El Señor es mi luz y mi salvación
Oremos a la Luz de la Palabra de Dios
Isaías 42, 1-7
"Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco."
"Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco."
Que nuestras actitudes agraden a Dios para que Él nos pueda decir esto..."Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco."
Sal 26, 1. 2. 3. 13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación
Evangelio de San Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
Sal 26, 1. 2. 3. 13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación
Evangelio de San Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
Hoy Señor nos recuerdas el camino que debemos seguir, Tu camino que nos lleva a la verdad lo que nos permite saborear la vida, una vida de abundancia, una vida en paz. No es fácil desde nuestra naturaleza como creaturas, pero Tu gracia solo nos basta, Tú nos sostienes porque nos amas, Tú nos eliges porque confías y crees en nosotros, nos envías Tu Santo Espíritu para guiarnos e ir en Tu Nombre. Nuestras debilidades no son ningún impedimento para llamarnos a servirte, antes por el contrario a través de nuestra debilidad muestras tu Poder y tu amor.
No permitas Señor que por causa de mi mediocridad deje proclamar la justicia con firmeza, porque el que camina en la verdad tiene un defensor que sale a su auxilio, Tú mi Señor. La verdad y la justicia nadie las podrá callar, porque es el mismo Dios quien habla. Así como tu Señor abriste mis ojos, y me sacaste de la prisión que trae las tinieblas, de la misma manera lo continuas haciendo en mi para que no justifique ciertas actitudes que no van conforme a tu voluntad.
Una vez más te alabo Señor porque llegaste a mi vida, Tu eres mi Luz y mi salvación al cambiarme mi llanto en risa, al poner orden a mi vida y a descubrir que cuando levanto la mirada hacia ti hay un amor que mira más allá de lo que nuestros ojos pueden ver. De esa manera como tú miras Señor yo quiero ver, Amen.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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