El Señor es más grande que nuestras debilidades y problemas, en Dios somos más fuertes.
Salmo 47, 2-3a. 3b-4. 10-11 R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros. Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas. Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».
Hoy elevo una súplica a ti, con el corazón lleno de esperanza y fe, para que tu misericordia me alcance y me conceda una fe estable y coherente. Que pueda confiar solo en ti y permitas que gobiernes mi vida para que todo lo que haga sea para bien. A través de la oración me acerco a ti, el Dios de la vida, y te muestro mis preocupaciones y necesidades, renovando nuestra confianza en ti y buscando siempre la mejor manera de que resplandezca tu gloria.
Pongo en tus manos mi vida, pidiéndote que me libres de ofender al verdadero amor que me has dado, ese amor que nunca defrauda. No me sueltes de tu mano, Señor, porque sin ti no sé a dónde ir. Tú me adviertes que tenga cuidado de la comodidad del pecado, de la pereza y de las malas amistades, pues estas pueden arruinar mi vida y llevarme a la perdición.
Señor, me inspiran y me guían las palabras de Jesús: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan contra vosotros y os despedacen”. Ayúdame a discernir con sabiduría, a valorar y cuidar lo sagrado de tu enseñanza, el amor primero que nace en Ti. Enséñame a elegir la puerta estrecha, donde yo me esfuerzo en hacer lo que me corresponde y el resto te lo entrego a ti. Aunque la puerta estrecha talla porque me exige un abajamiento del orgullo y la autosuficiencia, que por tu gracia alcance la docilidad a tus enseñanzas y a obedecer por causa del amor.
Que tu Espíritu Santo me guíe en cada paso, Señor, para que mi vida sea un reflejo de tu amor y tu verdad. Dame la fuerza para resistir las tentaciones y la claridad para reconocer el camino correcto. Que en todo momento, mis decisiones y acciones sean para glorificarte y servirte fielmente. Amén.
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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