martes, 1 de marzo de 2022

Cultivemos la esperanza.


 Cultivemos la esperanza.

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 10-16
Queridos hermanos:
Sobre la salvación de las almas estuvieron explorando e indagando los profetas que profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros tratando de averiguar a quién y a qué momento apuntaba el Espíritu de Cristo que había en ellos cuando atestiguaba por anticipado la pasión del Mesías y su consiguiente glorificación.
Y se les reveló que no era en beneficio propio, sino en el vuestro por lo que administraban estas cosas que ahora os anuncian quienes os proclaman el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo. Son cosas que los mismos ángeles desean contemplar. Por eso, ceñidos los lomos de vuestra mente y, manteniéndoos sobrios, confiad plenamente en la gracia que se os dará en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no os amoldéis a las aspiraciones que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. Al contrario, lo mismo que es santo el que os llamó, sed santos también vosotros en toda vuestra conducta, porque está escrito: «Seréis santos, porque yo soy santo».
Palabra de Dios

Salmo 97, 1. 2-3ab. 3c-4 R. El Señor da a conocer su salvación.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».
Palabra del Señor


Hoy la primera lectura nos dice “ Sed también vosotros santos en toda vuestra conducta”. Si lo leemos con cuidado podemos darnos cuenta que desde que nacemos todos estamos llamados a la santidad así como Cristo lo es. El apóstol encuentra la dificultad de vivir el seguimiento de Cristo en medio de una ambiente hostil al cristiano naciente. Entonces, ¿ donde la comunidad puede encontrar la fuerza para mantenerse firmes en la fe? ¿Cómo podemos mantener el ardor de la fe cuando experimentamos el rechazo o la indiferencia al mensaje de Cristo?
El apóstol nos da la respuesta y es que para que podamos mantenernos firmes en la fe nuestra mirada tiene que estar puesta en la salvación que nos ha traído Cristo con su muerte y resurrección. Esta salvación que es la meta de nuestra fe, es la esperanza que sostiene el camino de la persona creyente en medio de las dificultades; y todo el anuncio profético de la Antigua Alianza se orienta a este anuncio de la salvación en Cristo Jesús.

Hoy es un día muy propicio para cultivar la esperanza en el don de la Gracia que nos salva y a vivir conforme a ella. Es decir, vivir a fondo nuestro ser hijos de Dios, ser santos. Esto significa reorientar nuestro deseo, haciendo nuestro el deseo de Dios, su voluntad de tal manera que todo lo que pensamos, decimos y hacemos vaya siendo transformado y guiado, desde dentro,  por el  Espíritu de Dios, por los sentimientos de Cristo y por el amor del Padre.

En el evangelio notemos la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro. “Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido “, Jesus dice “ En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones. Para entender un poco más este pasaje comencemos con las persecuciones. Porque entonces las persecuciones para aquellos que dejan todo por Cristo? El mismo Papa emérito Benedicto dice “ el Mensaje y el mensajero se tienen que identificar, esto es lo mismo que decimos quien es de Cristo tiene que traer la presencia de Cristo. Así como también el que reparte evangelio al final se vuelve evangelio. Así como Cristo repartió la buena noticia El mismo se volvió buena noticia. Es por eso que se cumple lo que Jesus dice.  

Ahora bien, nos dice también la lectura que recibiremos cien veces más. Algunos podrán decir que más o menos esto se da. Pero por qué no al cien por ciento? Muy sencillo, porque cuando el corazón empieza a ser codicioso, ambicioso o envidioso no deja que la bendición de Dios llegue a donde debe llegar. Hay bendición de Dios o Dios reina en un lugar cuando hay buenas obras desde la generosidad, no hay envidias ni ambición. Es de ahí que podemos sumar y hasta multiplicar y por eso hay una abundancia propia donde Cristo reina. Creamosle la promesa a Jesús “ Recibirá 100 veces mas “, mas bien revisa tu manera de actuar.

Mi amado Jesús, ayúdame a permanecer en la fe y en la esperanza para no darte la espalda. Tu me dices que para mantenerme firme contigo necesito tener puesta mi mirada en ti, Tu que traes la salvación y la resurrección a mi vida. Que la virtud de la esperanza me sostenga a pesar de las dificultades y que la voluntad me de la gracia de alcanzar los mismos sentimientos tuyos gracias a la obra del Espíritu Santo dentro de mi. Que tu reinado permanezca en mí para que los ídolos que quieren gobernarme caigan, que no le dé espacio a mi corazón a la vanidad, el orgullo, la codicia ni la envidia sino más bien la generosidad, la fraternidad y la humildad, te lo pido por Nuestro Senor Jeustristo que vive y Reina por los siglos y los siglos, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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