarte o a cumplir tus mandatos desde la imposición. Desde el amor que te digo tener quiero seguir y sin importar que pase con mi vida o con las cosas que tengo, lo que gane o pierda siempre va haber una ganancia porque de ello hay una lección de amor para aprender. Ayúdame a crecer en la paciencia para saber esperar,  entender que todo se hace en tu tiempo y no el mio. Tu sabes cual es el momento y tiempo oportuno, del porqué las cosas deben pasar de una manera u otra. Dame la gracia de tomar decisiones conforme a tu voluntad aceptando con serenidad y con capacidad de amar las consecuencias al asumir tu plan divino. Un hij@ de Dios es valiente para afrontar las dificultades porque sabe dónde ha puesto su confianza y reconoce que su fuerza viene solo de ti, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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