miércoles, 25 de mayo de 2022

El Espíritu Santo es quien nos lleva a experimentar el amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo.

 


El Espíritu Santo es quien nos lleva a experimentar el amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo.  


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 17, 15. 22 — 18, 1

En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios

Sal 148, 1bc-2. 11-12. 13. 14 R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
Palabra del Señor


Al Dios desconocido…. Para algunos esta frase es una afirmación ya que la experiencia que han tenido  es el Dios que está lejos, que permite injusticias, que lleva cuentas, que debemos portarnos bien para que nos bendiga y nos proteja. Dios al tener conocimiento de lo que puede el ser humano pensar y experimentar se atreve a echarnos una mano y para ayudarnos a que le encontremos más fácilmente nos ha enviado hasta nosotros a su propio Hijo Jesús, quien nos ha hablado con mucha más claridad desde sus palabras y acciones. Y no solo nos ha hablado de Dios, su Padre, sino que ha venido para indicarnos por qué caminos hemos de andar, qué actitudes hemos de tener para encontrar el sentido y la alegría de vivir.

Dios una y otra vez nos muestra su presencia pero nosotros por estar tan distraídos y ocupados lo dejamos en un segundo o tercer lugar. La raíz del problema es que tenemos mala memoria. ¿Te acuerdas cuando recibiste tu primera comunión?  ¿ si tuviste fiesta como fue? , o te acuerdas cuando le estabas pidiendo algo a Dios que era un imposible y que sentiste cuando las cosas se dieron? ¿Te acuerdas cómo fue el momento de tu matrimonio? ¿ te acuerdas en el hospital cuando ibas a tener a tu bebe?Si no olvidaramos todo lo que el Buen Dios nos bendecido seriamos mucho mas agradecidos, porque recordar es volver a pasar por el corazón  lo vivido.

En las charlas de pareja una de los consejos que les doy es que a pesar del momento tan difícil que estén viviendo vuelvan al primer momento, por ejemplo cuando se conocieron, cuando tuvieron su primera cita, recordar todos esos momentos maravillosos que vivieron como pareja. Seguramente el enojo va disminuyendo, empezamos a ver las cosas con los lentes de Dios, osea desde la caridad y la misericordia.

El evangelio nos habla del Espíritu Santo. Una de las acciones que tiene el Espíritu Santo es recordarnos las palabras del Hijo de Dios y llevarnos hacia el camino del Padre. Sabemos que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, aunque iguales entre sí,  la Escritura les asigna una función distinta “hacia fuera”, hacia nosotros. El Padre nos envía al Hijo hasta nosotros, el Hijo nos comunica su buena noticia, y el Espíritu Santo viene a completar la labor de ambos. “Muchas cosas me quedan por deciros… cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena”. Así es, Jesús sabía que lo único que necesitábamos era su Santo Espíritu que fue el mismo que le ayudó en su vida terrena para llegar y permanecer en la verdad.  

La gente poco sabe del Espíritu Santo y por no saber es como aquel que recibe un regalo y nunca lo destapa. Jesús nos prometió una doble ayuda y una doble presencia. Nos prometió que, de manera distinta, se iba a quedar con nosotros y nos iba a acompañar siempre “Yo estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos”. Algo que nos recuerda en cada eucaristía: “Tomad y comed esto es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre”. Nos prometió también el envío del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, cuya labor principal es la de recordarnos y hacernos vivir las verdades que Jesús nos predicó. El Espíritu Santo es quien nos lleva hasta la verdad plena porque Él es el amor que nos lleva a la fuente del amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo.

Mi amado Jesús, cuánto necesito ejercitar en mí la acción de Tu Santo Espíritu para poder tener actitudes de bondad y misericordia. Deseo vivir cada día con entusiasmo, con esperanza, con paz y serenidad. Que cada cosa que haga deje la huella del amor de Dios y que por su gracia esos corazones sean tocados por ti para que puedan experimentar el amor que redime, que levanta y perdona. Gracias Señor por dejarnos Tu Santo Espíritu quien suscita en nuestro corazón la búsqueda de la verdad, la verdad de que gracias a ti nos movemos y existimos, que no somos nada sin ti, que nos has hecho seres vacíos para que seamos llenados solo por ti y que hemos sido creados para vivir desde tu amor. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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