viernes, 30 de noviembre de 2018
Cristo tiene el poder de transformar la vida de quien lo escucha.
Romanos 10,9-18
Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado." Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará". Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: "¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!"
Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: "Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?" Así, pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: "¿Es que no lo han oído?" Todo lo contrario: "A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje."
Palabra de Dios
Salmo 18 " A toda la tierra alcanza su pregón"
Mateo 4,18-22
En aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.
Las lecturas de hoy nos hacen reflexionar que en nuestra vida así como la de Pedro y Andrés tuvo un antes y un después, un punto y aparte. Eso es lo que trae Jesús a nuestra vida, dejaron una vida y empezaron una historia nueva.
Cuando decimos que hay un antes y un después en nuestra vida es porque al dejarnos enamorar del amor de Cristo queremos pasar más tiempo con Él y cada momento dedicado a Él nos trae novedad. En la lectura vemos que Pedro y Andrés siguen a Jesús, dejan todo, pero si lo siguen es porque conocen a Jesús, porque uno no se va con alguien que no conoce, sino con alguien que se a compartido tiempo. Si retomamos la lectura del laudes del dia de hoy es precioso lo que dice “ Andrés, después de haber estado con Jesús y haber aprendido de él muchas cosas, no guardó para sí este tesoro, sino que se apresuró a acudir a su hermano, para hacerle participe de su dicha. Fijémonos en lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al Mesías» (traducido, quiere decir «Cristo»).
Es bien interesante ver como Jesús nos llama desde lo que somos, El sabe para qué somos buenos, cuales son nuestras habilidades, cuales son los dones que nos ha dado, que es lo que nos gusta hacer y qué es lo que nos motiva. Es por eso que Pedro y Andrés quienes eran pescadores, pescaban peces, ahora el Señor les potencializa sus capacidades, ellos se convertirán en pescadores de hombres. Nuestro hoy y nuestro mañana en Cristo tienen una continuidad; algo que no hemos podido encontrar y que sólo encontraremos al ritmo de su voz.
Ese es el camino de todo ministerio, hay que conocer a Jesús, dejar que Él se apropie de nuestras vidas, al conocerlo se hace cercano. La fe que hemos recibido del anuncio de la Buena noticia hace que nuestra fe se alimente. La predica es hablar de Cristo, de su amor, de sus sanaciones, de sus milagros, de su muerte, de su resurrección, es por eso que la Iglesia de Cristo necesita predicar o hablar de Cristo porque de lo contrario terminamos siendo una ONG.
Cuando se anuncia a Cristo, debemos de confrontar nuestra vida con su mensaje, solos así llegaremos a nuestro sincero y profundo arrepentimiento del pecado. Cuando ya eres consciente lo que Cristo hace en ti, lo bueno que te trae para tu vida, entonces no solo lo sigues sino que además anuncias y aceptas la gracia que Él nos ofrece.
Pidámosle al señor que nos ayude a ser pronto en dar la buena nueva, y saber detenerse a tiempo, dando espacio para que Dios obre. En otras palabras, hablar a tiempo y callar a tiempo. Porque también el silencio evangeliza. Y la gente necesita no sólo ver que hablamos de lo que entendemos sino que callamos ante lo que no entendemos.
Padre Celestial, dame la valentía de hablar de Tu Hijo Jesucristo con ardor en el corazón, hablar de su amor, de sus milagros, de sus sanaciones, de su muerte, de su resurrección. No permitas que oculte la Buena Noticia que trae Cristo porque Él tiene el poder de transformar la vida de quien lo escucha. A pesar de que me siente pequeño, que poco es lo que puedo hacer, en Fe se que tu puedes multiplicar lo poco que hago, porque este gozo no solo lo quiero para mi, quiero compartir este gran tesoro que encontré y es por eso que te pido que me ayudes a ser puente y luz, quien acude con prisa y alegría para buscar más almas para Cristo , sin perder un instante, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Lectio Divina
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Homilía 19, 1: PG 59, 120-121)
HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS
Andrés, después de haber estado con Jesús y haber aprendido de él muchas cosas, no guardó para sí este tesoro, sino que se apresuró a acudir a su hermano, para hacerle participe de su dicha. Fijémonos en lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al Mesías» (traducido, quiere decir «Cristo»). ¿Te das cuenta cómo empieza, ya desde este momento, a enseñar lo que en breve tiempo había aprendido? Con ello demuestra la eficacia del Maestro, que tan convencidos los había dejado, y su propio interés y diligencia, manifestada ya desde el primer momento. Este mensaje, en efecto, es propio del alma que anhela ardientemente la llegada del Señor, que espera su venida del cielo, que se llena de gozo con su aparición y que se apresura a anunciar a los demás algo tan grande. Ésta es la prueba del verdadero y sincero amor fraternal, el mutuo intercambio de bienes espirituales.
También es digna de notar la docilidad y prontitud de ánimo de Pedro. Al momento, sin dilación, acude a Jesús. Y lo presentó -dice- a Jesús. Pero no debemos extrañarnos de esta facilidad de Pedro, que acude sin previo examen. Lo más verosímil es que su hermano le explicara todas estas cosas con detalle; pero es que los evangelistas lo explican siempre todo de manera resumida, por razón de brevedad. Por lo demás, tampoco dice que hubiese creído al instante, sino: Y lo presentó a Jesús, para ponerlo en sus manos y para que fuese él quien le enseñase; pues estaba ahí en calidad de un discípulo más y a eso venía.
En efecto, si Juan Bautista -cuando dijo: Es el Cordero, y: Bautiza con el Espíritu- dejó a Cristo la ulterior explicación de estas palabras, con mayor razón lo hizo Andrés, ya que él no se consideraba capaz de explicarlo todo, y por esto condujo a su hermano a la fuente de la luz, a la que éste acudió con prisa y alegría, sin perder un instante.
RESPONSORIO
R. Tan pronto como san Andrés oyó la voz del Señor, que le llamaba, dejó las redes, con las cuales ganaba el sustento, * y siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
V. Éste es aquel que sufrió el martirio de la cruz por amor de Cristo y por difundir su ley.
R. y siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Homilía 19, 1: PG 59, 120-121)
HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS
Andrés, después de haber estado con Jesús y haber aprendido de él muchas cosas, no guardó para sí este tesoro, sino que se apresuró a acudir a su hermano, para hacerle participe de su dicha. Fijémonos en lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al Mesías» (traducido, quiere decir «Cristo»). ¿Te das cuenta cómo empieza, ya desde este momento, a enseñar lo que en breve tiempo había aprendido? Con ello demuestra la eficacia del Maestro, que tan convencidos los había dejado, y su propio interés y diligencia, manifestada ya desde el primer momento. Este mensaje, en efecto, es propio del alma que anhela ardientemente la llegada del Señor, que espera su venida del cielo, que se llena de gozo con su aparición y que se apresura a anunciar a los demás algo tan grande. Ésta es la prueba del verdadero y sincero amor fraternal, el mutuo intercambio de bienes espirituales.
También es digna de notar la docilidad y prontitud de ánimo de Pedro. Al momento, sin dilación, acude a Jesús. Y lo presentó -dice- a Jesús. Pero no debemos extrañarnos de esta facilidad de Pedro, que acude sin previo examen. Lo más verosímil es que su hermano le explicara todas estas cosas con detalle; pero es que los evangelistas lo explican siempre todo de manera resumida, por razón de brevedad. Por lo demás, tampoco dice que hubiese creído al instante, sino: Y lo presentó a Jesús, para ponerlo en sus manos y para que fuese él quien le enseñase; pues estaba ahí en calidad de un discípulo más y a eso venía.
En efecto, si Juan Bautista -cuando dijo: Es el Cordero, y: Bautiza con el Espíritu- dejó a Cristo la ulterior explicación de estas palabras, con mayor razón lo hizo Andrés, ya que él no se consideraba capaz de explicarlo todo, y por esto condujo a su hermano a la fuente de la luz, a la que éste acudió con prisa y alegría, sin perder un instante.
RESPONSORIO
R. Tan pronto como san Andrés oyó la voz del Señor, que le llamaba, dejó las redes, con las cuales ganaba el sustento, * y siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
V. Éste es aquel que sufrió el martirio de la cruz por amor de Cristo y por difundir su ley.
R. y siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
jueves, 29 de noviembre de 2018
La caída de Babilonia significa desenmascarar el mal y dejar caer nuestros ídolos.
Apocalipsis 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9a
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venia con gran autoridad y su resplandor iluminó la tierra. Gritó a pleno pulmón:
-« ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante.»
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar, diciendo:
«Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones. »
Después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban:
-«Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.»
Y repitieron:
-«Aleluya. El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.»
Luego me dice:
-«Escribe: "Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero. " »
Palabra de Dios
Salmo 99 " Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero. "
Lucas 21, 20-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción.
Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.»
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy las lecturas nos muestran la alegría que debemos de sentir cuando vemos que el mal cae, cuando se desenmascara el mal. Hay que alegrarse cuando el mal resulta mal negocio, en la medida en que ello llame a conversión y le dé una oportunidad al bien y a la gracia.
He visto como personas que después de caer en la cárcel, reconocen la ceguera en que vivían. Otro ejemplo son aquellas personas que después de vivir una decepción amorosa y desde el dolor aprenden grandes lecciones en la vida. Otras personas que desde el orgullo pensaron que tenían todo calculado y controlado, pensaron que el mundo les rendía a sus pies y en un revés económico o de salud su vida cambio. Otros que vivieron una vida desordenada y después del tiempo se dan cuenta que lo han perdido todo por sus vicios y su egoísmo vuelven a retomar el camino correcto.
Todos hemos sabido que lo prohibido tiene algo de gustico y nos llama la atención. Pero cuando lo prohibido ya no es prohibido, cuando el mal se presenta con toda la punzoña, la careta del mal se cae. El mal sin careta ya no es tan deseable, es horrendo, ya no engaña, ya no es deseable.
Hoy Jesús nos recuerda que el pecado aunque parece que nos envuelve y se adueña de nosotros no tiene la última palabra. La mentira caerá, porque la victoria es de Cristo . Es precioso la lectura de la lectio divina de hoy que nos dice “ Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del pastor. Éste, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder.”.
Es por eso que en un pasaje de la Biblia Jesús nos invita a ser como palomas y como serpientes. Astuta como la serpiente, es porque aunque pierdas todo, aunque sea partido todo tu cuerpo con tal que conserves la cabeza, en otras palabras debes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con tal que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces. Pero porque Jesús también nos pide ser también prudentes como las palomas? La prudencia te hará invulnerable a los golpes mortales; la sencillez de la paloma frenará tus impulsos de venganza contra los que te dañan o te ponen asechanzas, pues, sin esto, en nada aprovecha la prudencia. Porque si tenemos la Luz de Cristo y creamos en Él, seguiremos siendo hijos de la Luz.
Pero cuál es el significado de la prostituta en la lectura? la prostitución ha sido el nombre que la idolatría ha recibido desde tiempos de los profetas. Así como la prostituta se vende por unas monedas, así, el que prefiere los bienes de los ídolos está vendiendo su alma; la está prostituyendo.
Cuántos venden sus conciencias, su silencio, las injusticias. No podemos seguir en esa espiral solo para satisfacer y alimentar el mal. Hay que denunciar, hay que mostrar la verdad, hay que desenmascarar el mal. Como decíamos ayer “ Para valorar más la victoria de Cristo, hay que conocer a profundidad su batalla, y la de los mártires, contra las manifestaciones del mal en el mundo “.
En la última parte de la primera lectura, nos dice “ Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero “. Detrás de la caída de Babilonia, recordemos que cuando decimos caída de Babilonia significa es desenmascarar el mal, dejar caer nuestros ídolos. Con el telón de fondo oscuro de la caída de Babilonia se anuncia un tema gozoso: las Bodas del Cordero. Un banquete que no podía celebrarse sin los invitados. Y la invitación es, en este caso, sencilla y elocuente: ser libre de la ciudad maldita, no hundirse en el fracaso de la gran prostituta, de la gran idolatría. Preguntémonos estamos viviendo Babilonia en nuestros tiempos? cuales son esos signos? personalmente en nuestra vida hay ídolos? Los acontecimientos no nos ha de causar terror a los creyentes. Jesús nos dice "Cuando esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca la hora de su liberación" Lc 21,28. La liberación es también el banquete. Cada vez que nos unimos a Cristo Eucaristía vamos siendo liberados y sanados porque nos estamos alimentando del Pan del Cielo.
Señor Jesús, Hoy nos dices que no nos desanimemos si aún vemos a nuestro alrededor tanta maldad, indiferencia, egoísmo y la idolatría en nuestros corazones. No permitas Señor que el pecado y la seducción del mal nos envuelva, Tu mi Señor es el que tiene la última palabra, porque un día toda esa mentira caerá porque la victoria es de Jesucristo, Nuestro Señor y salvador. Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo
(Homilía 33, 1. 2: PG 57, 389-390)
SI SOMOS OVEJAS VENCEMOS, SI NOS CONVERTIMOS EN LOBOS SOMOS VENCIDOS
Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del pastor. Éste, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder.
Es como si dijera: «No os alteréis por el hecho de que os envío en medio de lobos y al mismo tiempo os mando que seáis como ovejas y como palomas. Hubiera podido hacer que fuera al revés y enviaros de modo que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y yo la ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decía a Pablo: Te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder. Así es como yo he determinado que fuera.» Al decir: Os envío como ovejas, dice implícitamente: «No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles.»
Pero además, para que pusieran también ellos algo de su parte y no pensaran que todo había de ser pura gracia y que habían de ser coronados sin mérito propio, añade: Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas. «Mas, ¿de qué servirá nuestra prudencia -es como si dijesen- en medio de tantos peligros? ¿Cómo podremos ser prudentes en medio de tantos embates? Por mucha que sea la prudencia de la oveja, ¿de qué le aprovechará cuando se halle en medio de los lobos, y en tan gran número? Por mucha que sea la sencillez de la paloma, ¿de qué le servirá, acosada por tantos gavilanes?» Ciertamente, la prudencia y la sencillez no sirven para nada a estos animales irracionales, pero a vosotros os sirven de mucho.
Pero veamos cuál es la prudencia que exige el Señor. «Como serpientes -dice-. Así como a la serpiente no le importa perderlo todo, aunque sea seccionado su cuerpo, con tal que conserve la cabeza, así también tú -dice- debes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con tal que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces.» Así pues, no te manda que seas sólo sencillo ni sólo prudente, sino ambas cosas a la vez, porque en-ello consiste la verdadera virtud. La prudencia de la serpiente te hará invulnerable a los golpes mortales; la sencillez de la paloma frenará tus impulsos de venganza contra los que te dañan o te ponen asechanzas, pues, sin esto, en nada aprovecha la prudencia.
Nadie piense que estos mandatos son imposibles de cumplir. El Señor conoce más que nadie la naturaleza de las cosas: él sabe que la violencia no se vence con la violencia, sino con la mansedumbre.
RESPONSORIO Mt 10, 16; Jn 12, 36
R. Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos -dice el Señor-; * sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
V. Mientras tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de la luz.
R. Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Homilía 33, 1. 2: PG 57, 389-390)
SI SOMOS OVEJAS VENCEMOS, SI NOS CONVERTIMOS EN LOBOS SOMOS VENCIDOS
Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del pastor. Éste, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder.
Es como si dijera: «No os alteréis por el hecho de que os envío en medio de lobos y al mismo tiempo os mando que seáis como ovejas y como palomas. Hubiera podido hacer que fuera al revés y enviaros de modo que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y yo la ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decía a Pablo: Te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder. Así es como yo he determinado que fuera.» Al decir: Os envío como ovejas, dice implícitamente: «No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles.»
Pero además, para que pusieran también ellos algo de su parte y no pensaran que todo había de ser pura gracia y que habían de ser coronados sin mérito propio, añade: Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas. «Mas, ¿de qué servirá nuestra prudencia -es como si dijesen- en medio de tantos peligros? ¿Cómo podremos ser prudentes en medio de tantos embates? Por mucha que sea la prudencia de la oveja, ¿de qué le aprovechará cuando se halle en medio de los lobos, y en tan gran número? Por mucha que sea la sencillez de la paloma, ¿de qué le servirá, acosada por tantos gavilanes?» Ciertamente, la prudencia y la sencillez no sirven para nada a estos animales irracionales, pero a vosotros os sirven de mucho.
Pero veamos cuál es la prudencia que exige el Señor. «Como serpientes -dice-. Así como a la serpiente no le importa perderlo todo, aunque sea seccionado su cuerpo, con tal que conserve la cabeza, así también tú -dice- debes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con tal que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces.» Así pues, no te manda que seas sólo sencillo ni sólo prudente, sino ambas cosas a la vez, porque en-ello consiste la verdadera virtud. La prudencia de la serpiente te hará invulnerable a los golpes mortales; la sencillez de la paloma frenará tus impulsos de venganza contra los que te dañan o te ponen asechanzas, pues, sin esto, en nada aprovecha la prudencia.
Nadie piense que estos mandatos son imposibles de cumplir. El Señor conoce más que nadie la naturaleza de las cosas: él sabe que la violencia no se vence con la violencia, sino con la mansedumbre.
RESPONSORIO Mt 10, 16; Jn 12, 36
R. Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos -dice el Señor-; * sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
V. Mientras tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de la luz.
R. Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
miércoles, 28 de noviembre de 2018
Lectio Divina
De las Homilías atribuidas a san Macario, obispo
(Homilía 28: PG 34, 710-711)
¡AY DEL ALMA EN LA QUE NO HABITA CRISTO!
Así como en otro tiempo Dios, irritado contra los judíos, entregó a Jerusalén a la afrenta de sus enemigos, y sus adversarios los sometieron, de modo que ya no quedaron en ella ni fiestas ni sacrificios, así también ahora, airado contra el alma que quebranta sus mandatos, la entrega en poder de los mismos enemigos que la han seducido hasta afearla.
Y del mismo modo que una casa, si no habita en ella su dueño, se cubre de tinieblas, de ignominia y de afrenta, y se llena de suciedad y de inmundicia, así también el alma, privada de su Señor y de la presencia gozosa de sus ángeles, se llena de las tinieblas del pecado, de la fealdad de las pasiones y de toda clase de ignominia.
¡Ay del camino por el que nadie transita y en el que no se oye ninguna voz humana!, porque se convierte en asilo de animales. ¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay de la tierra privada de colono que la cultive! ¡Ay de la nave privada de piloto!, porque, embestida por las olas y tempestades del mar, acaba por naufragar. ¡Ay del alma que no lleva en sí al verdadero piloto, Cristo!, porque, puesta en un despiadado mar de tinieblas, sacudida por las olas de sus pasiones y embestida por los espíritus malignos como por una tempestad invernal, terminará en el naufragio.
¡Ay del alma privada del cultivo diligente de Cristo, que es quien le hace producir los buenos frutos del Espíritu!, porque, hallándose abandonada, llena de espinos y de abrojos, en vez de producir fruto acaba en la hoguera. ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!, porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de sus pasiones, se convierte en hospedaje de todos los vicios.
Del mismo modo que el colono, cuando se dispone a cultivar la tierra, necesita los instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero agricultor, al venir a la humanidad desolada por el pecado, habiéndose revestido de un cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada, arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo.
RESPONSORIO Jn 15, 1. 5. 9
R. Yo soy la vid verdadera y vosotros sois los sarmientos; * el que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto.
V. Como el Padre me amó, así también yo os he amado a vosotros.
R. El que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Homilía 28: PG 34, 710-711)
¡AY DEL ALMA EN LA QUE NO HABITA CRISTO!
Así como en otro tiempo Dios, irritado contra los judíos, entregó a Jerusalén a la afrenta de sus enemigos, y sus adversarios los sometieron, de modo que ya no quedaron en ella ni fiestas ni sacrificios, así también ahora, airado contra el alma que quebranta sus mandatos, la entrega en poder de los mismos enemigos que la han seducido hasta afearla.
Y del mismo modo que una casa, si no habita en ella su dueño, se cubre de tinieblas, de ignominia y de afrenta, y se llena de suciedad y de inmundicia, así también el alma, privada de su Señor y de la presencia gozosa de sus ángeles, se llena de las tinieblas del pecado, de la fealdad de las pasiones y de toda clase de ignominia.
¡Ay del camino por el que nadie transita y en el que no se oye ninguna voz humana!, porque se convierte en asilo de animales. ¡Ay del alma por la que no transita el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa en la que no habita su dueño! ¡Ay de la tierra privada de colono que la cultive! ¡Ay de la nave privada de piloto!, porque, embestida por las olas y tempestades del mar, acaba por naufragar. ¡Ay del alma que no lleva en sí al verdadero piloto, Cristo!, porque, puesta en un despiadado mar de tinieblas, sacudida por las olas de sus pasiones y embestida por los espíritus malignos como por una tempestad invernal, terminará en el naufragio.
¡Ay del alma privada del cultivo diligente de Cristo, que es quien le hace producir los buenos frutos del Espíritu!, porque, hallándose abandonada, llena de espinos y de abrojos, en vez de producir fruto acaba en la hoguera. ¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!, porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de sus pasiones, se convierte en hospedaje de todos los vicios.
Del mismo modo que el colono, cuando se dispone a cultivar la tierra, necesita los instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero agricultor, al venir a la humanidad desolada por el pecado, habiéndose revestido de un cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada, arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo.
RESPONSORIO Jn 15, 1. 5. 9
R. Yo soy la vid verdadera y vosotros sois los sarmientos; * el que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto.
V. Como el Padre me amó, así también yo os he amado a vosotros.
R. El que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
martes, 27 de noviembre de 2018
Tarde o temprano la verdad que hay en ti brillará, sea cual sea, bueno o malo….
Apocalipsis 14, 14-19
Yo, Juan, miré y en la visión apareció una nube blanca; estaba sentado encima uno con aspecto de hombre, llevando en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada. Del santuario salió otro ángel y gritó fuerte al que estaba sentado en la nube: "Arrima tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura." Y el que estaba sentado encima de la nube acercó su hoz a la tierra y la segó.
Otro ángel salió del santuario celeste llevando él también una hoz afilada. Del altar salió otro, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó fuerte al de la hoz afilada: "Arrima tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque las uvas están en sazón."
El ángel acercó su hoz a la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar del furor de Dios. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los bocados de los caballos en un radio de sesenta leguas.
Palabra de Dios
Salmo 95 " El Señor llega a regir la tierra"
Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"
Él contestó: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca", no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida."
Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy las lecturas nos trae dos palabras madurez y furor o ira de Dios. Cuando decimos ira de Dios aparece una sensación de miedo. La realidad todos sabemos que Dios es inmensamente misericordioso y que su gran amor por nosotros hace que El no nos trate conforme a nuestros pecados. Solo quien reconoce la gravedad del pecado valora la misericordia de Dios.
Si hablamos de la madurez, que podemos decir de la madurez? en un ejemplo sencillo como es la agricultura todos sabemos que hay momentos claves para cultivar como también para recoger. Si cosechamos en un momento que no es apto para la cosecha o recogemos cuando no está listo la cosecha, entonces eso nos da una pérdida. Entonces podemos decir que la cosecha tiene su momento específico.
En la lectura nos habla también de la cosecha, y cuando la cosecha alcanza su madurez debe ser recogida. Entonces podríamos preguntar en qué consiste esa madurez. La madurez es un proceso el cual debe llegar a una plenitud. La historia humana no es la repetición de acontecimientos, sino un camino que llegará a su plenitud. Ahora preguntémonos entonces qué está madurando en la historia?
Para explicar mejor que lo que quiero decir tomemos la parábola de Jesús del trigo y la cizaña. Jesús nos recuerda que no es solo una realidad la que está madurando. El trigo está madurando para dar lo mejor de la espiga, pero también la cizaña está madurando para robar el máximo nutriente y para asfixiar al trigo. Aquí podemos ver que hay dos procesos de madurez, está madurando el trigo que es cuando aceptamos el evangelio, el crecimiento en la virtud, en el crecimiento de la pureza y la santidad. Pero al mismo tiempo está creciendo la cizaña que es cada vez más penetrante, cada vez es más fuerte y sobre todo cada vez es más astuta. La cizaña representa a todo lo que se opone al evangelio.
Aquí vemos entonces que se está dando una doble madurez en la historia. Solo con ver las noticias nos damos cuenta que cada vez estamos más degenerados, cada vez más irrespeto por la vida y por el cuerpo, cada vez más escándalos de corrupción, mas escandalos de parte de los sacerdotes. Hasta puede uno llegar a desanimarse, pero no podemos caer en esa tentación. Algunos por ejemplo se cansan de hacer el bien porque ven cómo algunos corruptos se roban la plata de los más pobres, porque no falta el que quiere tomar ventaja, el que quiere aplastar al otro, porque los que ayudan son siempre los mismos, porque no hay personas comprometidas al servicio de la iglesia. Esas situaciones que se nos presentan en el diario vivir puede llevarnos a desanimarnos pero todo lo contrario es un aliciente porque cuando los desafíos son más grandes es más grande la virtud y el valor de la santidad. En otras palabras entre más duras sean las pruebas, más virtuosos, más ejemplares, y modelo a seguir los santos. No olvidemos que la madurez de la cizaña ayuda también a madurar al trigo y a su vez la madurez del trigo obliga a que la cizaña muestre toda la ponzoña y todo el veneno que lleva adentro.
En el apocalipsis nos muestra que ambas fuerzas no pueden crecer indefinidamente, hay un momento que debe saberse quien es quien. Hay personas que a veces quieren estar con el Dios y con el diablo al mismo tiempo, con la verdad y con la mentira, pretenden ser amigos pero en el fondo no lo son. Hay algunos que “ supuestamente “ están interesados en hacer obras sociales, en promover actividades de la iglesia pero después de un tiempo se les cae la máscara que llevan, la falsedad de sus actos. Ese engaño, esa falsedad debe de acabarse. Cuando va a suceder eso? El libro del apocalipsis no nos lo dice pero nos anuncia con claridad que eso tiene que pasar.
Ahora preguntémonos de qué lado queremos estar. Que está madurando en ti? pregúntate hace 10, 5 o 2 años quien eras? ahora pregúntate que ha crecido en ti? Te volviste más astuto? entonces ha crecido en ti la astucia. Te has vuelto un poco más ambicioso? entonces ha madurado en ti la ambición. Será que has dejado que madure en tu vida los resentimientos, las envidias, la codicia, el amor al prójimo, la paciencia, la mansedumbre, la bondad? No podemos quedarnos en una dualidad, en algún momento tendrá que brillar la verdad, sea cual sea con todo su fuerza. Lo que ha estado creciendo en ti mostrará su fruto bueno o malo, es por eso que es el momento de decidir.
Hoy mi amado Jesús me preguntas ….en qué lado estás? que estas dejando madurar en tu corazón? porque al mismo tiempo que mis pecados y rebeldías se acumulan y dan frutos de maldad, el bien que siembro da frutos de bondad, preparando la victoria definitiva de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso te pido que me ayudes a reconocer la verdad que hay en lo profundo de mi corazón porque tarde o temprano la verdad va relucir en mi, lo que verdaderamente hay dentro de mi corazón brillará, sea cual sea, bueno o malo. Es el momento de decidir realmente quien soy y para donde voy, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina
De los Tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 35, 8-9: CCL 36, 321-323)
LLEGARAS A LA FUENTE, VERÁS LA LUZ
Nosotros los cristianos, en comparación con los infieles, somos ya luz, como dice el Apóstol: Un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz. Y en otro lugar dice: La noche va pasando, el día está encima; desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos la armadura de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
No obstante, porque el día en que vivimos es todavía noche en comparación con aquella luz a la que esperamos llegar, oigamos lo que dice el apóstol Pedro. Nos dice que vino sobre Cristo, el Señor, desde la sublime gloria, aquella voz que decía: «Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias.» Y nosotros mismos -dice- oímos esta voz venida del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Pero, como nosotros no estábamos allí y no oímos esta voz del cielo, nos dice el mismo Pedro: Y así tenemos confirmada la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón.
Por lo tanto, cuando vendrá nuestro Señor Jesucristo y -como dice también el apóstol Pablo- sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón, y vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios, entonces, con la presencia de este día, ya no tendremos necesidad de lámparas: no será necesario que se nos lean los libros proféticos ni los escritos del Apóstol, ya no tendremos que indagar el testimonio de Juan, y el mismo Evangelio dejará de sernos necesario. Ya no tendrán razón de ser todas las Escrituras que en la noche de este mundo se nos encendían a modo de lámparas, para que no quedásemos en tinieblas.
Suprimido, pues, todo esto, que ya no nos será necesario, cuando los mismos hombres de Dios por quienes fueron escritas estas cosas verán, junto con nosotros, aquella verdadera y clara luz, sin la ayuda de sus escritos, ¿qué es lo que veremos? ¿Con qué se alimentará nuestro espíritu? ¿De qué se alegrará nuestra mirada? ¿De dónde procederá aquel gozo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre? Qué es lo que veremos?
Os lo ruego, amemos juntos, corramos juntos el camino de nuestra fe; deseemos la patria celestial, suspiremos por ella, sintámonos peregrinos en este mundo. ¿Qué es lo que veremos entonces? Que nos lo diga ahora el Evangelio: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. Entonces llegarás a la fuente con cuya agua has sido rociado; entonces verás al descubierto la luz cuyos rayos, por caminos oblicuos y sinuosos, fueron enviados a las tinieblas de tu corazón, y para ver y soportar la cual eres entretanto purificado. Queridos hermanos -dice el mismo Juan-, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Noto cómo vuestros sentimientos se elevan junto con los míos hacia las cosas celestiales; pero un cuerpo corruptible hace pesada el alma y esta mansión de tierra oprime el espíritu fecundo en pensamientos. Ha llegado ya el momento en que yo tengo que dejar el libro santo y vosotros tenéis que regresar cada uno a sus ocupaciones. Hemos pasado un buen rato disfrutando de una luz común, nos hemos llenado de gozo y alegría; pero, aunque nos separemos ahora unos de otros, procuremos no separarnos de él.
RESPONSORIO Ap 22, 5. 4
R. No habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, * porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
V. Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente.
R. El Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Tratado 35, 8-9: CCL 36, 321-323)
LLEGARAS A LA FUENTE, VERÁS LA LUZ
Nosotros los cristianos, en comparación con los infieles, somos ya luz, como dice el Apóstol: Un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz. Y en otro lugar dice: La noche va pasando, el día está encima; desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos la armadura de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
No obstante, porque el día en que vivimos es todavía noche en comparación con aquella luz a la que esperamos llegar, oigamos lo que dice el apóstol Pedro. Nos dice que vino sobre Cristo, el Señor, desde la sublime gloria, aquella voz que decía: «Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias.» Y nosotros mismos -dice- oímos esta voz venida del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Pero, como nosotros no estábamos allí y no oímos esta voz del cielo, nos dice el mismo Pedro: Y así tenemos confirmada la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón.
Por lo tanto, cuando vendrá nuestro Señor Jesucristo y -como dice también el apóstol Pablo- sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón, y vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios, entonces, con la presencia de este día, ya no tendremos necesidad de lámparas: no será necesario que se nos lean los libros proféticos ni los escritos del Apóstol, ya no tendremos que indagar el testimonio de Juan, y el mismo Evangelio dejará de sernos necesario. Ya no tendrán razón de ser todas las Escrituras que en la noche de este mundo se nos encendían a modo de lámparas, para que no quedásemos en tinieblas.
Suprimido, pues, todo esto, que ya no nos será necesario, cuando los mismos hombres de Dios por quienes fueron escritas estas cosas verán, junto con nosotros, aquella verdadera y clara luz, sin la ayuda de sus escritos, ¿qué es lo que veremos? ¿Con qué se alimentará nuestro espíritu? ¿De qué se alegrará nuestra mirada? ¿De dónde procederá aquel gozo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre? Qué es lo que veremos?
Os lo ruego, amemos juntos, corramos juntos el camino de nuestra fe; deseemos la patria celestial, suspiremos por ella, sintámonos peregrinos en este mundo. ¿Qué es lo que veremos entonces? Que nos lo diga ahora el Evangelio: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. Entonces llegarás a la fuente con cuya agua has sido rociado; entonces verás al descubierto la luz cuyos rayos, por caminos oblicuos y sinuosos, fueron enviados a las tinieblas de tu corazón, y para ver y soportar la cual eres entretanto purificado. Queridos hermanos -dice el mismo Juan-, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Noto cómo vuestros sentimientos se elevan junto con los míos hacia las cosas celestiales; pero un cuerpo corruptible hace pesada el alma y esta mansión de tierra oprime el espíritu fecundo en pensamientos. Ha llegado ya el momento en que yo tengo que dejar el libro santo y vosotros tenéis que regresar cada uno a sus ocupaciones. Hemos pasado un buen rato disfrutando de una luz común, nos hemos llenado de gozo y alegría; pero, aunque nos separemos ahora unos de otros, procuremos no separarnos de él.
RESPONSORIO Ap 22, 5. 4
R. No habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, * porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
V. Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente.
R. El Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
lunes, 26 de noviembre de 2018
La conversión es entre otras cosas sintonizarse con Dios.
Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5
Yo, Juan, miré y en la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano, y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Nadie podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta.
Palabra de Dios
Salmo 23 " Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor."
Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: "Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra; pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy la primera lectura es un poco complicado entenderla, porque habla acerca de un sonido que baja del cielo y que era muy estruendoso. Por otra parte nos dice que había un canto que nadie podía entender sino los elegidos.
Tratemos de comprender esta lectura con la Luz del Espíritu Santo. Varias veces el Apocalipsis compara la voz del Señor o en alabanza del Señor con "muchas aguas" (cf. Ap 1,15; 19,6). Todos sabemos que un riachuelo comparado con un río tiene sus diferencias. Un riachuelo por ejemplo su corriente es poca, su sonido puede pasar hasta desapercibido para nuestros oídos. El volumen o la cantidad del agua es poca si lo comparamos con un río. Un río en cambio tiene mucha corriente y produce sonido por la cantidad de volumen del agua ya que es mucho mayor que la de un riachuelo. Por eso que no se nos haga extraño que hoy la lectura nos traiga como ejemplo que la voz del Señor es como muchas aguas lo que significa es que su Palabra domina sobre toda otra palabra. Y esto es importante porque a veces creemos que las palabras del pesimismo, de la amargura o de la fantasía se van a imponer, y no es así. La Palabra de Dios tiene más poder.
El otro mensaje es acerca del canto que nadie podía entender sino los elegidos. Una de las bellas experiencias que he tenido es haber podido crecer en la Fe con la Renovación carismática, el motivo es porque aprendes a conectar la Fe y la vida, donde reconoces que tienes un Dios vivo que está en medio de nosotros, un Dios que te ama, que te perdona, que te sana y libera, un Dios que te provee y desea lo mejor para ti. Cuando empiezas a alabar a Dios y el canto une la idea de la palabra con la fuerza de la música. La palabra simboliza a Cristo y la música es símbolo de inspiración, el compartir de un mismo espíritu. Poseídos por la Palabra y el Espíritu, los elegidos tienen su propio modo de cantar, que no puede ser falsificado porque nadie puede reemplazar ni a esa Palabra ni a ese Espíritu. Aquí no nos estamos refiriendo al don de lenguas, lo que me estoy refiriendo es por ejemplo que cada eucaristía celebrada, o cada momento de adoración al santísimo aquellos que se dejan poseer por la Palabra osea por Cristo e inspirados por el Espíritu Santo alcanzaran o tendrán la experiencia del gozo en sus corazones a tal punto que no podrán controlar la alegría que da el resucitado y este gozo se desborda o se contagia a los demás hermanos. Que bello !
En la última parte la lectura nos dice “ Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta “. El Apocalipsis da una razón para esas bendiciones de los elegidos: sus labios son sinceros y su conducta irreprochable (Ap 14,5). Quizá no deberíamos entender estos términos en primer lugar como calificaciones morales, esto es, como si la Biblia estuviera diciendo: "se portaron tan bien y tan correctamente, que merecen estar con el Cordero". La perspectiva entera del libro es profética: los que son alabados son ante todo los que han sostenido en sus labios la palabra, "el testimonio" , ósea han dejado ver el rostro de Cristo en sus vida. Los "labios sinceros", o mejor: labios "sin engaño" son aquellos que han mantenido el testimonio y no han caído en la "falsedad", que, en lenguaje de los profetas, es, sobre todo, la idolatría. También algo parecido hay que decir de la "conducta irreprochable". Más que un apelativo moral construido por el esfuerzo humano es el fruto natural de los redimidos. San Pablo llama así, "irreprochables" a los redimidos: "El os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de El" (Col 1,22). Tal vez el sentido es: "aquellos en quienes está viva la gracia de la redención". No excluye el esfuerzo, la voluntad, los buenos hábitos, pero se funda ante todo en la obra de Dios por Cristo, los que aceptan a Cristo no solo con palabras sino que dejan que Cristo habite en ellos y así Dios haga la obra que soñó para ellos. Aquellos que viven así, hasta esa dimensión de permanencia en la gracia primera, son los elegidos.
El evangelio nos invita a no tener miedo a tomar la decisión radical de apostarle todo por Dios. Lo que significa en otras palabras “ El todo por el todo".
Pero porque hablamos de apostarle todo por Dios?
El mundo tiene sus propias propuestas y reclama sus propios tributos. Tarde o temprano el cristiano descubre que, aunque su vida sea "normal" entra en conflicto con esos intereses e ídolos. Por eso hablamos de una "apuesta". Cuantos quedaron emocionados y enamorados de Cristo en una misa carismática, en un grupo de oración, en un retiro espiritual, quizás muchos? pero cuántos realmente lo siguen? pocos. Es por eso que se cumple lo que dice la escritura, muchos son los llamados y pocos los escogidos.
Nuestro combate es espiritual, es un combate a muerte y es claro que en la medida en que el conflicto se hace más intenso la apuesta se hace más radical. Por eso muchos son los llamados y pocos los escogidos, porque no todos son capaces de tomar una posición radical frente al mundo. Por eso la perspectiva apocalíptica es siempre una perspectiva de apostarlo todo para ganarlo todo.
Ahora retomando el evangelio podemos entender en toda su fuerza al escena de la viuda. Jesús está en Jerusalén. Mas no anda de turista; ni tampoco se trata de una peregrinación más. Son sus días finales; Él está dando el todo por el todo y por eso tiene ojos para descubrir qué implica eso de " ha echado desde su pobreza todo lo que tenía para vivir".
Señor hoy siento en mi corazón un gran gozo, y es de estar enamorado de ti. Tu sabes muy bien lo poco que te puedo ofrecer, pero desde mi pobreza te doy lo que soy y lo que tengo. Gracias por mirarme con tus ojos compasivos y llenos de amor. El mundo mira desde lo superficial, desde las apariencias y hoy me invitas a que aprenda a mirar con tus ojos con una mirada sencilla y profunda, porque es allí donde está la verdadera riqueza. Dame la gracia de dejar brillar la Luz de Cristo en mis acciones y cada cosa que haga tengan una dosis de amor. Líbrame de todo tipo de idolatría y ayúdame a permanecer y vivir la gracia de la redención al aceptar a Cristo como Rey del Universo y Rey de mi vida, para que la obra de Dios que Él mismo soñó se haga en mi, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina
De los sermones de san León Magno, papa
(Sermón 92, 1. 2. 3: PL 54, 454-455)
CUAL SEA EL TRABAJO DE CADA UNO TAL SERÁ SU GANANCIA
Dice el Señor: Si vuestra virtud no es superior a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Esta superioridad de nuestra virtud ha de Consistir en que la misericordia triunfe sobre el juicio. Y en verdad lo más justo y adecuado es que la creatura, hecha a imagen y semejanza de Dios, imite a su creador, que ha establecido la reparación y santificación de los creyentes en el perdón de los pecados, prescindiendo de la severidad del castigo y de cualquier suplicio, y haciendo así que de reos nos convirtiéramos en inocentes y que la abolición del pecado en nosotros fuera el origen de las virtudes.
La virtud cristiana puede superar a la de los escribas y fariseos no por la supresión de la ley, sino por no entenderla en un sentido material. Por esto el Señor, al enseñar a sus discípulos la manera de ayunar, les dice: Cuando ayunéis no os hagáis los melancólicos, como los hipócritas, que ponen una cara mustia, para hacer ver a los demás que están ayunando. Os digo de veras: Ya recibieron su paga. ¿Qué paga, sino la paga de la alabanza de los hombres? Por el deseo de esta alabanza se exhibe muchas veces una apariencia de virtud y se ambiciona una fama engañosa, sin ningún interés por la rectitud interior; así, lo que no es más que maldad escondida se complace en la falsa apreciación de los hombres.
El que ama a Dios se contenta con agradarlo, porque el mayor premio que podemos desear es el mismo amor; el amor, en efecto, viene de Dios, de tal manera que Dios mismo es el amor. El alma piadosa e íntegra busca en ello su plenitud y no desea otro deleite. Porque es una gran verdad aquello que dice el Señor: Donde está tu tesoro, allí está tu corazón. El tesoro del hombre viene a ser como la reunión de los frutos recolectados con su esfuerzo. Lo que uno siembre, eso cosechará, y cual sea el trabajo de cada uno tal será su ganancia; y donde ponga el corazón su deleite, allí queda reducida su solicitud. Mas, como sea que hay muchas clases de riquezas y diversos objetos de placer, el tesoro de cada uno viene determinado por la tendencia de su deseo, y si este deseo se limita a los bienes terrenos, no hallará en ellos la felicidad, sino la desdicha.
En cambio, los que ponen su corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra, y su atención en las cosas eternas, no en las perecederas, alcanzarán una riqueza incorruptible y escondida, aquella a la que se refiere el profeta cuando dice: La sabiduría y el saber serán su refugio salvador, el temor del Señor será su tesoro. Esta sabiduría divina hace que, con la ayuda de Dios, los mismos bienes terrenales se conviertan en celestiales, cuando muchos convierten sus riquezas, ya sea legalmente heredadas o adquiridas de otro modo, en instrumentos de bondad. Los que reparten lo que les sobra para sustento de los pobres se ganan con ello una riqueza imperecedera; lo que dieron en limosnas no es en modo alguno un derroche; éstos pueden en justicia tener su corazón donde está su tesoro, ya que han tenido el acierto de negociar con sus riquezas sin temor a perderlas.
RESPONSORIO Ga 6, 9-10. 8
R. No nos cansemos de practicar el bien; que a su tiempo cosecharemos si no desmayamos. * Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos.
V. Lo que uno siembre, eso cosechará.
R. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Sermón 92, 1. 2. 3: PL 54, 454-455)
CUAL SEA EL TRABAJO DE CADA UNO TAL SERÁ SU GANANCIA
Dice el Señor: Si vuestra virtud no es superior a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Esta superioridad de nuestra virtud ha de Consistir en que la misericordia triunfe sobre el juicio. Y en verdad lo más justo y adecuado es que la creatura, hecha a imagen y semejanza de Dios, imite a su creador, que ha establecido la reparación y santificación de los creyentes en el perdón de los pecados, prescindiendo de la severidad del castigo y de cualquier suplicio, y haciendo así que de reos nos convirtiéramos en inocentes y que la abolición del pecado en nosotros fuera el origen de las virtudes.
La virtud cristiana puede superar a la de los escribas y fariseos no por la supresión de la ley, sino por no entenderla en un sentido material. Por esto el Señor, al enseñar a sus discípulos la manera de ayunar, les dice: Cuando ayunéis no os hagáis los melancólicos, como los hipócritas, que ponen una cara mustia, para hacer ver a los demás que están ayunando. Os digo de veras: Ya recibieron su paga. ¿Qué paga, sino la paga de la alabanza de los hombres? Por el deseo de esta alabanza se exhibe muchas veces una apariencia de virtud y se ambiciona una fama engañosa, sin ningún interés por la rectitud interior; así, lo que no es más que maldad escondida se complace en la falsa apreciación de los hombres.
El que ama a Dios se contenta con agradarlo, porque el mayor premio que podemos desear es el mismo amor; el amor, en efecto, viene de Dios, de tal manera que Dios mismo es el amor. El alma piadosa e íntegra busca en ello su plenitud y no desea otro deleite. Porque es una gran verdad aquello que dice el Señor: Donde está tu tesoro, allí está tu corazón. El tesoro del hombre viene a ser como la reunión de los frutos recolectados con su esfuerzo. Lo que uno siembre, eso cosechará, y cual sea el trabajo de cada uno tal será su ganancia; y donde ponga el corazón su deleite, allí queda reducida su solicitud. Mas, como sea que hay muchas clases de riquezas y diversos objetos de placer, el tesoro de cada uno viene determinado por la tendencia de su deseo, y si este deseo se limita a los bienes terrenos, no hallará en ellos la felicidad, sino la desdicha.
En cambio, los que ponen su corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra, y su atención en las cosas eternas, no en las perecederas, alcanzarán una riqueza incorruptible y escondida, aquella a la que se refiere el profeta cuando dice: La sabiduría y el saber serán su refugio salvador, el temor del Señor será su tesoro. Esta sabiduría divina hace que, con la ayuda de Dios, los mismos bienes terrenales se conviertan en celestiales, cuando muchos convierten sus riquezas, ya sea legalmente heredadas o adquiridas de otro modo, en instrumentos de bondad. Los que reparten lo que les sobra para sustento de los pobres se ganan con ello una riqueza imperecedera; lo que dieron en limosnas no es en modo alguno un derroche; éstos pueden en justicia tener su corazón donde está su tesoro, ya que han tenido el acierto de negociar con sus riquezas sin temor a perderlas.
RESPONSORIO Ga 6, 9-10. 8
R. No nos cansemos de practicar el bien; que a su tiempo cosecharemos si no desmayamos. * Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos.
V. Lo que uno siembre, eso cosechará.
R. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
sábado, 24 de noviembre de 2018
Lectio divina
LA PARTICIPACIÓN DE LOS MÁRTIRES EN LA VICTORIA DE CRISTO CABEZA
Yo, Pablo, encarcelado por el nombre de Cristo, os quiero explicar las tribulaciones en que me veo sumergido cada día, para que, enfervorizados en el amor a Dios, alabéis conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Esta cárcel es un verdadero infierno: a los crueles suplicios de toda clase, como son grillos, cadenas de hierro y ataduras, hay que añadir el odio, las venganzas, las calumnias, palabras indecentes, peleas, actos perversos, juramentos injustos, maldiciones y, finalmente, angustias y tristeza. Pero Dios, que en otro tiempo libró a los tres jóvenes del horno de fuego, está siempre conmigo y me libra de estas tribulaciones y las convierte en dulzura, porque es eterna su misericordia.
En medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que Cristo está conmigo.
Él, nuestro maestro, aguanta todo el peso de la cruz, dejándome a mí solamente la parte más pequeña e insignificante. Él, no sólo es espectador de mi combate, sino que toma parte en él, vence y lleva a feliz término toda la lucha. Por esto en su cabeza lleva la corona de la victoria, de cuya gloria participan también sus miembros.
¿Cómo resistir este espectáculo, viendo cada día cómo los emperadores, los mandarines y sus cortesanos blasfeman tu santo nombre, Señor, que te sientas sobre querubines y serafines? ¡Mira, tu cruz es pisoteada por los paganos! ¿Dónde está tu gloria? Al ver todo esto, prefiero, encendido en tu amor, morir descuartizado, en testimonio de tu amor.
Muestra, Señor, tu poder, sálvame y dame tu apoyo, para que la fuerza se manifieste en mi debilidad y sea glorificada ante los gentiles, ya que, si llegara a vacilar en el camino, tus enemigos podrían levantar la cabeza con soberbia.
Queridos hermanos, al escuchar todo esto, llenos de alegría, tenéis que dar gracias incesantes a Dios, de quien procede todo bien; bendecid conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Proclame mi alma la grandeza del Señor, se alegre mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su siervo y desde ahora me felicitarán todas las generaciones futuras, porque es eterna su misericordia.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos, porque lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder, y lo despreciable, lo que no cuenta, lo ha escogido Dios para humillar lo elevado. Por mi boca y mi inteligencia humilla a los filósofos, discípulos de los sabios de este mundo, porque es eterna su misericordia.
Os escribo todo esto para que se unan vuestra fe y la mía. En medio de esta tempestad echo el ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón.
En cuanto a vosotros, queridos hermanos, corred de manera que ganéis el premio, haced que la fe sea vuestra coraza y empuñad las armas de Cristo con la derecha y con la izquierda, como enseña san Pablo, mi patrono. Más os vale entrar tuertos o mancos en la vida que ser arrojados fuera con todos los miembros.
Ayudadme con vuestras oraciones para que pueda combatir como es de ley, que pueda combatir bien mi combate y combatirlo hasta el final, corriendo así hasta alcanzar felizmente la meta; en esta vida ya no nos veremos, pero hallaremos la felicidad en el mundo futuro, cuando, ante el trono del Cordero inmaculado, cantaremos juntos sus alabanzas, rebosantes de alegría por el gozo de la victoria para siempre. Amén.
RESPONSORIO Cf. Hb 12, 1-3
R. Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, * fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
V. Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo.
R. Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
ORACIÓN.
OREMOS,
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre; concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
Yo, Pablo, encarcelado por el nombre de Cristo, os quiero explicar las tribulaciones en que me veo sumergido cada día, para que, enfervorizados en el amor a Dios, alabéis conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Esta cárcel es un verdadero infierno: a los crueles suplicios de toda clase, como son grillos, cadenas de hierro y ataduras, hay que añadir el odio, las venganzas, las calumnias, palabras indecentes, peleas, actos perversos, juramentos injustos, maldiciones y, finalmente, angustias y tristeza. Pero Dios, que en otro tiempo libró a los tres jóvenes del horno de fuego, está siempre conmigo y me libra de estas tribulaciones y las convierte en dulzura, porque es eterna su misericordia.
En medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que Cristo está conmigo.
Él, nuestro maestro, aguanta todo el peso de la cruz, dejándome a mí solamente la parte más pequeña e insignificante. Él, no sólo es espectador de mi combate, sino que toma parte en él, vence y lleva a feliz término toda la lucha. Por esto en su cabeza lleva la corona de la victoria, de cuya gloria participan también sus miembros.
¿Cómo resistir este espectáculo, viendo cada día cómo los emperadores, los mandarines y sus cortesanos blasfeman tu santo nombre, Señor, que te sientas sobre querubines y serafines? ¡Mira, tu cruz es pisoteada por los paganos! ¿Dónde está tu gloria? Al ver todo esto, prefiero, encendido en tu amor, morir descuartizado, en testimonio de tu amor.
Muestra, Señor, tu poder, sálvame y dame tu apoyo, para que la fuerza se manifieste en mi debilidad y sea glorificada ante los gentiles, ya que, si llegara a vacilar en el camino, tus enemigos podrían levantar la cabeza con soberbia.
Queridos hermanos, al escuchar todo esto, llenos de alegría, tenéis que dar gracias incesantes a Dios, de quien procede todo bien; bendecid conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Proclame mi alma la grandeza del Señor, se alegre mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su siervo y desde ahora me felicitarán todas las generaciones futuras, porque es eterna su misericordia.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos, porque lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder, y lo despreciable, lo que no cuenta, lo ha escogido Dios para humillar lo elevado. Por mi boca y mi inteligencia humilla a los filósofos, discípulos de los sabios de este mundo, porque es eterna su misericordia.
Os escribo todo esto para que se unan vuestra fe y la mía. En medio de esta tempestad echo el ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón.
En cuanto a vosotros, queridos hermanos, corred de manera que ganéis el premio, haced que la fe sea vuestra coraza y empuñad las armas de Cristo con la derecha y con la izquierda, como enseña san Pablo, mi patrono. Más os vale entrar tuertos o mancos en la vida que ser arrojados fuera con todos los miembros.
Ayudadme con vuestras oraciones para que pueda combatir como es de ley, que pueda combatir bien mi combate y combatirlo hasta el final, corriendo así hasta alcanzar felizmente la meta; en esta vida ya no nos veremos, pero hallaremos la felicidad en el mundo futuro, cuando, ante el trono del Cordero inmaculado, cantaremos juntos sus alabanzas, rebosantes de alegría por el gozo de la victoria para siempre. Amén.
RESPONSORIO Cf. Hb 12, 1-3
R. Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, * fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
V. Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo.
R. Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
ORACIÓN.
OREMOS,
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre; concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
viernes, 23 de noviembre de 2018
El hacer que Dios quiere para nosotros llega a convertirse en el ser, en lo que nosotros mismos somos.
Apocalipsis 10, 8-11
Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo, diciendo: "Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra." Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito." Él me contestó: "Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor."
Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago.
Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."
Palabra de Dios
Salmo 118 " Qué dulce al paladar tu promesa"
Lucas 19, 45-48
En aquel tiempo entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos"". Todos los días enseñaba en el templo.
Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Una de las experiencias personales que he tenido cuando comencé a predicar la Palabra de Dios es que los primeros exhortados y corregidos somos los que sentimos el llamado a evangelizar. El misterio de la predicación tiene una parte dulce y otra amarga. Es dulce porque agrada a nuestra inteligencia, quizás porque es la palabra que estábamos esperando escuchar por mucho tiempo, pero también es amarga por las consecuencias que trae. Cuando digo consecuencias es porque llegas a un punto que la Palabra de Dios tiene tanto poder que es como que te quemara lo más profundo de tu corazón y te pide coherencia, la Palabra de Dios te confronta a ti mismo, con lo que estás predicando a otros y además que estas haciendo con tu vida. Es por eso que desde mi experiencia personal puedo afirmar que la palabra de Dios es dulce y además amarga.
Todos los cristianos cuando recibimos el bautismo, el bautizado se le unge con el Santo Crisma y es por eso que el Bautismo nos configura con Cristo. En virtud del crisma se nos consagra, se nos hace sagrados. Dice el sacerdote a los bautizados en la crismación que se les unge “para que, incorporados a su pueblo y permaneciendo unidos a Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey, viváis eternamente”.
Por la unión con Cristo somos constituidos en lo mismo que es él. Cristo es Sacerdote, Profeta y Rey y eso mismo somos nosotros una vez bautizados: sacerdotes, profetas y reyes.
Dado que todos los bautizados estamos llamados a ser profetas, osea evangelizar la palabra de Dios entonces en qué momento puedo decir que estoy listo para hacerlo. No solo es evangelizador aquellas personas que agrupan grupos, llenan teatros, todos evangelizamos con nuestra vida. Este ministerio no es solo para algunos, todos estamos llamados a ser profetas, a evangelizar con la Palabra a todas las Naciones en el Nombre de Cristo, como dice al final de la primera lectura “ Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.".
Retomando la primera lectura del dia de ayer que nos hablaba acerca de un rollo grande, hoy nos hablan de un librito pequeño. Con la ayuda del Espíritu Santo podemos decir que el rollo grande es el plan de Dios, el plan Divino se cumplio a traves de su Hijo Jesucristo. Entonces qué significa el librito pequeño? cada uno de nosotros tenemos una parte del rollo grande, osea de ese rollo grande sale una parte pequeña que es el librito. Ese librito es nuestra pequeña tarea. Esto tiene lógica decirlo porque si todos formamos y hacemos parte del plan de Dios y hacemos parte de la familia de Dios, cada uno tenemos una pequeña tarea dentro de la familia.
Al ser parte de la familia de Cristo por medio del Bautismo, porque como lo dijimos anteriormente nos consagramos y nos configuramos como Cristo, entonces está escrito que vamos a padecer como el mismo Cristo. Como dice Lucas 10,3 "os envío como corderos en medio de lobos" . La Misión no es fácil, no podemos desfallecer porque "los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares" (Sal 126,5).
Pero qué significa entonces devorarse el Librito? Devorarse el librito es apropiarse de lo que Dios nos a encomendado, es apropiarnos el plan o la misión de Dios. El librito es donde yo encuentro para que soy bueno, para qué vine a la tierra, cuál es el verdadero sentido a mi vida, todas las respuestas vienen de Dios, ese es el plan de Dios para mi. Ese el plan que Dios sueña hacerlo en mi. Cuando le plan de Dios me llena, ese dia que soy habitado por ese plan, ese designio de Dios florece dentro de mi y me llena, entonces mi misión, mi hacer y mi propio ser se fusionan. Es por eso que un verdadero Apóstol de Cristo se reconoce cuando es sanado en su ser y cambia su que hacer. Eso significa comerse el librito.
Preguntemos si realmente conocemos el Plan de Dios ha soñado para mi,? Nos hemos entregado a ese plan? nos hemos entregado a ese designio de Dios ?
Porque decimos que el libro sabía dulce cuando me lo comí pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago. Porque entender la teoría es muy fácil pero cuando llegamos a la práctica sí que cuesta. Entender que debemos de perdonar hasta 70 veces siete, osea siempre, en teoría hasta puede ser fácil, pero cuando tienes que perdonar aquella persona que estuvo cerca de ti, que tu misma le abriste tu corazón y le diste tu confianza para después darte cuenta que te traiciono, que abusó de tus sentimientos, y llegas a leer el evangelio y Jesús te pide que practiques el perdon, cierto que eso no es nada fácil, para ti y para mi no es fácil hacerlo.
La teoría sola no sirve, de qué sirve leer la biblia, hasta saberse varios versículos de memoria y estas lejos de la práctica. Solo aquel quien a pasado por al amargura y hemos experimentado ese sabor agrio es cuando realmente hemos aceptado y hemos hecho propio los designios de Dios.
Cuando se abraza ese misterio de Dios que ya no en abstracto sino que está en algo concreto de mi vida es ahí cuando me alimenta y se cumple en mí la Palabra de Dios. Ahí se cumple lo que Jesús dice en las bienaventuranzas, bienaventurados los perseguidos por causa del evangelio, Bienaventurados cuando calumnien….
En el momento que el hombre hace suyo el designio de Dios osea se apropia de la misión o plan de Dios en su vida,entonces ya se puede cumplir el plan de Dios en el. Ahora si, Dios no envia a que profetice a los pueblos, naciones, lenguas y reyes. Solo quien ha experimentado la dulzura y la amargura, verdaderamente si puede servir plenamente al plan de Dios. Pidámosle al Señor que nos ayude a ser útiles en su designio para que pueda cumplir en nosotros su propósito.
Gracias Señor por la sabiduría de Tu palabra que cada vez me ayuda a crecer en la fe. Hoy me recuerdas que tienes un plan divino que quieres que se haga en mí, esa también es la misión de mi vida. Ayúdame a configurarme contigo para que desde mi obediencia y voluntad pueda hacer realidad los planes que Dios pensó para mi, esos mismos planes van a colmar los anhelos más profundos de mi propio ser. Dame el coraje de abrazar el misterio de los designios Divinos que tienen un sabor dulce pero también amargo, lo que significa es que la teoría del evangelio es muy bonita pero no vale nada sino lo llevo a la práctica. Dame la gracia de hacer Tu Palabra carne en mi propia vida para poder ser útil para ti y así cumplir el propósito que has soñado para mi. Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
--
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina
Del Tratado de san Juan Eudes, presbítero, Sobre el reino de Jesús
(Parte 3, 4: Opera omnia 1, 310-312)
EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS Y EN LA IGLESIA
Debemos continuar y completar en nosotros los estados y misterios de la vida de Cristo, y suplicarle con frecuencia que los consume y complete en nosotros y en toda su Iglesia.
Porque los misterios de Jesús no han llegado todavía a su total perfección y plenitud. Han llegado ciertamente a su perfección y plenitud en la persona de Jesús, pero no en nosotros, que somos sus miembros, ni en su Iglesia, que es su cuerpo místico. El Hijo de Dios quiere comunicar y extender en cierto modo y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia, ya sea mediante las gracias que ha determinado otorgarnos, ya mediante los efectos que quiere producir en nosotros a través de estos misterios. En este sentido quiere completarlos en nosotros.
Por esto san Pablo dice que Cristo halla su plenitud en la Iglesia y que todos nosotros contribuimos a su edificación y a la edad de Cristo en su plenitud, es decir, a aquella edad mística que él tiene en su cuerpo místico, y que no llegará a su plenitud hasta el día del juicio. El mismo Apóstol dice, en otro lugar, que él va completando las tribulaciones que aún le quedan por sufrir con Cristo en su carne mortal.
De este modo el Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta, formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los santos sacramentos del bautismo y de la sagrada eucaristía, y haciendo que llevemos una vida espiritual e interior, oculta con él en Dios.
Quiere completar en nosotros el misterio de su pasión, muerte y resurrección, haciendo que suframos, muramos y resucitemos con él y en él. Finalmente, completará en nosotros su estado de vida gloriosa e inmortal cuando haga que vivamos con él y en él una vida gloriosa y eterna en el cielo. Del mismo modo quiere consumar y completar los demás estados y misterios de su vida en nosotros y en su Iglesia, haciendo que nosotros los compartamos y participemos de ellos, y que en nosotros sean continuados y prolongados.
Según esto, los misterios de Cristo no estarán completos hasta el final de aquel tiempo que él ha destinado para la plena realización de sus misterios en nosotros y en la Iglesia, es decir, hasta el fin del mundo.
RESPONSORIO Col 1, 24. 29
R. Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por vosotros, * y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
V. Con este fin me esfuerzo y lucho, contando con la eficacia de Cristo, que actúa poderosamente en mí.
R. Y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Parte 3, 4: Opera omnia 1, 310-312)
EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS Y EN LA IGLESIA
Debemos continuar y completar en nosotros los estados y misterios de la vida de Cristo, y suplicarle con frecuencia que los consume y complete en nosotros y en toda su Iglesia.
Porque los misterios de Jesús no han llegado todavía a su total perfección y plenitud. Han llegado ciertamente a su perfección y plenitud en la persona de Jesús, pero no en nosotros, que somos sus miembros, ni en su Iglesia, que es su cuerpo místico. El Hijo de Dios quiere comunicar y extender en cierto modo y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia, ya sea mediante las gracias que ha determinado otorgarnos, ya mediante los efectos que quiere producir en nosotros a través de estos misterios. En este sentido quiere completarlos en nosotros.
Por esto san Pablo dice que Cristo halla su plenitud en la Iglesia y que todos nosotros contribuimos a su edificación y a la edad de Cristo en su plenitud, es decir, a aquella edad mística que él tiene en su cuerpo místico, y que no llegará a su plenitud hasta el día del juicio. El mismo Apóstol dice, en otro lugar, que él va completando las tribulaciones que aún le quedan por sufrir con Cristo en su carne mortal.
De este modo el Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta, formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los santos sacramentos del bautismo y de la sagrada eucaristía, y haciendo que llevemos una vida espiritual e interior, oculta con él en Dios.
Quiere completar en nosotros el misterio de su pasión, muerte y resurrección, haciendo que suframos, muramos y resucitemos con él y en él. Finalmente, completará en nosotros su estado de vida gloriosa e inmortal cuando haga que vivamos con él y en él una vida gloriosa y eterna en el cielo. Del mismo modo quiere consumar y completar los demás estados y misterios de su vida en nosotros y en su Iglesia, haciendo que nosotros los compartamos y participemos de ellos, y que en nosotros sean continuados y prolongados.
Según esto, los misterios de Cristo no estarán completos hasta el final de aquel tiempo que él ha destinado para la plena realización de sus misterios en nosotros y en la Iglesia, es decir, hasta el fin del mundo.
RESPONSORIO Col 1, 24. 29
R. Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por vosotros, * y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
V. Con este fin me esfuerzo y lucho, contando con la eficacia de Cristo, que actúa poderosamente en mí.
R. Y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
jueves, 22 de noviembre de 2018
Jesús aun llora por la dureza de nuestro corazón.
Apocalipsis 5, 1-10
Yo, Juan, a la derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces: "¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?"
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido.
Pero uno de los ancianos me dijo: "No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos. "
Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos-son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra-. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume-son las oraciones de los santos-. Y entonaron un cántico nuevo: "Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra."
Palabra de Dios
Salmo 149 " Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes "
Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida".
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy la primera lectura nos muestra la Victoria de Cristo. Para aquellos que ya están al otro lado después de haber pasado por el camino de dolor y la tragedia, sí que ellos pueden afirmar que esto es verdad. Quizás para aquellos que en este momento están viviendo ese momento tortuoso y doloroso ven el futuro incierto y fácilmente sin esperanzas. Es fácil uno decirles “ Tenga esperanzas, no se preocupe que todo va salir bien “. Uno desde lo humano da su mejor esfuerzo para consolar al hermano pero realmente nuestras palabras no alcanzan a dar la paz y la esperanza que Cristo trae.
Es motivo de inmenso gozo ver que Cristo tiene algo que decir cuando todos callan y sabe iluminar aun en medio de la más espesa noche. Su secreto está a la vista: él es aquel que viene lavado en su propia Sangre, en la que se resumen todas nuestras preguntas y reproches a la vida. Ya él ha cruzado el angustioso río del absurdo y fue más grande que los torrentes del caos y de la muerte. ¡Ha vencido, aleluya!
En el evangelio nos trae una escena preciosa como es que Jesús llora al ver a Jerusalén.
Jesús porque llora, cuál es la causa de tanto dolor? Jerusalén una ciudad santa que no conoció el tiempo de la visita de Dios. El Señor está arrasado en lágrimas de amor, de un amor no correspondido.
Pensemos por un momento y ponte a pensar si solo Jesús lloró esa vez al ver a Jerusalen de lejos o sera que aun sigue llorando porque decimos conocerlo pero no es así, decimos amarlo pero no lo amamos a profundidad, decimos que El nos ama pero realmente no nos dejamos amar por El. El sigue llorando en nuestro tiempo porque aún no hemos comprendido que con Él lo tenemos todo.
Jesús nos habla fuerte al decir “ Sí al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! ¡El Señor dice esto LLORANDO! Si eso lo hizo por una ciudad de piedra, ¿cuánto más no lo hará cuando ve nuestro corazón que lo rechaza a Él mismo ?
Pensamos que la paz nos da las cosas exteriores y que podemos ser felices si matamos a Dios, eso es lo que el maligno nos quiere hacer creer y él está al acecho para intentarnos caer. El Señor nos está hablando al corazón constantemente, pero es más fácil actuar como los habitantes de la Jerusalén terrena y matar al Señor en nuestra conciencia. Que tontos somos al no darnos cuenta el amor que Cristo nos ofrece en la cruz.
¡Si comprendieras lo que conduce a la paz! Sólo el Señor puede hacer que su palabra sea "Dabar" (término hebreo que significa palabra que al ser pronunciada crea lo que dice) Si el Señor te desea la paz con su palabra creadora, y eres dócil al regalo que te quiere dar, serás una piedra viva más bella y santa, más parecida a Cristo, la Piedra Angular, en la ciudad santa, la Jerusalén celestial. Acoge la Palabra en tu corazón como María y verás como da grandes frutos.
Señor tu amor es tan grande que aun lloras porque aún no hemos entendido el ofrecimiento que hiciste en la cruz. Perdona aquellos que te pagan con la ingratitud y desprecio, por los que te ofendemos constantemente, cuida y protege aquellos quienes si te agradan Señor con sus obras, apartalos de todo mal. Hoy también quiero orar por aquellos que aún no te conocen, por los que un dia te conocieron y se alejaron porque no entendieron tu visita. Gracias por no cansarte en visitar la morada de nuestro corazón porque lo único que quieres es traer verdadera alegría y consuelo a nuestras vida. Danos la gracia de comprender que contigo lo tengo todo y que sin ti no valgo nada, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!!
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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Lectio Divina
De los Comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 32, sermón 1, 7-8: CCL 38, 253-254)
CANTAD A DIOS CON MAESTRÍA Y CON JÚBILO
Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo, ya que se os invita al cántico nuevo. Nuevo hombre, nuevo Testamento, nuevo cántico. El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo los hombres nuevos, renovados de su antigua condición por obra de la gracia y pertenecientes ya al nuevo Testamento, que es el reino de los cielos. Por él suspira todo nuestro amor y canta el cántico nuevo. Pero es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo.
Cantadle un cántico nuevo, cantadle con maestría. Cada uno se pregunta cómo cantará a Dios. Cántale, pero hazlo bien. Él no admite un canto que ofenda sus oídos. Cantad bien, hermanos. Si se te pide que cantes para agradar a alguien entendido en música, no te atreverás a cantarle sin la debida preparación musical, por temor a desagradarle, ya que él, como perito en la materia, descubrirá unos defectos que pasarían desapercibidos a otro cualquiera. ¿Quién, pues, se prestará a cantar con maestría para Dios, que sabe juzgar del cantor, que sabe escuchar con oídos críticos? ¿Cuándo podrás prestarte a cantar con tanto arte y maestría que en nada desagrades a unos oídos tan perfectos?
Mas he aquí que él mismo te sugiere la manera cómo has de cantarle: no te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.
El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.
RESPONSORIO Sal 70, 8. 23; 9 A, 3
R. Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día; * te aclamarán mis labios, Señor.
V. Me alegro y exulto contigo y toco en honor de tu nombre, ¡oh Altísimo!
R. Te aclamarán mis labios, Señor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Acoge con bondad nuestras súplicas, Señor, y, por intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
(Salmo 32, sermón 1, 7-8: CCL 38, 253-254)
CANTAD A DIOS CON MAESTRÍA Y CON JÚBILO
Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo, ya que se os invita al cántico nuevo. Nuevo hombre, nuevo Testamento, nuevo cántico. El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo los hombres nuevos, renovados de su antigua condición por obra de la gracia y pertenecientes ya al nuevo Testamento, que es el reino de los cielos. Por él suspira todo nuestro amor y canta el cántico nuevo. Pero es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo.
Cantadle un cántico nuevo, cantadle con maestría. Cada uno se pregunta cómo cantará a Dios. Cántale, pero hazlo bien. Él no admite un canto que ofenda sus oídos. Cantad bien, hermanos. Si se te pide que cantes para agradar a alguien entendido en música, no te atreverás a cantarle sin la debida preparación musical, por temor a desagradarle, ya que él, como perito en la materia, descubrirá unos defectos que pasarían desapercibidos a otro cualquiera. ¿Quién, pues, se prestará a cantar con maestría para Dios, que sabe juzgar del cantor, que sabe escuchar con oídos críticos? ¿Cuándo podrás prestarte a cantar con tanto arte y maestría que en nada desagrades a unos oídos tan perfectos?
Mas he aquí que él mismo te sugiere la manera cómo has de cantarle: no te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.
El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.
RESPONSORIO Sal 70, 8. 23; 9 A, 3
R. Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día; * te aclamarán mis labios, Señor.
V. Me alegro y exulto contigo y toco en honor de tu nombre, ¡oh Altísimo!
R. Te aclamarán mis labios, Señor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Acoge con bondad nuestras súplicas, Señor, y, por intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
miércoles, 21 de noviembre de 2018
Algunos pretenden dominar el mundo pero son incapaces de dominarse a sí mismos.
Génesis 3, 9-15. 20
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: “Dónde estás?”
El contestó: “Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque desnudo, y me escondí.”
El Señor le replicó: “Quién te informó que estabas desnudo? Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?
Adán respondió: “La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.”
El Señor dijo a la mujer: “Qué es lo que has hecho?”
Ella respondió: “La serpiente me engañó y comí.”
El Señor dijo a la serpiente: “Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá la cabeza cuando tú la hieras en el talón.”
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios
Salmo 44 " De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir"
Romanos 5, 12. 17-19
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación.
En resumen: si el delito de uno trajo la condena de todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Palabra de Dios
Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó: “Oye tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.”
Pero él contestó al que avisaba:
“Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?” Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos.” El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy nuestra Iglesia celebra la memoria de la presentación de la Bienaventurada Virgen Maria.
Nos podemos preguntar porqué es importante esta celebración para los católicos y podemos decir que esta fiesta es una celebración de la libertad humana, si porque Dios desde su amor nos ama de tal manera que nos da la libertad para tomar decisiones, como dice en Isaías “ Los traje con correas de amor hacia mi “.
Casi todas las fiestas de la virgen nos muestran las obras de Dios en ella, pero esta nos recuerda que la gracia encontró en Ella un corazón generoso y resuelto. Un corazón que se "presentó"; se ofreció a Dios. Esta es la primera enseñanza para nosotros, pregúntate si tu y yo permitimos que las obras de Dios se hagan en nosotros. Somos la ventana de Dios para que los demás vean a el Dios vivo que está en medio de nosotros?
Algunos piensan que la libertad humana y el amor hacia Dios van en dirección contraria, lo cual es un error. En María vemos que no es así, desde su libertad como persona se pone en camino o a disposición hacia Dios para que las obras de Dios se haga en ella. La libertad no es hacer cualquier cosa, ni desear cualquier cosa, ni predicar cualquier cosa.
Una oración del padre Ignacio Larrañaga dice: "eres señora del universo porque primero eres señora de ti misma". Muchos de nosotros pueden o tratan de dominar el mundo pero no pueden dominarse a sí mismos. Se convierten así en instrumentos inútiles porque viven para el mundo entonces son esclavizados de la moda, pretenden crear imperios, ser importantes. Maria aparece como dueña de sí, y por lo mismo, capaz de darse.
Pero hay que tener mucho cuidado si la creatura pretende ser un absoluto y un fin para sí mismo, porque escoge el camino de Lucifer o el del Anticristo. Ser dueños de nosotros es el paso irrenunciable pero no último para poder trascender, para entregarnos, para donarnos. María nos enseña que al mismo tiempo es dueña de sí, osea desde su libertad toma la decisión de ser para el Señor y a la vez es esclava del Señor. No hay contradicción en los términos: sólo quien se posee puede darse, y no hay opción más sabia, bella o justa que ofrecer en gratitud y obediencia nuestro ser a quien mejor nos conoce y ama, a nuestro Padre Celestial.
Es precioso la lectura de Romanos, porque compara que así como entró el pecado al mundo por un hombre, también por un hombre llego la salvacion. Esto se resume en la última frase que dice en Romanos “ Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos”, Amen.
Por último quiero compartirles lo importante que es en la eucaristía el momento de la plegaria eucarística. En las plegarias eucarísticas se relaciona siempre la ofrenda de Jesús y la nuestra, que no es otra sino nuestra unión con él. Estar unidos con El es que sintamos dolor cuando nosotros le ofendemos y además sintamos profundo dolor por las ofensas de los demás hacia Cristo.
Es lo que nos enseñó san Pablo: "gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fuisteis entregados; y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia. Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de vuestra carne. Porque de la manera que presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia, para santificación" (Rom 6,17-19). Notemos cómo aquí presentarse y ofrecerse son sinónimos, lo mismo que ser obedientes y ser siervos.
Que bello reconocer una vez más la disposición del corazón de la Virgen María, Ella que desde su libertad como creatura y movida por la gracia de Dios se puso en camino desde el amor y la obediencia para que las obras de Dios se hiciera en ella. Que por intersección de la Virgen María , ella nos ayude alcanzar la gracia de tener un corazón generoso y resuelto para que seamos la ventana de Dios y que los demás vean a un Dios vivo que está en medio de nosotros. Hoy quiero disponer todo mi ser frente a ti Señor porque quiero ofrecerme yo mismo, por favor acepta mi sacrificio por tu misericordia para que sea un instrumento útil en tus manos y que Tu obra que has soñado en mi se realice si es Tu Santa voluntad, Amén, Amén, Amén.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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