Jesus ha resucitado pero para que esto se haga realidad en ti, debes de permitir dejar obrar sobre ti el Santo Espíritu de Dios, solo así tu corazón será renovado.
Oremos a la Luz de la Palabra de Dios
Hechos de los apóstoles 2, 36-41
"Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo."
A los seres humanos nos dificulta perdonar las ofensas, pero Dios nos demuestra con su perdón cuánto nos ama.
Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 R/. La misericordia del Señor llena la tierra
Evangelio
San Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor
Mi amado Jesús, estamos de fiesta al celebrar una vez más la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, del perdón sobre la ofensa. El fruto de la vida con tu pasión, muerte y resurrección era que nos reconciliaramos con el Padre para restablecer la alianza de amor con Dios y nosotros al recibir Tu Espíritu Santo nuestro corazón sea renovado para que todo el bien que Tú has querido para mi llegue. Dame la gracia Señor de no llorar más frente al sepulcro, de buscar excusas o culpables de mi tristeza. Que desde la humildad reconozca dónde he fallado y la voluntad de enmendar el error.
"Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo."
A los seres humanos nos dificulta perdonar las ofensas, pero Dios nos demuestra con su perdón cuánto nos ama.
Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 R/. La misericordia del Señor llena la tierra
Evangelio
San Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor
Mi amado Jesús, estamos de fiesta al celebrar una vez más la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, del perdón sobre la ofensa. El fruto de la vida con tu pasión, muerte y resurrección era que nos reconciliaramos con el Padre para restablecer la alianza de amor con Dios y nosotros al recibir Tu Espíritu Santo nuestro corazón sea renovado para que todo el bien que Tú has querido para mi llegue. Dame la gracia Señor de no llorar más frente al sepulcro, de buscar excusas o culpables de mi tristeza. Que desde la humildad reconozca dónde he fallado y la voluntad de enmendar el error.
Quiero ser más agradecido al reconocer que cada día que tú me regalas es una oportunidad mas de misericordia para ser mi mejor versión como mensajero de tu amor. Ya no puedo estar atrapado en los errores de mi pasado, Tú me has perdonado y me has dado una nueva vida el presente y el futuro.
Gracias Señor por transformar todas mis expectativas, por abrir mis ojos para reconocer el gran amor que me tienes y desde mi corazón humilde y necesitado yo te reciba. Necesito de Tu amor, Tu amor que recrea, que sana, que libera, que sostiene y que da vida eterna. Dame la gracia Señor de que mi vida sea una continuación de tu vida en este mundo, Amen.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
--
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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