lunes, 18 de julio de 2022

El que ama cuida y valora.

 


El que ama cuida y valora.

Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas 6, 1-4. 6-8

Escuchad lo que dice el Señor, el pleito del Señor con su pueblo. «En pie, pleitea con las montañas, que escuchen tu voz las colinas». Escuchad, montañas, el pleito del Señor,
vosotros, inalterables cimientos de la tierra: el Señor pleitea con su pueblo,
con Israel se querella. «¿Pueblo mío, ¿qué te he hecho?, ¿en qué te he molestado?
¡Respóndeme! Yo te saqué de Egipto y te libré de la servidumbre. Yo te envié a Moisés,
Aarón y María». ¿Con qué me presentaré al Señor y me inclinaré ante el Dios excelso?
¿Me presentaré con holocaustos, con terneros de un año? ¿Le agradarán al Señor mil bueyes, miríadas de ríos de aceite? ¿Le ofreceré mi primogénito por mi falta, el fruto de mis entrañas por mi pecado? Hombre, se te ha hecho saber lo que es bueno, lo que el Señor quiere de ti: tan solo practicar el derecho, amar la bondad, y caminar humildemente con tu Dios.
Palabra de Dios

Sal 49, 5-6. 8-9. 16bc-17. 21 y 23 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».
Palabra del Señor


La primera lectura nos deja ver la paciencia de Dios. A pesar de sus continuas llamadas de atención no los trata o castiga de acuerdo a su pecado, sino que más les pregunta …   “¿Pueblo mío, ¿qué te he hecho?, ¿en qué te he molestado? ¡Respóndeme!. Dios al bajarse hasta nuestro nivel de criaturas a través de la voz del profeta nos enseña lo importante que somos para Él porque nos deja ver su corazón. Dios no quiere imponerse, no nos obliga para que lo sigamos, más bien utiliza una metodología más sabia como es hacernos una pregunta desde el amor .. ¿Qué te he hecho?, ¿en qué te he molestado? Porque no me incluyes en tus planes? porque no quieres hablar conmigo?, porque me haces a un lado de tu vida?

Si supiéramos el beneficio y la bendición de tener a Dios en el centro de nuestras vidas lo haríamos porque no es lo mismo que nosotros llevemos el timón de nuestra vida  que sea el mismo Dios guiándonos. Un hijo pequeño por ejemplo confía en sus padres y sabe que con ellos nada malo le va suceder. Así Dios quiere que nosotros confiemos en Él y además que seamos obedientes cumpliendo su voluntad. Para que nos sirve confiar en Él y terminar haciendo lo que nosotros queremos?.  

Seguramente cuando empezamos a caminar junto con el Señor los primeros pasos serán vacilantes, llegarán las dudas, y hasta nos preguntaremos .. ¿Qué es lo que Dios quiere? ¿Cuál es su voluntad?. La razón nos pide hacer algo y el corazón nos dice lo contrario, mientras la razón nos dice  “ voy a hacer mi deseo, haré lo que me venga en gana “, el corazón que es el lugar donde Dios nos habla nos dice “ escucha mi voz y obedece lo que te pido que hagas”. Entonces cómo sintonizarnos o configurarnos con la voluntad de Dios?

Hoy la primera lectura nos da tres claves : "practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios.", es decir, si cumplimos estas tres claves que son un regalo de Dios entonces nuestro corazón se sintoniza con el de El y nuestra vida será abundante como la de Cristo.

En el evangelio Jesús nos dice “ Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás “ y más adelante dice “ aquí hay uno que es más que Salomón”... El signo de mayor es el Hijo de Dios, Cristo, porque a través de Él llega nuestra salvación. En el credo está el resumen de nuestra fe y muchas veces la rezamos de labios para afuera pero no somos conscientes de su contenido. Si la salvacion llego al mundo a través de Cristo entonces porque no permitimos que El haga parte de nuestra vida? ¿Qué es lo que nos lo impide? Porque Dios tenía el afán de enviar a su hijo para que nos salvará? de qué peligro nos está protegiendo Dios? Son preguntas que debemos hacernos, son preguntas profundas y cuando nos las hacemos y queremos buscar la verdad entonces ahí es donde nos ponemos en camino para conocer y descubrir la verdad que Dios nos quiere revelar.
 
Para estar dispuesto a morir al propio yo, es necesario comprender a fondo y valorar hasta qué punto se ha comprometido Dios a cuidar de nosotros. Si somos capaces de aceptar que nunca nos abandonará, ni se dejará ganar en generosidad por nosotros, podremos soltar las riendas de nuestra vida con más facilidad. Si las aferramos con tanta fuerza es que no estamos convencidos que nuestro Padre Dios ha adquirido ese compromiso. Morir al yo está íntimamente ligado a saber que cuidar de sus hijos está en la propia naturaleza de Dios.

Tantas bendiciones Señor que me regalas cada día pero a veces las he convertido en algo que es común o normal, la vida, el respirar, el poder ver y escuchar, caminar,  gozar de buena salud, tener una familia, los amigos y pertenecer a una comunidad. Como pierdo el tiempo en mi mismo de una manera egoísta sacrificando el tiempo que puedo disfrutar con aquellos que tu me pones cerca de mi. Cuántas veces pierdo el tiempo en cosas que realmente no valen la pena cayendo en el error de no valorarlas. Hoy con amor me exhortas y me pides que no caiga en ese error porque puede suceder que algún día ya no estén y no poder retroceder el tiempo. Gracias Señor por recordarme lo tanto que me amas y por cuidar las bendiciones que me das. Ayúdame a cuidarlas y valorarlas como lo haces tu y a tener un corazón agradecido hoy y siempre. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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