No permitas cambiar tus criterios cristianos para ser aceptados por los demás.
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-8
" ....ya conocéis, tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicar el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición"
Sal 138, 1-3. 4-6 R. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista». Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista». El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Palabra del Señor
Hoy Señor me pides que sea testigo de la verdad, la verdad que tu eres el Hijo de Dios que quita el pecado del mundo. Ser testigo de tu misericordia es reconocer que la conversión viene por gracia y ese regalo que tú me das me permite reconocer las faltas de amor que he cometido conmigo mismo, y con los demás. Mi corazón necesita humildad para ser consciente de que yo no soy la Luz sino testigo de la Luz Divina. Tu me has elegido antes de que yo naciera para ser profeta, lo que significa ser elegido por tu misericordia. Me consagras y me bendices para ir y ser testimonio de amor a mis hermanos. Dame el regalo de tener un corazón agradecido Señor para vivir la fe como una hermosa historia de amor contigo. Ver tu presencia salvadora cada día, a gustar y ver qué bueno eres Tu Señor. Todo es don, todo es gracia, todo es vocación: llamada y respuesta.
Solo deseo Señor que cada día yo me vuelva más pequeño para que tu crezcas en mí, que tu Luz brille a través de mis obras para que otros te conozcan. No permitas que yo sea escándalo para otros por mi manera de actuar, y de amar. Sé que hago parte de tu jardín, el cual tú lo cuidas, lo abonas, y le quitas la maleza que me hace daño. Tu conoces las tres fuerzas que me impulsan, el presente, mi pasado y el futuro. Sana mi memoria para que el pasado no me atrape, toma mi atención para que sea consciente de mis sentimientos y pensamientos pudiendo así vivir el presente desde la gratitud, y toma mi voluntad para que haga lo que debo de hacer, vivir para ti y por ti, Amen.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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