Fuimos creados desde la libertad y con dignidad...
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 21, 1-16
" Dios me libre de cederte la herencia de mis padres... "
Salmo 5 R/. Atiende a mis gemidos, Señor.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».
Palabra del Señor
Señor,
en tu palabra me pides que aprenda a cultivar el don de la paciencia y del
silencio. Así como tú me tienes paciencia con mis comportamientos y tu silencio
no significa que haces caso omiso a mis plegarias, yo debo ejercitar la
paciencia y el silencio que solo viene a mí cuando mi fe está puesta solo en
ti. Sé que esperar no es fácil, y más en este mundo donde todo se mueve con
tanta rapidez. Muchas veces el dolor injusto nos deja sin respuesta. Pero en fe
estoy seguro de que tú estás más cerca de lo que pueda imaginar. A pesar de lo
que podamos ver y hasta padecer, no permitas, Señor, que dude de lo que tú
puedes hacer. Más bien, que al estar en comunión contigo sea posible que guarde
tus mandamientos y concuerde deseos y acciones conforme a tu voluntad.
Me
creaste, Señor, desde la libertad y con dignidad, por eso nada ni nadie me debe
esclavizar. La dignidad ni se negocia ni se vende. Líbrame, Señor, del poder
opresor que doblega la justicia y atropella la dignidad. Cómo te duele, Señor,
la injusticia cuando obramos contra nuestro hermano por causa de la codicia y
la mentira. Tú, Señor, no amas la maldad, ni la perversión, ni la arrogancia.
Tampoco la mentira, ni los comportamientos sanguinarios, ni la traición.
Ayúdame, Señor, a obrar en verdad y en justicia, guiados por tu Palabra, para
que al tener un buen discernimiento no caigamos en religiosidad e injusticia,
en criterios y comportamientos alejados del evangelio. Amén.
Dios
te bendiga.
¡Alabado
sea Jesucristo, por siempre sea alabado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario