lunes, 13 de marzo de 2023

Que el Señor nos dé la gracia de no acostumbrarnos a Él, sino que siempre tengamos hambre de Él




Que el Señor nos dé la gracia de no acostumbrarnos a Él, sino que siempre tengamos hambre de Él

Oremos a la Luz de la Palabra de Dios

2  Reyes 5, 1-15a
" No hay Dios fuera de mi"
Quien saca a Dios de su vida, pone en su lugar cualquier cosa. 

Sal 41, 2. 3; 42, 3. 4 R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?"

Lucas 4, 24-30
Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Palabra del Señor

Mi amado Jesús, no permitas que me acostumbre a ti, porque si lo hago perderé la novedad que Tú me traes al hablarme en el hoy de mi historia. Deseo descubrirte como estas presente en cada situación, porque siempre estas en la línea de nuestra naturaleza humana para sostenernos y no caer al vacío, levantarnos cuando caemos y darnos ánimo cuando nos sentimos cansados . Eso es lo que me pides, abrir los ojos del corazón para descubrir y experimentar tu amor que me acompaña en todo momento. Solo Tu eres quien calma mi sed porque de ti hemos salido. Nos hiciste un corazón inmenso que solo será llenado por ti gracias al amor. Guárdanos Señor desde tu misericordia para que nuestra fe no se vea afectada frente a las dificultades o pruebas que nos depara la vida. Más bien que esa situación de dolor la unamos a tu dolor y al ver tu rostro Señor, podamos decir " No hay nadie como tu mi Señor" . Haz crecer en mi el amor hacia ti para que te pueda ver, que aprenda amarme desde lo que soy con mis fortalezas y debilidades y que ame a mis hermanos como tu lo haces para poder mirarlos y amarlos como tu los amas. Porque aprender a tener verdadera misericordia es con aquellos que estan a nuestro lado, Amen. 

Dios te bendiga,

Orando y Viviendo.
 
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 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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