jueves, 30 de junio de 2022

Como es nuestra postura al sentirnos amenazados, rechazados o con miedo?

 


Como es nuestra postura al sentirnos amenazados, rechazados o con miedo?


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós 7, 10-17

En aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboan, rey de Israel:
«Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país no puede ya soportar sus palabras. Esto es lo que dice Amós: Jeroboán morirá a espada, e Israel será deportado de su tierra».
Y Amasías dijo a Amós:
«Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino».
Pero Amós respondió a Amasías:
«Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y un cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”.
Pues bien, escucha la palabra del Señor: Tú me dices: “No profetices sobre Israel y no vaticines contra la casa de Isaac”.
Por eso, esto dice el Señor:
“Tu mujer deberá prostituirse en la ciudad,
tus hijos y tus hijas caerán por la espada,
tu tierra será repartida a cordel,
tu morirás en un país impuro
e Israel será deportado de su tierra”».
Palabra de Dios

Sal 18, 8. 9. 10. 11 R/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor


En la primera lectura nos hablan del profeta Amos. Este hombre resultaba incómodo ya que denunciaba la forma de vivir una religión que estaba bastante deteriorada. Como había de esperarse, ante la predicación de Amós y sus profecías, Amasías acudió al rey acusando a Amós de conspiración y profetizando la “muerte del rey y su deportación a tierras extrañas”. Por todo ello pidió a Amós que se marchara a Judá y ganara el pan fuera de aquellas tierras. Amasías siente temor de perder su clientela en el Santuario de Betel. Cree que Amós predica por dinero y teme quedar relegado y sin sustento. Es por eso que  Amasías al sentirse amenazado, levanta calumnias contra el que es una amenaza. Amos quien es un hombre de Dios le recuerda a Amasías el origen de su vocación,  aunque él no se considere un profesional de la profecía, El mismo lo dice” Yo era un pastor y un cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”. Es el Señor quien lo obliga a ejercer de profeta y la fuerza de Dios es quien le da el valor para hacerlo.

Que esta primera lectura nos exhorte y nos anime a estar firmes en la fe y creerle a Dios. En este mundo donde la mentira y el engaño tiene presencia tan fuerte en nuestra sociedad, Amós se convierte para nosotros en una llamada de Dios, en un modelo a seguir. Por eso nuestra reflexión ha de llevarnos siempre a personalizar lo escuchado. ¿Hasta qué punto es fuerte nuestra fe para afrontar situaciones de desprecio, de oposición e indiferencia?

En el evangelio notemos que Jesus sana a un paralítico, es una acción profética para indicar que el Reino de Dios ha llegado. Él ha detectado una fe grande en aquellos que portan al paralítico. Conectando la primera lectura y esta primera parte del evangelio, descubramos como los que portan al paralítico son una bendición para él. Preguntémonos si nosotros estamos dispuestos a dar testimonio de fe a quienes nos rodean para que ellos se acerquen y conozcan a Cristo, sean sanados y liberados por el. O será que no dejamos actuar en nosotros al Espíritu Santo para que El haga las obras en nosotros y a través de nosotros.
La lectura continúa diciendo que Jesus comienza por ofrecerle el perdón. Algo que sólo Dios podía hacer. Supone un escándalo para aquellos escribas, y Jesús está consciente de lo que piensan de él, no se intranquiliza o se perturba porque El sabe que está cumpliendo la misión que el Padre le ha encomendado. Él ha venido a ser vida y dar vida a los hombres.

Amos en la primera lectura y Jesus en el evangelio nos dejan como enseñanza que nuestras acciones siempre provocan reacciones en los demás. Como en el caso de Jesús, habrá quien las juzgue bien y quienes las sometan a juicio. Conviene siempre tener como modelo la reacción de Jesús. Él tiene claro cómo actuar y no se deja perturbar por los comentarios y actitudes de sus detractores. Jesus tiene claro quien es y cual es su misión, Él se mantiene fiel a su Padre que quiere el bien de sus hijos.
Hagamos una revisión de nuestras posturas sobre todo, las que hacen referencia a nuestros miedos, a la reacción de los demás cuando, por ser fieles a nuestras convicciones, recibimos el desprecio o el rechazo. Los tiempos no son propicios a aceptar la Verdad y hacerla vida. Jesús con ese gesto nos anima a seguir su comportamiento.

Hoy reconozco que mis actitudes no son correctas cuando tengo frente al miedo, a las contradicciones, al rechazo o cuando tengo que defender mis convicciones. Ante esas situaciones por lo general no actuó de manera inteligente porque a veces me dejo dominar del temor, el cual es muy mal consejero. Dame la gracia Señor de actuar de manera serena y tranquila, teniendo la completa confianza que no estoy sol@, que por más incomprensiones que tenga que enfrentar tu estaras alli para ayudarme, si me rechazan tú me acompañas desde mi soledad para hablarme al corazón y sentirme amad@. Si en algún momento me siento amenazado no permitas que yo actúe desde la injusticia y si por mis convicciones desde la fe levantan calumnias y ofensas ayudame con la fuerza de tu Santo Espíritu para ser fiel a tu amor porque prefiero obedecerte y a ti y no a los hombres. Que tu paz y serenidad siempre me acompañen en cada dia, Amen.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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miércoles, 29 de junio de 2022

¿Qué es lo fundamental para nuestra vida? Realmente nos hemos dejado conquistar por el corazón de Jesús?

 


¿Qué es lo fundamental para nuestra vida? Realmente nos hemos dejado conquistar por el corazón de Jesús?


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener también a Pedro. Eran los días de los Ácimos. Después de prenderlo, lo metió en la cárcel, entregándolo a la custodia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua.
Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. Cuando Herodes iba a conducirlo al tribunal, aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente; se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocando a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo:
«Date prisa, levántate».
Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió:
«Ponte el cinturón y las sandalias».
Así lo hizo, y el ángel le dijo:
«Envuélvete en el manto y sígueme».
Salió y lo seguía, sin acabar de creerse que era realidad lo que hacía el ángel, pues se figuraba que estaba viendo una visión. Después de atravesar la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la ciudad, que se abrió solo ante ellos. Salieron y anduvieron una calle y de pronto se marchó el ángel.
Pedro volvió en sí y dijo:
«Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo de los judíos».
Palabra de Dios

Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 R/. El Señor me libró de todas mis ansias.

Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6-8. 17-18

Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente.
He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.
Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.
Más el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león.
El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial.
A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Palabra del Señor


Hoy celebramos la fiesta de San Pedro y de San Pablo. Tomaremos la figura de Pedro para nuestra meditación del día de hoy.  Pedro era una persona normal común y corriente. Vivía del trabajo de sus manos en el mar. Pero hubo algo que cambió su vida, un acontecimiento que marcó un antes y un después: el encuentro con Jesús de Nazaret. Desde el primer momento, Pedro quedó entusiasmado, cogido, seducido… por Jesús de Nazaret. Vio en él algo especial. Por eso, cuando le pidió que lo dejase todo para seguirle y le prometió que le iba a hacer pescador de hombres… Lo dejó todo y le siguió. En otras palabras Jesús conquistó su corazón.  

Pedro junto a Jesus aprendió muchas cosas. Como resumen de todo lo que aprendió, se puede citar un conocido pasaje. Cuando Jesús habla a sus oyentes de su cuerpo como pan de vida y verdadero alimento, algunos le dieron la espalda, les pareció demasiado. Jesús se acercó a los que se quedaron con él y les dijo: “¿También vosotros queréis marcharos?”. Fue cuando Pedro, dijo: “¿Adónde iríamos?, tú solo tienes palabras de vida eterna”. Poco a poco, Pedro, en el trato y escucha de Jesús, fue cayendo en la cuenta de que Jesús no sólo era hombre sino que también era Dios. Realmente el Espíritu Santo le abrió el entendimiento para que Pablo fuese inspirado para que pudiera decir eso. En el evangelio de hoy, Jesús pregunta : Y vosotros,¿quién decís que soy yo? Pedro responde: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. San Pedro experimentó que las palabras de Jesús contienen vida, sentido, luz, porque llenan el corazón, y traen esperanza.

No todo en la vida de Pedro fue un camino de rosas. Experimentó la debilidad. Tan débil que llegó a negar a Jesus ante los soldados de Pilatos. Jesús en el fondo conocía el corazón de Pedro y es por eso que sale a su encuentro, no lo deja en el error más bien lo acoge porque encuentra en el corazón de Pedro debilidad y arrepentimiento. Es por eso que Jesús le pide que esté frente de su iglesia.  

Quizás la frase que resume la vida de Pablo es aquella en la que confiesa: “Para mí la vida es Cristo”. Desde que Jesús salió a su encuentro cuando iba persiguiendo a sus seguidores, y le hizo caer en la cuenta de que era el Hijo de Dios y que su evangelio era la mejor noticia para todos los hombres, Pedro tomó la decisión de gastar y desgastar su vida en la predicción de Jesús y su evangelio. Su vida sin Cristo no se entiende, si le quitan a Cristo no hay vida para él.

Reflexionemos este día lo siguiente: :
¿Podemos confesar como Pedro y Pablo que lo fundamental de nuestra vida ha sido y sigue siendo el encuentro con Cristo Jesús y que desde ahí vivimos todo lo demás?
¿Podemos decir que en la amistad con Jesús encontramos la fuerza y la energía suficientes para enfrentarnos a todo lo que nos sale en la vida?
¿Podemos repetir desde dentro, con el corazón, las afirmaciones de Pedro y Pablo: “¿A quién iríamos? Tú sólo tienes palabras de vida eterna”. “Para mí la vida es Cristo”.

Mi amado Jesús, qué alegría y que paz es poder saber que mi encuentro personal contigo significa un antes y un después. El pasado es recordar que es una vida sin ti, cansancio,  fatigas,  temores,  angustias,  intranquilidad y desasosiego. Una vida junto a ti trae paz a pesar de las dificultades, si estoy cansado tú me ayudas a cargar la cruz, si estoy fatigado te sientas conmigo para que descanse, si siento temor tu me dices que no estoy sol@, si siento angustia tú me dices que confíe y que todo va salir bien. Si estoy intranquilo me inundas con tu paz. Bien lo decía San Pablo “Para mí la vida es Cristo”. Hoy me aferro a las palabras de Pablo para que yo también lo pueda decir desde mi corazón. Gracias Señor por tus palabras que tienen vida, dan sentido y me llenan de luz al llenarme el corazón de amor y de esperanza. Amen.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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martes, 28 de junio de 2022

El profeta lee su vida a profundidad. Por eso el profeta conoce mejor que nadie el sentido del pasado y el futuro al que va su vida…

 


El profeta lee su vida a profundidad. Por eso el profeta conoce mejor que nadie el sentido del pasado y el futuro al que va su vida…


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós 3, 1-8; 4, 11-12

Escuchas la palabra que el Señor ha pronunciado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda tribu que saqué de Egipto:
«Solo a vosotros he escogido
de entre todas las tribus de la tierra.
Por eso os pediré cuentas
de todas vuestras transgresiones».
¿Acaso dos caminan juntos
sin haberse puesto de acuerdo?
¿Acaso ruge el león en la foresta
si no tiene una presa?
¿Deja el cachorro oír su voz desde el cubil
si no ha apresado nada?
¿Acaso cae el pájaro en la red,
a tierra, si no hay un lazo?
¿Salta la trampa del suelo
si no tiene una presa?
¿Se toca el cuerno en una ciudad
sin que se estremezca la gente?
¿Sucede una desgracia en una ciudad
sin que el Señor la haya causado?
Ciertamente, nada hace el Señor Dios
sin haber revelado su designio
a sus servidores los profetas.
Ha rugido el león,
¿quién no temerá?
El Señor Dios ha hablado,
¿quién no profetizará?
Os trastorné
como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra,
y quedasteis como tizón sacado del incendio.
Pero no os convertisteis a mí —oráculo del Señor—.
Por eso, así voy a tratarte, Israel.
Sí, así voy a tratarte:
prepárate al encuentro con tu Dios.

Sal 5, 5-6a. 6b-7. 8 R/. Señor, guíame con tu justicia

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Palabra del Señor


En la primera lectura el profeta Amos nos recuerda que siempre hay vínculos entre causas y efectos. Ver las consecuencias de los actos y descubrir qué produce cada efecto: a eso le  llamamos "leer la vida." En efecto, en la vida hay trazos que podemos reconocer cuando vemos cómo se relacionan unas cosas con otras. Viendo esos trazos aprendemos a reconocer letras y palabras enteras: mensajes que Dios nos hace comprender, si estamos dispuestos a recibirlos.

Cuando nosotros recibimos el sacramento del bautismo, nos dice que estamos llamados a ser sacerdotes, profetas y reyes. Sacerdote porque nuestra vida debe ser una ofrenda a Dios, esto es empequeñecerse para que Cristo crezca en nosotros. Estamos llamados a ser profetas lo que significa leer la vida con la profundidad y la luz que Dios nos concede. Por eso el profeta conoce mejor que nadie el sentido del pasado y el futuro al que va su vida, muchas veces sin darse cuenta. Dios "revela" sus secretos a los profetas, no porque ellos sean seres especiales sino porque sus ojos se han acostumbrado a la especial claridad que trae la luz divina.
Según eso, ser profeta no es un privilegio para unos pocos, sino la vocación de todos nosotros, en la medida en que TODOS estamos invitados a reconocer los trazos de Dios en nuestra vida y en la vida de nuestros pueblos. Así, de hecho, lo testifica nuestra Iglesia, cuando, al momento de bautizarnos, nos declara partícipes de Cristo "sacerdote, profeta y rey."

En la primera lectura nos deja ver una espantosa tormenta de fuego, el evangelio de hoy hace el contraste mostrándonos a Jesús calmando una tormenta de lluvia y viento en el Mar de Galilea. Podemos aprender que el mismo Dios que manda la tormenta trae también la paz. Dios no deja de ser Dios ni en la guerra ni en la paz, ni en la tribulación ni en el consuelo, ni en la confusión ni en la claridad. A nuestros ojos Dios puede parecer escondido cuando hay guerra o adormilado en la pereza de la inacción y la paz. Puede parecernos lejano en horas de tribulación o cariñoso en horas de consuelo. Distante cuando hay confusión y presente cuando vuelve la claridad.

Pero todas estas son interpretaciones nuestras. Como muestra el evangelio de este día, hemos de saber en fe que Él es siempre Dios, y que su soberanía no tiene eclipses ni hay párpados en sus ojos. Todo lo conoce y en todo está su gobierno, sea que lo entendamos o que no nos lo parezca.

Mi amado Jesús, ayúdame a leer mi vida en clave de fe, esto es aprender a reconocer tus mensajes a través de cada situación que me pasa en la vida. No permitas que el desespero o la preocupación nublen lo que tu me quieres mostrar. Desde el bautismo me has llamado a ser sacerdote, profeta y rey. Mi sacerdocio es ofrecer cada minuto de mi vida, volverme más pequeño para que tu puedas reinar en mi, así te daré el honor y la gloria. Me has llamado a ser profeta que significa leer la vida en profundidad a través de tu luz, dándole sentido a mi pasado y el futuro que está por llegar. Gracias Señor por bordear mi vida trazos de amor y por siempre llevarme a un puerto seguro, el puerto que es tu corazón, Amén.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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lunes, 27 de junio de 2022

La libertad y la coherencia de vivir el evangelio nos hace vivir como verdaderos testigos del amor de Dios.

 

La libertad y la coherencia de vivir el evangelio nos hace vivir como verdaderos testigos del amor de Dios.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós 2,6-10.13-16:

Esto dice el Señor: «Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia: por haber vendido al inocente por dinero y al necesitado por un par de sandalias;
pisoteando en el polvo de la tierra la cabeza de los pobres, tuercen el proceso de los débiles; porque padre e hijo se llegan juntos a una misma muchacha, profanando así mi santo nombre; sobre ropas tomadas en prenda se echan junto a cualquier altar, beben en el templo de su Dios el vino de las multas. Yo había exterminado a los amorreos delante de Israel, altos como cedros, fuertes como encinas; destruí su fruto por arriba, sus raíces por abajo. Yo os había sacado de Egipto y conducido por el desierto cuarenta años, hasta ocupar la tierra del amorreo. Pues bien, yo hundiré el suelo bajo vosotros como lo hunde una carreta cargada de gavillas. El más veloz no podrá huir, ni el más fuerte valerse de su fuerza, ni el guerrero salvar su propia vida. El arquero no resistirá, ni el de pies ligeros podrá salvarse, ni el jinete salvará su vida.
El más intrépido entre los guerreros huirá desnudo aquel día» —oráculo del Señor—.
Palabra de Dios

Sal. 49 R/. Atención, los que olvidáis a Dios.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 18-22

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulos, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos».
Palabra de Dios.


Las lecturas de hoy nos enfrentan a dos maneras distintas de vivir la vida. El profeta Amos, muestra a un Dios que es fiel a su alianza y que por mas que reciba ingratitudes, Dios permanecerá firme. Dios liberó de la esclavitud y los sacó de Egipto a su pueblo llevandolos a través del desierto para darles la tierra en que habitan, pero el pueblo se les ha olvidado todo lo que Dios ha hecho por ellos, han caído en ídolos y pasan por alto los mandamientos del Señor, de llevar una vida justa, respetuosa y misericordiosa, para entregarse a todo tipo de excesos, avaricia y egoísmos. El pueblo se ha alejado de Dios, Dios no está en sus vidas y olvidan darle gracias por su permanente cuidado y bondad. Por eso el profeta Amos los invita a que cambien su comportamiento, a volver a los valores del pacto con Dios, a recrear el mundo de santidad al que Dios nos invita, donde nadie tiene que sufrir las injusticias, la explotación, la codicia o la manipulación ajena, porque el bien de Dios es un mundo en paz, justicia y misericordia.

En el evangelio, Mateo nos presenta y nos resume lo que significa el seguimiento que Jesus pide a sus discípulos. Quizás para algunos la forma de vida que Jesús nos pide es algo inalcanzable. Jesús lo que quiere es que no tengamos ningún apego, que desde nuestra libertad según el espíritu lo sigamos por amor y por convicción para que podamos vivir con  integridad el evangelio. Si en la primera lectura Amós le decía al pueblo que ellos irían a recibir un castigo por parte de Dios por causa de su desobediencia, en el evangelio notemos que el mensaje de Jesus no es desde el sometimiento o el temor por el castigo sino que más bien nos invita a que lo sigamos desde nuestra libertad.  

Seguir a Jesus exige libertad frente a los condicionantes relacionales y sociales, frente a nuestros miedos y seguridades, frente a lo que nos ata y nos lleva a la mezquindad. Jesús nos invita a cogerlo a Él mismo para que cada día sea vivido desde el amor, la fe y la esperanza. Revisemos cómo están nuestras relaciones personales, como estamos con el regalo del perdón y del servicio, nuestras prioridades cuales son, dejamos que Jesus sea quien nos la ordene o será que ni siquiera le permitimos que él organice nuestra agenda de cada dia? , somos tolerantes con la diferencia? Trabajamos realmente para que nuestro alrededor sea más justo y verdadero?.

La libertad a la que nos llama Jesús es aquella que Pablo nos recuerda, la libertad en el Espíritu, el amor y el servicio fraterno. La libertad y coherencia de vivir el evangelio del amor, irreconciliable con el egoísmo, una vida sin ética ni religión. “Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado”. Estamos llamados a ser testigos de ese amor, a contagiar nuestra fe, la esperanza y dar frutos de amor. El mundo que Dios quiere es un mundo mejor, más humano, más evangélico. Un mundo en que como dice el Papa Francisco, quepamos todos. Donde no haya que salir a las periferias, porque todos estemos recogidos y aceptados; donde la ternura y la compasión sean un estilo de vida de nuestra sociedad. Como creyentes esa es nuestra tarea, ¡vivámosla siempre y seamos contagiosos en nuestro amor!

Mi amado Jesus, fácil es decir que te sigo y que te acepto en mi vida, pero desde mi carnalidad fácilmente caigo en ídolos que me controlan y me alejan de ti terminando con una vida en excesos, de avaricia y de egoísmos. Perdoname Señor por las veces que se me olvida decirte gracias por tu permanente cuidado y bondad. Uso tu Nombre para agradecerte pero solo lo profesa mis labios porque mi corazón está lejos de ti. Me pides que te siga y aprenda de ti porque Tú eres un Dios de paz, de justicia y de misericordia y así quieres que este mundo sea, un mundo mejor, donde nadie tenga que sufrir las injusticias, la explotación, la codicia o la manipulación ajena. Dame la gracia de acogerte con todo mi ser para poder llegar a ser lo que tu quieres que se haga en mí para tu honor y Gloria, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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viernes, 24 de junio de 2022

El corazón de Cristo reine en nuestro corazones desde la verdad y el amor.

 


El corazón de Cristo reine en nuestro corazones desde la verdad y el amor.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-16

Esto dice el Señor Dios:
«Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré. Como cuida un pastor de su grey dispersa, así cuidaré yo de mi rebaño y lo libraré, sacándolo de los lugares por donde se había dispersado un día de oscuros nubarrones.
Sacaré a mis ovejas de en medio de los pueblos, las reuniré de entre las naciones, las llevaré a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel, en los valles y en todos los poblados del país. Las apacentaré en pastos escogidos, tendrán sus majadas en los montes más altos de Israel; se recostarán en pródigas dehesas y pacerán pingües pastos en los montes de Israel.
Yo mismo apacentaré mis ovejas y las haré reposar —oráculo del Señor Dios—.
Buscaré la oveja perdida, recogeré a la descarriada; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma; pero a la que está fuerte y robusta la guardaré: la apacentaré con justicia».
Palabra de Dios

Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 5b- 11

Hermanos:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En efecto, cuando nosotros estábamos aún sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; ciertamente, apenas habrá quien muera por un justo; por una persona buena tal vez se atrevería alguien a morir; pues bien: Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvados del castigo!
Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvados por su vida!
Y no solo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 3-7

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:
«Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?
Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
Palabra del Señor


En la primera lectura el profeta Ezequiel nos anuncia un Pastor que ha de venir a cuidar a su rebaño, lo guiará, lo apacentará en ricos pastos, cuidará de sus ovejas según la necesidad de cada una. Así como Dios estuvo presente con nuestros antepasados a quienes cuidó, liberó, guió y bendijo, lo sigue haciendo con cada uno de nosotros.  

Hoy celebramos la fiesta del Sagrado Corazón que nos hace recordar el tiempo Pascual, en que hemos vivido y experimentado el amor misericordioso de Cristo, en su muerte y Resurrección. Un corazón herido, traspasado, pero a la vez lleno de ternura y compasión; un corazón bondadoso capaz de amar y de perdonar infinitamente. 

El mismo profeta Jeremías decía que “ No hay más falso y enfermo que el corazón humano “ porque en el corazón fácilmente pueden aparecer traiciones, envidias, codicias, intrigas, ambición y violencia. Pero cómo hacer posible que nuestro propio corazón sea sanado por estas enfermedades que anunciamos anteriormente? Si nos acercamos al corazón de Cristo nuestro propio corazón va a ser sanado.  Los corazones son falsos y enfermos. Un corazón falso es el que dice que ama pero en realidad no ama, un corazón falso es el que promete pero no cumple. Un corazón falso es el que vive de las apariencias o del qué dirán. Un corazón enfermo es el que se ha ido quedando vacío, es el corazón que está cargado de heridas, un corazón que guarda un terrible resentimiento. Por eso podemos decir que todos tenemos un corazón que es falso y que está enfermo. Hoy al celebrar el día del Sagrado Corazón de Jesús,  un corazón que es humano y que también es divino.

El corazón de Jesus tiene una particularidad y es que el corazón de Jesus va responder a la falsedad en la que nosotros vivimos con la verdad.  El corazón de Jesus va responder a la enfermedad que muchos padecemos con la fuerza de su amor que sana. El corazón de Jesus llega entonces con la verdad y el amor. Eso es lo que nosotros encontramos en el corazón de Jesus. Encontrar a Cristo es sanar su propio corazón. Él mismo nos lo dijo “ Venid a mí los que están cansados y agobiados que yo mismo los haré descansar”. Jesús mismo nos invita a que nos acerquemos a Él a su abrazo, a su regazo y a su corazón. Si tu corazón ha sido falso como el mío por causa de la misma imperfección acerquémonos al corazón de Jesús que es verdadero, que no es apariencia, que no es engaño. Si tu corazón está enfermo como el mio, acerquémonos al corazón de Jesús para que sea sanado y liberado. Jesus lo quiere hacer, entonces qué estás esperando!

Mi amado Jesús, hoy desde mi pequeñez me acerco a tu corazón porque necesito que el mio sea sanado de la falsedad y de la enfermedad. La falsedad al decir que amo pero en realidad solo amo a quienes yo quiero, prometo muchas cosas pero no todas las veces cumplo. Mi corazón está enfermo de las heridas las cuales hacen que alimente en él resentimientos y rencores. Tu corazón Jesús al ser humano siente lo que yo siento pero desde tu divinidad no me dejas que me quede en el mismo punto, porque tu sabes que no es algo bueno para mi. Más bien lo que haces es que con la fuerza de tu amor me  acercas mas hacia ti para que yo pueda experimentar la paz y el descanso que tanto busco.  Dame la gracia Jesús que tu Sagrado corazón reine en mi corazón desde la verdad y el amor. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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miércoles, 22 de junio de 2022

¿Por qué nos sucede lo que nos pasa? Volvamos a nuestra raíz, al corazón de Dios

 

¿Por qué nos sucede lo que nos pasa? Volvamos a nuestra raíz, al corazón de Dios

Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3

En aquellos días, el sumo sacerdote, Jilquías, dijo al secretario Safán:
«He hallado en el templo del Señor un libro de la ley».
Jilquías entregó el libro a Safán, que lo leyó. El secretario Safán presentándose al rey, le informó:
«Tus servidores han fundido el dinero depositado en el templo y lo han entregado a los capataces encargados del templo del Señor».
El secretario Safán añadió también:
«El sumo sacerdote Jilquías me ha entregado un libro».
Y Safán lo leyó ante el rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras. Y dirigiéndose al sacerdote Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del rey, les ordenó:
«Id a consultar al Señor por mí, por el pueblo y por todo Judá, a propósito de las palabras de este libro que ha sido encontrado, porque debe de ser grande la ira del Señor encendida contra nosotros, ya que nuestros padres no obedecieron las palabras de este libro haciendo lo que está escrito para nosotros».
El rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén y se reunieron ante él.
Subió el rey al templo del Señor con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; los sacerdotes, profetas y todo el pueblo, desde el menor al mayor, y leyó a sus oídos todas las palabras del libro de la Alianza hallado en el templo del Señor.
Se situó el rey de pie junto a la columna y, en presencia del Señor, estableció la alianza, con el compromiso de caminar tras el Señor y guardar sus mandamientos, testimonios y preceptos, con todo el corazón y con toda el alma, y poner en vigor las palabras de la alianza escritas en el libro.
Todo el pueblo confirmó la alianza.
Palabra de Dios

Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40 R. Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».
Palabra del Señor


Recordemos la alianza que selló Dios con el pueblo a través de Moises,  “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. Sabemos que no todos los seres humanos son fieles a Dios, pero Dios si es fiel a sus promesas.

La primera lectura nos relata cómo el Sumo Sacerdote Helcías encuentra el libro de la Ley, donde está el relato de la alianza. Se lo llevan al rey Josías, que reconoce que “nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro, cumpliendo lo prescrito por él”. Y el rey, delante de todo el pueblo, se comprometió a cumplir todos los preceptos contenidos en la alianza con Yahvé. “El pueblo entero suscribió la alianza”. Ahora hazte esta pregunta.. ¿Por qué nos sucede lo que nos pasa? en que nos estamos equivocando? En estos dos días pasados la lectura nos habían hablado que nos sucede cuando nos apartamos de Dios.

Todos nosotros tenemos muy mala memoria hacia Dios. Como se nos olvida fácilmente de dónde nos ha sacado Dios, como nos ha sostenido, protegido y bendecido. El problema es que el que tiene mala memoria termina siendo un desagradecido. Pero no seamos tan dramáticos, pensemos por ejemplo en nuestro propio bautismo. Las promesas bautismales tiene mucho contenido de nuestra fe, recordemos:

Renunciar a satanás,  a sus obras y sus seducciones,
Creer en Dios,
Creer en su Hijo que nació de la Virgen Maria, creer que Jesus murió  por nosotros para darnos vida,
Creer en el Espíritu Santo que es la tercera persona de la Santísima Trinidad,
Creer en la Iglesia Católica,
Creer en la comunión de los santos,
Creer en el perdón de los pecados
Creer que nuestra vida no termina aquí sino que continúa con la vida eterna con Cristo.

Renunciar a satanás, a sus obras y seducciones significa obedecer a Dios desde el amor, es no ir en contra al orden, a la belleza y al equilibrio de la creación. Renunciar a satanás es no alimentar el odio, la venganza, la envidia y los celos en nuestro corazón.

Creer en Dios, es aceptar que su plan es mejor que El mio, es poner nuestra confianza solo a Él aceptando con paz y humildad su voluntad.  Creer en Dios es tener la convicción que no estamos solos, por más grande que sean los problemas, el que tiene la última palabra es Dios. Nos aferramos al que, y nos confiamos en él como.  

Creerle a Jesús es reconocer que a través de Él está nuestra salvación, gracias al “Si” de la Virgen Maria. Creerle a Jesus es dejarse sumergir en su amor para ser transformados solo por El. Creerle a Jesús es tener la seguridad que así como Él murió y resucitó nosotros como sus seguidores también tendremos que pasar por el mismo camino para poder gozar de una nueva vida con Él y para El.

Creer en el Espíritu Santo es dejarlo actuar en nuestra vida para que nos guíe, nos ilumine, nos exhorte y nos corrija. Gracias a Él podemos experimentar el amor de Dios.

Creer en la Iglesia Católica es cuidar y proteger la misión encomendada por Cristo a sus apóstoles, “ llevar el evangelio al mundo, bauticen y perdonen los pecados”.  La iglesia de Cristo debe salir al encuentro con el necesitado, a ser un hospital que atiende al sufriente. Es orar por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes y diáconos para que sean santos como el Padre celestial lo es.

Creer en la comunión de los santos, ellos ya son la iglesia triunfante por sus obras de amor, ellos que ya están en la presencia de Dios intercede por nosotros quienes somos la iglesia peregrina para que alcancemos el galardón a que estamos llamados, a ser un pueblo santo.

Creer en el perdón es acercarnos al sacramento de la confesión para que sea Cristo perdonando y liberándonos de nuestros pecados a través de la persona del sacerdote. También es reconocer que tenemos un Padre misericordioso que no nos trata conforme a nuestros pecados porque nos perdona siempre.

Creer en la resurrección de los muertos y la vida eterna es vivir cada día desde la fe, con alegría y esperanza. Nuestra vida no termina aquí sino que continúa en Cristo.  

Es hora de volver volver a esta fe y hacer una renovación personal y profunda de nuestra alianza con el Señor.

Hagamos nuestra oración personal rezando el credo y que sea el Espíritu Santo exhortándonos ….…

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato

Que crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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martes, 21 de junio de 2022

La fe nos asegura el qué, pero no nos cuenta el cómo…

 


La fe nos asegura el qué, pero no nos cuenta el cómo…


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36

En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías a decirle:
«Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: “Que tu Dios, en el que confías, no te engañe diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria’. Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países entregándolos al anatema, ¿y vas a librarte tú solo?”».
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Subió al templo del Señor y abrió la carta ante el Señor. Y elevó esta plegaria ante él:
«Señor, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines:
Tú solo eres el Dios para todos los reinos de la tierra.
Tú formaste los cielos y la tierra.
Inunda tu oído, Señor, y escucha!
¡Abre tus ojos, Señor, y mira!
Escucha las palabras de Senaquerib enviadas
para insulto del Dios vivo.
Es verdad, Señor, los reyes asirios han exterminado las naciones, han arrojado sus dioses al fuego y los han destruido.
Pero no eran dioses, sino hechura de mano humana,
de piedra, de madera.
Pero ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos
y sepan todos los reinos de la tierra
que solo tú eres Señor Dios».
Entonces Isaías, hijo de Amós, envió a Ezequías este mensaje:
«Así dice el Señor, Dios de Israel: “He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de Asiria”.
Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él:
“Te desprecia, se burla de ti la doncella, hija de Sion,
menea la cabeza a tu espalda la hija de Jerusalén.
Ha de brotar de Jerusalén un resto,
y supervivientes del monte Sion.
El celo del Señor del universo lo realizará.
Por eso, esto dice el Señor acerca del rey de Asiria:
‘No entrará en esta ciudad,
no disparará contra ella ni una flecha,
no avanzará contra ella con escudos,
ni levantará una rampa contra ella.
Regresará por el camino por donde vino
y no entrará en esta ciudad —palabra del Señor—.
Yo haré de escudo a esta ciudad para salvarla,
por mi honor y el de David, mi siervo’”».
Aquella misma noche el ángel del Señor avanzó y golpeó en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive, quedándose allí.
Palabra de Dios

Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11 R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».
Palabra del Señor


Para comprender bien el mensaje de la primera lectura hay que entender que era lo que estaba sucediendo en ese momento con el pueblo. El rey de Asiria quiere destruir Judá y escribe a Ezequías para advertirle de sus intenciones, desafiarle y de forma sarcástica cuestionar aquello que para Israel ha sido su fuerza: la fe en su Dios. Recordemos que ayer decíamos que aquel que se aparta de Dios se debilita, pierde sus fuerzas y es presa fácil para ser devorado por el maligno. Los conflictos entre el reino del Norte y el reino del Sur cada vez se agudizan porque el reino del Norte amenaza al reino del Sur. Sin embargo, el reino del Sur permanece en pie, gracias, según el autor del libro de Reyes, a la fidelidad de Dios a la promesa hecha a David: Tu dinastía y tu reino subsistirán para siempre ante mí (2 Samuel 7,16). Pero ¿qué es Judá frente a Asiria? Es la debilidad de un pueblo frente al poderío de otro.
El  profeta Isaías ha animado al pueblo a resistir, a no caer en la idolatría y a poner su fuerza y confianza en el Señor. Ante la carta amenazante y provocativa de Senaquerib, Ezequías sube al templo a orar e implorar la salvación del pueblo. Ezequías confía en Dios.
Dios contesta a Ezequías a través de Isaías, para comunicarle un mensaje de esperanza: Jerusalén no será asolada;  el grande no se come al chiquito, queda derrotado el que parecía invencible. Lo aparentemente imposible ocurre. El autor del libro de Reyes, contempla  este acontecimiento como un momento en que el pueblo de Israel, a través de su rey Ezequías, ha reafirmado su identidad, ha sido capaz de  permanecer fiel a su Dios en medio de la hostilidad asiria, y la derrota de los asirios como un signo de fidelidad de Dios a sus promesas. No podemos olvidar que Dios nunca abandona a su pueblo.

Sucede muy a menudo que un corazón se hincha, se agranda, se enorgullece cuando todo le sale bien, cuando sus negocios son prósperos al lograr todos sus sueños. Podemos decir que el éxito es el alimento más peligroso para el malvado. Cuando nuestro corazón se deja de Dios se empieza a llenar por la codicia al ir alcanzando los propósitos y también va creciendo su ego porque cree en el fondo que todo lo va poder lograr y que siempre va salir con la suya. Eso fue lo que le sucedió a  Senaquerib, el rey de Asiria. Después de las conquistas que habían logrado los asirios arrasando con el reino del Norte no se conformó con eso y por eso quiso seguir asediando y conquistando al reino del Sur. El rey estaba lleno de vanidad porque así como había salido victorioso antes estaba seguro que en el futuro las cosas iban a suceder igual. Senaquerib no contaba con la fe del rey de Judá. Ayer decíamos que cuando se pierde la fe se cae en fragilidad y quedamos vulnerables ante los enemigos. Pero si nuestra fe es firme, entonces somos fuertes. ¿Por qué es tan importante la fe? La fe nos asegura el qué, pero no nos cuenta el cómo. El que, es la victoria de Dios, el que, es que el mal no se va salir con la suya,  el que, es que estamos convencidos que Dios nunca abandona a su pueblo. El cómo, no se lo exijamos a Dios, Dios no tiene la obligación de contarnos el cómo y esa es la grandeza del rey de Judá. El rey de Judá no le exige a Dios el cómo sino que Él tiene la certeza que Dios los va a salvar, el auxilio de Dios viene, no sabemos cómo, pero vendrá.  Por eso es tan importante la fe, la fe que me aferra al que, el como se lo dejo a Dios. La manera como Dios nos salva siempre será motivo de asombro. Dios siempre se sale con la suya. No olvidemos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Mi amado Jesús, ayúdame a no caer en la desesperanza y a perder la fe, porque seré presa fácil para el malvado. Levantame con tu poder para que yo me aferre desde la fe solo a ti, porque la fe me asegura el qué,  que tendemos un Dios que protege a su pueblo y que siempre sale victorioso, el mal no podrá salir con la suya porque él no tiene la última palabra ya que Dios cumple su promesa, Dios nunca abandona a su pueblo. No sé Señor cómo lo harás pero así como levantaste y resucitaste a tu hijo en el último día, también tú lo harás conmigo, lo creo, y lo espero con fe, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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lunes, 20 de junio de 2022

Apartarnos de Dios nos lleva a la fragilidad.

 

Apartarnos de Dios nos lleva a la fragilidad.


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 17, 5-8. 13-15a. 18

En aquellos días, avanzó Salmanasar, rey de Asiria, contra todo el país, comenzando por Samaría, a la que puso sitio durante tres años, hasta que, el año noveno de Oseas, el rey de Asiria la conquistó. Deportó a Israel a Asiria y lo estableció en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, así como en las ciudades de los medos.
Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, sustrayéndolos a la mano del faraón, rey de Egipto; porque dieron culto a otros dioses y siguieron las costumbres de aquellas naciones que el Señor había expulsado ante ellos.
Pues el Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de todos los profetas y videntes:
«Convertíos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y decretos, conforme a la ley que prescribí a vuestros padres y que les transmití por mano de mis siervos los profetas».
Pero no hicieron caso, manteniendo dura la cerviz como habían hecho sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Despreciaron así sus leyes y la alianza que estableció con sus padres, tanto como las exigencias que les impuso.
Y se encolerizó el Señor sobremanera contra Israel, apartándolos de su presencia.
Solo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios

Sal 59, 3. 4-5. 12-13 R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».
Palabra del Señor


La primera lectura nos habla acerca de que nos ocurre cuando nos separamos del amor de Dios, y es que apartarnos de la fuente misma del amor nos lleva a la debilidad y pronto sucumbimos ante los enemigos.

Para comprender la primera lectura tenemos que entender el contexto. Recordemos que había una división entre el reino del norte y el reino del sur. El reino del norte fue el primero que se apartó de la fe porque quien fue rey y lideró la división que se llamaba Jeroboam no permitió que la gente fuera a Jerusalén al templo el cual quedaba en el reino del Sur.  Es por eso que el sacerdocio se corrompió y la idolatría se instaló. El problema es que ellos al apartarse de Dios se volvieron débiles.

Nos preguntamos…Porque al apartarnos de Dios se volvieron débiles? Hay varias respuestas pero vamos a tomar solo dos. Nosotros los seres humanos tenemos dones y talentos especiales entre ellos la inteligencia y la voluntad. Nuestra inteligencia está hecha para la verdad y cuando nos apartamos de Dios nos estamos apartando de la verdad, la verdad es la que te da solidez a tu pensamiento. Es por eso que cuando una persona dice mentiras la persona tiene que vivir dos universos, tiene que vivir en esta realidad en la que vivimos pero también tiene que vivir en el universo que ha creado con su mentira. Quien vive en dos universos vive dividido, está fragmentado. Por eso una persona que dice mentiras no le es tan fácil vivir en la mentira porque tiene que llevar al máximo su actividad cerebral tratando de recordar las mentiras que ha dicho. Por eso el mentiroso cae por su propio peso. La mentira te hace frágil porque ella hace que tengas que dividirte en la realidad en la que todos estamos y en ese mundo falso que tu te inventaste.  

De la misma manera aquel que se aparta de Dios se aparta de la fuente del amor. El amor es una decisión y por eso es desde la voluntad con que decidimos hacerlo. El amor es lo que te da sustento, consistencia, equilibrio y paz. Una persona que se siente amada nunca se siente sola, tiene fuerza para luchar contra las dificultades, recibe cada día con esperanza y gratitud.

En la lectura por eso nos dice que el pueblo al alejarse de Dios empezaron a adorar a sus ídolos, se debilitaron y pronto cayeron bajo la arrogante pretensión del reino del norte. Pidámosle al Señor una fe firme, que volvamos hacia él con todo el corazón y que entendamos que en Él está nuestra fortaleza.  

Mi amado Jesús, no permitas que me aleje de ti porque no soy nada sin ti. Tu me has dado muchos dones entre ellos la inteligencia y la voluntad. La inteligencia para buscar la verdad que me lleva hacia ti. Si yo me alejo de ti, entonces ya no será tan fácil descubrir dónde está la verdad porque todo lo vere distorsionado. Por tu misericordia no permitas que me acostumbre a la mentira porque termino cometiendo el terrible error de apoyar a la mentira. Tampoco quiero apartarme de ti porque me aparto de tu amor y eso me llevara a ser vulnerable ante el mal. No me sueltes Señor te lo pido, no escondas tu rostro porque te necesito, Tú eres mi fortaleza en quien pongo mi esperanza y mi fe, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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viernes, 17 de junio de 2022

Recuerda que si tenemos algo bueno en nosotros es porque Dios lo puso allí, por Su gracia.

 


Recuerda que si tenemos algo bueno en nosotros es porque Dios lo puso allí, por Su gracia.


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 11, 1-4.9-18. 20

En aquellos días, cuando la madre del rey Ocozías, Atalía, vio que su hijo había muerto, se dispuso a eliminar a toda la estirpe real. Pero Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, de entre los hijos del rey que estaban siendo asesinados, lo escondió y lo instaló, a él y a su nodriza, en su dormitorio, manteniéndolo oculto a la vista de Atalía y así no lo mataron. Estuvo seis años con ella, escondido en el templo del Señor, mientras Atalía reinaba en el país.
El séptimo año, el sacerdote Yehoyadá mandó buscar a los centuriones de los carios y de los guardias y los condujo junto a sí al templo del Señor para establecer un pacto con ellos y hacerles prestar juramento. Luego les presentó al hijo del rey.
Los centuriones cumplieron cuanto Yehoyadá les ordenó. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban y los que salían de servicio el sábado, y se presentaron ante el sacerdote. Yehoyadá entregó a los centuriones las lanzas y escudos del rey David que había depositados en el templo del Señor.
Los guardias se apostaron, arma en mano, desde el extremo sur hasta el extremo norte del templo, ante el altar y el templo, en torno al rey, por un lado y por otro.
El sacerdote hizo salir al hijo del monarca y le impuso la diadema y las insignias reales. Luego lo proclamaron rey y lo ungieron. Aplaudieron y gritaron:
«¡Viva el rey!».
Cuando Atalía oyó el griterío de los guardias y del pueblo, se fue hacia la muchedumbre que se hallaba en el templo del Señor. Miró y vio al rey de pie junto a la columna, según la costumbre: los jefes con sus trompetas con él, y a todo el pueblo de la tierra en júbilo, tocando sus instrumentos.
Atalía rasgó entonces sus vestiduras y gritó:
«¡Traición!, ¡traición!».
Entonces el sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de las tropas:
«Hacedla salir de entre las filas. Quien la siga será pasado a espada» (pues el sacerdote pensaba: «No debe ser ejecutada en el templo del Señor»).
Le abrieron paso y, cuando entró en el palacio real por la puerta de los Caballos, fue ejecutada.
Luego Yehoyadá hizo una alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, por la que el pueblo se convertía en pueblo del Señor; hizo también una alianza entre el rey y el pueblo.
Y todo el pueblo de la tierra acudió al templo de Baal para derribarlo. Hicieron pedazos sus altares e imágenes, y ejecutaron a Matán, sacerdote de Baal, frente a los altares.
El sacerdote puso entonces centinelas en el templo del Señor. Todo el pueblo de la tierra exultaba de júbilo y la ciudad quedó tranquila: Atalía ya había muerto a espada en palacio.
Palabra de Dios

Sal 131, 11. 12. 13-14. 17-18 R. El Señor ha elegido Sión, para vivir en ella.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 19-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!».
Palabra del Señor


Hay un dicho que a hierro mata a hierro muere. Esto fue lo que le sucedió a esta mujer de la lectura. La actitud de Atalía caracteriza a la persona egocéntrica, replegada en sí misma. Ella usurpa el trono a punta de espada y sangre, y finalmente es víctima de la misma espiral de violencia que ha iniciado. Atalía cuando ve peligrar su poder y prestigio, reacciona con frialdad y violencia, sin respetar ni tan siquiera los vínculos familiares. El temor que ella siente la hace actuar de manera errada. Por eso dicen que el miedo es un mal consejero porque terminamos haciendo cosas injustas contra los demás. El orgulloso, el narcisista, el egocéntrico,  no admite que el otro sea mejor, no acepta contradicciones, y cree que es digno de poseer todo, de ocupar el primer puesto. Estas actitudes nos enceguecen porque se nos endurece el corazón e incluso de llegar a hacer daño “matando” a los demás, con la mentira, el engaño, la calumnia y el mal juicio.

Atalía quiere eliminar todo heredero de la Casa de David pero la acción rápida y precisa de otra mujer, Josebá, logra salvar, escondiéndolo, al legítimo heredero, el pequeño Joás. En un final dramático, que es el que hemos oído en la primera lectura de hoy, la iniquidad de Atalía produce un revuelto que encuentra inmediato soporte en el pueblo. Ese mismo pueblo luego siente paz, al deshacerse de la usurpadora. Esta lectura nos muestra que el plan de Dios continúa a pesar de que los criminales crean que tienen dominado todo. El pueblo no pierde la fe, y sabe quién está gobernando de parte de Dios y quién en cambio está sirviéndose de las cosas y la obra de Dios en propio provecho. Y finalmente, ver cómo se cumple lo que Cristo dijo: "los que usen la espada, a espada perecerán" (Mateo 26,52).

Por eso a pesar de que nuestros planes no salen de inmediato como pensamos tengamos la confianza de que Dios todo lo ve, todo lo sabe y  Él mismo se encargará de hacer justicia en su tiempo mostrando donde está la mentira. Además pidámosle al Buen Dios que no permita que nuestro corazón se aleje de Él,  porque terminaríamos actuando como la mujer de la lectura endureciendo el corazón y actuando injustamente desde la mentira, el engaño, la calumnia y el mal juicio.

En el evangelio Jesús nos dice “no atesoréis para vosotros tesoros…” pero nos preguntamos: ¿qué tesoros  poseemos o de cuales nos podemos apropiar?

Recordemos que si tenemos algo bueno en nosotros es porque Dios lo puso allí, por Su gracia. Cuidado en apegarnos a las obras buenas que hayamos hecho, apropiándose todo el mérito de  esas acciones, cuando en realidad es un don de Dios. Si hay algo bueno en todo ello, se lo debemos a Él, que se ha valido de nosotros como instrumentos suyos. Ese tesoro de buenas obras lo llevamos en vasijas de barro hasta el cielo, porque será el mérito de Jesucristo en nosotros, que se ha valido de nuestra fragilidad para hacer su obra maravillosa, pero siempre, siempre, es Él quien mueve los hilos de nuestra vida. 
Jesus nos invita a tener la mirada y el corazón limpios, y esa limpieza solo la puede dar el Senor porque es Él quien coloca todo en su lugar correcto y da a cada cosa el valor que tiene según su sabiduría. Busquemoslo en la intimidad de nuestro corazón, en la oración, para entregarle nuestro ser y ser libres como Él quiere que vivamos.

Tu gracia Señor es lo que necesito para que cada día viva en Tu verdad, eso cuesta porque significa ir en contra de la corriente. Me he dado cuenta que los tesoros de este mundo son pasajeros, nunca nos satisfacen,  porque siempre nos parecerán insuficientes y necesitaremos tener un poco más. El corazón se hace pequeño y se queda atrapado, preso y centralizado en nuestro yo. Ayúdame a discernir y a reconocer … ¿Tengo el corazón atado?,  ¿a qué?,  ¿tengo paz o continuamente necesito justificar mis actos incluso delante de Dios?. Quiero caminar en esta vida desde la libertad lo que significa tener puesto el corazón en ti Señor que eres el único Dios, el verdadero Tesoro, al cual quiero entregarle por completo mi confianza, porque quien confía en ti nunca quedará defraudado. Amen

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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jueves, 16 de junio de 2022

La oración del Padre Nuestro es la que nos ayuda a aprender a vivir.


 La oración del Padre Nuestro es la que nos ayuda a aprender a vivir.


Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 48, 1-14

Surgió el profeta Elías como un fuego,
su palabra quemaba como antorcha.
Él hizo venir sobre ellos el hambre,
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor cerró los cielos
y también hizo caer fuego tres veces.
¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
Tú despertaste a un cadáver de la muerte
y del abismo, por la palabra del Altísimo;
tú precipitaste reyes a la ruina
y arrebataste del lecho a hombres insignes;
en el Sinaí escuchaste palabras de reproche
y en el Horeb sentencias de castigo;
tú ungiste reyes vengadores
y profetas para que te sucedieran;
fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
en un carro de caballos de fuego;
tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
para aplacar la ira antes de que estallara,
para reconciliar a los padres con los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
Dichosos los que te vieron
y se durmieron en el amor,
porque también nosotros viviremos.
Cuando Elías fue arrebatado en el torbellino,
Eliseo se llenó de su espíritu.
Durante su vida ningún príncipe lo hizo temblar,
nadie pudo dominarlo.
Nada era imposible para él,
incluso muerto, su cuerpo profetizó.
Durante su vida realizó prodigios,
y después de muerto fueron admirables sus obras.
Palabra de Dios

Sal 96 R/. Alegraos, justos, con el Señor.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».
Palabra del Señor


San Agustin decia “ He aprendido a vivir cuando he aprendido a orar “. ¿Será que esto se refiere a que tenemos que orar de una manera especial utilizando ciertas palabras, o tener ciertas posiciones corpóreas para saber orar? NO. A lo que San Agustín se refiere es que la oración nos lleva a entrarnos a nosotros mismos y a descubrir a Dios en nuestra vida. En la oración descubrimos realmente quiénes somos, cuáles son nuestras verdaderas intenciones, en la oración no hay máscaras o apariencias porque nuestro corazón se abre. En la oración también experimentamos el amor de Dios, un Dios que nos sostiene, nos ama, nos perdona, es arquitecto y constructor de nuestra historia.    

Rezar el Padrenuestro, como nos ha enseñado Jesús, es una pedagogía que nos lleva a lo esencial, a poner a Dios en el primer lugar, sintiendo a los otros como hermanos. Por ello Jesús une ambas cosas cuando nos invita a rezar: Padrenuestro... Un Dios que está con y para nosotros. Nuestro Padre quiere que nosotros nos amemos unos a otros para que podamos experimentar el cielo en esta tierra. Nuestro Padre nos invita a la Santidad, lo que significa dejarnos empapar por su amor para que sumergidos en Él podamos amar, perdonar y servir como su Hijo Jeucristo, de esta manera glorificaremos con nuestra vida a Dios. Nuestro  Padre espera que nosotros sus hijos hagamos crecer Su Reino en esta vida, el Reino del amor, de la paz, de la justicia, de la verdad y así daremos cumplimiento a Su voluntad. Todo esto no es fácil cuando el egoísmo manda. Por eso elevemos otra súplica: “Danos hoy el pan nuestro de cada día”; esto es, que haya pan para todos, que los hombres no impidamos que el pan llegue a la mesa de los pobres. Y añadimos: “Perdona nuestras deudas, como nosotros también las perdonamos...”: Porque ser comensales es, ante todo, obra de reconciliación. Sólo cuando nos hayamos reconciliado, todos nos sentiremos plenamente en casa. Y así Dios nos ayudará a no caer en las tentaciones. Dios no nos induce a ninguno a la tentación. Es Él quien, por el contrario, nos libra del mal, de ese mal que nos enfrentan unos contra otros y nos convierte en hermanos separados. Un mal que proviene de aquel que siembra la discordia en el mundo, del Maligno. Por eso, rezamos con fuerza la última petición que nos propone Jesús.

La reconciliación es, pues, condición inaplazable para que la oración que Jesús nos enseña suene como verdadera y sincera en nuestros labios. Seamos hermanos y elevemos a Dios como Padre. Es absurdo que lo hagamos en la discordia. Por eso, aprender a rezar el Padrenuestro es aprender a vivir.

Mi Amado Jesus, gracias por enseñarnos la oración del Padre Nuestro porque nos lleva a poner a Dios en primer lugar, y unidos por un mismo Padre amarnos los unos a los otros como tu lo haces. Quiero vivir el cielo aquí y ahora y solo será posible cuando me sumerja a tu corazón porque podré experimentar el inmenso amor que me tienes. Solo quien experimenta el amor de Dios es capaz de amar como Él, solo quien experimenta su misericordia es capaz de ofrecer misericordia, sólo quien experimenta perdón es capaz de regalar el perdón. Por eso dame la gracia de acoger al Espíritu Santo para poder alcanzar tus mismos sentimientos de amor, de bondad, de perdón y fidelidad.  Al estar sintonizad@ contigo podré buscar la Gloria para Ti, donde sea Dios quien reine, que su voluntad se haga en mí para que pueda yo aprender a vivir como un verdadero hij@de Dios, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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martes, 14 de junio de 2022

¿A quién llamas cuando estás en dificultades?


 ¿A quién llamas cuando estás en dificultades?


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 21, 17-29

Después que hubo muerto Nabot, la palabra del Señor llegó a Elías tesbita para decirle:
«Levántate, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que está en Samaría. Ahora se encuentra en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión de ella. Le hablarás diciendo: “Así habla el Señor: ‘¿Has asesinado y pretendes tomar posesión?’ Por esto, así habla el Señor: ‘En el mismo lugar donde los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán los perros también tu propia sangre’”».
Entonces Ajab se dirigió a Elías diciendo:
«Así que has dado conmigo, enemigo mío».
Respondió Elías:
«He dado contigo. Así, por haberte vendido, haciendo el mal a los ojos del Señor, yo mismo voy a traer sobre ti el desastre. Barreré tu descendencia y exterminaré en Israel a todos los varones de la familia de Ajab, del primero al último. Dispondré de tu casa como de la de Jeroboán, hijo de Nebat, y de la de Baasá, hijo de Ajías, por la irritación que me has producido y por haber hecho pecar a Israel. También contra Jezabel ha hablado el Señor diciendo: «Los perros devorarán a Jezabel en el campo de Yezrael”, y los perros devorarán a los de Ajab que mueran en la ciudad y las aves del cielo a los que mueran en el campo».
No hubo otro como Ajab que, instigado por su mujer Jezabel, se vendiera para hacer el mal a los ojos del Señor. Actuó del modo más abominable, yendo tras los ídolos, procediendo en todo como los amorreos a quienes el Señor había expulsado frente a los hijos de Israel.
Ajab, al oír estas palabras, rasgó sus vestiduras, se echó un sayal sobre el cuerpo y ayunó. Con el sayal puesto se acostaba y andaba pesadamente.
Llegó a Elías tesbita la palabra del Señor:
«Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? No traeré el mal en los días de su vida, por haberse humillado ante mí, sino en vida de su hijo».
Palabra de Dios

Sal 50 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«¿Habéis oído que se dijo: “‘Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor


Nuestra vida se complica cuando nos alejamos de Dios.  Recordemos que el rey Ajab era quien representaba a Dios ante el pueblo pero este sin darse cuenta se fue alejando de Dios a tal punto que fue capaz de terminar con la vida de Nabot.  A todos nos ha sucedido como al rey Ajab que cuando nos alejamos de Dios nuestra vida se empieza a complicar porque quien pone el orden a nuestra vida es Dios. El desbalance es porque le empezamos a dar mayor importancia a ciertas cosas que a otras, las ocupaciones, el trabajo, el ocio, y a veces solos nos damos cuenta cuando nos damos duro con la realidad, estoy en crisis con mi pareja, estoy enfermo, estoy en la quiebra, me quedé sin trabajo, no tengo buena comunicación con mis hijos, me pagaron con ingratitud, estoy sol@, mi vida no ha trascendido y por eso me siento vacío.  

Mientras Nabot representa la fidelidad, Ajab representa la codicia. Aunque Nabot muere injustamente, muere para esta vida terrena pero gana la vida eterna. Ajab gana la disputa y trata de satisfacer su capricho pero no puede porque el profeta Elias le recrimina su acción    y le describe lo que tal conducta merece. Ajab, toma en serio el mensaje de Dios y muestra un profundo arrepentimiento que no durará mucho tiempo. Dios acepta su conversión, aunque no definitiva, pero una vez más Dios se muestra pronto al perdón, siempre dispuesto a conceder “una segunda oportunidad”.

Ahora bien, así como Dios da tantas oportunidades, ¿como estamos nosotros dispuestos en dar una segunda oportunidad al que me falla? al que cometió un error? Es un buen momento para confrontar nuestro propio corazón.

En el evangelio Jesús nos invita a amar a nuestros enemigos. Para poder vivir a plenitud el evangelio que Jesus nos propone se necesita la gracia de Dios, no es un esfuerzo de la voluntad. Se necesita ser hijo del Padre Celestial para poder amar a nuestros enemigos. Lo que quiero decir es que solo aquel que vive conforme a la voluntad de Dios es hij@ de Dios. La razón es porque el Espíritu Santo es quien nos ayuda en esos momentos difíciles que para el hombre es imposible.

Ahora preguntémonos…¿A quién llamas tú para que esté a tu lado? y en qué momento llamas tu a alguien para que esté a tu lado?   El Espíritu Santo es al que tú puedes llamar para que esté a tu lado. Porque los invito para que lo llames y sea quien te acompañe en esos momentos de dificultad, porque el Espíritu Santo es un buen consejero, Él te escucha y te dice que hacer, El te regala su paz y su serenidad para que pienses las cosas mejor.

Retomando la primera lectura Nabot no fue quien se metió en problemas, el problema le llegó a su casa. En cambio al rey Ajab busco el problema, dejó que su corazón se llenara de codicia. En esos casos cuando nosotros somos quienes nos metemos en problemas recordemos que hay un camino para volver a tomar la ruta correcta y es el camino del arrepentimiento.

Fácilmente nosotros como padres de familia, si alguno de nuestros hijos se equivoca, en el caso de la mamá le hace ver lo sucedido pero nunca le dejará de tender la mano, siempre le ayudará y le dará una y otra oportunidad. Como padres de familia, a uno le duele las equivocaciones de sus hijos porque como padres no queremos que sufran, que estén en problemas, que la vida se les complique. Así es Dios con cada uno de nosotros. Por más que nosotros busquemos los problemas y nos enredemos, Dios Espíritu Santo sale a nuestra defensa y ayuda para que tomemos la ruta correcta aunque nosotros seamos los causantes de la situación. El Espíritu Santo quiere estar a nuestro lado para consolarnos, sostenernos, darnos esperanza, la claridad, el ánimo, fortaleza, para que no nos sintamos solos y nos ayuda a encontrar un camino hacia adelante. El amor de Dios se hace presente a través del Espíritu Santo que con su gracia nos dice “ No quiero que sigas viviendo esa vida triste y miserable” yo te creé para grandes cosas porque te amo.  

Espíritu Santo de Dios, gracias porque por ti puedo experimentar el amor de Dios en mi. Gracias por acompañarme en cada momento que respiro para que yo no me sienta triste y solo. Además me recuerdas que Dios me creó para hacer grandes cosas en su Nombre por El me ama. Gracias Espíritu Santo por no abandonarme a pesar de que tomó caminos que solo me llevan a la muerte, pero tu siempre me hablas al corazón para que yo vuelva a tomar la ruta correcta que me devuelve la vida. Sigue haciendo la obra en mi Espíritu Santo para que tenga una vida virtuosa y permanezca en ella, quiero alcanzar la perfección que es el amor así como el Padre nos ama para poder dar Gloria a Dios con mi testimonio de vida a través del amor, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...