miércoles, 30 de septiembre de 2020

Jesus no llama a los que son dignos, sino a los que él quiere, ahí está la misericordia de Dios.



Job 9, 1-12. 14-16
Respondió Job a sus amigos: "Sé muy bien que es así: que el hombre no es justo frente a Dios.
Si Dios se digna pleitear con él, él no podrá rebatirle de mil razones una.
¿Quién, fuerte o sabio, le resiste y queda ileso?
Él desplaza las montañas sin que se advierta y las vuelca con su cólera; estremece la tierra en sus cimientos, y sus columnas retiemblan; manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas; él solo despliega los cielos y camina sobre la espalda del mar; creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur; hace prodigios insondables, maravillas sin cuento.
Si cruza junto a mí, no puedo verlo, pasa rozándome, y no lo siento; si coge una presa, ¿quién se la quitará?; ¿quién le reclamará: "Qué estás haciendo"?
Cuánto menos podré yo replicarle o escoger argumentos contra él. Aunque tuviera razón, no recibiría respuesta, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y me respondiera, no creo que me hiciera caso.
Palabra de Dios


Salmo 87 " Llegue hasta ti mi súplica, Señor "

Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."
A otro le dijo: "Sígueme." Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre." Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios."
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios."
Palabra del Señor


Ayer comencé a leer el libro de Santa Teresita del Niño Jesús “ Historia de un alma “ y en las primeras páginas algo atrajo mi atención cuando la misma Santa dice”  «Subió Jesús a una montaña y fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él» (San Marcos, cap. II, v. 13). He ahí el misterio de mi vocación, de mi vida entera, y, sobre todo, el misterio de los privilegios que Jesús ha querido dispensar a mi alma... El no llama a los que son dignos, sino a los que él quiere, o, como dice san Pablo: «Tendré misericordia de quien quiera y me apiadaré de quien me plazca. No es, pues, cosa del que quiere o del que se afana, sino de Dios que es misericordioso».

Jon al decir “ El hombre no es justo frente a Dios “, y es que solo un alma que se siente pequeña, frágil, pecadora, que ha experimentado la misericordia de Dios es capaz de decir tal belleza. Pero para eso hay que conocerse, conocerse a profundidad. A veces nos da miedo de entrar en nosotros mismos porque las incoherencias nos señalan, porque la voz de Dios nos confronta. Es de ahí que somos muy dados en criticar a los demás, a señalar y hasta dar sentencias duras contra los demás. Eso trae el pecado. El pecado nos hace creernos grandes, invencibles, autosuficientes, nos hace creer como dioses. La vanidad, el poder, la riqueza nos hace olvidar las proporciones y nos creemos infinitos, inteligentísimos o poderosos sin medida. Esa falsa grandeza nos lleva a separarnos de Dios.
Job nos enseña que debemos reconocer lo que realmente somos, ser conscientes que nada somos sin nuestro creador y que no tenemos nada de qué vanagloriarnos porque todo lo que tenemos es porque el mismo Dios nos lo ha dado. Debemos reconocer nuestros límites, e incluso como decía San Agustin “ La seguridad de que uno nunca logrará saber cuánto ignora”.

En nuestro tiempo se valora mucho el conocimiento, y eso está bien. Pero, ¿has notado que son muchas más las personas que quieren mejorar su inteligencia y mucho menos las que quieren aprender a amar, servir o adorar? La verdadera sabiduría comienza cuando reconocemos que uno no sabe todo, que uno necesita de los demás, que somos seres para vivir en comunidad y que estamos llamados a amar y a servir, porque “ si no vives para servir, no sirves para vivir” como lo decía la Madre Teresa de Calcuta. Necesitamos ser más adoradores para conocer a Cristo y enamorarnos de Él. La adoración me lleva a conocer el corazón de Cristo y experimentar su amor, su bondad, su misericordia. En la adoración aprendo a reconocer su voz en este mundo tan ruidoso y también descubro que es lo que Él espera que nosotros hagamos por El.  

El evangelio Jesús nos recuerda que Él debe ser el primero y para eso nos invita a soltar, soltar que? todas aquellas cosas que nos impiden caminar desde la libertad. El que está ligero de equipaje realmente es capaz de comenzar la aventura con Cristo de lo contrario pospondrá este caminar con el Señor de la vida. Por eso a Jesus hay que conocerlo, amarlo y seguirlo, se conoce a través de las escrituras, se ama en la adoración Eucarística porque vemos su corazón y hay que seguirlo porque es la respuesta de parte de nosotros a ese amor crucificado.

Mi amado Jesús, no soy justo frente a ti Señor, no merezco ni siquiera que me mires por lo que soy, pero Tu amor es tan grande que no solo me levantas sino que además Tu te bajas para acercarte a mi. Necesito conocerme mucho mas, caminar dentro del laberinto de mi ser para poder descubrir realmente quien soy y la grandeza que eres Tu. Yo soy una vasija que tiene grietas, suciedad, que no es uniforme, pero en tus manos sé que harás algo nuevo en mi y lo haces con delicadeza porque sabes lo frágil que soy.  Muéstrame con la luz de Tu Santo Espíritu que es aquello que debo de soltar para poder caminar hacia ti. Deseo comenzar y permanecer en esta aventura contigo mi Jesús.  Conocerte a través de las escrituras, ser un alma que ama la adoración Eucarística para poder ver tu corazón, y quiero seguirte dando respuesta a Tu amor crucificado en la cruz, Amen.

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Lectio Divina Sept 30

 IGNORAR LAS ESCRITURAS ES IGNORAR A CRISTO

 

Cumplo con mi deber, obedeciendo los preceptos de Cristo, que dice: Ocupaos en examinar las Escrituras, y también: Buscad y hallaréis, para que no tenga que decirme, como a los judíos: Estáis en un error; no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios. Pues si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.

 

Por esto quiero imitar al amo de casa, que de su provisión saca lo nuevo y lo antiguo, y a la esposa que dice en el Cantar de los cantares: He guardado para ti, mi amado, lo nuevo y lo antiguo; y, así, expondré el libro de Isaías, haciendo ver en él no sólo al profeta, sino también al evangelista y apóstol. Él, en efecto, refiriéndose a sí mismo y a los demás evangelistas, dice: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian el bien, de los que anuncian la paz! Y Dios le habla como a un apóstol, cuando dice: ¿A quién mandaré? ¿Quién irá a ese pueblo? Y él responde: Aquí estoy, mándame.

 

Nadie piense que yo quiero resumir en pocas palabras el contenido de este libro, ya que él abarca todos los misterios del Señor: predice, en efecto, al Emmanuel que nacerá de la Virgen, que realizará obras y signos admirables, que morirá, será sepultado y resucitará del país de los muertos, y será el Salvador de todos los hombres.

 

¿Para qué voy a hablar de física, de ética, de lógica? Este libro es como un compendio de todas las Escrituras y encierra en sí cuanto es capaz de pronunciar la lengua humana y sentir el hombre mortal. El mismo libro contiene unas palabras que atestiguan su carácter misterioso y profundo: Cualquier visión se os volverá –dice– como el texto de un libro sellado: se lo dan a uno que sabe leer, diciéndole: «Por favor, lee esto». Y él responde: «No puedo, porque está sellado». Y se lo dan a uno que no sabe leer, diciéndole: «Por favor, lee esto». Y el responde: «No sé leer».

 

Y si a alguno le parece débil esta argumentación, que oiga lo que dice el Apóstol: Cuanto a los dotados del carisma de profecía, que hablen dos o tres, y que los demás den su dictamen; y, si algún otro que está sentado recibiera una revelación, que calle el que está hablando. ¿Qué razón tienen los profetas para silenciar su boca, para callar o hablar, si el Espíritu es quien habla por boca de ellos? Por consiguiente, si recibían del Espíritu lo que decían, las cosas que comunicaban estaban llenas de sabiduría y de sentido. Lo que llegaba a oídos de los profetas no era el sonido de una voz material, sino que era Dios quien hablaba en su interior, como dice uno de ellos: El ángel que hablaba en mí, y también: Que clama en nuestros corazones: «¡Padre!», y asimismo: Voy a escuchar lo que dice el Señor.

 

RESPONSORIO    2Tm 3, 16-17; Pr 28, 7

 

R. Todas las partes de la Escritura están inspiradas por Dios y son útiles para instruir y para educar en la buena conducta, * así, el siervo de Dios se hará perfecto y estará preparado para toda buena obra.

V. El que guarda la ley es hijo prudente.

R. Así, el siervo de Dios se hará perfecto y estará preparado para toda buena obra.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Oh Dios, que concediste a san Jerónimo saber gustar de la sagrada Escritura y vivirla intensamente, haz que tu pueblo se alimente cada vez más en tu palabra y encuentre en ella la fuente de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

martes, 29 de septiembre de 2020

La misericordia de Dios es tan grande que hasta nos envía a sus ángeles y especialmente a sus Arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel para llevarnos a Jesucristo.



Daniel 7,9-10.13-14
Drante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios


Salmo 137 " Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor"

Juan 1,47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y añadió: "Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Palabra del Señor

Hoy en la fiesta de los Santos Arcangeles Miguel, Rafael y Gabriel el cielo está de fiesta porque recordamos que los santos ángeles son ministros de la providencia y gloria Divina, su servicio es llevarnos a Jesucristo.

La palabra arcángel proviene de dos palabras, Arc, “ el principal”, y "ángel", es decir, "principales entre los ángeles". Los ángeles son mensajeros de Dios, ellos están al servicio del plan de salvación de parte de Dios y es por eso que su servicio es llevarnos a Jesucristo. Es de aquí que no podemos decir que nosotros después de la muerte vamos a tomar el cuerpo de un ángel. Dios desde el comienzo creó a sus ángeles con una misión específica, ser sus mensajeros, y servirle al mismo Dios en el plan de salvación.

San Miguel. Este nombre significa: "¿Quién como Dios?" o también: "Nadie es como Dios". La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Y él cuando lo invocamos llega a defendernos, con el gran poder que Dios le ha concedido. Muchos creen que él es el jefe de los ejércitos celestiales.

San Gabriel. Su nombre significa: "Dios es mi protector". Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo de Dios. Por eso se le venera mucho desde la antigüedad. San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.

San Rafael. Su nombre significa: "Medicina de Dios". Fue el Arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje y conseguirle una santa esposa. San Rafael es muy invocado para alejar enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes.

¿Qué nos enseña los santos Arcángeles?  San Miguel por ejemplo nos enseña que cuidemos la soberbia, y más bien que debemos cultivar la humildad. Luz bella terminó siendo un ángel caído porque al  envanecerse por su belleza, y su esplendor se negó a obedecer al mismos Dios.  Pidámosle al Arcángel San Miguel que nos dé la gracia de cultivar la humildad para servir a Dios y hacer crecer el Reino de Dios en Su Nombre.

San Gabriel nos enseña que tengamos mucho cuidado con la sordera con la Palabra de Dios, y nos invita a acercarnos y a escuchar la Palabra de Dios, porque ella da fecundidad a nuestra vida. La Palabra de Dios transforma nuestra vida, la hace fecunda porque trae luz y claridad. Esto lo vemos con los Santos de nuestra Iglesia. Ellos quienes se dejaron transformar por la Palabra de Dios y quienes no solo dieron luz a sus vidas sino que también son luz para nuestro tiempo. Que bendicion tenemos los Católicos con nuestra Iglesia porque ella cuida las verdaderas enseñanzas de Cristo, es de ahí la Jerarquía desde el Papa, los obispos, y los Cardenales quienes velan por la verdad del Evangelio.  

San Rafael nos enseña que tengamos cuidado con quien nos estamos acompañando, realmente la comunidad de fe a la que perteneces está en la verdad y te acerca más a Dios, a ser obediente a la iglesia que el mismo Cristo fundó, te acerca a la virgen, a los santos, a seguir los sacramentos que el mismo Cristo institucionalizó, o es una iglesia que divide, que calumnia, que distorsiona la verdad.

Por último los Santos ángeles son ejemplo de adoración y obediencia, en ellos se expresa la Gloria de Dios porque ellos son los que toman la decisión de servirle a Dios o no. Ellos nos enseñan que la fidelidad da como fruto la alegría. Dios desde su misericordia los envía a este mundo para que continúen la obra de nuestra salvación y el centro de su servicio es llevarnos a Jesucristo.

Hoy en esta fiesta de los Santos Arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel le doy gracias a Dios por enviarnos sus mensajeros quienes  son ministros de la providencia y gloria Divina, y porque ellos a través de su servicio nos llevan hacia tu Hijo Jesucristo. Que grande es tu amor y que inmensa es tu misericordia mi Buen Dios que los creaste para que me sirvieran y me ayudaran en esta peregrinación en esta tierra. Dame la gracia de cultivar la humildad del Arcángel San Miguel, dame la gracia de escuchar Tu Palabra para que mi vida sea fecunda por intercesión del Arcangel San Gabriel, y que por tu misericordia sea el Arcángel San Rafael me de la Gracia de discernir realmente cual es la verdadera comunidad de Fe la que me lleve hacia ti. Así como ellos son ejemplo de adoración y de obediencia, que mi vida se refleje la Gloria de Dios. Que bendición traes a mi vida Dios con los santos arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel para que pueda llevar una vida espiritual sana, alegre y fecunda, Amen.

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!


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Lectio Divina sept 29

 El NOMBRE DE «ÁNGEL» DESIGNA LA FUNCIÓN, NO EL SER

 

Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser, del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles.

 

Por esto a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría.

 

Por la misma razón se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y, así, «Miguel» significa: «¿Quién como Dios?», «Gabriel» significa: «Fortaleza de Dios» y «Rafael» significa: «Medicina de Dios».

 

Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se entabló una batalla con el arcángel Miguel.

 

A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas.

 

«Rafael» significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».

OREMOS,

Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén


lunes, 28 de septiembre de 2020

El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor!



Job 1, 6-22
Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: "¿De dónde vienes?"
El respondió: "De dar vueltas por la tierra."
El Señor le dijo: "¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal."
Satanás le respondió: "¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara."
El Señor le dijo: "Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques."
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo: "Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo."
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: "Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo."
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor." A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Palabra de Dios


Salmo 16 " Inclina el oído y escucha mis palabras."

Lucas 9, 46-50
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: "El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante".
Juan tomó la palabra y dijo: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir". Jesús les respondió: "No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro".
Palabra del Señor


Uno de los personajes de la Biblia que caracteriza la paciencia es Job. Job padece males graves, injustos, inesperados, irreversibles, acumulados, progresivos y próximos. Estos son los siete agravantes de las desgracias, y en el caso de Job, todos están presentes. Pero frente a todo esto, la reacción de Job es mesurada y serena. Da la impresión de que no pierde el dominio de sí. Su fuerza no es anestesiarse, como propondría el budismo, o simplemente aguantar con grandeza de alma, como sugiere el estoicismo. No estamos tampoco frente a alguien que huya de su dolor escapando como un drogadicto o un alcohólico ni es este el perfil de alguien que se queda rumiando una venganza o desquite.

Job nos enseña esto, “ Todo viene de Dios “. Él es el Señor: cuando las cosas salen bien y cuando salen mal. Dios no deja de ser Dios porque no entendamos sus planes o porque esos planes pospongan nuestras certezas o deseos. En esto fue sabio Job. Pero el libro no termina ahí. Nuevas lecturas nos permitirán asomarnos a otros aspectos del drama de dolor de este creyente absolutamente singular.

La segunda enseñanza que nos trae Job es que Él descubre el valor de las cosas, quien se las ha dado. Como nos hace falta que nosotros aprendamos esto y lo más grave que le enseñemos a nuestros hijos el valor del agradecimiento. Cuando hablamos de los deberes, sacamos una lista casi interminable, pero cuando sacamos la lista de nuestros deberes, la cosa empieza a cojear.
Estamos en un siglo en el que las personas creen que son dueñas de las cosas, que se merecen las cosas, y hasta les cuesta decir “ Gracias “. Es hermoso ver como el agradecimiento de Job al decir “ El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor “. En esta afirmación Job nos recuerda que debemos ser conscientes que todo lo que recibimos es un regalo. La vida, la salud, tener una familia, vivir en un país, tener la Fe, poder participar en una eucaristía, poder ver, caminar, comer.  Hay tanto por agradecer!!!

Pidámosle al Buen Dios que nos ayude a alcanzar la sabiduría de Job, quien entendió que todo viene de Dios, y que aunque a veces no entendamos sus planes porque no está acorde a nuestros deseos, es Dios quien da la última Palabra. Y lo segundo que seamos más agradecidos, porque todo lo que recibimos es un regalo de parte de Dios.

En el evangelio Jesús se refiere a los niños y los pone de ejemplo. La razón es porque ellos desde la simplicidad, disfrutan y gozan la vida, en cambio nosotros cuando vamos creciendo terminamos complicando nuestra propia vida. Vivimos de apariencias, nos mentimos, nuestro corazón empieza a envanecerse, a crecer la codicia, la envidia, los celos.

Recuerda cómo naciste? sin nada. Y eso no se nos debería olvidar, el momento de nuestro nacimiento. Todos hemos nacido así, eso es algo que tenemos en común. Por eso Jesús nos invita a que desde la pequeñez e indigencia que nos une a todos como hermanos, que acojamos su mensaje. Volver a la simplicidad de nuestro ser y redescubrir como Job que la vida recibida es un regalo de parte de Dios nos hace grandes ante los ojos de Dios.

Mi amado Jesús, ayúdame a tener un corazón más agradecido para reconocer que todo lo que recibo es un regalo que tú mismo me quieres dar. Cómo ha crecido en mí sentimientos de merecimiento, olvidando que si tengo salud es gracias a ti, y esperas que te sirva con amor. Si tengo familia, es porque tu me la has dado y esperas que yo los lleve a tus pies, si me has regalado la vista es para que vea los sufrientes que me pones en el camino. Si tengo pies es para que camine contigo y ayude a otros a caminar hacia ti.  Si me das la oportunidad de ir a la Eucaristía es para que yo me alimente de ti y puede llevarte a mis hermanos que tanto han perdido la esperanza, el amor y la fe. Si me has dado la Fe es para conquistar más corazones y terrenos en tu Nombre.  Perdóname Jesús por las veces que he tenido actitudes de soberbia al pretender creer que soy el dueño de todo, Amen.

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!!!!



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Lectio Divina 28 de Sept

 ARMÉMONOS CON LAS ARMAS DE LA JUSTICIA

 

No es por propia iniciativa mía, hermanos, que os escribo estas cosas referentes a la justicia, sino que lo hago porque vosotros mismos me habéis incitado a ello.

Porque ni yo ni persona alguna semejante a mí puede competir con la sabiduría del bienaventurado y glorioso apóstol Pablo, el cual, viviendo entre vosotros y hablando cara a cara con los hombres que vivían en aquel entonces en vuestra Iglesia, enseñó con exactitud y con fuerza la palabra de verdad, y después de su partida os escribió una carta, que si estudiáis con atención os edificará en aquella fe, madre de todos nosotros, que va seguida de la esperanza y precedida del amor a Dios, a Cristo y al prójimo. El que permanece en estas virtudes cumple los mandamientos de la justicia, porque quien posee la caridad está muy lejos de todo pecado.

 

La raíz de todos los males es el afán del dinero. Sabiendo, pues, que nada trajimos al mundo, de modo que nada podemos llevarnos de él, armémonos con las armas de la justicia e instruyámonos primero a nosotros mismos a caminar según los mandamientos del Señor. Enseñad también a vuestras esposas a caminar en la fe que les fue dada, en la caridad y en la castidad; que aprendan a ser fieles y cariñosas con sus maridos, a amar castamente a todos y a educar a sus hijos en el temor de Dios. Que las viudas sean prudentes en la fe del Señor y que oren sin cesar por todos, apartándose de toda calumnia, maledicencia, falso testimonio, amor al dinero, y alejándose de todo mal. Que piensen que ellas son como el altar de Dios y que el Señor lo escudriña todo, pues nada se le oculta de nuestros pensamientos ni de nuestros sentimientos ni de los secretos más íntimos de nuestro corazón.

 

Y ya que sabemos que de Dios no se ríe nadie, nuestro deber es caminar de una manera digna de sus mandamientos y de su voluntad. De una manera semejante, que los diáconos sean irreprochables ante la santidad de Dios, como ministros que son del Señor y de Cristo, no de los hombres: que no sean calumniadores ni dobles en sus palabras ni amantes del dinero, sino castos en todo, compasivos, caminando conforme a la verdad del Señor, que quiso ser el servidor de todos. Si le somos agradables en esta vida, recibiremos, como premio, la vida futura, tal como nos lo ha prometido el Señor al decirnos que nos resucitará de entre los muertos y que, si nuestra conducta es digna de él y conservamos la fe, reinaremos también con él.

 

RESPONSORIO    Flp 4, 8. 9

 

R. Tomad en consideración todo lo que es verdadero, noble, justo y amable, * tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.

V. Seguid practicando lo que habéis recibido y aprendido y el Dios de la paz estará con vosotros.

R. Tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, infunde constantemente tu gracia en nosotros, para que, tendiendo hacia lo que nos prometes, consigamos los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

domingo, 27 de septiembre de 2020

Lectio Divina 27 de Septiembre

 ESTÁIS SALVADOS POR LA GRACIA

 Policarpo y los presbíteros que están con él a la Iglesia de Dios que vive como forastera en Filipos: Que la misericordia y la paz de parte de Dios todopoderoso y de Jesucristo, nuestro salvador, os sean dadas con toda plenitud. Sobremanera me he alegrado con vosotros, en nuestro Señor Jesucristo, al enterarme de que recibisteis a quienes son imágenes vivientes de la verdadera caridad y de que asististeis, como era conveniente, a quienes estaban cargados de cadenas dignas de los santos, verdaderas diademas de quienes han sido escogidos por nuestro Dios y Señor. Me he alegrado también al ver cómo la raíz vigorosa de vuestra fe, celebrada desde tiempos antiguos, persevera hasta el día de hoy y produce abundantes frutos en nuestro Señor Jesucristo, quien, por nuestros pecados, quiso salir al encuentro de la muerte, y Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte. En él creéis ahora, aunque no lo veis, con un gozo inefable y radiante, gozo que muchos desean alcanzar, sabiendo como saben que estáis salvados por la gracia y no se debe a las obras, sino a la voluntad de Dios en Cristo Jesús.

 

Por eso, con ánimo dispuesto y vigilante, servid al Señor con temor y con verdad, abandonando la vana palabrería y los errores del vulgo y creyendo en aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos y lo glorificó, colocándolo a su derecha; a él le fueron sometidas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, y a él obedecen todos cuantos tienen vida, pues él ha de venir como juez de vivos y muertos y Dios pedirá cuenta de su sangre a quienes no quieren creer en él.

 

Aquél que lo resucitó de entre los muertos nos resucitará también a nosotros si cumplimos su voluntad y caminamos según sus mandatos, amando lo que él amó y absteniéndonos de toda injusticia, de todo fraude, del amor al dinero, de la maldición y de los falsos testimonios, no devolviendo mal por mal, ni insulto por insulto, ni golpe por golpe, ni maldición por maldición, sino recordando más bien aquellas palabras del Señor que nos enseña: No juzguéis y no seréis juzgados, perdonad y seréis perdonados, compadeced y seréis compadecidos; con la medida con que midiereis a los demás se os medirá también a vosotros. Y: Dichosos los pobres y los que padecen persecución por razón del bien, porque de ellos es el reino de Dios.

 

RESPONSORIO    2Tm 1, 9; Sal 113 B, 1

 

R. Dios nos ha salvado y nos ha llamado con santa llamada, no según nuestras obras, sino según su propio propósito y su gracia, * que nos dio con Cristo Jesús antes de los tiempos eternos.

V. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria; por tu bondad, por tu lealtad.

R. Que nos dio con Cristo Jesús antes de los tiempos eternos.


OREMOS,

Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, infunde constantemente tu gracia en nosotros, para que, tendiendo hacia lo que nos prometes, consigamos los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén



viernes, 25 de septiembre de 2020

¿Quién soy yo para ti?


Eclesiastés 3, 1-11
Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin.
Palabra de Dios


Salmo 143 " Bendito el Señor, mi Roca"

Lucas 9, 18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas". El les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios". El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar el tercer día".
Palabra del Señor


La lectura del Eclesiastés nos dice que hay tiempo para cada cosa. A pesar de que lo leemos y lo hemos escuchado varias veces no es tan sencillo descubrir la enseñanza que se esconde en cada cosa que dice la lectura.  Nos dice que hay diferentes tiempos:  llorar, reír, danzar, gemir, perder, guardar, rasgar, coser, callar, hablar... Pero más adelante nos dice  "¿Qué provecho saca de su trabajo el que se esfuerza?" Si los tiempos se repiten, y todo llega y todo pasa, ¿qué sentido tiene esforzarse?

La primera enseñanza que nos trae la lectura es que el dueño del tiempo es Dios y Él es el Señor de la historia. La vida tiene sus subidas y sus bajadas, Dios mismo nos da ese abanico de posibilidades porque  cuando estamos atravesando dificultades , esas mismas dificultades nos ayudan a fortalecernos como personas, a crecer en la fe porque nos abandonamos en las manos de Dios.  Cuando estamos viviendo el tiempo de paz, en alegría y como que todo anda sobre ruedas, Dios nos da ese tiempo para que descansemos y tomemos fuerzas para más adelante. No te ha pasado eso? Cuando estábamos atravesando dificultades nos parecía que el tiempo era eterno, que por más que nos esforzamos seguimos estando en el mismo lugar. Caso contrario cuando estamos en los momentos gloriosos, de bonanza, de prosperidad; hasta no queremos que se nos acaben ese buen tiempo. Aprovecha el tiempo que estás viviendo porque cada tiempo tiene su gran aprendizaje.

La segunda enseñanza es que debemos aprender a leer los signos de los tiempos, esto es cuando Dios nos da la gracia para arrepentirnos por ejemplo, no desaproveches esta bendición, no lo pospongas, quizás no tengas tiempo luego en hacerlo. Si ahora estás bendecido porque gozas de salud, sirve a Él, desgasta tu vida por Él y para Él. Si estas joven enamorate de Cristo y deja que Él transforme tu vida, seguramente te evitarás muchos dolores de cabeza en tu vida. Si ahora gozas en abundancia de bienes materiales y espirituales, entonces comparte todo eso que el mismo Dios te ha dado y se bendicion para otros que lo necesitan.

La tercera enseñanza es que no tiene sentido esforzarse si estamos esperando reconocimiento y aplausos de los hombres. Te cansaras, porque el ser humano es cambiante. Hoy te aplauden, mañana no se acuerda de ti. Hoy te tienen en cuenta y mañana no. Hoy te sonríen y mañana no. Hoy eres parte de su grupo de amigos y mañana ya no lo eres. Cuando tu esfuerzo es para agradar a los hombres, te cansaras pero si tu esfuerzo lo haces para que el Reino de Dios crezca, Él mismo te dará las fuerzas para permanecer y seguir hasta la meta. Si lo haces para buscar la Gloria de Dios entonces encontrarás el verdadero significado de tu esfuerzo, y es que el mal se vence cuando dejamos que el bien avance, que el bien actúe.

En el evangelio Jesús nos hace esta pregunta ... .¿Quién soy yo para ti?

Esta respuesta no se da con los labios, porque con los labios es fácil de responder. Esta respuesta se debe dar con la vida. Esto es, dejo que Cristo viva y reine en mi? Los demás pueden ver a Cristo reinando en mi vida? Mis obras dejan ver el amor de Dios actuando sobre ellas?

Podemos conocer las lecturas bíblicas de memoria, hasta podemos ser personas de mucho ritualismo, de muchas devociones, pero aun no olemos a ovejas de Cristo. Oler a ovejas de Cristo es configurarnos como Cristo, es ser otro Cristo en esta tierra que lleva alegría, paz, amor, esperanza y que anuncia con su vida que seguimos a un Dios que está vivo. Es por eso que Jesús nos hace esta pregunta porque Él espera que sea respondida desde lo profundo y sincero  de nuestro corazón. Jesus nos mostró con su vida que Él era el hijo de Dios. Jesus no solo lo profeso con sus labios sino que su vida coherente mostró lo que Él tenía en su corazón. Pidámosle al Señor que nos ayude a mostrar con nuestras obras en el Dios a quien creo y sigo. La mejor manera que puedo decir lo que significa Dios en mi corazón es cuando soy consecuente con mis actos.

¿Quién eres tu Jesus para mi? No solo quiero responder con mis labios sino con mi vida quién eres para mi, Tu Jesus.  Dame la gracia de tener una vida coherente con lo que digo creer. Si digo que eres un Dios de vivos, entonces que lleve vida a donde vaya. Si digo que tu eres mi libertad, es porque Tu me has liberado de las cadenas que me esclavizaban. Si digo que tengo un Dios misericordioso es porque he experimentado tu misericordia. Quiero oler como oveja de Tu rebaño. quiero ser como Tu que mostraste con tu vida que eras el Hijo de Dios, de la misma manera quiero mostrar con mi vida que soy tu discípul@. Ayúdame a responderte lo que Tu eres para mi desde mi vida, desde mis actos; Que mi vida interpele a aquellos que no creen en ti como también a aquellos que tiene una relación lejana contigo. Yo quiero ser un verdadero testigo como hij@ de Dios. Amen.

DIos te bendiga

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa MIsa


Lectio Divina Sept 25

 TODOS LOS BUENOS PASTORES SON COMO LOS MIEMBROS DEL ÚNICO PASTOR

 

Cristo, pues, te apacienta con justicia, distinguiendo entre quienes son ovejas suyas y quienes no lo son. Mis ovejas -dice- me siguen, porque conocen mi voz.

 

Aquí, en estas palabras, me parece descubrir que todos los buenos pastores son como los miembros del único pastor. No es que falten buenos pastores, pero todos son como los miembros del único pastor. Si hubiera muchos pastores habría división, y, porque aquí se recomienda la unidad, se habla de un único pastor. Si se silencian los diversos pastores y se habla de un único pastor, no es porque el Señor no encontrara a quien encomendar el cuidado de sus ovejas, pues cuando encontró a Pedro las puso bajo su cuidado. Pero incluso en el mismo Pedro el Señor recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles, pero sólo a Pedro se le dice: Apacienta mis ovejas. Dios no quiera que falten nunca buenos pastores, Dios no quiera que lleguemos a vernos faltos de ellos; ojalá no deje el Señor de suscitarlos y consagrarlos.

 

Ciertamente que si existen buenas ovejas habrá también buenos pastores, pues de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores. Pero hay que decir que todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor y forman una sola cosa con él. Cuando ellos apacientan es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no pretenden hacer oír su propia voz, sino que se complacen en que se oiga la voz del esposo. Por esto, cuando ellos apacientan es el Señor quien apacienta; aquel Señor que puede decir por esta razón: «Yo mismo apaciento», porque la voz y la caridad de los pastores son la voz y la caridad del mismo Señor. Ésta es la razón por la que quiso que también Pedro, a quien encomendó sus propias ovejas como a un semejante, fuera una sola cosa con él: así pudo entregarle el cuidado de su propio rebaño, siendo Cristo la cabeza y Pedro como el símbolo de la Iglesia que es su cuerpo; de esta manera fueron dos en una sola carne, a semejanza de lo que son el esposo y la esposa.

 

Así pues, para poder encomendar a Pedro sus ovejas, sin que con ello pareciera que las ovejas quedaban encomendadas a otro pastor distinto de sí mismo, el Señor le pregunta: «Pedro, ¿me amas?» Él respondió: «Te amo.» Y le dice por segunda vez: «¿Me amas?» Y respondió: «Te amo.» Y le pregunta aun por tercera vez: «¿Me amas?» Y respondió: «Te amo.» Quería fortalecer el amor para forzar así la unidad. De este modo el que es único apacienta a través de muchos, y los que son muchos apacientan formando parte del que es único.

 

Por tanto, en realidad, puede decirse que al mismo tiempo se habla de muchos pastores y se afirma que hay un solo pastor. Que se gloríen, pues, los pastores de ser pastores, pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor. Apacentar a Cristo, apacentar para Cristo, apacentar en Cristo significa, pues, no querer apacentarse a sí mismo, sino a Cristo solamente. No fue por falta de pastores -como anunció el profeta que ocurriría en futuros tiempos de desgracia- que el Señor dijo: Yo mismo apacentaré a mis ovejas, como si dijera: «No tengo a quien encomendarlas.» Porque, cuando todavía Pedro y los demás apóstoles vivían en este mundo, aquel que era el único pastor, en el que todos los otros pastores eran uno, dijo: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor.

 

Que todos los pastores, pues, formen parte del único pastor y que a través de todos ellos resuene solamente la voz del único pastor; al oír esta voz las ovejas seguirán no a éste o aquél, sino a su único pastor. Que todos los pastores hagan, pues, resonar en él una única voz, que no dejen oír voces diversas. Os exhorto, hermanos, a que tengáis todos unión y concordia; no haya disensiones entre vosotros. Que las ovejas oigan siempre esta voz, limpia de toda disensión, purificada de toda herejía, y puedan, así, seguir a su propio pastor que les dice: Mis ovejas me siguen, porque conocen mi voz.

 

RESPONSORIO

 

R. No abandones, Señor, tu rebaño, * Buen Pastor, que velas constantemente.

V. Que tu amor vele siempre sobre nosotros, para que no se nos acerque el tentador astuto y hostil.

R. Buen Pastor, que velas constantemente.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Oh Dios, has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de la ley; concédenos cumplir tus mandamientos y llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

jueves, 24 de septiembre de 2020

La verdadera sabiduría nos lleva a encontrarnos con el desengaño, Cristo que es la verdadera sabiduría es quien redefine nuestra vida y nos lleva a servirle sólo a Él.



Eclesiastés 1, 2-11
¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta.
Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento.
Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar.
Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír.
Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol.
Si de algo se dice: "Mira, esto es nuevo", ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.
Palabra de Dios


Salmo 89 " Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación"

Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: "A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas? Y tenía ganas de verlo.
Palabra del Señor


Las preguntas de la existencia nos llevan a interiorizar, a meditar  y porque no a ponernos en movimiento. Es el caso por ejemplo de San Agustín, quien desde el conocimiento desde la ciencia llegó al conocimiento de la verdad. La santa inquietud de su corazón lo puso en movimiento y es por eso que él dice “ Tarde te amé, oh hermosura tan antigua, tarde te amé y tú estabas dentro de mí y yo afuera y así por fuera te buscaba”.
Jesus nos cuestiona y nos quiere hacer pensar.  El no quiere que seamos “ tontos”, que lo sigamos por temor, o sin hacer preguntas. Por eso Jesús nos hablaba en parábolas para hacernos pensar y algunas veces terminaba sus enseñanzas como "¡El que tenga oídos para oír que oiga!".

En la primera lectura comienza diciendo “  vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. La lectura nos quiere hacer recordar la fragilidad y la provisionalidad de todas las cosas visibles y pasajeras. Aquel quien solo se fija y busca las cosas visibles seguramente  nunca buscará las duraderas y eternas. Nuestra vida no es solo trabajar, ser buenos haciendo algo, comer, trabajar para conseguir una casa, un carro, en fin. No olvides que debemos tener los pies en la tierra pero nuestro corazón esté elevado al cielo, allá donde no entra la polilla.
Me he encontrado con personas que al solo preocuparse y esforzarse por las cosas del mundo, al final se dan cuenta que eso no era lo más importante, ese trago del desengaño los hace encontrarse consigo mismos y desde la misericordia de Dios, Bendito desengaño! encuentran con la verdadera sabiduría que es Cristo y Él redefine nuestra vida; y es que el desengaño nos libra de las idolatrías. También podemos decir que el vacío del hombre sólo puede ser llenado por el amor de Dios. La paz que tanto buscas y quieres, solo la encuentras con Cristo. La alegría que permanece y no pequeños destellos solo te la da Cristo. Es tiempo para que empieces a anhelar y esforzarte por  los bienes de arriba y cuando te pones en movimiento para lograrlo, descubrirás y dirás lo que dice hoy la lectura  “ vanidad de vanidades, todo es vanidad!”.

Hoy el evangelio nos muestra que existen dos curiosidades, hay una curiosidad que te lleva a buscar la verdadera verdad, y hay otra curiosidad que es esteril como lo que le sucedió a Herodes.  La curiosidad esteril nos lleva hasta donde llegamos a ver , claro está que cualquier tipo de curiosidad nos pone en movimiento. La curiosidad esteril llega a ser saciada, nos dice la lectura "Herodes, al ver a Jesús se alegró en gran manera, pues hacía mucho tiempo que quería verle por lo que había oído hablar de Él, y esperaba ver alguna señal que Él hiciera. Y le interrogó extensamente, pero Jesús nada le respondió. Los principales sacerdotes y los escribas también estaban allí, acusándolo de vehemencia. Entonces Herodes, con sus soldados, después de tratarle con desprecio y burlarse de Él, le vistió con un espléndido manto y le envió de nuevo a Pilato. Aquel mismo día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes habían estado enemistados el uno con el otro" (Lc 23,8-12). La curiosidad de Herodes al llevar a ser saciada termina despreciando al Mesías.

La curiosidad sana tiene tres claves, es aquella que tiene Fe, tiene humildad genuina y amor entrañable.  Pidámosle al Buen Dios que nos dé la gracia de tener estas tres para ponernos en movimiento y así encontrar la sabiduría de Cristo que tanto necesitamos.

Mi Jesus, mi salvador, Tu eres la razon de mi vida!, que inmensa es tu sabiduría porque me haces descubrir que hay alegrías santas, tristezas santas, celo apostolico y curiosidad santa, pero también hay alegrías, tristezas, celo y curiosidad que no me llevan hacia ti sino que más bien me llevan al abismo de una vida en esterilidad. Hoy te pido que por intersección de la Virgen de Nuestra Señora de las Mercedes descubra las idolatrías que hay en mi vida, que te acoja a ti como mi amo y mi Señor  desde la fe, que desde la humildad acepte el plan que tienes para mi y que tenga un amor tan grande por ti que me lleve a servirte desde la caridad, Amén.

 Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!



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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

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