domingo, 31 de diciembre de 2017
sábado, 30 de diciembre de 2017
Lectio Divina
EL VERBO HECHO CARNE NOS DEIFICA
No fundamentamos nuestra fe en palabras vanas ni nos dejamos arrastrar por los impulsos del corazón ni nos seduce la suavidad de palabras persuasivas, sino que nuestra fe se apoya en las palabras pronunciadas por el poder divino.
Dios confió estas palabras al Verbo, y el Verbo las profirió para apartar al hombre de la desobediencia, no coaccionándolo por fuerza como si se tratara de un esclavo, sino llamándolo para que lo siguiera libre y voluntariamente.
Al fin de los tiempos el Padre envió al Verbo -pues ya no quería hablar por medio de los profetas ni ser anunciado en figuras-, ordenándole que se manifestara en forma visible, para que el mundo al verlo pudiera ser salvado.
Sabemos que este Verbo tomó un cuerpo de la Virgen y que hizo del hombre viejo una nueva creación. Sabemos que fue plasmado de nuestra misma substancia; porque si hubiera obrado de otro modo en vano nos mandaría que lo imitáramos como a un maestro.
En efecto, si este hombre hubiera sido formado de una substancia distinta de la nuestra, ¿cómo podría mandarme tales cosas a mí, que nací débil? ¿Cómo podríamos, en tal caso, decir que él es bueno y justo?
Para que no lo creyéramos diferente de nosotros, soportó fatigas, quiso tener hambre y no rehusó tener sed, tuvo necesidad de descanso, no rechazó los sufrimientos de la pasión, se sometió a la muerte y quiso manifestarnos su resurrección. En todo esto ofreció su humanidad como primicias, para que tú, en medio de los sufrimientos, no te desanimes, sino que, recordando tu condición de hombre, esperes recibir, también tú, lo que Dios quiso darle a él.
Cuando ya contemples a Dios tal cual es, tendrás un cuerpo inmortal e incorruptible, como el alma, y poseerás el reino de los cielos, tú, que, viviendo en la tierra, conociste al Rey celestial; participarás de la felicidad de Dios, serás coheredero de Cristo y ya no estarás sujeto a las pasiones ni a las enfermedades, porque habrás sido hecho semejante a Dios.
Todos los males que soportaste en cuanto hombre, Dios te los envió precisamente porque eres hombre; en cambio, todo aquello que es propio de Dios, él prometió dártelo cuando seas divinizado y alcances la inmortalidad. Conócete, pues, a ti mismo, reconociendo al Dios que te hizo; pues conocer a Dios y ser conocido por él corresponde a aquel que ha sido llamado por Dios.
Por tanto no discutáis entre vosotros ni dudéis en volver a él. Cristo es Dios por encima de todas las cosas; él quiso borrar el pecado de los hombres renovando al hombre viejo, que él había creado a su imagen desde el comienzo, manifestándote, de este modo, el amor que tiene por ti. Si obedeces sus mandatos y, por tu bondad, imitas al que es bueno, llegarás a ser semejante a él, y él te honrará; pues no es mezquino el Dios que te ha hecho dios para su gloria.
ORACIÓN.
OREMOS,
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne mortal nos libre de la antigua servidumbre del pecado que pesa aún sobre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
No fundamentamos nuestra fe en palabras vanas ni nos dejamos arrastrar por los impulsos del corazón ni nos seduce la suavidad de palabras persuasivas, sino que nuestra fe se apoya en las palabras pronunciadas por el poder divino.
Dios confió estas palabras al Verbo, y el Verbo las profirió para apartar al hombre de la desobediencia, no coaccionándolo por fuerza como si se tratara de un esclavo, sino llamándolo para que lo siguiera libre y voluntariamente.
Al fin de los tiempos el Padre envió al Verbo -pues ya no quería hablar por medio de los profetas ni ser anunciado en figuras-, ordenándole que se manifestara en forma visible, para que el mundo al verlo pudiera ser salvado.
Sabemos que este Verbo tomó un cuerpo de la Virgen y que hizo del hombre viejo una nueva creación. Sabemos que fue plasmado de nuestra misma substancia; porque si hubiera obrado de otro modo en vano nos mandaría que lo imitáramos como a un maestro.
En efecto, si este hombre hubiera sido formado de una substancia distinta de la nuestra, ¿cómo podría mandarme tales cosas a mí, que nací débil? ¿Cómo podríamos, en tal caso, decir que él es bueno y justo?
Para que no lo creyéramos diferente de nosotros, soportó fatigas, quiso tener hambre y no rehusó tener sed, tuvo necesidad de descanso, no rechazó los sufrimientos de la pasión, se sometió a la muerte y quiso manifestarnos su resurrección. En todo esto ofreció su humanidad como primicias, para que tú, en medio de los sufrimientos, no te desanimes, sino que, recordando tu condición de hombre, esperes recibir, también tú, lo que Dios quiso darle a él.
Cuando ya contemples a Dios tal cual es, tendrás un cuerpo inmortal e incorruptible, como el alma, y poseerás el reino de los cielos, tú, que, viviendo en la tierra, conociste al Rey celestial; participarás de la felicidad de Dios, serás coheredero de Cristo y ya no estarás sujeto a las pasiones ni a las enfermedades, porque habrás sido hecho semejante a Dios.
Todos los males que soportaste en cuanto hombre, Dios te los envió precisamente porque eres hombre; en cambio, todo aquello que es propio de Dios, él prometió dártelo cuando seas divinizado y alcances la inmortalidad. Conócete, pues, a ti mismo, reconociendo al Dios que te hizo; pues conocer a Dios y ser conocido por él corresponde a aquel que ha sido llamado por Dios.
Por tanto no discutáis entre vosotros ni dudéis en volver a él. Cristo es Dios por encima de todas las cosas; él quiso borrar el pecado de los hombres renovando al hombre viejo, que él había creado a su imagen desde el comienzo, manifestándote, de este modo, el amor que tiene por ti. Si obedeces sus mandatos y, por tu bondad, imitas al que es bueno, llegarás a ser semejante a él, y él te honrará; pues no es mezquino el Dios que te ha hecho dios para su gloria.
ORACIÓN.
OREMOS,
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne mortal nos libre de la antigua servidumbre del pecado que pesa aún sobre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
viernes, 29 de diciembre de 2017
No permitas que las tinieblas del pecado roben la luz que trae Cristo!!!
1 Juan 2,3-11
Queridos hermanos: En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: "Yo le conozco", y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él.
Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo -lo cual es verdadero en él y en vosotros-, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
Palabra de Dios
Salmo 95 " Alégrese el cielo, goce la tierra"
Lucas 2,22-35
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel."
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Recuerdo cuando era pequeña y mi tio me llevo a conocer el mar. Nunca olvidaré esa experiencia tan hermosa porque en el lugar donde yo vivía había rios, cascadas, charcos pero para ver el mar tenía que viajar por carretera como mínimo 7 horas. Aunque disfrutaba de ir a los charcos y ríos, siempre he preferido el mar, porque cuando lo conocí quedé impactada, me encanto!. Es por eso que trato cada año en mis vacaciones ir al mar.
Porque traigo este ejemplo, pues bien en la primera lectura nos dice”Quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud “. Cuando realmente has tenido un profundo encuentro con el Señor conoces de verdad que es el Amor, el Amor con letra mayúscula. El Amor a profundidad, de Verdad e Intensidad. Es por eso que aquellos quienes son llamados para la vocación del sacerdocio al experimentar ese Amor de Dios, aceptan ese llamado de Dios y a pesar que los demás traten de desanimarlo diciéndole que no siga en esa hermosa vocación, nada se los impide. Asi tambien es el caso de aquellas parejas que han sido llamadas a la vida matrimonial, al experimentar el Amor de Dios a través del otro, por más tentación que tengan, por mas desocupado o desocupada que haya por ahí rondando en la relación que no tiene buena intención, el Amor conyugal permanecera firme porque Cristo es el centro de la relación y sera muy dificil destruir lo que Dios ha bendecido. Entonces estos cónyuges permaneceran en el Amor porque ambos ya han conocido y experimentado la inmensidad y profundidad del amor.
Las lecturas de hoy van unidas en el tema de la luz. El que está en Cristo tiene luz porque Cristo mismo es la luz. ¿Qué significa esto para nosotros? En el bautismo nosotros recibimos la Luz de Cristo y estamos llamados a iluminar a otros.
Hoy en la primera carta de Juan trata el tema de que la gente se creia muy iluminada pero en realidad no lo eran porque llevaban una vida doble, recordemos lo que dice la Palabra “ el que no guarda mis mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él “. La primer carta de Juan nos invita a ser íntegros, ser personas coherentes. Que nuestras obras del dia a dia demuestren realmente a quien pertenecemos.
Por eso hoy a través de las Palabras de Juan es una exhortación : ¿cómo está tu vida? Y la vida se refleja en criterios visibles: los mandamientos, no sólo en el sentido de los Diez Mandamientos, que no quedan excluidos, sino en el sentido amplio de conformidad con el querer divino. Y en cuanto ese querer significa vida y salvación para mi hermano, tener luz es estar en camino de anunciar y comunicar vida, amor, salvación a mi hermano.
Para terminar las palabras de Simeón que significan?
Recordemos la lectura lo que nos dice “ Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. “. El gran mensaje es que el Espíritu Santo de Dios esta presente y realiza su acción también en todos aquellos quienes han aceptado a Dios y han creído en sus promesas, así como en el anciano Simeón. Es hora que te hagas esta pregunta…. Realmente lo crees?
Niño Jesus que bendicion es que hayas nacido no solo en el pesebre sino en mi corazon, gracias por haber traído la Luz a mi vida porque reconozco que vivía en un mundo de tinieblas. Soy testigo de Tu Luz y he experimentado la profundidad, la intensidad y la inmensidad de Tu amor. Si permanezco firme a ti y cerca de ti es gracias a Tu gracia que todos los dias me das. Ayudame a ser una persona integra y ajustarme al querer divino, esto significa vida y salvación para mi hermano, llevar Tu luz es estar en camino de anunciar y comunicar vida, amor, salvación a mi hermano. Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea: No perder la esperanza y seguir luchando
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina de hoy Dic 29
CUANDO LLEGÓ LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS, SE NOS DIO TAMBIÉN LA PLENITUD DE LA DIVINIDAD
Dios, nuestro Salvador, hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. Demos gracias a Dios, pues por él abunda nuestro consuelo en esta nuestra peregrinación, en este nuestro destierro, en esta vida tan llena aún de miserias.
Antes de que apareciera la humanidad de nuestro Salvador, la misericordia de Dios estaba oculta; existía ya, sin duda, desde el principio, pues la misericordia del Señor es eterna, pero al hombre le era imposible conocer su magnitud. Ya había sido prometida, pero el mundo aún no la había experimentado y por eso eran muchos los que no creían en ella. Dios había hablado, ciertamente, de muchas maneras por ministerio de los profetas. Y había dicho: Sé muy bien lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción. Pero, con todo, ¿qué podía responder el hombre, que únicamente experimentaba la aflicción y no la paz? «¿Hasta cuándo -pensaba- iréis anunciando: "Paz, paz", cuando no hay paz?» Por ello los mismos mensajeros de paz lloraban amargamente, diciendo: Señor, ¿quién ha dado fe a nuestra predicación? Pero ahora, en cambio, los hombres pueden creer, por lo menos, lo que ya contemplan sus ojos; ahora los testimonios de Dios se han hecho sobremanera dignos de fe, pues, para que este testimonio fuera visible, incluso a los que tienen la vista enferma, el Señor le ha puesto su tienda al sol.
Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame aquel precio de nuestro rescate, que él contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad. Esta plenitud de la divinidad se nos dio después que hubo llegado la plenitud de los tiempos. Vino en la carne para mostrarse a los que eran de carne y, de este modo, bajo los velos de la humanidad, fue conocida la misericordia divina; pues, cuando fue conocida la humanidad de Dios, ya no pudo quedar oculta su misericordia. ¿En qué podía manifestar mejor el Señor su amor a los hombres sino asumiendo nuestra propia carne? Pues fue precisamente nuestra carne la que asumió, y no aquella carne de Adán que antes de la culpa era inocente.
¿Qué cosa manifiesta tanto la misericordia de Dios como el hecho de haber asumido nuestra miseria? ¿Qué amor puede ser más grande que el del Verbo de Dios, que por nosotros se ha hecho como la hierba débil del campo? Señor, ¿qué es el hombre para que le des importancia, para que te ocupes de él? Que comprenda, pues, el hombre hasta qué punto Dios cuida de él; que reflexione sobre lo que Dios piensa y siente de él. No te preguntes ya, oh hombre, por qué tienes que sufrir tú; pregúntate más bien por qué sufrió él. De lo que quiso sufrir por ti puedes deducir lo mucho que te estima; a través de su humanidad se te manifiesta el gran amor que tiene para contigo. Cuanto menor se hizo en su humanidad, tanto mayor se mostró en el amor que te tiene, y cuanto más se anonadó por nosotros, tanto más digno es de nuestro amor. Dios, nuestro salvador -dice el Apóstol-, hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. ¡Qué grande y qué manifiesta es esta misericordia y este amor de Dios a los hombres! Nos ha dado una grande prueba de su amor al querer que el nombre de Dios fuera añadido al título de hombre.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso, Dios invisible, que con la venida de tu Hijo has disipado las tinieblas del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con nuestros cantos y alabanzas la gloria del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Dios, nuestro Salvador, hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. Demos gracias a Dios, pues por él abunda nuestro consuelo en esta nuestra peregrinación, en este nuestro destierro, en esta vida tan llena aún de miserias.
Antes de que apareciera la humanidad de nuestro Salvador, la misericordia de Dios estaba oculta; existía ya, sin duda, desde el principio, pues la misericordia del Señor es eterna, pero al hombre le era imposible conocer su magnitud. Ya había sido prometida, pero el mundo aún no la había experimentado y por eso eran muchos los que no creían en ella. Dios había hablado, ciertamente, de muchas maneras por ministerio de los profetas. Y había dicho: Sé muy bien lo que pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción. Pero, con todo, ¿qué podía responder el hombre, que únicamente experimentaba la aflicción y no la paz? «¿Hasta cuándo -pensaba- iréis anunciando: "Paz, paz", cuando no hay paz?» Por ello los mismos mensajeros de paz lloraban amargamente, diciendo: Señor, ¿quién ha dado fe a nuestra predicación? Pero ahora, en cambio, los hombres pueden creer, por lo menos, lo que ya contemplan sus ojos; ahora los testimonios de Dios se han hecho sobremanera dignos de fe, pues, para que este testimonio fuera visible, incluso a los que tienen la vista enferma, el Señor le ha puesto su tienda al sol.
Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame aquel precio de nuestro rescate, que él contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad. Esta plenitud de la divinidad se nos dio después que hubo llegado la plenitud de los tiempos. Vino en la carne para mostrarse a los que eran de carne y, de este modo, bajo los velos de la humanidad, fue conocida la misericordia divina; pues, cuando fue conocida la humanidad de Dios, ya no pudo quedar oculta su misericordia. ¿En qué podía manifestar mejor el Señor su amor a los hombres sino asumiendo nuestra propia carne? Pues fue precisamente nuestra carne la que asumió, y no aquella carne de Adán que antes de la culpa era inocente.
¿Qué cosa manifiesta tanto la misericordia de Dios como el hecho de haber asumido nuestra miseria? ¿Qué amor puede ser más grande que el del Verbo de Dios, que por nosotros se ha hecho como la hierba débil del campo? Señor, ¿qué es el hombre para que le des importancia, para que te ocupes de él? Que comprenda, pues, el hombre hasta qué punto Dios cuida de él; que reflexione sobre lo que Dios piensa y siente de él. No te preguntes ya, oh hombre, por qué tienes que sufrir tú; pregúntate más bien por qué sufrió él. De lo que quiso sufrir por ti puedes deducir lo mucho que te estima; a través de su humanidad se te manifiesta el gran amor que tiene para contigo. Cuanto menor se hizo en su humanidad, tanto mayor se mostró en el amor que te tiene, y cuanto más se anonadó por nosotros, tanto más digno es de nuestro amor. Dios, nuestro salvador -dice el Apóstol-, hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. ¡Qué grande y qué manifiesta es esta misericordia y este amor de Dios a los hombres! Nos ha dado una grande prueba de su amor al querer que el nombre de Dios fuera añadido al título de hombre.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso, Dios invisible, que con la venida de tu Hijo has disipado las tinieblas del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con nuestros cantos y alabanzas la gloria del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
jueves, 28 de diciembre de 2017
La Fiesta de los Santos Inocentes no es más que el poder endiosado es un poder homicida.
1 Juan 1,5-2,2
Queridos hermanos: Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra.
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Palabra de Dios
Salmo 123 " Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador."
Mateo 2,13-18
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto." Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: "Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven".
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy nuestra iglesia católica celebra la fiesta de los Santos Inocentes. Esta fiesta no es más que el poder endiosado es un poder homicida. Aunque para algunos esta fiesta es para hacer bromas y tomarle el pelo a unos cuantos, nosotros como cristianos vemos un mensaje muy serio que ocurrió y sigue ocurriendo en nuestros días. El homicidio no solo de los bebes que estan por nacer sino también la llamada “ Muerte digna” como es la eutanasia y si seguimos escarbando en la mentira que nos quieren vender como es la legalización de la marihuana, la adopción de bebés en parejas del mismo sexo, entre otros.
El mal es mal y aunque trate de camuflarse como de bien nunca va ser bueno. Por eso debemos de discernir muy bien lo que nos propone el mundo y cual es el querer de Dios.
Hoy vemos que hasta la Santa Familia de Nazareth sufrió el destierro, la persecución y la maldad de algunos, es por eso que miremos con detenimiento la actitud de José, obedecio a Dios porque Dios a través de un sueño le mostró que deberia de hacer. Es por eso que hay que estar en sintonía con Dios y esto es por medio de la oración y estar a solas al frente del sagrario.
Pero como fue que Herodes llega hacer esto? Debemos recordar que el vivia de mentiras en mentiras, el no era el rey pero organizo todas sus mentiras para poder llegar a serlo. La codicia del poder fue tal que tomo la decisión de asesinar a los niños porque asi el podria seguir en el poder y vivir en su mentira.
Y es que el mal poco a poco va creciendo, ejemplo uno de los tantos narcotraficantes de nuestro pais Colombia Pablo Escobar como empezó, poco a poco haciendo sus vueltas y la codicia de tener mas ya mas termino haciendo lo que hizo. El problema es que cuando dejas que la codicia y la mentira vaya creciendo poco a poco en ti y si no tienes la intención de sacarla de tu corazón, esa maldad va creciendo como una bola de nieve dentro de ti y llega a la crueldad y la perversión. Asi como le sucedió a Herodes y a muchos de nosotros que vamos dejando que el nuestro corazón crezca la maleza de la mentira, el egoísmo, la codicia, el desamor, la falta de caridad y de no practicar el perdón.
Pero aunque Herodes hizo todo ese macabro plan, vemos que sus planes fracasan. Herodes realmente muestra quien es y deja al descubierto sobre cuales son sus bases con que gobierna y a quien sirve su fuerza. Sobre las ruinas de ese fracaso el plan de Dios sigue su marcha. Nunca fue más cierto que "Dios escribe derecho en renglones torcidos".
Señor muchos hoy se preguntaran …. ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Frente a estas y mas preguntas no hay respuesta humana. Como dice la Papa Francisco “ Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: "Dios está en ellos"”.
Tu niño Jesús, Tú que sufriste en carne propia el desplazamiento por la violencia, ser inmigrante y extranjero, dame la gracia de entender que tu tambien sufres en ellos y estas unido a ellos como un solo cuerpo. Ayudame a unirme a mis hermanos y hermanas que sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la vía dolorosa que lleva al calvario como lo sufriste Tu, porque entre mas crucificado, mas amado por ti. Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea : Esforzarnos por ser coherentes con el mensaje de Jesus
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Laudes del dia de hoy
AÚN NO HABLAN Y YA CONFIESAN A CRISTO
El gran Rey nace como un niño pequeño. Vienen los magos desde tierras lejanas; vienen para adorar al que está todavía acostado en un pesebre, pero que reina ya en el cielo y en la tierra. Cuando los magos hacen saber a Herodes que ha nacido el Rey, Herodes se altera y, para no perder su reino, quiere matar al recién nacido; y, sin embargo, si hubiese creído en él hubiera podido reinar tranquilo aquí en la tierra y para siempre en la otra vida. ¿Por qué temes, Herodes, al oír que ha nacido el Rey? Él no ha venido para destronarte, sino para vencer al diablo. Pero esto tú no lo entiendes y por esto te alteras y te llenas de furor; y, para perder al único niño que buscas, te conviertes en el cruel asesino de muchos.
No te detienen ni las lágrimas de las madres ni el dolor de los padres que lloran la muerte de sus hijos ni los gritos y quejidos de los niños. Matas los cuerpos de los niños, porque a ti el temor te mata el corazón; y piensas que, si logras tu objetivo, podrás vivir por largo tiempo, cuando en realidad pretendes matar al que es la Vida en persona.
Aquel que es la fuente de la gracia, que es pequeño y grande a la vez, que está acostado en un pesebre, te hace temer por tu trono; por medio de ti, y sin que tú lo sepas, realiza sus designios y libra a las almas de la cautividad del demonio. A los que habían nacido en pecado los recibe en el número de sus hijos adoptivos.
Aquellos niños, sin saberlo, mueren por Cristo, y sus padres lloran la muerte de aquellos mártires; Cristo, cuando eran todavía incapaces de hablar, los convierte en idóneos testigos suyos. Así es el reinado de aquel que ha venido para ser rey. Así libera aquel que ha venido a ser libertador, así salva aquel que ha venido a ser salvador. Pero tú, Herodes, ignorando todo esto, te alteras y te llenas de furor; y, al llenarte de furor contra aquel niño, le prestas ya tu homenaje sin saberlo.
¡Cuán grande y gratuito es el don! ¿Qué merecimientos tenían aquellos niños para obtener la victoria? Aún no hablan y ya confiesan a Cristo. Sus cuerpos no tienen aún la fuerza suficiente para la lucha y han conseguido ya la palma de la victoria.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios, cuya gloria pregonaron en este día los Inocentes mártires, no con palabras, sino dando su vida por ti, haz que nuestra conducta testifique con hechos la fe que proclamamos con los labios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
El gran Rey nace como un niño pequeño. Vienen los magos desde tierras lejanas; vienen para adorar al que está todavía acostado en un pesebre, pero que reina ya en el cielo y en la tierra. Cuando los magos hacen saber a Herodes que ha nacido el Rey, Herodes se altera y, para no perder su reino, quiere matar al recién nacido; y, sin embargo, si hubiese creído en él hubiera podido reinar tranquilo aquí en la tierra y para siempre en la otra vida. ¿Por qué temes, Herodes, al oír que ha nacido el Rey? Él no ha venido para destronarte, sino para vencer al diablo. Pero esto tú no lo entiendes y por esto te alteras y te llenas de furor; y, para perder al único niño que buscas, te conviertes en el cruel asesino de muchos.
No te detienen ni las lágrimas de las madres ni el dolor de los padres que lloran la muerte de sus hijos ni los gritos y quejidos de los niños. Matas los cuerpos de los niños, porque a ti el temor te mata el corazón; y piensas que, si logras tu objetivo, podrás vivir por largo tiempo, cuando en realidad pretendes matar al que es la Vida en persona.
Aquel que es la fuente de la gracia, que es pequeño y grande a la vez, que está acostado en un pesebre, te hace temer por tu trono; por medio de ti, y sin que tú lo sepas, realiza sus designios y libra a las almas de la cautividad del demonio. A los que habían nacido en pecado los recibe en el número de sus hijos adoptivos.
Aquellos niños, sin saberlo, mueren por Cristo, y sus padres lloran la muerte de aquellos mártires; Cristo, cuando eran todavía incapaces de hablar, los convierte en idóneos testigos suyos. Así es el reinado de aquel que ha venido para ser rey. Así libera aquel que ha venido a ser libertador, así salva aquel que ha venido a ser salvador. Pero tú, Herodes, ignorando todo esto, te alteras y te llenas de furor; y, al llenarte de furor contra aquel niño, le prestas ya tu homenaje sin saberlo.
¡Cuán grande y gratuito es el don! ¿Qué merecimientos tenían aquellos niños para obtener la victoria? Aún no hablan y ya confiesan a Cristo. Sus cuerpos no tienen aún la fuerza suficiente para la lucha y han conseguido ya la palma de la victoria.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios, cuya gloria pregonaron en este día los Inocentes mártires, no con palabras, sino dando su vida por ti, haz que nuestra conducta testifique con hechos la fe que proclamamos con los labios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
miércoles, 27 de diciembre de 2017
Pidamosle al Buen Dios que nos ayude a tener una mirada hacia lo alto, una mirada hacia lo profundo.
1 Juan 1,1-4
Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
Palabra de Dios
Hoy la primera lectura es bellisima, el mismo Juan nos comparte su experiencia de fe y esa experiencia de Fe lo hace ser un testigo de Jesus. recordemos lo que dice la lectura “ lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. “. Las promesas de Dios que se manifestaron con los profetas en el Antiguo Testamento se cumplen con la venida de Jesús en la tierra. Por eso dice la lectura “la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible).
Solo el que es un verdadero testigo de Cristo es capaz de hablar con esa pasión, con ese amor, con esa intensidad y profundidad. La Fe es un regalo de Dios claro está y es por eso que si no tienes suficiente Fe debes pedirle a Dios para que te la de.
Al ser servidora en mi parroquia en diferentes areas, siento una tristeza profunda en el corazón al ver algunas personas como reciben a Cristo Eucaristía a través de la sagrada comunión. Algunos piensan que haciendo la fila para recibir el cuerpo y la sangre del Señor es motivo para conversar y saludar a otros, otros piensan que es un pan cualquiera entonces después de recibir la hostia ni siquiera toman tiempo en sentirlo tan cerca de ti, en orarle, en hablarle desde el corazón. Otros por ejemplo piensan que por enfocarse y esforzarse en que todo salga bien en los cantos de la iglesia no ponen atención en si de la misa. Cuantos en estas fiestas de Navidad dejaron pasar el momento más importante de su vida como ese estar a solas con el amado frente al sagrario. Pensamos que lo vemos en la eucaristía, pensamos que lo vemos en el sagrario, pensamos que lo vemos en el marginado, en el pobre y en el enfermo, pero nuestros ojos aun tienen una Mirada muy superficial, no hacia lo alto, porque si nuestra Mirada fuera hacia lo alto y hacia lo profundo, diríamos como el Salmista “ Alegraos, justos, con el Señor “, porque nuestra alegría está completa.
Salmo 96 " Alegraos, justos, con el Señor."
Juan 20,2-8
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy el evangelio nos trae una escena bastante especial. Maria Magdalena echa a correr y va donde esta Pedro y el otro discípulo para decirles que se han llevado del sepulcro al Señor y que no saben donde lo han puesto. Pedro y el otro discípulo corren hacia el sepulcro. El otro discípulo quien es? por las características que nos da la Biblia fácilmente se refiere a Juan porque dice “ fue al otro discípulo a quien tanto quería Jesús “. La lectura dice que el otro discípulo, osea Juan corria mas que Pedro pero cuando llegaron al lugar el otro discípulo, Juan, no entró primero pero vio las vendas en el suelo, Pedro entra primero. Termina la lectura diciendo que luego entró al sepulcro el discípulo amado por Jesús, vio y creyó.
Realmente qué fue lo que sucedió? porque aclara la lectura que el otro discípulo, el discípulo amado entró al sepulcro , vio y creyó? Porque el otro discípulo no entro primero sabiendo que el fue el que llegó primero? que quiere decir esto?
Miremos al actitud de Maria Magdalena, ella por estar aterrorizada de ver lo que tenia frente a sus ojos lo primero que hizo fue buscar y decirle a los demás. Su angustia fue tan inmensa que se echó a correr. La actitud de Pedro es de asombro, pero esta un poco sorprendido pero no tiene las respuestas a este gran misterio, de una manera camina mas lento. Por otra parte Juan tiene una actitud muy especial. Juan se da cuenta de la noticia y corre, avanza más rápido que Pedro pero al llegar al sepulcro ve todo pero no entra porque quiere tomarse un poco mas de tiempo para encontrarse no solo consigo mismo sino con aquel quien fue muy importante para el, Jesus; Solo asi podra comprender este gran misterio que tiene frente a sus ojos.
La Biblia le da una característica muy especial a Juan, El es el discípulo amado, quien pone su cabeza sobre el costado de Jesús en la última cena, Juan es el unico discipulo que esta con Maria en el calvario cuando crucificaron al Señor. Jesús lo llama así “ el discipulo amado” porque ser discípulos amados es ponernos en camino hacia la comunión plena con Dios, esto implica estar en sintonía con Dios a través de la oración, dejarnos transformar por Dios a través de su Palabra y permitir ser restaurados por Él a través del Pan de vida bajado del cielo.
Es por eso que de estos tres personajes, Maria Magdalena, Pedro y el otro discípulo, el discípulo amado por Jesús, este último aunque tiene la mirada de lo que está viendo como es el dolor, la soledad, la incertidumbre, se deja más bien llevar por el corazón unido a Cristo, es por eso que a él le sucede lo que a los demás no alcanzaron a ver, el vio y creyó, osea que Jesús el Hijo de Dios había estado en medio de ellos para salvarnos y que había resucitado!
Cuando tenemos nuestra mirada, nuestro corazón, todo nuestro ser junto a la fuente de la vida como es Cristo, nos dejamos iluminar por el amor de Dios y El mismo no permitirá que nos equivoquemos en el Misterio Divino, El mismo Dios nos llevara donde esta la sana doctrina.
Señor hoy me traes tres diferentes personajes, Maria Magdalena, Pedro y es discípulo amado. No permitas que tenga una actitud como la de Maria Magdalena que frente a las dificultades salga corriendo sin dar tiempo a contemplarte y verte en las situaciones en que estas presente y que tienes algo nuevo para enseñarme, que no sea como Pedro que vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza y su actitud fue de incertidumbre. Mas bien quiero ser el otro discípulo, el discípulo amado porque es quien se pone en camino hacia la comunión plena de Dios, esto significa estar en sintonía con Dios, dejarme transformar por Él y permitir ser restaurada por El. Soy testigo de lo que haz hecho en mi y en mi familia, dame la gracia de ser un verdadero testigo tuyo quien es capaz de hablar con esa pasión, con ese amor, con esa intensidad y profundidad como lo hizo el evangelista San Juan.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!!
Tarea: Ser agradecidos
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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lunes, 25 de diciembre de 2017
Laudes del dia de hoy
RECONOCE, OH CRISTIANO, TU DIGNIDAD
Nuestro Salvador, amadísimos hermanos, ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.
Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida.
Al llegar el momento dispuesto de antemano por los impenetrables designios divinos, el Hijo de Dios quiso asumir la naturaleza humana para reconciliarla con su Creador; así el diablo, autor de la muerte, sería vencido mediante aquella misma naturaleza sobre la cual él mismo había reportado su victoria.
Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Ellos ven, en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?
Demos, por tanto, amadísimos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo, pues, por la inmensa misericordia con que nos amó, ha tenido piedad de nosotros y, cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo, para que fuésemos en él una nueva creatura, una nueva obra de sus manos. Despojémonos, por tanto, del hombre viejo y de sus acciones y, habiendo sido admitidos a participar del nacimiento de Cristo, renunciemos a las obras de la carne. Reconoce, oh cristiano, tu dignidad y, ya que ahora participas de la misma naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua vileza con una vida depravada. Recuerda de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. Ten presente que has sido arrancado del dominio de las tinieblas y transportado al reino y a la claridad de Dios.
Por el sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no ahuyentes, pues, con acciones pecaminosas un huésped tan excelso, ni te entregues otra vez como esclavo del demonio, pues el precio con que has sido comprado es la sangre de Cristo.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza y de un modo todavía más admirable elevaste su condición por medio de Jesucristo, concédenos compartir la divinidad de aquel que se ha dignado compartir nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Nuestro Salvador, amadísimos hermanos, ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.
Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida.
Al llegar el momento dispuesto de antemano por los impenetrables designios divinos, el Hijo de Dios quiso asumir la naturaleza humana para reconciliarla con su Creador; así el diablo, autor de la muerte, sería vencido mediante aquella misma naturaleza sobre la cual él mismo había reportado su victoria.
Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Ellos ven, en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?
Demos, por tanto, amadísimos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo, pues, por la inmensa misericordia con que nos amó, ha tenido piedad de nosotros y, cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo, para que fuésemos en él una nueva creatura, una nueva obra de sus manos. Despojémonos, por tanto, del hombre viejo y de sus acciones y, habiendo sido admitidos a participar del nacimiento de Cristo, renunciemos a las obras de la carne. Reconoce, oh cristiano, tu dignidad y, ya que ahora participas de la misma naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua vileza con una vida depravada. Recuerda de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. Ten presente que has sido arrancado del dominio de las tinieblas y transportado al reino y a la claridad de Dios.
Por el sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no ahuyentes, pues, con acciones pecaminosas un huésped tan excelso, ni te entregues otra vez como esclavo del demonio, pues el precio con que has sido comprado es la sangre de Cristo.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza y de un modo todavía más admirable elevaste su condición por medio de Jesucristo, concédenos compartir la divinidad de aquel que se ha dignado compartir nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
domingo, 24 de diciembre de 2017
sábado, 23 de diciembre de 2017
Laudes del día de hoy
MANIFESTACIÓN DEL MISTERIO ESCONDIDO
Hay un único Dios, hermanos, que sólo puede ser conocido a través de las Escrituras santas. Por ello debemos esforzarnos por penetrar en todas las cosas que nos anuncian las divinas Escrituras y procurar profundizar en lo que nos enseñan. Debemos conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos glorificar al Hijo como el Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu Santo como el Padre desea dárnoslo. En todo debemos proceder no según nuestro arbitrio ni según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a conocer en las santas Escrituras.
Cuando sólo existía Dios y nada había aún que coexistiera con él, el Señor quiso crear el mundo. Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y por su palabra; y el mundo llegó a la existencia tal como él lo quiso y cuando él lo quiso. Nos basta, por tanto, saber que, al principio, nada coexistía con Dios, nada había fuera de él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple. Porque con él estaba su sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto estaba en él, y él era todas estas cosas. Y, cuando quiso y como quiso, y en el tiempo por él mismo predeterminado, manifestó al mundo su Palabra, por quien fueron hechas todas las cosas.
Y como Dios contenía en sí mismo a la Palabra, aunque ella fuera invisible para el mundo creado, cuando Dios hizo oír su voz, la Palabra se hizo entonces visible; así, de la luz que es el Padre salió la luz que es el Hijo, y la imagen del Señor fue como reproducida en el ser de la creatura; de esta manera el que al principio era sólo visible para el Padre empezó a ser visible también para el mundo, para que éste, al contemplarlo, pudiera alcanzar la salvación.
El sentido de todo esto es que, al entrar en el mundo, la Palabra quiso aparecer como Hijo de Dios; pues, en efecto, todas las cosas fueron hechas por el Hijo, pero él es engendrado únicamente por el Padre.
Dios dio la ley y los profetas, impulsando a éstos a hablar bajo la moción del Espíritu Santo, para que, habiendo recibido la inspiración del poder del Padre, anunciaran su consejo y su voluntad.
La Palabra, pues, se hizo visible, como dice san Juan. Y repitió en síntesis todo lo que dijeron los profetas, demostrando así que es realmente la Palabra por quien fueron hechas todas las cosas. Dice: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; por ella empezaron a existir todas las cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Y más adelante: El mundo empezó por ella a existir, pero el mundo no la reconoció. Vino a los suyos y los suyos no la recibieron.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Hay un único Dios, hermanos, que sólo puede ser conocido a través de las Escrituras santas. Por ello debemos esforzarnos por penetrar en todas las cosas que nos anuncian las divinas Escrituras y procurar profundizar en lo que nos enseñan. Debemos conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos glorificar al Hijo como el Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu Santo como el Padre desea dárnoslo. En todo debemos proceder no según nuestro arbitrio ni según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a conocer en las santas Escrituras.
Cuando sólo existía Dios y nada había aún que coexistiera con él, el Señor quiso crear el mundo. Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y por su palabra; y el mundo llegó a la existencia tal como él lo quiso y cuando él lo quiso. Nos basta, por tanto, saber que, al principio, nada coexistía con Dios, nada había fuera de él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple. Porque con él estaba su sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto estaba en él, y él era todas estas cosas. Y, cuando quiso y como quiso, y en el tiempo por él mismo predeterminado, manifestó al mundo su Palabra, por quien fueron hechas todas las cosas.
Y como Dios contenía en sí mismo a la Palabra, aunque ella fuera invisible para el mundo creado, cuando Dios hizo oír su voz, la Palabra se hizo entonces visible; así, de la luz que es el Padre salió la luz que es el Hijo, y la imagen del Señor fue como reproducida en el ser de la creatura; de esta manera el que al principio era sólo visible para el Padre empezó a ser visible también para el mundo, para que éste, al contemplarlo, pudiera alcanzar la salvación.
El sentido de todo esto es que, al entrar en el mundo, la Palabra quiso aparecer como Hijo de Dios; pues, en efecto, todas las cosas fueron hechas por el Hijo, pero él es engendrado únicamente por el Padre.
Dios dio la ley y los profetas, impulsando a éstos a hablar bajo la moción del Espíritu Santo, para que, habiendo recibido la inspiración del poder del Padre, anunciaran su consejo y su voluntad.
La Palabra, pues, se hizo visible, como dice san Juan. Y repitió en síntesis todo lo que dijeron los profetas, demostrando así que es realmente la Palabra por quien fueron hechas todas las cosas. Dice: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; por ella empezaron a existir todas las cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Y más adelante: El mundo empezó por ella a existir, pero el mundo no la reconoció. Vino a los suyos y los suyos no la recibieron.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
viernes, 22 de diciembre de 2017
Frente a nuestras preguntas de dolor siempre tendremos una respuesta de Dios, pero no en nuestro tiempo, y quizás tampoco llega como pensemos...
1 Samuel 1,24-28
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: "Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo." Después se postraron ante el Señor.
Palabra de Dios
1 Samuel 2, 1-8 "Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador"
Lucas 1,46-56
En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra de Dios
Hoy en la primera lectura vemos como Ana consagra a su hijo tan anhelado a Dios.
Pero muchos quizás se preguntaran porque Ana hace esto de entregar a su hijo a Dios? Sera que ella le está negando la libertad de decisión a su hijo?
Hoy la primera lectura nos trae como enseñanza que aun no hemos podido entender que significa la libertad. Normalmente las personas entienden que es hacer lo que se nos venga en gana y darle la libertad a los demás es no decirles nada.
Retomando nuevamente la lectura recordemos que Ana le había pedido a Dios un hijo ya que ella era esteril. Ella no quiere ser dueña de una vida sino ser testigo de una victoria. Dios es victorioso porque le ha concedido un hijo a pesar de que ella era esteril. Dios ha sido grande porque ha vencido hasta lo que era imposible. Ana y María nos enseñan que debemos estar seguros y confiados que tenemos un Dios que esta vivo!!!
Ana entiende que su hijo no es un objeto de posesión sino una señal de bendición. Que aprendemos de esta primera parte? Todo lo que le pidamos a Dios no podemos excluir al mismo Dios de su pleno señorío sobre todo y sobre todos. Ejemplo los bienes materiales como la casa, el carro, el trabajo, los bienes espirituales y las relaciones afectivas, Dios nos las da como bendición y de la misma manera esa bendición debe ser bendición para otros.
Que significa que Ana consagra a su hijo a Dios?. Nosotros como Padres de familia debemos de proponerle a nuestros hijos por ejemplo ir a la misa, orar con ellos, hacer obras de caridad, ser voluntarios y participar en la comunidad a la que pertenecemos. Hay que mostrarle a ellos que nuestra vida debe ser trascendental, que no solo es vivir para sí mismo de una manera egoísta sino que hay más alegría en dar que recibir y que si hacemos una buena obra es por consecuencia de la relación amorosa con Cristo, no porque seamos “ buenos”.
Que significa que Ana consagra a su hijo a Dios?. Nosotros como Padres de familia debemos de proponerle a nuestros hijos por ejemplo ir a la misa, orar con ellos, hacer obras de caridad, ser voluntarios y participar en la comunidad a la que pertenecemos. Hay que mostrarle a ellos que nuestra vida debe ser trascendental, que no solo es vivir para sí mismo de una manera egoísta sino que hay más alegría en dar que recibir y que si hacemos una buena obra es por consecuencia de la relación amorosa con Cristo, no porque seamos “ buenos”.
Ahora pregúntate!!!, será que por falsos respetos humanos preferimos callarnos y no opinar frente a la educación de nuestros hijos? Cual es el ejemplo que le estamos dando a ellos? Ellos que ven en nosotros? A que están "consagrados" nuestros niños y jóvenes? ¿Hacia dónde se dirigen, casi inevitablemente, sus pasos cuando llegan a la adolescencia o a la educación superior? Será que realmente nos preocupamos por ellos? sera que les estamos dando a conocer a ellos que tenemos un Dios vivo o caimos en las adoraciones de los ídolos de este mundo?
Recuerda que nuestros hijos son una bendicion de Dios y ellos le pertenecen a Él. No olvides que un dia Dios mismo te pedirá cuentas de que hiciste con la bendición que el mismo te dio.
En el evangelio escuchamos el Magnificat y la alabanza de jubilo de María comienza “ Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador …”, Maria proclama con un entusiasmo que Dios es grande y MISERICORDIOSO. Pongo en mayusculas MISERICORDIOSO porque algunos creen que Dios está lejano porque está en las alturas, que es lejano porque como es Santo no puede estar en medio de lo impuro como nosotros, que Dios es espectador porque conociendo todo lo que maquina el maligno pareciera que El no hace nada.
Hoy el Señor nos invita a estar firmes en la Fe como María sabiendo que toda pregunta de dolor de parte de nosotros siempre va haber una respuesta de parte de Dios , pero no en nuestro tiempo, y quizás tampoco llega como pensemos. Dios que es justo llega con su señorío y su reinado que todos los imperios de nuestras mentiras y pretensiones caen. El cántico de María es representado por aquellos que se tienen por ricos, soberbios y poderosos. Sólo la grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece el Dios vivo y justo reinando en nosotros.
Señor hoy levanto mi canto de alabanza como María, porque reconozco que quien soy yo para que vengas a nacer en el corazón de mi ser. Mi corazon esta alegre esperando tu llegada, esta espera es de paz, de alegría, de fortaleza, de fe, de amor y de esperanza. Quiero acoger a mi salvador porque sólo la grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece El, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea: No dejarse doblegar por las frustraciones, seguir insistiendo.
--
Recuerda que nuestros hijos son una bendicion de Dios y ellos le pertenecen a Él. No olvides que un dia Dios mismo te pedirá cuentas de que hiciste con la bendición que el mismo te dio.
En el evangelio escuchamos el Magnificat y la alabanza de jubilo de María comienza “ Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador …”, Maria proclama con un entusiasmo que Dios es grande y MISERICORDIOSO. Pongo en mayusculas MISERICORDIOSO porque algunos creen que Dios está lejano porque está en las alturas, que es lejano porque como es Santo no puede estar en medio de lo impuro como nosotros, que Dios es espectador porque conociendo todo lo que maquina el maligno pareciera que El no hace nada.
Hoy el Señor nos invita a estar firmes en la Fe como María sabiendo que toda pregunta de dolor de parte de nosotros siempre va haber una respuesta de parte de Dios , pero no en nuestro tiempo, y quizás tampoco llega como pensemos. Dios que es justo llega con su señorío y su reinado que todos los imperios de nuestras mentiras y pretensiones caen. El cántico de María es representado por aquellos que se tienen por ricos, soberbios y poderosos. Sólo la grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece el Dios vivo y justo reinando en nosotros.
Señor hoy levanto mi canto de alabanza como María, porque reconozco que quien soy yo para que vengas a nacer en el corazón de mi ser. Mi corazon esta alegre esperando tu llegada, esta espera es de paz, de alegría, de fortaleza, de fe, de amor y de esperanza. Quiero acoger a mi salvador porque sólo la grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece El, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea: No dejarse doblegar por las frustraciones, seguir insistiendo.
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Laudes del día de hoy
MAGNIFICAT
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.»
«El Señor -dice- me ha engrandecido con un don tan magnífico e inaudito que no se puede explicar con palabras humanas, y el mismo corazón con todo su amor apenas puede llegar a comprenderlo. Por lo tanto, me entrego con todas mis fuerzas a la alabanza y a la acción de gracias, contemplando la grandeza de aquel que es eterno, y gustosamente le consagro mi vida, sentimientos y pensamientos, porque mi espíritu se alegra en la divinidad eterna de Jesús, es decir, del Salvador, que se ha revestido de mi carne y reposa en mi seno.»
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Estas palabras se relacionan con el comienzo del cántico, donde se dice: Proclama mi alma la grandeza del Señor. Sin duda que sólo aquel en quien el Poderoso hace obras grandes sabrá proclamar dignamente la grandeza del Señor y podrá exhortar a los que, como él, se sienten enriquecidos por Dios, diciendo: Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Pues el que no proclama la grandeza del Señor, sabiendo que es infinita, y no bendice su nombre será el último en el reino de los cielos. Se dice que su nombre es santo porque, por su inmenso poder, trasciende toda creatura y está infinitamente por encima de todas las cosas creadas.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia. Con toda propiedad el cántico llama siervo o niño del Señor a Israel, pues, para salvarlo, Dios lo acogió como se acoge a un niño obediente y humilde, según aquello que dice Oseas: Cuando Israel era un niño yo lo amé.
Porque quien no quiere humillarse no puede tampoco ser salvado ni decir con el profeta: Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida, pues, el que se haga pequeño tal como este niño será el más grande en el reino de los cielos.
Como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Al hablar aquí de la descendencia de Abraham no se refiere a la descendencia según la carne, sino según el espíritu, es decir, no sólo habla de aquellos que han sido engendrados según la carne, sino también de todos aquellos que han seguido los pasos de Abraham por medio de la circuncisión de la fe. Porque Abraham creyó cuando estaba en la circuncisión y, ya entonces, su fe le fue tenida en cuenta para la justificación.
Por lo tanto la venida del Salvador fue prometida a Abraham y a su descendencia por siempre, es decir, a los hijos de la promesa, de quienes se dice: Si sois de Cristo sois por lo mismo descendencia de Abraham, herederos según la promesa.
Con razón la madre del Señor y la madre de Juan se adelantaron con sus respectivas profecías al nacimiento de sus hijos; con ello, de la misma forma que el pecado comenzó por la mujer, también por la mujer se inicia la salvación, y la vida, que fue perdida por el engaño que sedujo a una sola mujer, es ahora devuelta al mundo por la profecía de dos mujeres que compiten en su empeño por anunciar la salvación.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que, compadecido del hombre caído y sentenciado a muerte, quisiste redimirlo con la venida de tu Hijo, concede a los que en esta Navidad han de postrarse ante él con humildad, para adorarlo hecho niño en Belén, que merezcan gozar eternamente de la compañía de su redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.»
«El Señor -dice- me ha engrandecido con un don tan magnífico e inaudito que no se puede explicar con palabras humanas, y el mismo corazón con todo su amor apenas puede llegar a comprenderlo. Por lo tanto, me entrego con todas mis fuerzas a la alabanza y a la acción de gracias, contemplando la grandeza de aquel que es eterno, y gustosamente le consagro mi vida, sentimientos y pensamientos, porque mi espíritu se alegra en la divinidad eterna de Jesús, es decir, del Salvador, que se ha revestido de mi carne y reposa en mi seno.»
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Estas palabras se relacionan con el comienzo del cántico, donde se dice: Proclama mi alma la grandeza del Señor. Sin duda que sólo aquel en quien el Poderoso hace obras grandes sabrá proclamar dignamente la grandeza del Señor y podrá exhortar a los que, como él, se sienten enriquecidos por Dios, diciendo: Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Pues el que no proclama la grandeza del Señor, sabiendo que es infinita, y no bendice su nombre será el último en el reino de los cielos. Se dice que su nombre es santo porque, por su inmenso poder, trasciende toda creatura y está infinitamente por encima de todas las cosas creadas.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia. Con toda propiedad el cántico llama siervo o niño del Señor a Israel, pues, para salvarlo, Dios lo acogió como se acoge a un niño obediente y humilde, según aquello que dice Oseas: Cuando Israel era un niño yo lo amé.
Porque quien no quiere humillarse no puede tampoco ser salvado ni decir con el profeta: Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida, pues, el que se haga pequeño tal como este niño será el más grande en el reino de los cielos.
Como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Al hablar aquí de la descendencia de Abraham no se refiere a la descendencia según la carne, sino según el espíritu, es decir, no sólo habla de aquellos que han sido engendrados según la carne, sino también de todos aquellos que han seguido los pasos de Abraham por medio de la circuncisión de la fe. Porque Abraham creyó cuando estaba en la circuncisión y, ya entonces, su fe le fue tenida en cuenta para la justificación.
Por lo tanto la venida del Salvador fue prometida a Abraham y a su descendencia por siempre, es decir, a los hijos de la promesa, de quienes se dice: Si sois de Cristo sois por lo mismo descendencia de Abraham, herederos según la promesa.
Con razón la madre del Señor y la madre de Juan se adelantaron con sus respectivas profecías al nacimiento de sus hijos; con ello, de la misma forma que el pecado comenzó por la mujer, también por la mujer se inicia la salvación, y la vida, que fue perdida por el engaño que sedujo a una sola mujer, es ahora devuelta al mundo por la profecía de dos mujeres que compiten en su empeño por anunciar la salvación.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que, compadecido del hombre caído y sentenciado a muerte, quisiste redimirlo con la venida de tu Hijo, concede a los que en esta Navidad han de postrarse ante él con humildad, para adorarlo hecho niño en Belén, que merezcan gozar eternamente de la compañía de su redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
jueves, 21 de diciembre de 2017
Laudes del día de hoy
VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Cuando el ángel reveló a María los misterios recónditos de Dios, para fortificar la fe con un ejemplo, habló a la Virgen de la maternidad de una mujer ya anciana y estéril; con ello le quiso demostrar que para Dios no hay nada imposible.
Al oír María este anuncio, llena de gozo y sin demora, partió hacia las montañas, no porque dudara de las palabras del ángel ni porque estuviera incierta de la veracidad del hecho ni porque vacilara ante la realidad del ejemplo, sino porque se sentía impulsada por el deseo de cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus servicios y presurosa por la intensidad de su alegría.
Llena ya totalmente de Dios, ¿a dónde podía dirigirse María con prisa sino hacia las alturas? En efecto, la gracia del Espíritu Santo ignora la lentitud. Los beneficios de María y los dones de la presencia del Señor se manifestaron en seguida, pues, así que Isabel oyó el saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella quedó llena del Espíritu Santo.
Considera la precisión y exactitud de cada una de las palabras: Isabel fue la primera en oír la voz, pero Juan fue el primero en experimentar la gracia, porque Isabel escuchó según las facultades de la naturaleza, pero Juan, en cambio, se alegró a causa del misterio. Isabel sintió la proximidad de María, Juan la del Señor; la mujer oyó la salutación de la mujer, el hijo sintió la presencia del Hijo; ellas proclaman la gracia, ellos, viviéndola interiormente, logran que sus madres se aprovechen de este don hasta tal punto que, con un doble milagro, ambas empiezan a profetizar por inspiración de sus propios hijos.
El niño saltó de gozo y la madre fue llena del Espíritu Santo, pero no fue enriquecida la madre antes que el hijo, sino que, después que fue repleto el hijo, quedó también colmada la madre. Juan salta de gozo y María se alegra en su espíritu. En el momento que Juan salta de gozo, Isabel se llena del Espíritu, pero, sí observas bien, de María no se dice que fuera llena del Espíritu, sino que se afirma únicamente que se alegró en su espíritu (pues en ella actuaba ya el Espíritu de una manera incomprensible); en efecto: Isabel fue llena del Espíritu después de concebir; María, en cambio, lo fue ya antes de concebir, porque de ella se dice: Dichosa tú que has creído.
Pero también vosotros sois dichosos porque habéis oído y creído, pues todo el que cree, como María, concibe y da a luz al Verbo de Dios y proclama sus obras.
Que resida, pues, en todos el alma de María, y que esta alma proclame la grandeza del Señor; que resida en todos el espíritu de María, y que este espíritu se alegre en Dios; porque, si bien según la carne hay sólo una madre de Cristo, según la fe Cristo es fruto de todos nosotros, pues todo aquel que se conserva puro y vive alejado de los vicios, guardando íntegra la castidad, puede concebir en sí la Palabra de Dios.
El que alcanza, pues, esta perfección proclama, como María, la grandeza del Señor y siente que su espíritu, también como el de María, se alegra en Dios, su salvador; así se afirma también en otro lugar: Proclamad conmigo la grandeza del Señor.
El Señor es engrandecido ciertamente, pero no en el sentido de que reciba por medio de nuestras palabras algo que a él le faltaba, sino porque con estas palabras él queda engrandecido en nosotros. En efecto, porque Cristo es la imagen de Dios, cuando alguien actúa con piedad y con justicia engrandece la imagen de Dios -pues todo hombre ha sido creado a su imagen y semejanza- y, al engrandecer esta imagen, también él queda engrandecido por una mayor participación de la grandeza divina.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, acoge benignamente las plegarias de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal; concédele que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, pueda también alegrarse al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
miércoles, 20 de diciembre de 2017
Laudes del día de hoy
EL MUNDO ENTERO ESPERA LA RESPUESTA DE MARÍA
Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia.
En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve respuesta, seremos renovados y llamados nuevamente a la vida.
Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la región de la sombra de muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies.
Y no sin razón, ya que de tu respuesta depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación de todos los hijos de Adán, de toda tu raza.
Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna.
¿Por qué tardas?, ¿por qué dudas? Cree, acepta y recibe. Que la humildad se revista de valor, la timidez de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal olvide ahora la prudencia. Virgen prudente, no temas en este caso la presunción, porque, si bien es amable el pudor en el silencio, ahora es más necesario que en tus palabras resplandezca la misericordia.
Abre, Virgen santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y llama. Si te demoras, pasará de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar al que ama tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por el amor, abre por el consentimiento. Aquí está -dice la Virgen- la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
RESPONSORIO Cf. Lc 1, 31. 42
R. Recibe la palabra, Virgen María, que el Señor te anuncia por medio del ángel: concebirás y darás a luz al Dios hecho hombre, * para que te llamen bendita entre las mujeres.
V. Darás a luz un hijo sin perder tu virginidad, concebirás en tu seno y serás madre siempre intacta.
R. Para que te llamen bendita entre las mujeres.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, cuyo Verbo inefable fue recibido por la Virgen Inmaculada cuando aceptó tu designio, manifestado por el anuncio del ángel, e, inundada por la luz del Espíritu Santo, fue convertida en mansión de la divinidad, concédenos que también nosotros, a imitación suya, aceptemos siempre sincera y humildemente tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
martes, 19 de diciembre de 2017
Muchas veces nos preocupamos por cambiar lo que nos rodea en vez de mirarnos hacia adentro.
Jueces 13,2-7.24-25a
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: "Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos."
La mujer fue a decirle a su marido: "Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."" La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Palabra de Dios
Salmo 70 " Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu Gloria."
Lucas 1,5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto."
Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy la primera lectura y la segunda lectura nos narra el anuncio del nacimiento de Sansón y de Juan Bautista. Ambos tienen algo en común desde su nacimiento, la esterilidad de sus padres, pero también una inmensa fortaleza. Sansón la fuerza física, El es un siervo de Dios y además quiere cambiar su entorno. Recordemos como dice la lectura “ Él empezará a salvar a Israel de los filisteos “. Juan Bautista es la fuerza en su Palabra, el no temer de denunciar lo que está en contra o lo que no le agrada a Dios pero quizas lo mas importante es aquella voz que llama a cada uno a revisar su propia vida. Mientras Sansón mira y hace mirar hacia fuera; Juan mira y hace mirar hacia adentro. Como Sansón actúa hacia fuera, desconoce su propio interior, y allí, en su mundo interior de afectos, es atrapado por un cariño que finalmente lleva al desastre su camino. En paralelo: como Juan denuncia la infidelidad interior, la del corazón, es encarcelado por un rey que vive encadenado a una pasión ilícita. Finalmente: aunque Sansón fue atrapado por ese afecto interior, al final de sus días ejerció a su modo su vocación y puso su fortaleza al servicio del plan divino. Paralelamente, aunque Juan fue encarcelado en su cuerpo, su profetismo obró en libertad y su martirio dejó una página imborrable de santidad y fidelidad que todavía hoy nos libera y hace inmenso bien.
Que grandes enseñanzas nos traen estos dos hombres, pero por un momento miremos en nuestro interior… Será que somos como Sansón que desconocemos nuestro interior y es por eso que a veces nuestros afectos egoístas nos atrapan y no dejamos obrar el plan divino en nuestra vida? O sera que somos como Juan Bautista que a pesar de ser rechazados, burlados, perseguidos y ser chocantes e incomodos para algunos seguimos evangelizando con nuestra propia vida y damos a conocer de quien viene la alegria, el amor, la paz y el gozo?
Por otra parte también vemos como estos dos hombres son grandes pero su grandeza no proviene no solo de sus obras sino de su misma existencia, porque la existencia de ambos es en sí misma una señal de la acción de Dios.
Retomando el comienzo de las lecturas vemos que ambos tenían una barrera y era la esterilidad de sus padres. Ambas parejas se asombran y no puede creer en tamaño del regalo que van a recibir. Pero si hay una diferencia, mientras los padres de Sansón aceptan el regalo sin reparo, sin dudas, el padre de Juan el Bautista, Zacarías, le abruma este regalo y quizás siente este regalo que llega como demasiado tarde, o no llega como el lo quisiera.
En este tiempo de adviento viene el mismo Jesús a ofrecernos su gracia. La gracia de sentirnos salvados, de sentirnos perdonados y de darnos una nueva vida. Tenemos que ser salvados de esa esterilidad como es la falta de esperanza, el egoísmo, los apegos, la falta de perdon. Tenemos que sentir la necesidad de pedir y recibir el perdón porque no somos los seres perfectos. Tenemos que tener la convicción de que El si nos puede dar una vida nueva. Que no nos vaya a suceder como a Zacarías, que tengamos dudas o que pensemos que Dios es injusto. No olvides que Dios bendice más al que es humilde dándole el conocimiento que va más allá de las cosas de esta tierra.
Señor qué grande es tu amor que te revelaste por medio de tu hijo Jesucristo y gracias a El nos enseñaste cual es el camino que nos lleva hacia ti, no permitas que por estar distraídos en el mundo nos olvidemos de ti. Gracias Señor por tu paciencia y misericordia que tienes por cada uno de nosotros y danos la gracia de reconocer que por nosotros mismos no podemos entrar en el Reino de los cielos, pero que esto se nos concede gracias a la Gracia o al Don que tú mismo nos ofreces, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea: No tenerle miedo al futuro, soñar en grande y esforzarnos por realizar los sueños
--
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: "Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos."
La mujer fue a decirle a su marido: "Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."" La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Palabra de Dios
Salmo 70 " Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu Gloria."
Lucas 1,5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto."
Zacarías replicó al ángel: "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada." El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento."
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: "Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy la primera lectura y la segunda lectura nos narra el anuncio del nacimiento de Sansón y de Juan Bautista. Ambos tienen algo en común desde su nacimiento, la esterilidad de sus padres, pero también una inmensa fortaleza. Sansón la fuerza física, El es un siervo de Dios y además quiere cambiar su entorno. Recordemos como dice la lectura “ Él empezará a salvar a Israel de los filisteos “. Juan Bautista es la fuerza en su Palabra, el no temer de denunciar lo que está en contra o lo que no le agrada a Dios pero quizas lo mas importante es aquella voz que llama a cada uno a revisar su propia vida. Mientras Sansón mira y hace mirar hacia fuera; Juan mira y hace mirar hacia adentro. Como Sansón actúa hacia fuera, desconoce su propio interior, y allí, en su mundo interior de afectos, es atrapado por un cariño que finalmente lleva al desastre su camino. En paralelo: como Juan denuncia la infidelidad interior, la del corazón, es encarcelado por un rey que vive encadenado a una pasión ilícita. Finalmente: aunque Sansón fue atrapado por ese afecto interior, al final de sus días ejerció a su modo su vocación y puso su fortaleza al servicio del plan divino. Paralelamente, aunque Juan fue encarcelado en su cuerpo, su profetismo obró en libertad y su martirio dejó una página imborrable de santidad y fidelidad que todavía hoy nos libera y hace inmenso bien.
Que grandes enseñanzas nos traen estos dos hombres, pero por un momento miremos en nuestro interior… Será que somos como Sansón que desconocemos nuestro interior y es por eso que a veces nuestros afectos egoístas nos atrapan y no dejamos obrar el plan divino en nuestra vida? O sera que somos como Juan Bautista que a pesar de ser rechazados, burlados, perseguidos y ser chocantes e incomodos para algunos seguimos evangelizando con nuestra propia vida y damos a conocer de quien viene la alegria, el amor, la paz y el gozo?
Por otra parte también vemos como estos dos hombres son grandes pero su grandeza no proviene no solo de sus obras sino de su misma existencia, porque la existencia de ambos es en sí misma una señal de la acción de Dios.
Retomando el comienzo de las lecturas vemos que ambos tenían una barrera y era la esterilidad de sus padres. Ambas parejas se asombran y no puede creer en tamaño del regalo que van a recibir. Pero si hay una diferencia, mientras los padres de Sansón aceptan el regalo sin reparo, sin dudas, el padre de Juan el Bautista, Zacarías, le abruma este regalo y quizás siente este regalo que llega como demasiado tarde, o no llega como el lo quisiera.
En este tiempo de adviento viene el mismo Jesús a ofrecernos su gracia. La gracia de sentirnos salvados, de sentirnos perdonados y de darnos una nueva vida. Tenemos que ser salvados de esa esterilidad como es la falta de esperanza, el egoísmo, los apegos, la falta de perdon. Tenemos que sentir la necesidad de pedir y recibir el perdón porque no somos los seres perfectos. Tenemos que tener la convicción de que El si nos puede dar una vida nueva. Que no nos vaya a suceder como a Zacarías, que tengamos dudas o que pensemos que Dios es injusto. No olvides que Dios bendice más al que es humilde dándole el conocimiento que va más allá de las cosas de esta tierra.
Señor qué grande es tu amor que te revelaste por medio de tu hijo Jesucristo y gracias a El nos enseñaste cual es el camino que nos lleva hacia ti, no permitas que por estar distraídos en el mundo nos olvidemos de ti. Gracias Señor por tu paciencia y misericordia que tienes por cada uno de nosotros y danos la gracia de reconocer que por nosotros mismos no podemos entrar en el Reino de los cielos, pero que esto se nos concede gracias a la Gracia o al Don que tú mismo nos ofreces, Amen.
Dios te bendiga,
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Tarea: No tenerle miedo al futuro, soñar en grande y esforzarnos por realizar los sueños
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Laudes del día de hoy
DIOS NOS REVELÓ SU AMOR POR MEDIO DE SU HIJO
Nadie jamás ha visto ni ha conocido a Dios, pero él ha querido manifestarse a sí mismo. Se manifestó a través de la fe, que es la única a la que se le concede ver a Dios. Porque Dios, Señor y Creador de todas las cosas, que todo lo hizo y todo lo dispuso con orden, no sólo amó a los hombres, sino que también fue paciente con ellos. Siempre lo fue, lo es y lo será: bueno, benigno, exento de toda ira, veraz; más aún: él es el único bueno. Después de haber concebido un designio grande e inefable se lo comunicó a su único Hijo.
Mientras mantenía oculto su sabio designio y lo reservaba para sí, parecía abandonarnos y olvidarse de nosotros. Pero, cuando lo reveló por medio de su amado Hijo y manifestó lo que había establecido desde el principio, nos dio juntamente todas las cosas: participar de sus beneficios y ver y comprender sus designios. ¿Quién de nosotros hubiera esperado jamás tanta generosidad?
Dios, que todo lo había dispuesto junto con su Hijo, permitió que hasta el tiempo anterior a la venida del Salvador viviéramos desviados del camino recto, atraídos por los deleites y concupiscencias, y nos dejáramos arrastrar por nuestros impulsos desordenados. No porque se complaciera en nuestros pecados, sino que los toleraba. Ni es tampoco que Dios aprobara aquel tiempo de iniquidad, sino que estaba preparando el tiempo actual de justicia, a fin de que, convictos en aquel tiempo de que por nuestras propias obras éramos indignos de la vida, fuéramos hechos dignos de ella por la bondad de Dios, reconociendo así que por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de los cielos, pero que esto se nos concedía como un don de Dios.
Pues cuando nuestra maldad había colmado la medida y se hizo plenamente manifiesto que por ella merecíamos el castigo y la muerte, llegó en cambio el tiempo establecido por Dios para manifestar su bondad y su poder -¡oh inmenso amor de Dios a los hombres!- y no nos odió ni nos rechazó ni se vengó de nuestras ofensas, sino que nos soportó con magnanimidad y paciencia, apiadándose de nosotros y cargando él mismo con nuestros pecados. Nos dio a su propio Hijo como precio de nuestra redención: entregó al que es santo para redimir a los impíos, al inocente por los malos, al justo por los injustos, al incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales. Y ¿qué otra cosa hubiera podido encubrir nuestros pecados sino su justicia? Nosotros que somos impíos y malos, ¿en quién hubiéramos podido ser justificados sino únicamente en el Hijo de Dios?
¡Oh admirable intercambio, mediación incomprensible, beneficios inesperados: que la impiedad de muchos sea encubierta por un solo justo y que la justicia de un solo hombre justifique a tantos impios.
ORACIÓN.
OREMOS,
Concédenos, Señor, que la renovación del misterio de la Navidad de tu Hijo, a la cual nos preparamos, nos libre del antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Nadie jamás ha visto ni ha conocido a Dios, pero él ha querido manifestarse a sí mismo. Se manifestó a través de la fe, que es la única a la que se le concede ver a Dios. Porque Dios, Señor y Creador de todas las cosas, que todo lo hizo y todo lo dispuso con orden, no sólo amó a los hombres, sino que también fue paciente con ellos. Siempre lo fue, lo es y lo será: bueno, benigno, exento de toda ira, veraz; más aún: él es el único bueno. Después de haber concebido un designio grande e inefable se lo comunicó a su único Hijo.
Mientras mantenía oculto su sabio designio y lo reservaba para sí, parecía abandonarnos y olvidarse de nosotros. Pero, cuando lo reveló por medio de su amado Hijo y manifestó lo que había establecido desde el principio, nos dio juntamente todas las cosas: participar de sus beneficios y ver y comprender sus designios. ¿Quién de nosotros hubiera esperado jamás tanta generosidad?
Dios, que todo lo había dispuesto junto con su Hijo, permitió que hasta el tiempo anterior a la venida del Salvador viviéramos desviados del camino recto, atraídos por los deleites y concupiscencias, y nos dejáramos arrastrar por nuestros impulsos desordenados. No porque se complaciera en nuestros pecados, sino que los toleraba. Ni es tampoco que Dios aprobara aquel tiempo de iniquidad, sino que estaba preparando el tiempo actual de justicia, a fin de que, convictos en aquel tiempo de que por nuestras propias obras éramos indignos de la vida, fuéramos hechos dignos de ella por la bondad de Dios, reconociendo así que por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de los cielos, pero que esto se nos concedía como un don de Dios.
Pues cuando nuestra maldad había colmado la medida y se hizo plenamente manifiesto que por ella merecíamos el castigo y la muerte, llegó en cambio el tiempo establecido por Dios para manifestar su bondad y su poder -¡oh inmenso amor de Dios a los hombres!- y no nos odió ni nos rechazó ni se vengó de nuestras ofensas, sino que nos soportó con magnanimidad y paciencia, apiadándose de nosotros y cargando él mismo con nuestros pecados. Nos dio a su propio Hijo como precio de nuestra redención: entregó al que es santo para redimir a los impíos, al inocente por los malos, al justo por los injustos, al incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales. Y ¿qué otra cosa hubiera podido encubrir nuestros pecados sino su justicia? Nosotros que somos impíos y malos, ¿en quién hubiéramos podido ser justificados sino únicamente en el Hijo de Dios?
¡Oh admirable intercambio, mediación incomprensible, beneficios inesperados: que la impiedad de muchos sea encubierta por un solo justo y que la justicia de un solo hombre justifique a tantos impios.
ORACIÓN.
OREMOS,
Concédenos, Señor, que la renovación del misterio de la Navidad de tu Hijo, a la cual nos preparamos, nos libre del antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
lunes, 18 de diciembre de 2017
San José nos enseña que solo aquel quien es humilde, discreto, sabio, obediente, generoso y verdadero servidor de Dios, Dios lo bendice dandole el conocimiento que va más allá de las cosas de esta tierra.
Jeremías 23,5-8
"Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos.""
Palabra de Dios
Salmo 71 " Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente "
Mateo 1,18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados."
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
En la primera lectura vemos como la promesa de Dios se cumple con la llegada de su hijo Jesús al mundo. Es por eso que la Navidad es importante porque Dios se digna a bajar, a estar en medio de nosotros y tomar forma de niño. La Navidad no debe quedar en compras de regalos, en cenas deliciosas, en organizar las decoraciones en casa e iluminaciones exteriores. Así como dedicamos tiempo para que todo se vea bonito y especial, es también una época muy especial para que nosotros preparemos nuestros corazones para la llegada de nuestro salvador.
Pero porque Jesús quiere venir a este mundo? Para demostrarnos una vez mas cuanto amor tiene el Padre por nosotros como dice la lectura “ porque él salvará a su pueblo de los pecados “. Para que tan gran bendición llegara a este mundo Dios se tuvo que valer por dos personas muy especiales, Maria y Jose.
En el evangelio notamos que el Nombre de Jesús es revelado a José, junto con una preciosa explicación: "él salvará a su pueblo de los pecados". Su mismo Nombre contiene nuestra esperanza porque El es el único que es capaz de salvarnos del pecado. El pecado es la gran desgracia del ser humano. No dice el ángel que Jesús salvaría de otras desgracias sino solamente de esta, porque en esta están incluidas todas. En efecto, en la obra de la creación "vio Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno" (Gén 1,31).
El gran error que podemos pensar es que el mal o el pecado no tiene poder. El poco a poco nos va trayendo hacia él y sin darnos cuenta caemos como verdaderos tontos en sus encantos. Por ejemplo cuántas veces por una pequeña discordia nos distanciamos de alguien, le dejamos de hablar y sin darnos cuenta nos vamos alejando poco a poco de la persona hasta llegar al punto que no nos importa lo que le pase. Otros por ejemplo dedican su tiempo solo a trabajar y a guardar plata, luego se vuelven tan codiciosos que hacen lo que sea para tener las cosas que quieren y llegan a robar o hacer negocios ilícitos, o también pueden llegar a sacrifican el tiempo de la familia por trabajar, trabajar y trabajar. El mal se presenta de muchas maneras, hasta a veces las buenas obras pueden parecer “ buenas obras “ pero realmente en el fondo es para recibir reconocimientos y aplausos de los demás.
Pidamosle al buen Dios la gracia que Jesús nazca una vez mas en nuestra vida y que derrumbe esos pequeños faraones que tenemos.
Por otra parte, en la Biblia no se habla mucho de Jose. Este hombre José que es humilde, sabio, obediente, generoso, puro y santo, y siervo de Dios es ejemplo para todos nosotros. El es un verdadero modelo de masculinidad.
Una de las características que le dan a Jose es que era un hombre justo. En la biblia la palabra Justo tiene una densidad y profundidad muy grande. Porque en la biblia Justo es Dios, el que hace justicia es Dios y llamar a Jose hombre justo es poner al mismo nivel a Dios en este hombre. Cuando decimos que José es justo es porque se ajusta al plan de Dios, sigue el camino del Señor.
Cuando decimos que esto quedo justo es porque tiene la medida exacta, lo ajustado es lo que se apega y en ambos sentidos podemos decir que Jose tiene la medida en la virtud de modo que no es cobarde y tampoco es temerario, no exhibe su fuerza pero tampoco le falta. Jose es un hombre prudente porque sabe que hacer en cada ocasión. Tiene una cabeza para pensar y resolver pero además tiene oídos para escuchar mas la voz de Dios que lo que dice el mundo. El está en sintonía con el Señor porque su corazón está con el Señor. Es por eso que El se ajusta al querer divino y este José busca el mejor camino para obrar frente a una noticia que le desconcierta. Con los datos que tiene en el momento no sabe que hacer, los datos es que su mujer está esperando un hijo. Jose ademas tiene el oído abierto a esa voz de Dios y Dios que recompensa la humildad y da una bendición para aquel que tiene fe le otorga un conocimiento que va más allá de las cosas de esta tierra. Este conocimiento le da a conocer lo que le ha pasado en su mujer. Obediente a esa inspiración que a El le a llegado, Jose se convierte en padre virginal de Cristo. Es por eso que el ángel le dice a José : "¡es tuyo!". Así como el Niño Jesús, viniendo del Espíritu viene de María, así también, viniendo del Espíritu viene de José, y José puede y debe llamarlo "suyo".
Que bella enseñanza nos trae José, El que sabe ajustarse al plan de Dios permitiendo que brille en él su discreción, su humildad, su fe y su pureza ¡San José ruega por nosotros!
San José, Tu que eres modelo varon y protector de la Iglesia de Cristo, Tu quien cuidaste la sagrada familia, hoy venimos a ti a pedirte que intercedas por todos los padres del mundo para que eduquen a sus hijos en el amor de Dios como tu lo hiciste, que les enseñen a sus hijos a escuchar la Palabra de Dios y a vivir según Su voluntad, que junto a sus esposas brinden un hogar donde el amor y el respeto sean el pan de cada dia como en la sagrada familia, que nunca les falte la salud y el trabajo digno para llevar el sustento necesario a sus casas, que sepan disfrutar de los momentos de alegría y tristeza, que los hombres aprendan de ti a ser humildes, discretos, sabios, obedientes, generosos y verdaderos servidores de Ti, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!!
Tarea: Evitar ser egoista y ser docil a la Palabra de Dios
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Laudes del día de hoy
DIOS NOS REVELÓ SU AMOR POR MEDIO DE SU HIJO
Nadie jamás ha visto ni ha conocido a Dios, pero él ha querido manifestarse a sí mismo. Se manifestó a través de la fe, que es la única a la que se le concede ver a Dios. Porque Dios, Señor y Creador de todas las cosas, que todo lo hizo y todo lo dispuso con orden, no sólo amó a los hombres, sino que también fue paciente con ellos. Siempre lo fue, lo es y lo será: bueno, benigno, exento de toda ira, veraz; más aún: él es el único bueno. Después de haber concebido un designio grande e inefable se lo comunicó a su único Hijo.
Mientras mantenía oculto su sabio designio y lo reservaba para sí, parecía abandonarnos y olvidarse de nosotros. Pero, cuando lo reveló por medio de su amado Hijo y manifestó lo que había establecido desde el principio, nos dio juntamente todas las cosas: participar de sus beneficios y ver y comprender sus designios. ¿Quién de nosotros hubiera esperado jamás tanta generosidad?
Dios, que todo lo había dispuesto junto con su Hijo, permitió que hasta el tiempo anterior a la venida del Salvador viviéramos desviados del camino recto, atraídos por los deleites y concupiscencias, y nos dejáramos arrastrar por nuestros impulsos desordenados. No porque se complaciera en nuestros pecados, sino que los toleraba. Ni es tampoco que Dios aprobara aquel tiempo de iniquidad, sino que estaba preparando el tiempo actual de justicia, a fin de que, convictos en aquel tiempo de que por nuestras propias obras éramos indignos de la vida, fuéramos hechos dignos de ella por la bondad de Dios, reconociendo así que por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de los cielos, pero que esto se nos concedía como un don de Dios.
Pues cuando nuestra maldad había colmado la medida y se hizo plenamente manifiesto que por ella merecíamos el castigo y la muerte, llegó en cambio el tiempo establecido por Dios para manifestar su bondad y su poder -¡oh inmenso amor de Dios a los hombres!- y no nos odió ni nos rechazó ni se vengó de nuestras ofensas, sino que nos soportó con magnanimidad y paciencia, apiadándose de nosotros y cargando él mismo con nuestros pecados. Nos dio a su propio Hijo como precio de nuestra redención: entregó al que es santo para redimir a los impíos, al inocente por los malos, al justo por los injustos, al incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales. Y ¿qué otra cosa hubiera podido encubrir nuestros pecados sino su justicia? Nosotros que somos impíos y malos, ¿en quién hubiéramos podido ser justificados sino únicamente en el Hijo de Dios?
¡Oh admirable intercambio, mediación incomprensible, beneficios inesperados: que la impiedad de muchos sea encubierta por un solo justo y que la justicia de un solo hombre justifique a tantos impíos!
ORACIÓN.
OREMOS,
Concédenos, Señor, que la renovación del misterio de la Navidad de tu Hijo, a la cual nos preparamos, nos libre del antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
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