lunes, 8 de junio de 2020

Dios desde su misericordia tiene que interrumpir nuestros planes para salvarnos.


1 Reyes 17, 1-6
En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: "¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando."
Luego el Señor le dirigió la palabra: "Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida."
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán.
Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.
Palabra de Dios


La primera lectura nos presenta al profeta Elías y su drástica palabra profética contra el reino del Norte, el Reino de Israel, que ha caído en espantosa idolatría. Si nos quedáramos solo con esto vendría a nuestra cabeza al Dios castigador del Antiguo Testamento, un Dios que lleva cuenta nuestros errores, un Dios que se venga por la infidelidad de su pueblo.

Esta es una manera errada de ver a Dios y como nos hace de daño esto a nuestra vida de fe. La verdad es que el hombre desde su libertad es quien decide qué hacer, el problema es que cuando tomamos decisiones erradas y terminamos mal ahi si decimos que Dios nos castigo, en vez de reconocer que por nuestros errores terminamos enredados en nuestras codicias y obstinaciones. Cuando somos manejados por el orgullo y la codicia nos volvemos fieras, animales rapaces e insaciables. A veces el mismo Dios tiene que intervenir en nuestros proyectos para evitarnos que caigamos al vacío. Digamos ese frenazo nos ayuda a que recapacitemos, a que descubramos nuestra autosuficiencia, nuestra rebeldía y como nuestra necedad nos a llevado hasta vender nuestros propios valores morales y éticos. Esta es manera que Dios se hace presente para reclamara o hacernos recordar que solo El es el Señor, para Él todo el Honor y la Gloria. 

Salmo 120 " Nuestro auxilio es el nombre del Señor, / que hizo el cielo y la tierra"

Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos de Dios". Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros".
Palabra del Señor


El evangelio de hoy nos habla de las bienaventuranzas, pero como entender bien este hermosos pasaje y no caer en explicaciones erradas?

Sin duda al escuchar esta lectura nos suena muy paradójico, eso de llamar felices a los pobres, los sufridos, los mansos o los perseguidos es una contradicción abierta y casi desafiante a los valores y estilos que vemos triunfar en el mundo.

No olvidemos que Jesús comienza diciéndonos…. "¡Dichosos!"; "¡Felices!". En otras palabras el  Evangelio es un mensaje de dicha, de alegría, de felicidad. Pero qué hay de verdad al decir “ felices, pobres, los sufridos, los mansos o los perseguidos ?”. Realmente suena muy contradictorio. Verdad?

En este mundo nos han vendido que la felicidad no es ser pobre sino el ser rico, al que le abunda los bienes materiales, los que tiene una mente brillante, los que son famosos, aquellos que tienen el poder político y económico. El mundo nos ha vendido que es terrible el fracaso, una quiebra económica, un fracaso sentimental. Esto es tan cierto que por eso en algunos países ya está legalizado la eutanasia. El dolor y el sufrimiento es algo escandaloso e insoportable. Para el mundo el que es manso es un tonto, en cambio el pícaro, el audaz, ese sí que importa, ese si que vale. El mundo solo quiere ser perseguido por los lentes cuando se tiene fama, pero nunca se quiere ser perseguido por denunciar la verdad, por seguir los valores éticos y morales, por ser cristianos.

Una de las tantas cosas que he aprendido personalmente por esta pandemia, es que de una mal hay algo por aprender. Todo esto que ha sucedido con el COVID 19 nos lleva reflexionar la relación con Dios, conmigo mismo y con el hermano.  Este frenazo nos ayudó y nos debe ayudar a descubrir lo que realmente somos, porque muchas cosas fácilmente florecieron en nosotros. 

Realmente los pobres de espíritu son aquellos que han aprendido a desengañarse de los ídolos y los placeres de esta tierra. Son aquellos que reconocen las amenazas y los poderes del mundo. Los Pobres del Espíritu son los que su corazón está fascinado por Dios  y ya su corazón no está atado a las cosas del mundo porque las ambiciones del mundo ya no los cautiva.

Mi amado Jesús, Gracias por las veces que interrumpes mi plan porque muchas veces está cargado de orgullo, autosuficiencia, necesidad y rebeldía;  Tú siempre sabes que es lo mejor para mi y por eso quiero que sigas actuando en cada paso que doy, porque de Tu viene todo lo bueno, lo perfecto, y lo santo. Dame la gracia de tener un corazón pobre en el Espíritu para reconocer que sin ti no soy nada y contigo lo tengo todo. Ayúdame a aprender de los desengaños de los ídolos y los placeres de este mundo aunque esto cause dolor en mi. Abre mis ojos para reconocer las amenazas y los poderes de este mundo y denunciarlos con valentía. Dame la dicha de estar fascinado por ti, que mi corazón sea embriagado por tu amor y que mientras viva puede servirte con generosidad y amor como tu lo hiciste por cada uno de nosotros, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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