miércoles, 30 de noviembre de 2022

¿Estás despierto y disponible para el mensaje de Jesús?


 ¿Estás despierto y disponible para el mensaje de Jesús? 

Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18

Hermanos:
Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.
Pues dice la Escritura:
«Nadie que crea en él quedará confundido».
En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie? y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito:
«¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».
Pero no todos han prestado oídos al Evangelio. Pues Isaías afirma:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?».
Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
Pero digo yo: ¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario:
«A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».
Palabra de Dios

Sal 18, 2-3. 4-5 R/. A toda la tierra alcanza su pregón.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor

La liturgia de hoy nos invita a celebrar la fiesta de San Andrés. Esta fiesta nos invita a " despertar ", al encuentro personal con Jesús y a la disponibilidad para anunciar este mensaje de salvación a toda la tierra.

Hay que partir de una realidad y es que el mundo nos adormece con voces superficiales y nos aturde con tanto ruido. Es fundamental que el ser humano tenga una apertura a la voluntad de Dios para la vocación en su vida, porque cuando descubrimos cuál es nuestra vocación encontramos la plena realización de nuestra libertad. El Papa Francisco dice " En la Iglesia se descubre que la vida de todo hombre es una historia de amor". La iglesia somos todos nosotros, y cada uno hace parte de la Iglesia de Cristo. ¿No sabes cuál es tu vocación? Abre tus sentidos y escucha como los demás reconocen tus talentos y habilidades.  

 El Señor llama siempre, pero tantas veces no lo escuchamos. Estamos distraídos por muchas cosas, por otras voces más superficiales y después tenemos miedo de oír la voz del Señor, porque pensamos que nos pueda quitar nuestra libertad. Dios nos habla a través de su Palabra, de las situaciones cotidianas, a través de personas y a través de nuestros pensamientos siempre y cuando permitamos que sean dirigidos por el Espíritu Santo. Recuerdo una vez que el Padre Carlos Yepes nos decía, cuida tus sentidos porque dependiendo de lo que lo alimentes ellos van a influir en tus decisiones. Por eso medita por un momento, ¿de quiénes estás rodeado?, ¿Qué cosas escuchas? ¿Qué cosas lees? ¿Qué cosas ves? Sabes que todo eso termina  influyendo en tus pensamientos, sentimientos y decisiones? Sabes que tu también puedes influenciar en otros?

Ahora bien, si somos el fruto del amor de Dios y el Espíritu de Dios habita en nosotros, entonces estamos llamados a tener los sentimientos de Cristo. Esto es, pensar, sentir y actuar como Cristo. En Santiago 1:5 nos dice” Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala y él se la dará, pues Dios da generosamente sin menospreciar a nadie “. Cada vez que tomamos decisiones equivocadas es porque no hicimos un buen discernimiento, no hicimos partícipe a Dios en la toma de decisión. Pero también podemos decir que cuando pedimos sabiduría Dios nos la dio para el momento que lo necesitábamos.

Nuestro reto es no dejarnos confundir. En la Carta a los Romanos, Pablo se remite a la Escritura para afirmar que todas las personas que creemos en Jesús nunca seremos confundidas ni defraudadas. Hay que sacar tiempo para estar a solas con el Señor, esto es no solo participar en la eucaristía, o hacer algunas prácticas de devoción. Hay que tomar el tiempo para estar frente al santísimo, escucharlo y sentirlo, en otras palabras disponibilidad para escucharlo y para que nos demos cuenta como Él nos habla al corazón.

Además, así como hay otros que pueden influenciar en la toma de nuestras decisiones, nosotros también podemos ser influenciadores para los demás. Jesus nos interpela y cuestiona sobre nuestra predicación y anuncio del Evangelio. Debemos de hacer posible que las personas encuentren el sentido de sus vidas y es a través de Cristo. Este anuncio es con nuestra propia vida, hay que ser verdaderos testigos del amor de Dios.Ser portadores de esta Buena Noticia nos transforma. Transforma nuestra vida y nos convierte en sus mensajeros.

Oremos:
Mi amado Jesús, hoy con profundo agradecimiento te doy gracias por haber transformado mi vida y porque me invitas a ser un mensajero de tu amor. Tu sabes que muchas veces no eres bien representado por mi, y a pesar de todo esto, sigues creyendo en mí. Tu me llamas al corazón y con cuerdas de amor me llevas hacia ti porque soy el fruto de tu amor. Deseo vivir esta apasionante aventura contigo, encontrar y permanecer en la vocación a la que me llamas, porque cuando descubro la verdadera vocación encuentro la plena realización de mi libertad. Tu traes novedad y amor, un amor que me lleva hacer cosas inimaginables. Gracias por las virtudes y mis errores, las virtudes que son un regalo que solo vienen de ti y mis errores que me recuerda que solo me basta tu gracia para ganar cada batalla y que pueda proclamar con mi vida y con tu Palabra las maravillas que son tus obras. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!



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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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