viernes, 30 de marzo de 2018

Amor al extremo


Lectio divina

EL VALOR DE LA SANGRE DE CRISTO
¿Deseas conocer el valor de la sangre de Cristo? Remontémonos a las figuras que la profetizaron y recordemos los antiguos relatos de Egipto.

Inmolad -dice Moisés- un cordero de un año; tomad su sangre y rociad las dos jambas y el dintel de la casa. «¿Qué dices, Moisés? La sangre de un cordero irracional ¿puede salvar a los hombres dotados de razón?» «Sin duda -responde Moisés-: no porque se trate de sangre, sino porque en esta sangre se contiene una profecía de la sangre del Señor.»

Si hoy, pues, el enemigo, en lugar de ver las puertas rociadas con sangre simbólica, ve brillar en los labios de los fieles, puertas de los templos de Cristo, la sangre del verdadero Cordero, huirá todavía más lejos.

¿Deseas descubrir aún por otro medio el valor de esta sangre? Mira de dónde brotó y cuál sea su fuente. Empezó a brotar de la misma cruz y su fuente fue el costado del Señor. Pues muerto ya el Señor, dice el Evangelio, uno de los soldados se acercó con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió agua y sangre: agua, como símbolo del bautismo; sangre, como figura de la eucaristía. El soldado le traspasó el costado, abrió una brecha en el muro del templo santo, y yo encuentro el tesoro escondido y me alegro con la riqueza hallada. Esto fue lo que ocurrió con el cordero: los judíos sacrificaron el cordero, y yo recibo el fruto del sacrificio.

Del costado salió sangre y agua. No quiero, amado oyente, que pases con indiferencia ante tan gran misterio, pues me falta explicarte aún otra interpretación mística. He dicho que esta agua y esta sangre eran símbolos del bautismo y de la eucaristía. Pues bien, con estos dos sacramentos se edifica la Iglesia: cón el agua de la regeneración y con la renovación del Espíritu Santo, es decir, con el bautismo y la eucaristía, que han brotado, ambos, del costado. Del costado de Jesús se formó, pues, la Iglesia, como del costado de Adán fue formada Eva.

Por esta misma razón, afirma san Pablo: Somos miembros de su cuerpo, formados de sus huesos, aludiendo con ello al costado de Cristo. Pues del mismo modo que Dios formó a la mujer del costado de Adán, de igual manera Jesucristo nos dio el agua y la sangre salidas de su costado, para edificar la Iglesia. Y de la misma manera que entonces Dios tomó la costilla de Adán, mientras éste dormía, así también nos dio el agua y la sangre después que Cristo hubo muerto.

Mirad de qué manera Cristo se ha unido a su esposa, considerad con qué alimento la nutre. Con un mismo alimento hemos nacido y nos alimentamos. De la misma manera que la mujer se siente impulsada por su misma naturaleza a alimentar con su propia sangre y con su leche a aquel a quien ha dado a luz, así también Cristo alimenta siempre con su sangre a aquellos a quienes él mismo ha hecho renacer.


ORACIÓN.
OREMOS,
Mira, Señor, con bondad a tu familia santa, por la cual Jesucristo nuestro Señor aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

jueves, 29 de marzo de 2018

Jesús ama con un amor de gracia y es por eso que su amor trae esperanza, el amor de gracia solo viene de Dios y el amor de gracia es invencible.


Éxodo 12,1-8.11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones.""
Palabra de Dios


Salmo 115 " El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo"

1 Corintios 11,23-26

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios


Juan 13,1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?" Jesús le replicó: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde." Pedro le dijo: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo." Simón Pedro le dijo: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús le dijo: "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos." Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis."
Palabra de Dios


Hoy en Jueves Santo el mensaje central es Jesús institucionaliza la Eucaristía. El estuvo presente en el pasado, Él está presente en medio de nosotros en el presente y ademas El esta presente en el futuro.

En la primera lectura vemos cómo se hacían sacrificios de animales para ofrendar a Dios. En la segunda lectura Jesús es quien pronuncia estas hermosas palabras “  Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía." , El está profetizando su muerte que va a acontecer a pocas horas y además al decir que este es mi cuerpo significa que Él está presente en ese pedazo de pan. De la misma manera dice al tomar el cáliz, "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. Todo esto que nos debe llevar y reconocer? La Eucaristía es la presencia más intensa de su amor incalculable, y la promesa más cierta de nuestro futuro junto a él.

Porque es importante la Eucaristía algunos se preguntaran. Jesús al ser el pan de vida bajado del cielo nos alimenta el alma para que permanezcamos firmes, fuertes y no desfallezcamos.  Todas las Eucaristías son un milagro de amor y toda Eucaristía es sanadora. La Eucaristía es descanso para la vista, el oído, el paladar, el corazón y la mente.

Descansa nuestra vista mirando al que es bello y fuente de belleza. Descansa nuestro oído recibiendo el eco d su palabra de gracia. Descansa nuestro paladar encontrando un sabor de amor que está lejos del hambre y del hastío. Descansa el corazón amando en la certeza de nunca ser defraudado. Descansa la mente descubriendo que la verdad última de nuestro ser es que hemos sido amados antes de ser creados, y amados para ser perdonados, y amados para tener vida eterna.

Pero además la Eucaristía es comunión con Dios y con los hermanos. Comunión significa más que "común unión". Tener comunión es entender el lenguaje del otro; saber de qué ríe, por qué llora, qué le preocupa y cómo se le consuela. Estar en comunión con Dios es vibrar con su amor por los pequeños, los pobres y los tristes; es llorar con las lágrimas de Jesús por los pecadores, los endurecidos y los crueles; es padecer con el corazón del Señor y derramar sobre el mundo gracia como la suya y mirada como la suya también. Estar en comunión es saber ir y volver del corazón del Amado. Es tener siempre una puerta abierta para el Amigo. Es cantar sus canciones y darle nuestras poesías. Es sentir que el tiempo se muere y que la eternidad amanece.

Por último vemos como Jesús lava los pies a sus discípulos, entre ellos a quienes lo van a traicionar y a negar como es Judas y Pedro. Pero que tenía el corazón de Jesús hacerlo y mostrar su humildad ? Jesús estaba lleno de amor pero no un amor cualquiera como el de nosotros que decimos amar. El amor de Jesús era un amor extremo, un amor que se entrega y se dona totalmente sin dejar nada para Él, el amor que Él ofrece no depende de la manera como el otro me responda o me haga, yo estaré ahí siempre dandole amor. Si tu das amor y estás esperando de la respuesta del otro, entonces eso no es un amor verdadero sino un amor de transacción. Cuando tu amas y no estás esperando nada del otro eso si es amor extremo, amor como el de Jesús.

El amor de Jesús lo podemos llamar amor de gracia y ese amor trae esperanza y ese es el que celebramos en Semana Santa. El amor de gracia no excluye y por más pecados que tengas Dios te amará, es por eso que el amor de gracia trae esperanza.

Pero un amor de gracia solo viene de Dios y es por eso que hay que pedirle al Buen Dios que nos ayude amar a la manera como El ama. Que no seamos calculadores cuando amamos, que cuidemos el amor, que no maltratemos el amor. Por último el amor de gracia es invencible. Es invencible porque por mas maldad que haya no vas a dejar de amar y con pequeñas dosis de amor un corazón puede ser transformado poco a poco. 

Señor qué grande es tu sabiduría y tu amor, gracias por estar presente en la Eucaristía, el pan vivo bajado del cielo que quiere alimentar mi alma y todo mi ser para darme fortaleza en este peregrinar.  Hoy me acerco a ti para pedirte que tu eres la fuente de un amor de gracia, ayúdame a amar como tu y tener un corazón grande y de gracia  para que lleve esperanza y no excluya a nadie y además permanecer en el porque tu amor es invencible porque no se cansa de amar. 

Dios te bendiga,

Alabados sea Jesucristo!!!


--
Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Lectio Divina

EL CORDERO INMOLADO NOS HA HECHO PASAR DE LA MUERTE A LA VIDA
Los profetas predijeron muchas cosas sobre el misterio pascual, que es el mismo Cristo, al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Él vino del cielo a la tierra para remediar los sufrimientos del hombre; se hizo hombre en el seno de la Virgen, y de ella nació como hombre; cargó con los sufrimientos del hombre, mediante su cuerpo, sujeto al dolor, y destruyó los padecimientos de la carne, y él, que era inmortal por el Espíritu, destruyó el poder de la muerte que nos tenía bajo su dominio.

Él fue llevado como una oveja y muerto como un cordero; nos redimió de la seducción del mundo, como antaño de Egipto, y de la esclavitud del demonio, como antaño del poder del Faraón; selló nuestras almas con su Espíritu y los miembros de nuestro cuerpo con su sangre.

Él, aceptando la muerte, sumergió en la derrota a Satanás, como Moisés al Faraón. Él castigó la iniquidad y la injusticia, del mismo modo que Moisés castigó a Egipto con la esterilidad.

Él nos ha hecho pasar de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, de la tiranía al reino eterno, y ha hecho de nosotros un sacerdocio nuevo, un pueblo elegido, eterno. Él es la Pascua de nuestra salvación.

Él es quien sufría tantas penalidades en la persona de muchos otros: él es quien fue muerto en la persona de Abel y atado en la persona de Isaac, él anduvo peregrino en la persona de Jacob y fue vendido en la persona de José, él fue expósito en la persona de Moisés, degollado en el cordero pascual, perseguido en la persona de David y vilipendiado en la persona de los profetas.

Él se encarnó en el seno de la Virgen, fue colgado en el madero, sepultado bajo tierra y, resucitando de entre los muertos, subió a lo más alto de los cielos.

Éste es el cordero que permanecía mudo y que fue inmolado; éste es el que nació de María, la blanca oveja; éste es el que fue tomado de entre la grey y arrastrado al matadero, inmolado al atardecer y sepultado por la noche; éste es aquel cuyos huesos no fueron quebrados sobre el madero y que en la tumba no experimentó la corrupción; éste es el que resucitó de entre los muertos y resucitó al hombre desde las profundidades del sepulcro.
  
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, digno, con toda justicia, de ser amado sobre todas las cosas, derrama sobre nosotros los dones de tu gracia, para que la herencia celestial, que la muerte de tu Hijo nos hace esperar confiadamente, logre ser alcanzada por nosotros en virtud de su resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

miércoles, 28 de marzo de 2018

Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor….

Isaías 50, 4-9

En aquellos días dijo Isaías: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.
El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no me he rebelado ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos.
Mi Señor me ayudaba, por eso no me quedaba confundido, por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿Quién es mi rival? Que se acerque. Mirad, mi Señor me ayuda: ¿quién probará que soy culpable?
Palabra de Dios


Empecemos por decir que tenemos un Dios de orden. Dios cuando te llama para su misión, para ser tu el siervo de El, El se pone en el trabajo de enseñarte, de preparate, de instruirte, para que vayas bien preparado para el combate. Recordemos que Dios te llama y tu eres quien eliges si aceptas su llamado o no.

La lectura continúa diciéndonos “ El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no me he rebelado ni me he echado atrás “. El siervo de Dios sabe escuchar. Percibe la voz de Dios a pesar del ruido del mundo.El siervo es valiente y perseverante, no se acobarda, sabe donde a puesto su confianza,

Esa es la actitud de un servidor, humildad. A renglón seguido nos dice “ Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos “. Esta escena que nos recuerda? La pasión de nuestro Señor Jesucristo donde una vez más El nos enseña humildad, obediencia, fidelidad,  esperanza, fe, amor, confianza, y misericordia por nosotros.

Pero realmente que significa proclamar a Dios como Señor? es a la vez proclamarnos sus siervos. Las lecturas de estos días santos no son sólo un retrato de Cristo sino un camino para el cristiano. O con otras palabras: servir al Señor es prepararse para oír como oye el Siervo del Señor; hablar como él habla, padecer y resistir como él lo hace, triunfar, en fin, como él triunfa con la gracia y el poder divino.

Por último nos dice que no quedaremos confundidos. Pero porque a veces quedamos confundidos? Cuando hablamos de un Dios bueno y el mundo se muestra tan perverso y malo podemos sentirnos confundidos. Cuando un papá ha hecho todo lo que sabía y podía para educar bien a sus hijos y descubre que andan en malos pasos puede sentirse confundido. Se puede hasta preguntar, en que falle, que fue lo que hice mal para que sucediera esto, esto y mucho más preguntas. Cuando un misionero o un catequista prepara su mensaje de la mejor manera y sólo recibe burlas o indiferencia puede sentirse confundido. Cuando un sacerdote siente que por más que se entrega a su comunidad y ellos no responden con gratitud fácilmente el puede sentirse desolado. En fin, cuando la realidad nos desmiente y contradice, cuando todo se vuelve una muralla frente a nuestros mejores propósitos nos confundimos.

Pero también Dios cuando vence deja confundido a los adversarios. Dios desde su inmensa sabiduría deja confundido a los que pretenden destruirnos.  Pero para que estas victorias se den necesitamos dos cosas, Fe y paciencia. No es fácil mantenernos en la Fe y tener paciencia pero tampoco es imposible, siempre y cuando conocemos quien es el que sale en nuestra defensa y a quien le pertenecemos.

Salmo 68 " Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor "

Mateo 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? El contesto: Id a casa de Fulano y decidle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos".
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar. Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? El respondió: El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo el Hombre se va como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber nacido. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¡Soy yo acaso, Maestro? El respondió: Así es.
Palabra de Dios

Hoy en el evangelio vemos cómo la frialdad en un corazón como el de Judas quien es capaz de negociar la vida de su maestro. Antes de señalar y afirmar “ Judas si es lo peor “ “ Cómo es posible que Judas haga esto “, revisemos muy bien como lo decía ayer, que nosotros también tenemos esa actitud de judas muchas veces cuando negamos nuestra fe en Cristo. Pero porqué lo hacemos? porque detrás de esa negación estamos esperando recibir algún tipo de ventaja. Por ejemplo esa fe que adquirimos cuando niños a veces la vendemos y la negamos para no perder los amigos de la juventud. Nos da vergüenza que nos tilden tan puritanos, santos,  cristianos, rezanderos y camanduleros. Como también aquellas personas que se prestan en participar en un negocio sucio traicionan no solo a Dios sino que además supieran y reconocieran cuánto daño hacen a las personas, es el caso de los narcotraficantes que por causa de eso se promueve la drogadicción, la prostitución, la pérdida de valores, solo por la codicia del dinero. Como también aquel sacerdote que en vez de predicar la verdad, qué importa que incomode algunos feligreses pero a veces no lo hace porque no quiere perder sus seguidores, su popularidad. Por eso cada traición es una venta.  Revisa cuáles son las cosas que estás tratando de adquirir y tendrás menos riesgo de vender a Cristo y de vender tu fe.

Hoy reconozco que aún actuó como Judas cuando guardo silencio ante una injusticia, cuando en vez de corregir con amor la falta de mi hermano prefiero no decir nada para evitar confrontamientos o quedar mal frente a los demás.  Dame la gracia de no negociar mi relación contigo, que si trabajo para el Reino Tuyo no es para adquirir algún beneficio personal sino por el contrario para darte la Gloria y el Honor solo a ti. Dame la valentía de evangelizar tu mensaje como Tu lo hiciste sin dejar nada guardado para mi. Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea: Ser Palabra de Vida para los demás.



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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa Miercoles Santo


Lectio Divina

La PLENITUD DEL AMOR
El Señor, hermanos muy amados, quiso dejar bien claro en qué consiste aquella plenitud del amor con que debemos amarnos mutuamente, cuando dijo: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Consecuencia de ello es lo que nos dice el mismo evangelista Juan en su carta: Cristo dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos, amándonos mutuamente como él nos amó, que dio su vida por nosotros.

Es la misma idea que encontramos en el libro de los Proverbios: Si te sientas a comer en la mesa de un señor, mira con atención lo que te ponen delante, y pon la mano en ello pensando que luego tendrás que preparar tú algo semejante. Esta mesa de tal señor no es otra que aquella de la cual tomamos el cuerpo y la sangre de aquel que dio su vida por nosotros. Sentarse a ella significa acercarse a la misma con humildad. Mirar con atención lo que nos ponen delante equivale a tomar conciencia de la grandeza de este don. Y poner la mano en ello, pensando que luego tendremos que preparar algo semejante, significa lo que ya he dicho antes: que así como Cristo dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Como dice el apóstol Pedro: Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Esto significa preparar algo semejante. Esto es lo que hicieron los mártires, llevados por un amor ardiente; si no queremos celebrar en vano su recuerdo, y si nos acercamos a la mesa del Señor para participar del banquete en que ellos se saciaron, es necesario que, tal como ellos hicieron, preparemos luego nosotros algo semejante.

Por esto, al reunirnos junto a la mesa del Señor, no los recordamos del mismo modo que a los demás que descansan en paz, para rogar por ellos, sino más bien para que ellos rueguen por nosotros, a fin de que sigamos su ejemplo, ya que ellos pusieron en práctica aquel amor del que dice el Señor que no hay otro más grande. Ellos mostraron a sus hermanos la manera como hay que preparar algo semejante a lo que también ellos habían tomado de la mesa del Señor.

Lo que hemos dicho no hay que entenderlo como si nosotros pudiéramos igualarnos al Señor, aun en el caso de que lleguemos por él hasta el testimonio de nuestra sangre. Él era libre para dar su vida y libre para volverla a tomar, nosotros no vivimos todo el tiempo que queremos y morimos aunque no queramos; él, en el momento de morir, mató en sí mismo a la muerte, nosotros somos librados de la muerte por su muerte; su carne no experimentó la corrupción, la nuestra ha de pasar por la corrupción, hasta que al final de este mundo seamos revestidos por él de la incorruptibilidad; él no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados de él, no podemos tener vida.

Finalmente, aunque los hermanos mueran por sus hermanos, ningún mártir derrama su sangre para el perdón de los pecados de sus hermanos, como hizo él por nosotros, ya que en esto no nos dio un ejemplo que imitar, sino un motivo para congratularnos. Los mártires, al derramar su sangre por sus hermanos, no hicieron sino mostrar lo que habían tomado de la mesa del Señor. Amémonos, pues, los unos a los otros, como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
  
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Fin Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón.

Miércoles Santo

Hoy es Miércoles Santo. Ya estás cada vez más cerca de la experiencia de la Pascua. Te invitamos a que durante este día prepares tu corazón para las celebraciones que inician mañana. Te proponemos hacer un listado de las intenciones más profundas de tu corazón y tenerlas presentes durante todo el Triduo Pascual.

Bendecida Semana Santa 2018.

martes, 27 de marzo de 2018

Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón.

Martes Santo

Hoy es Martes Santo. Ya estás cada vez más cerca de la experiencia de la Pascua. Te invitamos a que durante este día, des gracias a Dios por tu vida y le pidas vivir una Semana Santa llena de espiritualidad y de nuevas enseñanzas.

Bendecida Semana Santa 2018.

Cuando abres tu corazón te expones a ser vulnerable, pero es mejor eso que construir tu propia cárcel de soledad y amargura.


Isaías 49, 1-6

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tu eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso".
Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, -tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-. Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel: te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura es bellisima. Ayer decíamos que Isaías hace referencia al Mesías, pero no podemos olvidar que cada uno de nosotros como cristianos somos la Luz de Cristo en esta tierra.

Vuelve a leer este pasaje y leelo en primera persona….

Yo estaba en el vientre de mi madre , y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tu eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso".

Que sientes? que te hace reflexionar esta lectura? Tu no naciste por casualidad, o por error, o eres una equivocación. Para nada!, Dios te llamo desde el vientre de tu madre y te llamo por tu nombre. Si te llama por tu nombre es porque te conoce. Dios me formó, soy parte de Él, puso en mis labios Su Palabra para dar aliento a los que están cansados,  me puso en mis labios su mensaje de amor para evangelizar y dar a conocer su Nombre, Dios me protege, me cuida y me dice ademas “ Tu eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso". Fácilmente a más de uno de nosotros, esta última parte quizás es como si una espada atravesara nuestro corazón. Realmente Dios debería de estar orgulloso de nosotros, de lo que hacemos, de lo que dejamos de hacer?

Reflexiona muy bien el dia de hoy y haz un examen de conciencia y con la sinceridad en tu corazón mira si estas en sintonía con lo que Dios te pide, con lo que Dios espera de ti. Pidámosle al Espíritu Santo de Dios ilumine nuestra vida para que con un buen discernimiento reconozcamos que es lo correcto y que no está bien hecho y así ponernos en camino para que Dios pueda decir “ Reconozco tu esfuerzo, te amo como eres aunque no me gusta ciertos comportamientos tuyos, pero por tu esfuerzo y sinceridad que hay en tu corazón, puedo decir que estoy orgulloso de ti “.

La lectura continúa diciéndonos “ Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios “. Muchas veces nos confesamos de los mismos pecados, a veces pareciera que esa debilidad, ese pecado nos tiene sujetados, pero recuerda lo que dice "el Señor defendía mi causa, mi Dios guardaba mi recompensa", en esta batalla no estamos solos, El Señor va delante de nosotros porque somos valiosos para El.

Por eso cada tormenta vencida, cada tentación doblegada, cada pequeño triunfo nos ayuda a creer en el triunfo final y la gran victoria, que vendrán de Dios atravesando la espesura de la noche. Y entonces un rayo de claridad nos envuelve, como lo expresa el profeta en su cántico: "¡soy valioso para el Señor!". Así robustecido, el creyente renueva su camino con mayor alegría y fortaleza, sabiendo que volverá la noche... pero no faltará un nuevo día.

Salmo 70 " Mi boca contará tu auxilio "

Juan 13, 21-33. 36-38

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces el, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó Señor: ¿quién es?
Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.
Palabra de Dios


Hoy el evangelio vemos como uno de los cercanos de Jesús lo traiciona. Tu y Yo también hemos sido ese Judas. Cuando somos cizañeros y hacemos calumnias, cuando criticamos a los demás, cuando sabiendo que es lo que nos pide Jesús que hagamos por los demás nos hacemos los sordos, los que no entendemos, cuando alguien se nos acerca con una actitud de humildad para pedirnos perdón y con nuestra actitud lo rechazamos, cuando negamos la fe, cuando hacemos comentarios que lastiman y dañan la iglesia, cuando llevamos desesperanza y desamor a los demás, cuando alimentamos resentimiento en nuestro corazón, estas actitudes y otras más, podemos decir que somos como Judas.

Es irónico pero cuando Jesús abre su corazón y su vida, Jesús recibe de parte de Judas, odio, venganza, codicia y resentimiento. Esa es la consecuencia de amar como Jesus. Por eso cuando amas a la manera de Jesús te vuelves vulnerable para los demás. Por tal motivo muchos prefieren escoger no amar, endurecerse, mantenerse en las falsas seguridades. El problema es que esto te aísla y te encarcela. Prefieres entonces una cárcel que es tu propia tumba, o prefieres un corazón abierto que tendrá que soportar heridas.

Bien lo decía Jesús, la semilla debe caer y triturarse para que de fecundidad, o como también otro ejemplo es que debemos pasar por el crisol del horno para que salga una piedra preciosa. De la misma manera que Jesús padeció la traición de sus más queridos, nosotros también lo sufriremos si tomamos la decisión de amar como El ama.

Dice la lectura que Judas después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche, sí, porque el sol ya se había escondido bajo el horizonte. Más sobre todo "era de noche" porque en aquel corazón atravesado de dudas y codicias, de preguntas nunca formuladas y dolores sin sanar, sólo quedaba ya oscuridad.

Por último dice la lectura “ Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él”. En otras palabras la dureza del castigo como odio, la venganza, la codicia y el resentimiento, hace ver la hermosura del corazón humilde y puro. En el horno de la cruz,  la dureza del castigo y en la herida dolorosa, se va a mostrar quién es Cristo y la grandeza de Dios. 

Este es el camino de Cristo y este es también tu camino, no escojas ser cárcel, no escojas ser tumba, abre tu corazón como lo hizo Cristo, aun sabiendo que serás vulnerable y tendrás que soportar heridas. Pero al final darás vida y vida abundante como lo hizo Cristo.

Señor no soy nada para que me mires y me llames por mi nombre. Hoy con un profundo dolor puedo decirte que no debes de estar orgulloso de mi por las cosas que he hecho y he dejado de hacer. Dame la gracia de hacer un buen discernimiento en mi vida y con la sinceridad de mi corazon reconocer lo que tu esperas de mí y ponerme en camino contigo. Ayúdame a perseverar en ti,  a esforzarme en la oración y a practicar el servicio a los demás para que así puedas decir algun dia “ Reconozco tu esfuerzo, te amo como eres aunque no me gusta ciertos comportamientos tuyos, pero por tu esfuerzo y sinceridad que hay en tu corazón, puedo decir que estoy orgulloso de ti “.  También hoy me pides que me disponga amar y abrir mi corazón a los demás aunque esto signifique ser vulnerable, pero prefiero esto y no construir mi propia carcel. Dame la fortaleza de abrazar la cruz del amor a pesar que tendré que soportar heridas, pero al final te glorificaras en mi para dar vida abundante como lo hiciste tu, Amen, Amen, Amen

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea : Evitar ser traicioneros

--
Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


Lectio Divina

ES UNA SOLA LA MUERTE EN FAVOR DEL MUNDO Y UNA SOLA LA RESURRECCIÓN DE ENTRE LOS MUERTOS
Nuestro Dios y Salvador realizó su plan de salvar al hombre levantándolo de su caída y haciendo que pasara del estado de alejamiento, en que había incurrido por su desobediencia, al estado de familiaridad con Dios. Éste fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de su convivencia con los hombres, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de Cristo, su antigua condición de hijo adoptivo.

Y así, para llegar a una vida perfecta, es necesario imitar a Cristo, no sólo en los ejemplos que nos dio durante su vida, ejemplos de mansedumbre, de humildad y de paciencia, sino también en su muerte, como dice Pablo, el imitador de Cristo: Muriendo su misma muerte, para alcanzar también la resurrección de entre los muertos.

Mas, ¿de qué manera podremos reproducir en nosotros su muerte? Sepultándonos con él por el bautismo. ¿En qué consiste este modo de sepultura, y de qué nos sirve el imitarla? En primer lugar, es necesario cortar con la vida anterior. Y esto nadie puede conseguirlo sin aquel nuevo nacimiento de que nos habla el Señor, ya que la regeneración, como su mismo nombre indica, es el comienzo de una vida nueva. Por esto, antes de comenzar esta vida nueva, es necesario poner fin a la anterior. En esto sucede lo mismo que con los que corren en el estadio: éstos, al llegar al fin de la primera parte de la carrera, antes de girar en redondo, necesitan hacer una pequeña parada o pausa, para reemprender luego el camino de vuelta; así también, en este cambio de vida, era necesario interponer la muerte entre la primera vida y la posterior, muerte que pone fin a los actos precedentes y da comienzo a los subsiguientes.

¿Cómo podremos, pues, imitar a Cristo en su descenso a la región de los muertos? Imitando su sepultura mediante el bautismo. En efecto, los cuerpos de los que son bautizados quedan, en cierto modo, sepultados bajo las aguas. Por esto el bautismo significa, de un modo arcano, el despojo de las obras de la carne, según aquellas palabras del Apóstol: Habéis sido circuncidados, no con operación quirúrgica, sino con la circuncisión de Cristo, que consiste en el despojo de vuestra condición mortal; con Cristo fuisteis sepultados en el bautismo, ya que el bautismo en cierto modo purifica el alma de las manchas ocasionadas en ella por el influjo de esta vida en carne mortal, según está escrito: Lávame: quedaré más blanco que la nieve. Por esto reconocemos un solo bautismo salvador, ya que es una sola la muerte en favor del mundo y una sola la resurrección de entre los muertos, y de ambas es figura el bautismo.
  
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

lunes, 26 de marzo de 2018

Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón.

Lunes Santo

Hoy es Lunes Santo. Ya estás cada vez más cerca de la experiencia de la Pascua. Te invitamos a que durante este día, te entregues al Señor
y contemples su amor en todas las situaciones de tu vida.

Bendecida Semana Santa 2018.
Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón

Inspirados por el mensaje del Papa Francisco para esta cuaresma, queríamos proponerte que revisaras la temperatura de tu corazón:

Día 40

Hemos llegado al final de esta ruta cuaresmal. Esperamos que durante este camino hayas recuperado la temperatura de tu corazón.

Te proponemos que revises cuáles fueron los días más difíciles, cuáles te costaron más, cuáles cumpliste, cuáles no. Te invitamos a hacer una oración de acción de gracias por este camino espiritual.

Llenemos de aroma la iglesia de Cristo con humildad, arrepentimiento, gratitud, entrega e inmenso amor.

  Isaías 42, 1-7

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamara, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a los que se mueven en ella.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.
Palabra de Dios


Uno de los libros de la Biblia que más me apasiona es Isaías. Revisemos cuidadosamente las palabras de Dios a través de este profeta. “ Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.” El profeta se está refiriendo a Jesus, el Mesias. A través de los ojos de Isaías nos muestra el corazón de Jesus, un corazón que le duele el dolor de la humanidad y a la vez la fidelidad del hijo de Dios.

Jesús es el siervo de Dios, El es el elegido, Él es quien está destinado a realizar el designio salvador de Dios con firmeza y constancia, hasta los confines mismos de la tierra. Es este el pasaje famoso en que se llama a Jesucristo "Luz de las Naciones", nombre que dio su título a una de las Constituciones del Concilio Vaticano II, la que trata sobre la Iglesia.

Además en este pasaje vemos como el Señor envia a su hijo para que cumpla su misión como es “ abrir los ojos de los ciegos, sacar a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas “. La misión de Cristo no va fallar aunque algunos crean que si fracasó porque murió en la cruz. Todo lo contrario su muerte en cruz nos enseña la humildad, obediencia, fidelidad, esperanza, fe, amor, confianza, misericordia de Jesus ante Dios y los hombres. 

Salmo 26 " El señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado "

Juan 12, 1-11

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando)
Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis con vosotros, pero a mi no siempre me tenéis.
Una muchedumbre de Judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra de Dios


Hoy el evangelio nos trae como enseñanza el gesto de amor de esta mujer hacia Jesús.

En la epoca de Jesus poner a un siervo lavar los pies a alguien que llega de camino es una demostración de afecto entre amigos, es una expresión de cariño de aquellos quienes están cerca. Es por eso la actitud de María de Betania. Ella con este gesto le está manifestando a Jesús un amor profundo, es el amor quien quiere acompañar la vida y la misión de otro. Marta busca el mejor perfume porque ella le quiere dar a Jesús el mejor amor.

Pero qué sucede con Judas? Judas no lo entendió porque para él es una pérdida de tiempo, una pérdida de dinero. Mientras esta mujer quiere unirse a la misión y a la vida de Jesús,  Judas no quiere separarse del dinero, del dinero que se puede ganar, del dinero que se puede utilizar. Dice la lectura que la casa se llenó del perfume, en otras palabras el amor se difunde, el perfume llena la casa y la casa es la iglesia de Cristo.

Pidámosle al buen Dios que nos ayude como Iglesia Suya en esta Semana Santa, mostrarle su amor a Cristo, decirle “ Quiero compartir tu camino “, “ Quiero amar como tú “, “ Morir junto contigo y resucitar por ti “. Que en este tiempo volvamos nuestra mirada hacia Cristo y unirnos en su pasión y muerte para poder resucitar con Él. Nuestra tarea o misión es llenar la casa, debe sentirse el amor que le tenemos a Jesús en toda la iglesia. Todos como hijos de Dios, sacerdotes, misioneros, religiosos, catequistas y laicos llenemos de perfume la casa del Señor, que se sienta el amor que tienes en tu corazón es el suave aroma que le agrada a Cristo, el aroma del amor. Esto significa humildad, arrepentimiento, gratitud, entrega e inmenso amor.  
Señor Jesus, hoy vengo arrepentido ante tus pies y me postro ante ti con mi corazón abierto y con profundo amor, hoy decido que quiero compartir tu camino, quiero ama como tú, morir junto contigo y resucitar por ti.  Tu que me amaste al extremo y diste la vida por mi, Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabados ea Jesucristo!!!

Tarea: Discernir qué es lo importante en tu vida y vivir en función de ello.
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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


Lectio Divina

GLORIÉMONOS TAMBIÉN NOSOTROS EN LA CRUZ DEL SEÑOR
La pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es origen de nuestra esperanza en la gloria y nos enseña a sufrir. En efecto, ¿qué hay que no puedan esperar de la bondad divina los corazones de los fieles, si por ellos el Hijo único de Dios, eterno como el Padre, tuvo en poco el hacerse hombre, naciendo del linaje humano, y quiso además morir de manos de los hombres, que él había creado?

Mucho es lo que Dios nos promete; pero es mucho más lo que recordamos que ha hecho ya por nosotros. ¿Dónde estábamos o qué éramos, cuando Cristo murió por nosotros, pecadores? ¿Quién dudará que el Señor ha de dar la vida a sus santos, siendo así que les dio su misma muerte? ¿Por qué vacila la fragilidad humana en creer que los hombres vivirán con Dios en el futuro?

Mucho más increíble es lo que ha sido ya realizado: que Dios ha muerto por los hombres.

¿Quién es, en efecto, Cristo, sino aquella Palabra que existía al comienzo de las cosas, que estaba con Dios y que era Dios? Esta Palabra de Dios se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Es que, si no hubiese tomado de nosotros carne mortal, no hubiera podido morir por nosotros. De este modo el que era inmortal pudo morir, de este modo quiso darnos la vida a nosotros, los mortales; y ello para hacernos partícipes de su ser, después de haberse hecho él partícipe del nuestro. Pues, del mismo modo que no había en nosotros principio de vida, así no había en él principio de muerte. Admirable intercambio, pues, el que realizó con esta recíproca participación: de nosotros asumió la mortalidad, de él recibimos la vida.

Por tanto, no sólo no debemos avergonzarnos de la muerte del Señor, nuestro Dios, sino, al contrario, debemos poner en ella toda nuestra confianza y toda nuestra gloria, ya que al tomar de nosotros la mortalidad, cual la encontró en nosotros, nos ofreció la máxima garantía de que nos daría la vida, que no podemos tener por nosotros mismos. Pues quien tanto nos amó, hasta el grado de sufrir el castigo que merecían nuestros pecados, siendo él mismo inocente, ¿cómo va ahora a negarnos, él, que nos ha justificado, lo que con esa justificación nos ha merecido? ¿Cómo no va a dar el que es veraz en sus promesas el premio a sus santos, él, que, sin culpa alguna, soportó el castigo de los pecadores?

Así pues, hermanos, reconozcamos animosamente, mejor aún, proclamemos que Cristo fue crucificado por nosotros; digámoslo no con temor sino con gozo, no con vergüenza sino con orgullo.

El apóstol Pablo se dio cuenta de este título de gloria y lo hizo prevalecer. Él, que podía mencionar muchas cosas grandes y divinas de Cristo, no dijo que se gloriaba en estas grandezas de Cristo -por ejemplo, en que es Dios junto con el Padre, en que creó el mundo, en que, incluso siendo hombre como nosotros, manifestó su dominio sobre el mundo-, sino: En cuanto a mí -dice-, líbreme Dios de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
  
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza y, con la fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

domingo, 25 de marzo de 2018

Laudes de hoy

BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR, EL REY DE ISRAEL.
Venid, subamos juntos al monte de los Olivos y salgamos al encuentro de Cristo, que vuelve hoy desde Betania, y que se encamina por su propia voluntad hacia aquella venerable y bienaventurada pasión, para llevar a término el misterio de nuestra salvación.

Viene, en efecto, voluntariamente hacia Jerusalén, el mismo que, por amor a nosotros, bajó del cielo para exaltarnos con él, como dice la Escritura, por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación, y de todo ser que exista, a nosotros que yacíamos postrados.

Él viene, pero no como quien toma posesión de su gloria, con fasto y ostentación. No gritará -dice la Escritura-, no clamará, no voceará por las calles, sino que será manso y humilde, con apariencia insignificante, aunque le ha sido preparada una entrada suntuosa.

Corramos, pues, con el que se dirige con presteza a la pasión, e imitemos a los que salían a su encuentro. No para alfombrarle el camino con ramos de olivo, tapices, mantos y ramas de palmera, sino para poner bajo sus pies nuestras propias personas, con un espíritu humillado al máximo, con una mente y un propósito sinceros, para que podamos así recibir a la Palabra que viene a nosotros y dar cabida a Dios, a quien nadie puede contener.

Alegrémonos, por tanto, de que se nos haya mostrado con tanta mansedumbre aquel que es manso y que sube sobre el ocaso de nuestra pequeñez, a tal extremo, que vino y convivió con nosotros, para elevarnos hasta sí mismo, haciéndose de nuestra familia.

Dice el salmo: Subió a lo más alto de los cielos, hacia oriente (hacia su propia gloria y divinidad, interpreto yo), con las primicias de nuestra naturaleza, hasta la cual se había abajado Impregnándose de ella; sin embargo, no por ello abandona su inclinación hacia el género humano, sino que seguirá cuidando de él para irlo elevando de gloria en gloria, desde lo ínfimo de la tierra, hasta hacerlo partícipe de su propia sublimidad.

Así, pues, en vez de unas túnicas o unos ramos inanimados, en vez de unas ramas de arbustos, que pronto pierden su verdor y que por poco tiempo recrean la mirada, pongámonos nosotros mismos bajo los pies de Cristo, revestidos de su gracia, mejor aún, de toda su persona, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo; extendámonos tendidos a sus pies, a manera de túnicas.

Nosotros, que antes éramos como escarlata por la inmundicia de nuestros pecados, pero que después nos hemos vuelto blancos como la nieve con el baño saludable del bautismo, ofrezcamos al vencedor de la muerte no ya ramas de palmera, sino el botín de su victoria, que somos nosotros mismos.

Aclamémoslo también nosotros, como hacían los niños, agitando los ramos espirituales del alma y diciéndole un día y otro: Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel.


ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se anonadase, haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos nosotros imitáramos su ejemplo de humildad, concédenos seguir las enseñanzas de su pasión, para que un día participemos en su resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón

Día 39

Tu corazón se enfría cuando disfrutas con el dolor del otro o cuando generas un daño a alguien cercano a ti.

Hoy, te invitamos a evitar hacer daño, a pensar antes de hablar o reaccionar contra alguna persona.

sábado, 24 de marzo de 2018

Santa Misa


Lectio Divina

PARTICIPEMOS PLENAMENTE EN LA PASCUA

Es verdad que ahora celebraremos la Pascua todavía sacramentalmente; sin embargo, lo haremos ya con un conocimiento más claro que en la antigua ley (ya que la Pascua de la ley antigua era -no tengo reparo en decirlo- una figura más oscura que lo que representaba), y de aquí a poco la celebraremos de un modo más puro y perfecto, a saber, cuando aquel que es la Palabra beba con nosotros el vino nuevo en el reino de su Padre, dándonos la plena y clara inteligencia de lo que aquí nos enseñó de un modo más restringido. Decimos «nuevo», pues siempre resulta nuevo lo que se llega a comprender de una manera diferente.

Y ¿en qué consiste esa bebida y esa manera nueva de percibir? Eso es lo que toca a él enseñar a sus discípulos, y a nosotros aprenderlo. Y la doctrina de aquel que alimenta es también alimento.

Celebremos, pues, ahora también nosotros lo mismo que celebraba la ley antigua, pero no en un sentido literal, sino evangélico; de una manera perfecta, no imperfecta; de un modo eterno, no temporal. Sea nuestra capital no la Jerusalén terrena, sino la metrópoli celestial; quiero decir, no ésta que es ahora hollada por los ejércitos, sino la que es ensalzada por las alabanzas y encomios angélicos.

Inmolemos no ya terneros y machos cabríos, que es cosa ya caducada y sin sentido, sino el sacrificio de alabanza, ofrecido a Dios en el altar del cielo, junto con los coros celestiales. Atravesemos el primer velo, no nos detengamos ante el segundo, contemplemos de lleno el santuario. y diré más todavía: inmolémonos nosotros mismos a Dios, inmolemos cada día nuestra persona y toda nuestra actividad, imitemos la pasión de Cristo con nuestros propios padecimientos, honremos su sangre con nuestra propia sangre, subamos con denuedo a la cruz.

Si quieres imitar a Simón de Cirene, toma la cruz y sigue al Señor.

Si quieres imitar al buen ladrón crucificado con él, reconoce honradamente su divinidad; y así como entonces Cristo fue contado entre los malhechores, por ti y por tus pecados, así tú ahora, por él, serás contado entre los justos. Adora al que por amor a ti pende de la cruz y, crucificándote tú también, procura recibir algún provecho de tu misma culpa; compra la salvación con la muerte; entra con Jesús en el paraíso, para que comprendas de qué bienes te habías privado. Contempla todas aquellas bellezas; deja fuera, muerto, lo que hay en ti de murmurador y blasfemo.

Si quieres imitar a José de Arimatea, pide el cuerpo a aquel que lo mandó crucificar; haz tuya la víctima expiatoria del mundo.

Si quieres imitar a Nicodemo, el que fue a Jesús de noche, unge a Jesús con aromas, como lo ungió él para honrado en su sepultura.

Si quieres imitar a María, a la otra María, a Salomé y a Juana, ve de madrugada a llorar junto al sepulcro, y haz de manera que, quitada la piedra del monumento, puedas ver a los ángeles y aun al mismo Jesús.

ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, aunque continuamente realizas la salvación de los hombres, sin embargo, concedes a tu pueblo gracias más abundantes en este tiempo de Cuaresma; dígnate, pues, mirar con amor el esfuerzo cuaresmal de tus elegidos y concede tu ayuda tanto a los catecúmenos que van a recibir el bautismo como a tus hijos que ya lo hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón

Inspirados por el mensaje del Papa Francisco para esta cuaresma, queremos proponerte que revises la temperatura de tu corazón.

Día 37

Tu corazón se enfría cuando compartes rumores y chismes sobre alguna persona.

Hoy, te proponemos a que evites hacer comentarios sobre personas que conoces, a no difundir información ni comentarios sobre alguien. Te invitamos a ser prudente y defender la honra de los demás.
Ruta Cuaresmal: Rompiendo la Frialdad del Corazón.

Día 36

Tu corazón se enfría cuando eres indiferente a la necesidad de los otros.

Hoy te invitamos a hacerte consciente de la necesidad de alguien cercano a ti y a hacer lo posible por ayudar a subsanarla.

viernes, 23 de marzo de 2018

Lectio divina

SE ENTREGÓ POR NOSOTROS
Los sacrificios de víctimas carnales, que la Santísima Trinidad, el mismo y único Dios del antiguo y del nuevo Testamento, había mandado a nuestros padres que le fueran ofrecidos, significaban la agradabilísima ofrenda de aquel sacrificio en el cual el Hijo de Dios había de ofrecerse misericordiosamente según la carne, él solo, por nosotros.

Él, en efecto, como nos enseña el Apóstol, se entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia. Él es el verdadero Dios y el verdadero sumo sacerdote, que por nosotros penetró una sola vez en el santuario, no con la sangre de toros o de machos cabríos, sino con su propia sangre. Esto es lo que significaba el sumo sacerdote del antiguo Testamento cuando entraba con la sangre de las víctimas, una vez al año, en el santuario.

Él es, por tanto, el que manifestó en su sola persona todo lo que sabía que era necesario para nuestra redención; él mismo fue sacerdote y sacrificio, Dios y templo; sacerdote por quien fuimos absueltos, sacrificio con el que fuimos perdonados, templo en el que fuimos purificados, Dios con el que fuimos reconciliados. Pero él fue sacerdote, sacrificio y templo sólo en su condición de Dios unido a la naturaleza de siervo; no en su condición divina sola, porque bajo este aspecto todo es común con el Padre y el Espíritu Santo.

Debemos, pues, retener firmemente y sin asomo de duda que el mismo Hijo único de Dios, la Palabra hecha carne, se ofreció por nosotros a Dios en oblación y sacrificio de agradable olor; el mismo al que, junto con el Padre y el Espíritu Santo, los patriarcas, profetas y sacerdotes del antiguo Testamento sacrificaban animales; el mismo al que ahora, en el nuevo Testamento, junto con el Padre y el Espíritu Santo, con los que es un solo Dios, la santa Iglesia católica no cesa de ofrecerle, en la fe y la caridad, por todo el orbe de la tierra, el sacrificio de pan y vino.

Aquellas víctimas carnales significaban la carne de Cristo, que él, libre de pecado, había de ofrecer por nuestros pecados, y la sangre que para el perdón de ellos había de derramar; pero en este sacrificio se halla la acción de gracias y el memorial de la carne de Cristo, que él ofreció por nosotros, y de la sangre, que el mismo Dios derramó por nosotros. Acerca de lo cual dice san Pablo en los Hechos de los apóstoles: Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su Hijo.

Por tanto, los antiguos sacrificios eran figura y signo de lo que se nos daría en el futuro; pero en este sacrificio se nos muestra de modo evidente lo que ya nos ha sido dado.

Los sacrificios antiguos anunciaban por anticipado que el Hijo de Dios sería muerto en favor de los impíos; pero en este sacrificio se anuncia ya realizada esta muerte, como lo atestigua el Apóstol, al decir: Cuando estábamos nosotros todavía sumidos en la impotencia del pecado, murió Cristo por los pecadores, en el tiempo prefijado por el Padre; y añade: Siendo enemigos, hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo.


ORACIÓN.
OREMOS,
Perdona, Señor, las culpas que hemos cometido a causa de nuestra debilidad y, por tu misericordia, líbranos de la esclavitud en que nos tienen cautivos nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

martes, 20 de marzo de 2018

Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la Frialdad del Corazón

Inspirados por el mensaje del Papa Francisco para esta cuaresma, queremos proponerte que revises la temperatura de tu corazón:

Día 35

Tu corazón se enfría cuando quitas a Dios del primer lugar y pones allí al dinero.

Te proponemos que revises de qué manera pones el dinero en el lugar de Dios. Te invitamos a pensar en cómo vivir una vida más sencilla y menos pendiente de excesos y banalidades.

Santa Misa


Lectio Divina

LA CRUZ DE CRISTO FUENTE DE TODA BENDICIÓN y ORIGEN DE TODA GRACIA

Nuestro entendimiento, iluminado por el Espíritu de la verdad, debe aceptar con corazón puro y libre la gloria de la cruz, que irradia sobre el cielo y la tierra, y penetrar con su mirada interior el sentido de las palabras del Señor, cuando habla de la inminencia de su pasión: Ya ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del hombre. Y un poco más adelante: Ahora -dice- mi alma está agitada, y ¿qué voy a decir? ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Pero si precisamente para esto he llegado a esta hora! Padre, glorifica a tu Hijo. Y como llegase del cielo la voz del Padre, que decía: Lo he glorificado y lo glorificaré de nuevo, Jesús, dirigiéndose a los circunstantes, dijo: No por mí, sino por vosotros se ha dejado oír esta voz. Ahora viene la condenación de este mundo; ahora el señor de este mundo va a ser arrojado fuera. Y yo, cuando sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

¡Oh admirable poder de la cruz! ¡Oh inefable gloria de la pasión! En ella se encuentra el tribunal del Señor, el juicio del mundo, el poder del crucificado.

Atrajiste a todos hacia ti, Señor, a fin de que el culto de todas las naciones del orbe celebrara, mediante un sacramento pleno y manifiesto, lo que se realizaba en el templo de Judea sólo como sombra y figura.

Ahora, en efecto, es más ilustre el orden de los levitas, más alta la dignidad de los ancianos, más sagrada la unción de los sacerdotes; porque tu cruz es la fuente de toda bendición, el origen de toda gracia; por ella, los creyentes reciben, de la debilidad, la fuerza, del oprobio, la gloria y, de la muerte, la vida. Ahora, asimismo, abolida la multiplicidad de los antiguos sacrificios, la única oblación de tu cuerpo y sangre lleva a su plenitud los diferentes sacrificios carnales; porque tú eres el verdadero Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo; y así, en tu persona, llevas a la perfección todos los misterios, para que todos los pueblos constituyan un solo reino, del mismo modo que todas las víctimas ceden el lugar al único sacrificio.

Confesemos, pues, hermanos, lo que la voz del bienaventurado maestro de las naciones, el apóstol Pablo, confesó gloriosamente: Sentencia verdadera y digna de universal adhesión es ésta: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.

En efecto, tanto más admirable es la misericordia de Dios para con nosotros, cuanto que Cristo murió, no por los justos o los santos, sino por los pecadores y los injustos; y, como era imposible que la naturaleza divina experimentase el aguijón de la muerte, tomó, naciendo de nosotros, una naturaleza que pudiera ofrecer por nosotros.

Ya mucho antes amenazaba a nuestra muerte con el poder de su propia muerte, diciendo por boca del profeta Oseas: Oh muerte, yo seré tu muerte; país de los muertos, yo seré tu aguijón. Al morir, en efecto, se sometió al poder del país de los muertos, pero lo destruyó con su resurrección; sucumbiendo al peso de una muerte que no hacía excepción, la convirtió de eterna en temporal. Porque lo mismo que en Adán todos mueren, en Cristo todos serán llamados de nuevo a la vida.

ORACIÓN.

OREMOS,
Concédenos, Señor, ser perseverantes en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que en nuestros días crezca tu pueblo no sólo en número, sino también en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

lunes, 19 de marzo de 2018

San José un hombre limpio de corazón….



2 Samuel 7,4-5a.12-14a.16

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.""
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura vemos como Dios le promete a David a través del profeta Natán que consolidaria la descendencia el trono de Judá. Pero cómo podría ser esto posible sabiendo que fueron desterrados a Babilonia, ver el templo profanado, , el rey cautivo , la tierra prometida hoy abandonada, la agresividad del invasor Nabucodonosor. La promesa de Dios era casi imposible de creer, verdad? aunque Dios había dicho que la dinastía de David no caería, y sin embargo los hechos estaban desmintiendo a Dios. ¿Quién, cuál sucesor de David podía ser llamado rey en medio de la humillación del destierro? Todo parecía sepultado bajo montañas de escombros y despojos de destrucción. Y sin embargo, siglos después, hay un hombre, de nombre José, cuyo primer título es "descendiente de David".

Hoy el dia de San José, nuestra iglesia catolica celebra con alegría este hombre justo y por quien se sigue cumpliendo la promesa! Pero entonces a quién se refería Dios al decir que les va a dar un rey. Si por José llamamos a Jesús "hijo, es decir, descendiente y heredero, de David", entonces José era rey, y nadie lo sabía. José es el vínculo humildísimo, oculto a ojos del mundo y de su propio pueblo, por el que habría de brillar la increíble fidelidad de Dios. José es un rey humilde y brilla por su obediencia y fidelidad a Dios.

Salmo 88 " Su linaje será perpetuo"

Romanos 4,13.16-18.22

Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos." Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia." Por lo cual le valió la justificación.
Palabra de Dios


Mateo 1,16.18-21.24a

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.


Retomando las palabras del Papa Juan Pablo II sobre el misterio de San José el cual dice "Durante su vida, que fue una peregrinación en la fe, José, al igual que María, permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final. “

San José, humilde, sabio, obediente, generoso, puro y santo, un siervo de Dios, es un ejemplo para todos nosotros. Él es un verdadero modelo de masculinidad.

San José es llamado “ justo “, pero en la biblia la palabra “ justo “ tiene una gran densidad y profundidad. En la Biblia, "Justo" se refiere a Dios, Aquel que hace justicia. Cuando decimos que José es justo, es porque él se ajusta al plan de Dios.

En el diccionario, la palabra "Justo" también significa una medida exacta y precisa. José vive de acuerdo con la ley de Dios. Siendo así, tiene una medida de virtud que lo hace no cobarde y no impulsivo, no exhibe su fuerza pero tampoco le falta. José es un hombre prudente porque sabe qué hacer en cada ocasión. Él tiene una cabeza para pensar y resolver los problemas que se le presentan; él también tiene oídos para escuchar, más por la voz de Dios que por la voz del mundo. José está en sintonía con el Señor porque su corazón está con el Señor. José se ajusta a la Voluntad Divina y busca la mejor manera de actuar frente a las noticias que lo desconciertan. La primera noticia que recibe es que su esposa está esperando un hijo.

Dios que es amable, ve la acción de José en su corazón, reconoce que este hombre está sufriendo en secreto su pasión al descubrir el embarazo de su esposa, sin entender el misterio, respeta la inspiración de Dios para no exponer el secreto de María, y Dios recompensa su humildad al darle una bendición por su fe y le da, a través del Ángel, un conocimiento que va más allá de las cosas de esta tierra. Este conocimiento le revela lo que le ha sucedido a su esposa. Obediente a la inspiración que recibió, José se convierte en el padre virgen de Jesús. Es por eso que el Ángel le dice a José: "¡Es tuyo!" Así como el Niño Jesús, proviene del Espíritu, a través de María, también, la paternidad de José proviene del Espíritu, y José puede y debe llamar a Jesús "su" hijo.

Ahora, ¿cómo entender la sabiduría de Dios? Esto solo es posible si somos hombres y mujeres de fe. Cuando estamos seguros de que todo lo que proviene de Él es lo mejor para nosotros y que, si permite muchas cosas en nuestra vida, es porque nos está enseñando lo que debemos aprender.

Qué gran enseñanza nos trae José, aquel que sabe cómo ajustarse al plan de Dios, Él nos propone su discreción, su humildad, su fe y su pureza para brillar en nosotros.

San José, Tú que eres modelo y protector de la Iglesia de Cristo, Tú que cuidaste de la Sagrada Familia, hoy venimos a ti para pedirte que intercedas por todos los padres del mundo en la educación de sus hijos en el amor de Dios como lo hiciste, para que enseñen a sus hijos a escuchar la Palabra de Dios y vivir de acuerdo con Su Voluntad. Ayúdalos, junto con sus esposas, a proporcionar un hogar donde el amor y el respeto sean el pan de todos los días como lo fue en la Sagrada Familia, que nunca les falte salud y un trabajo digno, para llevar el sustento necesario a sus hogares. Ayúdalos a saber apreciar los momentos de alegría y tristeza, para que los hombres aprendan de ti a ser humildes, discretos, sabios, obedientes, generosos y verdaderos para hacerlos gradualmente santos siervos de Dios, Amén.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!
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 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa - Dia de San Jose


Lectio Divina

FIEL CUIDADOR Y GUARDIÁN
Es norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son necesarios a aquella persona así elegida, y que la adornan con profusión.

Ello se realizó de un modo eminente en la persona de san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del mundo y Señora de los ángeles, que fue elegido por el Padre eterno como fiel cuidador y guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de su Hijo y de su esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice: Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

Si miramos la relación que tiene José con toda la Iglesia, ¿no es éste el hombre especialmente elegido, por el cual y bajo el cual Cristo fue introducido en el mundo de un modo regular y honesto? Por tanto, si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen Madre, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo semejante le debe a san José, después de ella, una especial gratitud y reverencia.

Él, en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas y a los profetas.

Hemos de suponer, sin duda alguna, que aquella misma familiaridad, respeto y altísima dignidad que Cristo tributó a José mientras vivía aquí en la tierra, como un hijo con su padre, no se la ha negado en el cielo; al contrario, la ha colmado y consumado.

Por esto, no sin razón añade el Señor: Pasa al banquete de tu Señor. Pues, aunque el gozo festivo de la felicidad eterna entra en el corazón del hombre, el Señor prefirió decirle: Pasa al banquete, para insinuar de un modo misterioso que este gozo festivo no sólo se halla dentro de él, sino que lo rodea y absorbe por todas partes, y que está sumergido en él como en un abismo infinito.

Acuérdate, pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa, que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por siglos infinitos. Amén.
  
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

domingo, 18 de marzo de 2018

Ruta Cuaresmal 2018: Rompiendo la frialdad del corazón.

Día 33

Tu corazón se enfría cuando cobras por hacer un favor cuando puedes hacerlo gratis.

Hoy te proponemos, que hagas 5 favores a 5 personas diferentes, sin esperar nada a cambio.

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...