lunes, 28 de febrero de 2022

Donde pones tu confianza?

 


Donde pones tu confianza?

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.
Palabra de Dios

Sal 110, 1-2. 5-6. 9ab y 10c R. El Señor recuerda siempre su alianza.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salta Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: -« ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -«¡ Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! »
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: -«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Palabra del Senor


La primera lectura el autor se dirige a comunidades rurales, poco organizadas y de extracción humilde: campesinos, pastores, gente de clase baja. Podemos decir que estas  poblaciones son vulnerables en medio de una sociedad hostil. Por eso el autor subraya mucho la solidaridad que tiene que existir en el seno de las comunidades cristianas para poder soportar cualquier contratiempo. Esto fácilmente lo podemos ver en la actualidad, la situación de los indígenas, los desplazados por la violencia entre otras más.  

Concentrémonos en esta frase  "No habéis visto a Jesucristo y lo amáis". ¡He aquí la entraña de la fe! ¿Cuántas veces nos vemos impotentes para justificar muchos aspectos de nuestra fe y, sin embargo, nos sentimos visitados por una seguridad que no nace ni de los argumentos ni de nuestra conducta irreprochable? ¡Es la fuerza del amor! Es la misma fuerza a la que se refiere Jesús en el evangelio, la que permite superar el cumplimiento de los preceptos para ir detrás de Él. Sin la fuerza del amor, no vendemos lo que tenemos y no lo damos. Al contrario, con el paso del tiempo caemos en la cuenta de que necesitamos buscar mucho más seguridades.

Tomando ambas lecturas podemos decir que en la primera lectura nos invita a la solidaridad que tiene que existir en las comunidades y el evangelio nos dice que cuando se tiene la confianza en Dios nos duele el otro y por eso le ayudamos. La generosidad demuestra que nuestro verdadero apoyo no son las riquezas acumuladas sino que Dios es nuestra riqueza.

Recordemos que Jesus llama a este joven rico con cariño pero este joven responde de una manera negativa. Es por eso que Jesus saca esta palabra “ ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! “. En otro pasaje nos habla de los pobres de espíritu que esto nos quiere decir que es aquella persona que tenga poco o tenga mucho no pone su confianza en las riquezas sino que su confianza está puesta en Dios. Ahora si pienso que podemos entender quién es la persona rica y la persona pobre. El tema o la idea central del pasaje es “ ¿ En dónde está tu confianza?”  . Algunos podrán decir “ mi confianza no está en el dinero”, pero cuando se les pide alguna colaboración o solidaridad no lo hacen. Pero que vale tener una fe y sin obras? Si no te duele el otro y no le ayudamos entonces nuestra fe es una mentira.

Por eso si la confianza está en Dios no nos duele apoyar y ayudar al otro, más bien lo hacemos con gusto y con amor. Ahí es donde está la diferencia entre ser rico y ser pobre. Nuestros hechos deben de demostrar donde está puesta nuestra confianza, y si le duele apoyar o ayudar al necesitado por mas diga que es católica o protestante es un mentiros@.  Quien tiene confianza en Dios es capaz de compartir generosamente y no le duele ayudar al necesitado. Eso es tener un espíritu pobre.

Mi amado Jesús,  hoy me llamas a que tenga un corazón pobre de espíritu lo qué significa que por mas que tenga poco o mucho mi confianza debe estar solo en ti. A veces puedo decir con mis labios que mi confianza no está en los bienes materiales pero en las obras concretas no lo demuestro. ¿Para qué vale una fe y sin obras?  Si no me duele el sufrimiento del otro, sino le ayudo entonces mi fe es una mentira. Ayúdame a comprender que todo lo que me das está hecho para que lo comparta. Tu me quieres llenar de cosas bellas para que de esta manera pueda ser como ese cántaro que sacia la sed de los demás. Te pido humildemente que puedas abrir mi corazón egoísta cuando veas que está faltando el amor. Dame la gracia de tener un corazón generoso y no permitas que me prives de esta alegría, porque hay más alegría en dar que en recibir, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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