jueves, 31 de agosto de 2023

Custodiar el tesoro que hemos recibido

 


Custodiar el tesoro que hemos recibido


1 Tesalonicenses 3, 7-13
" .... que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones... "

Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17 R. "Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres"

Lectura del santo evangelio según san Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Palabra del Señor.

Mi amado Jesús, hoy me recuerdas lo importante que es la fe en los momentos de dificultad. La fe se prueba en medio de las dificultades. La fe nos impulsa a confiar en quien hemos puesto nuestra esperanza, la fe al ponernos en movimiento nos hace sentirnos vivos porque nos empuja a enfrentar nuestras luchas, nos anima para que salgamos de sí mismos y abrazar a quien lo necesita. La fe ha de colmarnos de un amor mutuo, no egoísta, sino oblativo, entregado, sin distinciones o marginaciones. Quien reciba amor, sabrá la belleza de lo que ha recibido, y lo contempla para sí como un don, como un regalo que en la gratuidad será transformado en gratitud.

El que ama cuida y protege. Por eso mi amado Jesús dame la gracia de custodiar mi corazón, allí donde nacen las emociones para que al pasarlas a través de tu Santo Espíritu mis emociones sean purificadas por el amor divino. Custodiar mi corazón es estar en vela mi fe para que mi vida no sea solo vivir esta vida, sino vivirla desde la divinidad, vivirla en Dios y para Dios. Mi vida te la entrego en tus manos Señor, quiero ser fiel a tu amor y ser cuidadoso de los tesoros que tú generosamente me has dado. Que tu misericordia me alcance y actúe sobre mi voluntad para que no me deje seducir por el ladrón que llega a robar y destruir tu obra de amor en mi. Gracias Señor por confiarme tus tesoros y por hacer prosperar las obras en mis manos, Amén,       

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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