jueves, 17 de febrero de 2022

Dios no discrimina, entonces tu quien eres para hacerlo?

 

Dios no discrimina, entonces tu quien eres para hacerlo?


Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 1-9

Hermanos míos, no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.
Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: «Tú siéntate aquí cómodamente», y al pobre le decís: «Tú quédate ahí de pie» o «siéntate en el suelo, a mis pies», ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos? Escuchad, mis queridos hermanos: ¿acaso no eligió Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?
Vosotros, en cambio, habéis ultrajado al pobre.
¿No son los ricos los que os oprimen e incluso os arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que injurian el hermoso Nombre que ha sido invocado sobre vosotros?
Si cumplís la que, según la Escritura, es la ley regia: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», hacéis bien; pero si establecéis diferencias entre las personas, cometéis pecado y es ley os acusa como transgresores.
Palabra de Dios

Salmo  33, 2-3. 4-5. 6-7 R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas». Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Palabra del Senor


Hoy el apóstol Santiago nos invita a que revisemos nuestras actitudes conforme a las enseñanzas de Jesus, en este caso nos habla de tener mucho cuidado con la discriminacion. Con frecuencia tenemos talante selectivo. Nos acercamos a aquellos grupos y personas que tienen algún poder o representa alguien importante en la sociedad para presumir que hace parte de nuestro grupo selectivo de amistades. Pero eso no es todo, el problema es que nos vamos configurando como ellos y terminamos pensando, hablando y actuando como ellos con el agravante de que los antivalores del mundo ya son lo que nos rige nuestra propia vida.

Santiago acaba de decirnos: “no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.”. En otras palabras nos pide coherencia y es que nuestra fe y religión serán auténticas en la medida en que nuestra conversión también lo sea. Si Jesus fue humilde, sencillo, no discrimina a nadie, entonces quienes somos nosotros para hacerlo?  Somos tontos y tontas al creernos más que los demás porque quizás tenemos un título, un conocimiento, una posición y reconocimiento entre la sociedad. La humildad y la sencillez es lo que caracteriza a un verdadero discípulo de Cristo. Jesús no se cansa de repetir : porque todos vosotros sois iguales. Si hay que destacar en algo, que sea en el servicio y en la entrega de la vida por los demás.

En el evangelio Jesús les pregunta a sus discípulos quién es Él,  y es algo lógico que les pregunte porque ya han hecho camino juntos. Caminar juntos significa que han tenido  tiempo para conocerse, y esa relación de cercanía con Jesús se va produciendo un mayor y mejor conocimiento que se va a revelar en el interior de cada uno, para poder afirmar lo que dijo Pedro “Tú eres el Mesías”. Esa verdad es conocida bajo la guía del Espíritu. No es fruto de la especulación sino de la escucha interior y de permitir que la luz que viene de lo alto, penetre en lo íntimo y se reconozca la cercana presencia de Dios en la Persona de Cristo.
Aunque Pedro afirma “Tú eres el Mesías”, Jesús continúa explicando su misión  “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días», pero Pedro lo increpa e inmediatamente es silenciado por el mismo Jesús. No es fácil asumir que para dar vida hay que entregar la vida. Hay que perder para ganar.
Jesús le dirá a Pedro: ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios! El reproche de Jesús señala qué camino se ha de seguir: pensar como Dios piensa, mirar como él mira, amar como él ama, acoger como él acoge y entregarlo todo como él lo ha entregado. Esa es la tarea y al mismo tiempo la misión.

Hoy es un buen día para reflexionar sobre la imagen que tengo de ti Jesús. Es muy fácil decir según la Palabra que Tu eres el Hijo de Dios, que Tú diste la vida para salvarnos, que en Ti hay sanidad y liberación, que en ti está la vida. Todo esto lo puedo tener claro en mi cabeza y profesar con mis labios, pero realmente te creo? Será que estoy completamente convencida  que en ti está la salvación? Podré decir que en ti he encontrado la paz y la alegría que tanto busco? Hoy te invoco Señor porque quiero tener esa experiencia de fe para acoger esta verdad. Si de verdad Tu significas algo en mi propia vida, se tendrán que producir significativos cambios en mi porque la fe y la religión sólo serán auténticas en la medida en que mi conversión también lo sea, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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