El mejor signo como cristiano que puedes dar a los demás es amar y servir hasta aquellos quienes te desean el mal.
Santiago 1,1-11
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus dispersas. Hermanos míos, teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega hasta el final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna.
En caso de que alguno de vosotros se vea falto de sabiduría, que se la pida a Dios. Dios da generosamente y sin echar en cara, y él se la dará. Pero tiene que pedir con fe, sin titubear lo más mínimo, porque quien titubea se parece al oleaje del mar sacudido y agitado por el viento. Un individuo así no se piense que va a recibir nada del Señor; no sabe lo que quiere y no sigue rumbo fijo.
El hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su pobre condición, pues pasará como la flor del campo: sale el sol y con su ardor seca la hierba, cae la flor, y su bello aspecto perece; así se marchitará también el rico en sus empresas.
Palabra de Dios
Salmo 118 “ Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor
Marcos 8,11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: "¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Senor
La primera lectura Santiago nos advierte que nuestra fe va ponerse a prueba y nos ayudará en la virtud de la constancia. Es muy fácil creerle a Dios cuando nuestra vida anda bien. Otra cosa es muy distinta es creerle a Dios cuando las cosas no salen como lo esperamos.
¿Quieres tener buenos resultados en alguna área de tu vida? Te doy estas 4 claves:
Primero recuerda que Dios es generoso y a todos nos dio talentos. Fuimos creados para hacer cosas mayores en su Nombre.
Segundo, conócete a ti mismo, reconoce lo que puedes y no puedes hacer. Los obstáculos que tienes evalúa de qué manera los vas a solucionar o minimizar.
Tercero, donde las fuerzas humanas se agotan ten presente que Dios sí lo puede hacer. “ Para Dios nada es imposible”. Muchas veces hay que dar un salto de fe.
Cuarto, permanece en ese proyecto o logro que quieres alcanzar. Cree en ti y en el poder de Dios porque si no pasas la prueba de la constancia y perseverancia no llegarás a la meta y por consiguiente no verás los frutos que esperabas.
Pasa lo mismo con la vida espiritual. A veces los signos propios o de los demás nos hace perder la esperanza, “ Como caigo en el mismo error !”, “ El o ella no van a cambiar “. “ Yo ya sabía que iba a pasar esto “. Términos que utilizamos frecuentemente. Ante esa realidad Santiago nos invita a que si estamos faltos de sabiduría, hay que pedirla a Dios. A veces no sabemos porque las cosas no salen como lo esperamos, o quizás estamos tan seguros de sí mismos que lo damos por hecho y si hay un revés nuestra vida se vuelve trizas; Ahí es el momento de volver a Dios con humildad y pedirle que nos llene de su sabiduría para comprender su plan divino.
En el evangelio se nos presenta una breve escena: piden una señal del cielo a Jesús. Dos cosas porque esto se lo piden a Jesús? Y la segunda, porque Jesus rechaza esta petición?
Lo que le pedían a Jesus no era algo descabellado, ya que grandes hombres de Dios habían hecho señales en el cielo: Josué detuvo el sol, dice el libro que lleva su nombre (Jos 10,13). Elías, el gran profeta, "cerró los cielos" (cf. 1 Re 17,1). Además, Is 7,11 trae la invitación que Isaías hace al rey Ajab: "Pide para ti una señal del Señor tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo". El Apocalipsis menciona numerosas señales celestiales, como la mujer vestida de sol (Ap 12,1), el dragón que la persigue (Ap 12,3), o los ángeles de las plagas (Ap 15,1). Es decir: tenía lógica pedir una señal celestial. Pero Jesús rechaza esta petición. ¿Por qué?
Jesus quería que ellos buscaran la verdad pero no a su manera. Pensemos por ejemplo al caminante que, exhausto, cree llegar a un oasis y de pronto se da cuenta que sí hay agua, pero está podrida y ya apesta. Entonces debe reanudar su tarea, empezar desde cero nuevamente, emprender otra vez el camino. Y suspira con una mezcla de rabia, tristeza y a la vez conciencia de que debe seguir. Jesús no quería que lo siguieran por sus milagros sino que lo siguieran por lo que Él es, la salvación. El mismo Jesús es la gran señal del amor y del perdón. El problema está en el corazón con que se le hace una petición que ya no es petición sino exigencia.
Jesús tu eres la gran señal del amor y del perdón y a la vez me preguntas cuales son los signos que estoy dando. Digo conocerte, amarte y seguirte pero mi vida espiritual va por un camino y mi vida personal por otro camino, en definitiva no hay coherencia de vida cristiana. Te ofrezco mis oídos y no te escucho porque estoy encerrada en mí misma, en mis caprichos, en el dolor y el orgullo. Te ofrezco mis ojos pero no estoy dispuesto a ver. Te ofrezco mi vida pero sigo haciendo lo que quiero, no dejo que reines y vivas dentro de mi. Ayúdame a ser un signo de tu amor aunque eso signifique romper con mi orgullo y volver a ser una nueva creación, todo para tu Honor y Gloria, Amén.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
Marcos 8,11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: "¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Senor
La primera lectura Santiago nos advierte que nuestra fe va ponerse a prueba y nos ayudará en la virtud de la constancia. Es muy fácil creerle a Dios cuando nuestra vida anda bien. Otra cosa es muy distinta es creerle a Dios cuando las cosas no salen como lo esperamos.
¿Quieres tener buenos resultados en alguna área de tu vida? Te doy estas 4 claves:
Primero recuerda que Dios es generoso y a todos nos dio talentos. Fuimos creados para hacer cosas mayores en su Nombre.
Segundo, conócete a ti mismo, reconoce lo que puedes y no puedes hacer. Los obstáculos que tienes evalúa de qué manera los vas a solucionar o minimizar.
Tercero, donde las fuerzas humanas se agotan ten presente que Dios sí lo puede hacer. “ Para Dios nada es imposible”. Muchas veces hay que dar un salto de fe.
Cuarto, permanece en ese proyecto o logro que quieres alcanzar. Cree en ti y en el poder de Dios porque si no pasas la prueba de la constancia y perseverancia no llegarás a la meta y por consiguiente no verás los frutos que esperabas.
Pasa lo mismo con la vida espiritual. A veces los signos propios o de los demás nos hace perder la esperanza, “ Como caigo en el mismo error !”, “ El o ella no van a cambiar “. “ Yo ya sabía que iba a pasar esto “. Términos que utilizamos frecuentemente. Ante esa realidad Santiago nos invita a que si estamos faltos de sabiduría, hay que pedirla a Dios. A veces no sabemos porque las cosas no salen como lo esperamos, o quizás estamos tan seguros de sí mismos que lo damos por hecho y si hay un revés nuestra vida se vuelve trizas; Ahí es el momento de volver a Dios con humildad y pedirle que nos llene de su sabiduría para comprender su plan divino.
En el evangelio se nos presenta una breve escena: piden una señal del cielo a Jesús. Dos cosas porque esto se lo piden a Jesús? Y la segunda, porque Jesus rechaza esta petición?
Lo que le pedían a Jesus no era algo descabellado, ya que grandes hombres de Dios habían hecho señales en el cielo: Josué detuvo el sol, dice el libro que lleva su nombre (Jos 10,13). Elías, el gran profeta, "cerró los cielos" (cf. 1 Re 17,1). Además, Is 7,11 trae la invitación que Isaías hace al rey Ajab: "Pide para ti una señal del Señor tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo". El Apocalipsis menciona numerosas señales celestiales, como la mujer vestida de sol (Ap 12,1), el dragón que la persigue (Ap 12,3), o los ángeles de las plagas (Ap 15,1). Es decir: tenía lógica pedir una señal celestial. Pero Jesús rechaza esta petición. ¿Por qué?
Jesus quería que ellos buscaran la verdad pero no a su manera. Pensemos por ejemplo al caminante que, exhausto, cree llegar a un oasis y de pronto se da cuenta que sí hay agua, pero está podrida y ya apesta. Entonces debe reanudar su tarea, empezar desde cero nuevamente, emprender otra vez el camino. Y suspira con una mezcla de rabia, tristeza y a la vez conciencia de que debe seguir. Jesús no quería que lo siguieran por sus milagros sino que lo siguieran por lo que Él es, la salvación. El mismo Jesús es la gran señal del amor y del perdón. El problema está en el corazón con que se le hace una petición que ya no es petición sino exigencia.
Jesús tu eres la gran señal del amor y del perdón y a la vez me preguntas cuales son los signos que estoy dando. Digo conocerte, amarte y seguirte pero mi vida espiritual va por un camino y mi vida personal por otro camino, en definitiva no hay coherencia de vida cristiana. Te ofrezco mis oídos y no te escucho porque estoy encerrada en mí misma, en mis caprichos, en el dolor y el orgullo. Te ofrezco mis ojos pero no estoy dispuesto a ver. Te ofrezco mi vida pero sigo haciendo lo que quiero, no dejo que reines y vivas dentro de mi. Ayúdame a ser un signo de tu amor aunque eso signifique romper con mi orgullo y volver a ser una nueva creación, todo para tu Honor y Gloria, Amén.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
--
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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