martes, 31 de diciembre de 2019

Ultimo dia del año, hay que hacer un balance de este año que ya finaliza y revisar cuál será nuestro plan para el próximo año.


1 Juan 2,18-21
Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos hace una gran advertencia, y es que debemos de vivir con prudencia y estar vigilantes de lo que sucede a nuestro alrededor. No podemos hacernos los de la vista corta, los desentendidos, o dejarnos llevar por los impulsos. Todos sabemos que el mal lo que busca es dividir, traer desconfianza, distorsiona la verdad y quiere hacer parecer lo malo no tan malo. Por tal motivo la mejor manera para uno no perder el horizonte que es Cristo hay que sumergirse en su amor y en su sabiduría porque en el silencio y en la quietud de nuestro corazón El mismo se nos revela.

Además el apóstol Juan nos dice que tengamos la certeza de que el Espíritu Santo está en nosotros y esa unción interior que viene de lo alto  nos va a conducir a la verdad completa y nos va recordar las Palabras de Cristo. Hay que tener una actitud valiente para enfrentar el mundo, esto significa que no estamos solos porque los propósitos y sueños que el Señor quiere que hagamos en Su Nombre El mismo nos va ayudar para poderlos  lograr.

Cada uno de nosotros llevamos una joya preciosa y hay que cuidarla, esto es la fe, la esperanza y la caridad. No tengas miedo porque hay una uncion en ti que viene de Dios.

Salmo 95 " Alégrese el cielo, goce la tierra"

Juan 1,1-18
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra de Dios


Ya estamos a pocas horas de terminar este 2019 y así como las empresas hacen balance financiero, nosotros como cristianos también debemos de hacer nuestro balance.  Entre estas tenemos la evangelización, la oración y actitudes de misericordia.

La evangelización, desde que recibimos el bautismo ya hacemos parte de la familia de Dios, y en la confirmación estamos afirmando nuestra fe. Entonces preguntémonos cómo estoy  yo en la responsabilidad de difundir el evangelio, de traer a otros a Cristo. Como es mi testimonio? Los demás ven a Cristo en mis obras, en el dia a dia?  Soy puente de reconciliación ?  he sido bendición para que otros se acerquen al Señor a través del Sacramento de la confesión y además que se integren en una comunidad viva de fe para que vuelvan a la práctica de los sacramentos?

Oración, Que avance real ha habido en la oración con Dios? quizás este año frecuente más la misa, escuche algunos audios y videos que me ayudaron a conocer más a Dios, tome más horas para orarle al Señor ya sea frente al santísimo o en la soledad de mi cuarto. De pronto este año empecé con prácticas de devoción como rezar el Rosario y además se promovió estas y otras devociones a nuestras comunidades.

Obras de misericordia, que nuestros rezos y prácticas de devoción se nos note con el hermano que Dios nos pone en nuestro camino. Revisa muy bien en que dia y con quien manifestaste la misericordia de Dios. Sera que alguien podrá decir que de nosotros recibió la compasión de Dios. Que obras concretas u obras de amor tanto espirituales como materiales hicimos en este 2019.

Este corto examen de conciencia nos ayuda a organizar un plan para el año que viene, no nos desanimemos, pero hay que ser conscientes y vigilantes de lo que hacemos y lo que dejamos de hacer.

Señor Jesús,  gracias por este 2.019 que nos has regalado y quiero hacer un balance de mi vida cristiana. Hoy hago cuentas y reconozco lo mucho que aun me falta para llevar tu mensaje donde tu quieres que lo lleve. No tengo temor porque voy en tu Nombre, solo te pido que me ayudes a escucharte para ser un instrumento útil en tus manos. Dame la gracia de acercarme más en la oración para poder lograr escuchar tu voz y conocerte en profundidad para poder descubrir Tu Plan Divino. Ayúdame a ser bendición para mis hermanos, que a través de la misericordia que tú mismo me ofreces yo también la pueda ofrecer a otros, para que ellos puedan ver Tu rostro y amor a través de cada obra que haga en Tu Nombre, Amen.

Dios los bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!

Feliz Año en Cristo Jesús



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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


Lectio Divina

EL NACIMIENTO DEL SEÑOR ES EL NACIMIENTO DE LA PAZ

Aunque el estado de infancia, que el Hijo de Dios asumió sin considerarlo impropio de su grandeza, se haya transformado ya en estado de varón perfecto y aunque, una vez consumado el triunfo de la pasión y resurrección, haya llegado a su fin todo lo que era propio del estado de anonadamiento, que el Señor aceptó por nosotros, sin embargo, la fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de la vida de Jesús, nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de nuestro Salvador, se nos invita a celebrar también nuestro propio nacimiento como cristianos.

La generación de Cristo, en efecto, es el origen del pueblo cristiano, ya que el nacimiento de la cabeza incluye en sí el nacimiento de todo el cuerpo.

Aunque cada uno de los que llama el Señor a formar parte de su pueblo sea llamado en un tiempo determinado y aunque todos los hijos de la Iglesia hayan sido llamados cada uno en días distintos, con todo, la totalidad de los fieles, nacida en la fuente bautismal, ha nacido con Cristo en su nacimiento, del mismo modo que ha sido crucificada con Cristo en su pasión, ha sido resucitada en su resurrección y ha sido colocada a la derecha del Padre en su ascensión.

El creyente que en cualquier parte del mundo es regenerado en Cristo se libra de la culpa original y, al renacer, se transforma en un hombre nuevo; en adelante ya no cuenta la generación carnal de sus padres, sino la generación por la que ha renacido del Salvador, que quiso hacerse Hijo del hombre para que nosotros pudiéramos llegar a ser hijos de Dios.

Pues, si él no hubiera descendido por su humildad hasta nosotros, jamás ninguno de nosotros, por sus propios méritos, hubiera podido llegar hasta él.

Por eso la misma grandeza del don que nos ha sido otorgado exige de nosotros una veneración proporcionada a la excelsitud de esta dádiva; así nos lo enseña el Apóstol, cuando dice: No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado; el mejor modo de ofrecer a Dios nuestro homenaje religioso es, sin duda, ofrecerle lo que él mismo nos ha dado.

Y ¿qué cosa mejor podríamos encontrar entre los dones divinos, para honrar la fiesta de hoy, que aquella paz que anunciaron los ángeles en el nacimiento del Señor?

En efecto, esta paz es la que engendra hijos de Dios, la que alimenta el amor, la que es madre de la unidad. Ella es descanso para los santos y tabernáculo donde moran los invitados al reino eterno. El fruto propio de esta paz es que se unan a Dios aquellos que el Señor ha segregado del mundo.

Por tanto, que quienes traen su origen no de la sangre ni del deseo carnal ni de la voluntad del hombre, sino del mismo Dios, ofrezcan al Padre la concordia propia de los hijos que están animados por el deseo de la paz, y que todos los miembros de la familia de adopción vivan unidos en aquel que es el primogénito de la nueva creación, que no vino a hacer su propia voluntad, sino la voluntad de aquel que lo envió. Pues los que han sido adoptados por la gracia del Padre, para ser sus herederos, no son los que viven en medio de discordias y contiendas, sino los que tienen un único pensar y un mismo querer. Los que han sido llamados a reproducir la única imagen del Padre deben tener una sola alma.

Por ello el nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz; como lo dice el Apóstol: Él es nuestra paz; él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, porque, tanto los judíos como los gentiles, por medio de él tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.

RESPONSORIO    Ef 2, 13.14. 17

R. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. * Él es nuestra paz; él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa.
V. Y, cuando vino, anunció la buena nueva de la paz:
paz a vosotros, los que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca.
R. Él es nuestra paz; él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa.

OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que en el nacimiento de tu Hijo nos has dado la fuente y la cumbre de toda religión, concédenos contarnos siempre en el rebaño de aquel en quien está la salvación de todo el género humano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

lunes, 30 de diciembre de 2019

El apóstol Juan nos dice “ No améis al mundo ni lo que hay en el mundo “, realmente a que se refiere?


1Juan 2,12-17
Os escribo, hijos míos, que se os han perdonado vuestros pecados por su nombre. Os escribo, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os escribo, jóvenes, que ya habéis vencido al Maligno. Os repito, hijos, que ya conocéis al Padre. Os repito, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os repito, jóvenes, que sois fuertes y que la palabra de Dios permanece en vosotros, y que ya habéis vencido al Maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo.
Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo -las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero-, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Palabra de Dios


Salmo 95 " Alégrese el cielo, goce la tierra"

Lucas 2,36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos habla el apóstol Juan y es hermoso como comienza diciendo, “ Os escribo, hijos míos… “, ósea parece ser que se dirige a una comunidad que él conoce o será que no, esto no lo sabemos pero si les deja claro y además les recuerda al que es desde el principio, quien es la base, el centro es el Señor. Esto es bien importante. Además porque les escribe? quizás porque les quiere advertir del peligro, o será para recordarles la obra que Dios hizo en cada uno de los grupos,  o será que el apóstol quiere sugerir las diversas relaciones que han de permanecer en el seno de la comunidad cristiana? Posiblemente nunca tendremos una respuesta plena o definitiva para estos y otros interrogantes pero lo que sí podemos es dejarnos inundar y asombrar por la Palabra de Dios. 

Una de las tantas cosas que me maravilla de la Palabra de Dios es eso. Los destinatarios son distintos pero el mensaje es el mismo. Dios te habla en tu vida, en esa situación en la que estás viviendo, por eso el mensaje es el mismo, el evangelio es único y sin embargo es distinto en cada oído y cada corazón. Como según la imagen de San Basilio “ O como la lluvia, que siendo única produce tan distintos frutos “.

El apóstol Juan nos dice “ No améis al mundo ni lo que hay en el mundo “, realmente a que se refiere?
Primero hay que definir qué es el mundo para poder comprender esta lectura e identificar cuál es el mensaje de Dios.

El mundo son las relaciones que potencia el pecado. Esto significa que hay ambientes que están saturados por ejemplo en aprobar el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia, no casarse, los anticonceptivos, entre otros. El problema que todos nosotros estamos recibiendo esos mensajes de una u otra manera.  Me asombra que ahora en ciertas películas o seriados ya tiene que presentar la pareja del mismo sexo que se besan y ciertas escenas nos llevan a deducir que también tienen sexo. Cual es el problema de esto, es que nos lo están presentando como algo que es normal y nuestros niños y niñas se confunden de lo que están viendo. Será que nosotros como padres y personas responsables estamos ahí para explicarles? o más bien los dejamos solos para que ellos formen su propio criterio?

Lo que es del mundo siempre busca un beneficio propio, sabes cuánto dinero ganan las clínicas de aborto y cuantos del gobierno se lucran de eso? sabes porqué es tan beneficioso legalizar la droga? porque asi tienen mas personas adictas que si se dan por enterado lo que pasa en el mundo y al ser manipulados sus mentes entonces unos pocos siguen robando y llenando sus bolsillos. Lo que es del mundo también termina con un egoísmo elegante, osea una sensatez por consenso. Lo que significa no me interesa la verdad y las cosas se hacen como quiero. Lo que es del mundo también termina con una tolerancia hipócrita. Acojo a todos hasta que aparezca aquella persona que habla con la verdad y busca la verdad. Mejor dicho cuando aparece la verdad se acaba la tolerancia.

El apóstol Juan nos advierte “ No améis al mundo ni lo que hay en el mundo” Porque el mundo hace mucho daño como es :
Destruye la inocencia de los niños
Destruye la fidelidad de las parejas
Desanima a los jóvenes
Destruye la solidez en la familia
Destruye en vigor de las buenas obras
Destruye toda posibilidad de consuelo y esperanza en el ser humano.

Remitiendome a las palabras del Padre Fray Nelson nos recomienda dos cosas: lo que le guste a muchos debe causar desconfianza y admirar al que vive para siempre.

Por eso, Pilas con las modas espirituales, hay fuerzas e ideas que poco a poco van fortaleciéndose, el problema es que estamos tan ocupados de nosotros mismos que ni siquiera nos damos cuenta de lo que está ocurriendo alrededor. Algunos sacerdotes nos invitan a tener una actitud escéptica, tomar distancia, no podemos creer en todo lo que vemos y escuchamos, hay que ser mas analiticos, hay cosas que tiene fuerza y son para bien pero no todo. La invitación es buscar el silencio para poder descubrir la voz de Dios y pedir su sabiduría para que nos muestre la verdad.

Admirar al que vive para siempre, hay que preguntarse como “ Que tiene que ver esto con la eternidad?” esto lo decía San Agustín. Hay que buscar lo que permanece, lo que es eterno, lo que vale. Si estamos pegados del que es la verdad, entonces no te fíes de lo que viene y pasa, todos tenemos que aprender, no te creas que todo lo sabes.

La orden de los cartujos formados por San Bruno son monjes de silencio, oración, y penitencia y su lema es “ La cruz permanece en pie mientras el mundo da vueltas “. No perdamos nuestra mirada al que es. Muchas veces nuestra soberbia nos enceguece y no nos deja ver la verdad. El amor de Cristo permanece, en Él encontramos descanso, acogida y firmeza.

Niño Jesús, Tú eres la verdad del amor de Dios. Ayúdanos a no perder la mirada y el amor  en ti, a tener capacidad de discernimiento para descubrir que no todo lo que vemos viene de Ti. Lo que viene del mundo siempre busca un beneficio propio, es un egoísmo elegante que no busca la verdad sino complacer los propios caprichos,  es una tolerancia hipócrita porque cuando aparece la verdad ahí es donde se acaba la tolerancia. El mundo hace mucho daño porque destruye la inocencia de los niños, la fidelidad de las parejas, desanima a los jóvenes, destruye la solidez en la familia, destruye en vigor de las buenas obras y destruye toda posibilidad de consuelo y esperanza en el ser humano. Que por tu misericordia descubramos en el silencio y quietud del corazón Tu voz, que en la oración encontremos tu voluntad y que en la penitencia descubramos el amor que nos tienes a cada uno de nosotros, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!!!

Santa MIsa


Lectio Divina

EL VERBO HECHO CARNE NOS DEIFICA

No fundamentamos nuestra fe en palabras vanas ni nos dejamos arrastrar por los impulsos del corazón ni nos seduce la suavidad de palabras persuasivas, sino que nuestra fe se apoya en las palabras pronunciadas por el poder divino.

Dios confió estas palabras al Verbo, y el Verbo las profirió para apartar al hombre de la desobediencia, no coaccionándolo por fuerza como si se tratara de un esclavo,

sino llamándolo para que lo siguiera libre y voluntariamente.

Al fin de los tiempos el Padre envió al Verbo -pues ya no quería hablar por medio de los profetas ni ser anunciado en figuras-, ordenándole que se manifestara en forma visible, para que el mundo al verlo pudiera ser salvado.

Sabemos que este Verbo tomó un cuerpo de la Virgen y que hizo del hombre viejo una nueva creación. Sabemos que fue plasmado de nuestra misma substancia; porque si hubiera obrado de otro modo en vano nos mandaría que lo imitáramos como a un maestro.

En efecto, si este hombre hubiera sido formado de una substancia distinta de la nuestra, ¿cómo podría mandarme tales cosas a mí, que nací débil? ¿Cómo podríamos, en tal caso, decir que él es bueno y justo?

Para que no lo creyéramos diferente de nosotros, soportó fatigas, quiso tener hambre y no rehusó tener sed, tuvo necesidad de descanso, no rechazó los sufrimientos de la pasión, se sometió a la muerte y quiso manifestarnos su resurrección. En todo esto ofreció su humanidad como primicias, para que tú, en medio de los sufrimientos, no te desanimes, sino que, recordando tu condición de hombre, esperes recibir, también tú, lo que Dios quiso darle a él.

Cuando ya contemples a Dios tal cual es, tendrás un cuerpo inmortal e incorruptible, como el alma, y poseerás el reino de los cielos, tú, que, viviendo en la tierra, conociste al Rey celestial; participarás de la felicidad de Dios, serás coheredero de Cristo y ya no estarás sujeto a las pasiones ni a las enfermedades, porque habrás sido hecho semejante a Dios.

Todos los males que soportaste en cuanto hombre, Dios te los envió precisamente porque eres hombre; en cambio, todo aquello que es propio de Dios, él prometió dártelo cuando seas divinizado y alcances la inmortalidad. Conócete, pues, a ti mismo, reconociendo al Dios que te hizo; pues conocer a Dios y ser conocido por él corresponde a aquel que ha sido llamado por Dios.

Por tanto no discutáis entre vosotros ni dudéis en volver a él. Cristo es Dios por encima de todas las cosas; él quiso borrar el pecado de los hombres renovando al hombre viejo, que él había creado a su imagen desde el comienzo, manifestándote, de este modo, el amor que tiene por ti. Si obedeces sus mandatos y, por tu bondad, imitas al que es bueno, llegarás a ser semejante a él, y él te honrará; pues no es mezquino el Dios que te ha hecho dios para su gloria.

RESPONSORIO    1Jn 1, 14; Ba 3, 38

R. La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros; * y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre, como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
V. Apareció en la tierra y convivió entre los hombres.
R. y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre, como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

OREMOS,
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne mortal nos libre de la antigua servidumbre del pecado que pesa aún sobre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

domingo, 29 de diciembre de 2019

Lectio Divina

EL EJEMPLO DE NAZARET

Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio.

Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida.

Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir quién es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de lo que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo habla, todo tiene un sentido.

Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de una disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas del Evangelio y ser discípulos de Cristo.

¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina!

Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado, del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret.

Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros.
Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que sólo Dios ve.

Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social.

Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente; restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo, que el trabajo no puede ser un fin en sí mismo, y que su dignidad y la libertad para ejercerlo no provienen tan sólo de sus motivos económicos, sino también de aquellos otros valores que lo encauzan hacia un fin más noble.

Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas sus causas justas, es decir: a Cristo nuestro Señor.

RESPONSORIO    2Co 13, 11; Ef 5, 19; Col 3, 23

R. Alegraos, trabajad por vuestra perfección, alentaos unos a otros, tened un mismo sentir y vivid en paz, * cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
V. Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres.
R. Cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.

OREMOS,
Dios nuestro, que has querido darnos en la Sagrada Familia ejemplos preclaros de virtudes domésticas, concédenos saber imitar su vida y su amor recíproco, para que un día podamos ir a disfrutar con ella de la alegría eterna de tu morada. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

sábado, 28 de diciembre de 2019

Lectio Divina

AÚN NO HABLAN Y YA CONFIESAN A CRISTO

El gran Rey nace como un niño pequeño. Vienen los magos desde tierras lejanas; vienen para adorar al que está todavía acostado en un pesebre, pero que reina ya en el cielo y en la tierra. Cuando los magos hacen saber a Herodes que ha nacido el Rey, Herodes se altera y, para no perder su reino, quiere matar al recién nacido; y, sin embargo, si hubiese creído en él hubiera podido reinar tranquilo aquí en la tierra y para siempre en la otra vida. ¿Por qué temes, Herodes, al oír que ha nacido el Rey? Él no ha venido para destronarte, sino para vencer al diablo. Pero esto tú no lo entiendes y por esto te alteras y te llenas de furor; y, para perder al único niño que buscas, te conviertes en el cruel asesino de muchos.

No te detienen ni las lágrimas de las madres ni el dolor de los padres que lloran la muerte de sus hijos ni los gritos y quejidos de los niños. Matas los cuerpos de los niños, porque a ti el temor te mata el corazón; y piensas que, si logras tu objetivo, podrás vivir por largo tiempo, cuando en realidad pretendes matar al que es la Vida en persona.

Aquel que es la fuente de la gracia, que es pequeño y grande a la vez, que está acostado en un pesebre, te hace temer por tu trono; por medio de ti, y sin que tú lo sepas, realiza sus designios y libra a las almas de la cautividad del demonio. A los que habían nacido en pecado los recibe en el número de sus hijos adoptivos.

Aquellos niños, sin saberlo, mueren por Cristo, y sus padres lloran la muerte de aquellos mártires; Cristo, cuando eran todavía incapaces de hablar, los convierte en idóneos testigos suyos. Así es el reinado de aquel que ha venido para ser rey. Así libera aquel que ha venido a ser libertador, así salva aquel que ha venido a ser salvador. Pero tú, Herodes, ignorando todo esto, te alteras y te llenas de furor; y, al llenarte de furor contra aquel niño, le prestas ya tu homenaje sin saberlo.

¡Cuán grande y gratuito es el don! ¿Qué merecimientos tenían aquellos niños para obtener la victoria? Aún no hablan y ya confiesan a Cristo. Sus cuerpos no tienen aún la fuerza suficiente para la lucha y han conseguido ya la palma de la victoria.

RESPONSORIO    Ap 5,14; cf. 4, 10; 7, 11

R. Rindieron adoración al que vive por todos los siglos, * y depositaron sus coronas ante el trono del Señor, su Dios.
V. Se postraron, rostro en tierra, delante del trono y alabaron al que vive por todos los siglos.
R. Y depositaron sus coronas ante el trono del Señor, su Dios.

OREMOS,
Señor Dios, cuya gloria pregonaron en este día los Inocentes mártires, no con palabras, sino dando su vida por ti, haz que nuestra conducta testifique con hechos la fe que proclamamos con los labios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

viernes, 27 de diciembre de 2019

Estamos a ser llamados signos del amor de Dios.1 Juan 1,1-4


Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
Palabra de Dios


Salmo 96 " Alegraos, justos, con el Señor."

Juan 20,2-8
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Palabra del Señor


La primera lectura nos quiere recordar que la Palabra de Dios se encarnó en la misma vida de Cristo. Para poder explicar claramente esta lectura nos vamos a remitir a las lecturas de la lectio Divina del dia de hoy.

Nos dice " Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. ¿Quién podría tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros? Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenzó a ser carne en el seno de la Virgen María; pero no fue entonces cuando empezó a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, existía desde un principio. Ved cómo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabáis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios". Esa es la importancia y el significado de la Navidad. Dios se hace humano para traernos la salvación, para mostrarnos el camino para llegar al Padre y como debemos de vivir con el hermano, nuestra relación con los demás. El decide hacerse visible para poder estar más cercano. El nos enseña que significa realmente ser cristiano no solo con palabras sino con la vida misma.

“Así, pues, en la encarnación se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que sólo podía ser contemplada con los ojos del corazón, sanará los corazones. Porque la Palabra sólo puede ser contemplada con los ojos del corazón; en cambio, la carne puede ser contemplada también con los ojos corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra”. Miren la sabiduría de Dios. Dios sabe nuestra dificultad para poderlo reconocer, poder descubrir su grandeza, su amor, es por eso que se abaja, se pone a nuestro mismo nivel para que sea más fácil comprenderlo, así pues lo podemos ver, oler, tocar, escuchar, gustar. Los sentidos juegan un papel muy importante para descubrir y tener una experiencia viva de Dios. Como dice el Papa Francisco Jesús no es una fantasía, Él es la Palabra de Dios encarnada y que además habita en medio de nosotros.

“Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Señor presente en la carne y oyeron las palabras que salían de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos oído, pero no hemos visto. “¿Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, ¿por qué añade: A fin de que viváis en comunión con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunión con ellos, porque tenemos una fe común. Aquí la importancia de los Apóstoles en nuestra iglesia Catolica. Nosotros no tuvimos la alegría de escuchar el timbre de la voz de Jesús, de verlo cerca, de sentarnos cerca de Él. Pero por fe creemos lo que nos dicen los primeros doce apóstoles.

Es hermoso lo que dice al final de la lectura “ Y esta nuestra comunión de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas -continúa- para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunión de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.”...Estos signos darán testimonio nos reconocerán que somos enviados de Cristo. Una misma fe con la convicción que Jesús salva , una misma caridad que significa un solo corazón osea lo que al otro le duele a mi también me debe de doler,  y una misma unidad.La unidad solo la trae Cristo y es por eso que a pesar de las diferencias de pensamiento Cristo nos une desde su amor.

Que conexion podríamos pensar que hay en la primera lectura y el evangelio? el verbo ver.

Estamos en época de navidad, para algunos ya se les acabó la Navidad pero realmente la época de Navidad termina en Enero con el bautismo de Jesús. El mensaje central de ambas lecturas es el verbo ver. Ver que?
Muchos de nosotros hicieron el pesebre en la casa o hasta ayudaron en la iglesia a adornar el pesebre, pero no han descubierto o no han visto lo que significa la Navidad, el centro de la Navidad es Jesús, Jesús que viene “ Maranata “. Ver a Jesús que viene para salvarnos.  Ver a Jesús también es descubrir que desde su amor viene desde la humildad, ver a Jesús también es ver que es el signo de amor de Dios para con nosotros.

Entonces para nuestra experiencia vivencia que significa? tres cosas,  que veamos a profundidad, que seamos capaces de ver los signos del amor de Dios y también ser signo de amor de Dios para los demás.

Ver a profundidad:
Jesús quiere que veamos en profundidad. Mirar a profundidad nos puede lleva a mirar hasta lo que es invisible. Demos el caso cuando miramos el rostro de una persona no solo estamos viendo los ojos, sino también la boca, la nariz, las orejas. Muchas veces al mirar el rostro de una persona encontramos su corazón, su drama que está viviendo, su alegría, su ilusión, su esperanza. Esto no es de inmediato, pero cada vez que la vamos conociendo más y las vamos amando más descubrimos que nuestra mirada se va volviendo un poco más profunda, que puede llegar hasta ver su corazón. Por ejemplo las que somos mamás con solo ver el rostro de nuestros hijos sabemos si le pasa algo, si está triste, preocupada, si me esconde algo.
En el evangelio nos dice “ vio y creyó”, creer y ver no se oponen como nos lo quiere decir Juan, más bien creer es un nivel de ver. El que ve en profundidad o el que lee en profundidad los signos que Dios regala termina creyéndole a Dios. Esta es una enseñanza fundamental de San Juan. Repito, “ El que ve en profundidad o el que lee en profundidad los signos que Dios regala termina creyendo, confiando, entregando todo su ser a todo lo que Dios le muestra. Volvamos con un ejemplo de nuestra vida cotidiana. Cuando tu y yo encontramos a un buen amigo, aquel quien te comprende, te respeta, te cuida, tu terminas creyendo, confiando y abriendo tu corazón a esa persona y cada vez vas entendiendo más a esa persona. 

Primera pregunta para nuestra práctica vivencial… Cuál es nuestra profundidad al ver? vemos superficialmente o vemos en profundidad. Recuerda que Jesús tenía la capacidad de entrar en el corazón de las personas.

Ver los signos de Dios:
Entonces... qué hay que ver, ver que? Los signos, las señales. Es lo mismo cuando una persona se enamora. Dependiendo como es la otra persona, nosotros nos damos cuenta si le intereso, o si no, si le gusto o no, le soy indiferente o no. Ese descubrimiento de los signos que hace la otra persona me dan señales las cuales yo puedo deducir algo que está pasando. San Pablo nos dice que Dios a llenado el mundo en señales, desde la naturaleza proclama la grandeza del Señor. Dios declara su amor con la creación y nos enamora cada dia. Pero Dios no solo se queda con eso, sino que Él demuestra también su amor a través de nuestros hermanos creyentes, ósea de la Iglesia. Signos de amor como de bondad, piedad, misericordia, fraternidad, paciencia, serenidad, sinceridad, humildad. También Dios nos regala signos de su amor en los sacramentos, en la sabiduría de sus predicadores, en la fraternidad, en el amor y la misericordia de sus fieles.

Nosotros somos señales del amor de Dios?
A veces podemos caer en el error que nuestras motivaciones sean en brillar para nosotros mismos, en ser reconocidos por los demás, en llamar la atención. Jesús hoy nos invita a que revisemos cuales son tus sinceras motivaciones cuando sirves a los demás, porque a veces te metes en problemas como por ejemplo la religiosa Colombiana Gloria Cecilia Narváez, quien estaba sirviendo en áfrica en Malí y termina secuestrada por un grupo Musulmán extremista , uno se pregunta, ella qué hacía en África? sera que ella estaba consiguiendo dinero, fama, será que estaba buscando una vida de lujos y de placer? ella no estaba haciendo nada de eso. Una Madre Teresa de Calcuta, o una Gloria Cecilia Narvaez han hecho esto por amor. Por eso, lo inexplicable del amor gratuito se convierte en una proclamación de la gracia misma de Dios. Ellas y otros más se convierten en un signo, en una señal del amor de Dios.

Ahora bien pregúntate…. Nosotros mismos somos señales del amor de Dios? Cuando sera que tu vas a ser esa señal del amor de Dios? que la gente al ver tu vida bella desde la justicia, la misericordia, la humildad, la generosidad, perfumada del amor de Dios, que la gente lo vea y que se pregunte porque él o ella lo hace? Y que la única respuesta o explicación  sea “ Él o ella se encontró con Dios”.  Cuando estas senales de amor se multiplican y llegan a otras personas estamos haciendo realidad lo que dice el evangelio de Juan, “ Ahí es cuando la alegría es perfecta”. La mayor alegría es que al recibir al mismo Dios se puede reflejar en ti y en mi para que otros se pregunten, este que tiene? y está porque vive así? porque todos buscan alguna cosa, tienen algún interés, y esta no. Porque esta persona tiene independencia en su criterio, esta persona no es anormal pero sí es único.  Que la única explicación sea “ es que debe haber un Dios, un Dios que ama mucho, es posible que esta persona se encontró con Dios, esa es la única explicación”.

En Jesus se cumplio todo esto, Jesús vio con sabiduría y con profundidad hasta llegar al corazón del ser humano, Jesús vio la señales de Dios en la creación, en la historia, en la familia,   y Jesús fue mismo una Señal del amor de Dios, su vida fue inexplicable o mejor que la única explicación de su vida fue el amor de Dios.

Mi amado Niño Jesús, en ti se cumple todo de la Palabra de Dios. Dame la gracia de ver con sabiduría y con profundidad los signos de las personas que pones en mi camino, dame la gracia de mirarlos como tu los miras, con piedad, misericordia y con amor, poder tener una mirada profunda como la tuya para lograr ver sus corazones, porque eres Tu quien habita dentro de ellos. Niño Jesús dame la hermosura y la capacidad de asombro de la señales de Dios en la creación, en la historia, en la familia, porque allí Tú también me quieres mostrar Señales de tu amor,  y Niño Jesús ayúdame a ser señal del amor de Dios, que la única explicación sea “ realmente debe haber un Dios, un Dios que ama mucho “, porque la grandeza de Dios solo es exaltada cuando nuestra única motivación es el amor hacia Dios, que se ve reflejado hacia nuestros hermanos, Amén.

Dios los bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!!!

--
Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


Lectio Divina

EN LA ENCARNACIÓN SE HA MANIFESTADO LA MISMA VIDA EN PERSONA

Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. ¿Quién podría tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros? Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenzó a ser carne en el seno de la Virgen María; pero no fue entonces cuando empezó a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, existía desde un principio. Ved cómo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabáis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios.

Quizá alguien piense que hay que entender la expresión «la palabra de vida» como un modo de hablar que se refiere a Cristo, pero no al cuerpo de Cristo que podía ser tocado por nuestras manos. Atended a las palabras que siguen: Porque la vida se ha manifestado. Por tanto, Cristo es la Palabra de vida.

¿Y de dónde se ha manifestado esta vida? Existía desde un principio, pero no se había manifestado a los hombres; en cambio, sí se había manifestado a los ángeles, que la veían y se alimentaban de ella como de su propio pan. Pero, ¿qué dice la Escritura? El hombre comió pan de ángeles.

Así, pues, en la encarnación se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que sólo podía ser contemplada con los ojos del corazón, sanara los corazones. Porque la Palabra sólo puede ser contemplada con los ojos del corazón; en cambio, la carne puede ser contemplada también con los ojos corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra.

Y nosotros -continúa- testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado, esto es, se ha manifestado entre nosotros y, para decirlo con más claridad, se ha manifestado en nuestro interior.

Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Señor presente en la carne y oyeron las palabras que salían de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos oído, pero no hemos visto.

¿Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, ¿por qué añade: A fin de que viváis en comunión con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunión con ellos, porque tenemos una fe común.

Y esta nuestra comunión de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas -continúa- para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunión de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.

RESPONSORIO

R. Éste es Juan, el que posó su frente en el pecho del Señor durante la cena, * es el apóstol afortunado, a quien le fueron revelados secretos celestiales.
V. Bebió el agua viva del Evangelio en su misma fuente, en el pecho sagrado del Señor.
R. Es el apóstol afortunado, a quien le fueron revelados secretos celestiales.
 
OREMOS,
Dios nuestro, que nos descubriste los arcanos de tu Verbo por medio del apóstol san Juan, concédenos alcanzar una debida comprensión de todo aquello que él ha hecho llegar a nuestros oídos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

jueves, 26 de diciembre de 2019

Lectio Divina

LAS ARMAS DE LA CARIDAD
Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el
triunfal martirio de su soldado.
Ayer nuestro Rey, revestido con el manto de nuestra carne y saliendo del recinto del
seno virginal, se dignó visitar el mundo; hoy el soldado, saliendo del tabernáculo de su
cuerpo, triunfador, ha emigrado al cielo.
Nuestro Rey, siendo la excelsitud misma, se humilló por nosotros; su venida no ha sido
en vano, pues ha aportado grandes dones a sus soldados, a los que no sólo ha
enriquecido abundantemente, sino que también los ha fortalecido para luchar
invenciblemente. Ha traído el don de la caridad, por la que los hombres se hacen
partícipes de la naturaleza divina.
Ha repartido el don que nos ha traído, pero no por esto él se ha empobrecido, sino que,
de una forma admirable, ha enriquecido la pobreza de sus fieles, mientras él conserva sin
mengua la plenitud de sus propios tesoros.
Así, pues, la misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban
de la tierra al cielo. La caridad, que precedió en el Rey, ha brillado a continuación en el
soldado.
Esteban, para merecer la corona que significa su nombre, tenía la caridad como arma, y
por ella triunfaba en todas partes. Por la caridad de Dios, no cedió ante los judíos que lo
atacaban; por la caridad hacia el prójimo, rogaba por los que lo lapidaban. Por la caridad,
argüía contra los que estaban equivocados, para que se corrigieran; por la caridad, oraba
por los que lo lapidaban, para que no fueran castigados.
Confiado en la fuerza de la caridad, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener
en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. La santa e
inquebrantable caridad de Esteban deseaba conquistar orando a aquellos que no pudo
convertir amonestando.
Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa
con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde precedió Esteban, martirizado por las
piedras de Pablo, lo ha seguido éste, ayudado por las oraciones de Esteban.
¡Oh vida verdadera, hermanos míos, en la que Pablo no queda confundido de la muerte
de Esteban, en la que Esteban se alegra de la compañía de Pablo, porque ambos
participan de la misma caridad! La caridad en Esteban triunfó de la crueldad de los judíos,
y en Pablo cubrió la multitud de sus pecados, pues en ambos fue la caridad respectiva la
que los hizo dignos de poseer el reino de los cielos.
La caridad es la fuente y el origen de todos los bienes, egregia protección, camino que
conduce al cielo. Quien camina en la caridad no puede temer ni errar; ella dirige, protege,
encamina.

Por todo ello, hermanos, ya que Cristo construyó una escala de caridad, por la que todo
cristiano puede ascender al cielo, guardad fielmente la pura caridad, ejercitadla
mutuamente unos con otros y, progresando en ella, alcanzad la perfección.

Responsorio

R. El día de ayer nació el Señor en la tierra, para que el día de hoy Esteban naciese en el
cielo; entró Jesús en el mundo, * para que Esteban entrara en la gloria.
V. Ayer nuestro Rey, con la vestidura de gala de nuestra carne, salió del palacio del seno
virginal y se dignó visitar el mundo.
R. Para que Esteban entrara en la gloria.

Oremos:
Concédenos, Señor, la gracia de imitar a tu mártir san Esteban y de amar a nuestros
enemigos, ya que celebramos la muerte de quien supo orar por sus perseguidores. Por
nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

RECONOCE, OH CRISTIANO, TU DIGNIDAD

Nuestro Salvador, amadísimos hermanos, ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.

Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida.

Al llegar el momento dispuesto de antemano por los impenetrables designios divinos, el Hijo de Dios quiso asumir la naturaleza humana para reconciliarla con su Creador; así el diablo, autor de la muerte, sería vencido mediante aquella misma naturaleza sobre la cual él mismo había reportado su victoria.

Por eso, al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Ellos ven, en efecto, que la Jerusalén celestial se va edificando por medio de todas las naciones del orbe. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?

Demos, por tanto, amadísimos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo, pues, por la inmensa misericordia con que nos amó, ha tenido piedad de nosotros y, cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo, para que fuésemos en él una nueva creatura, una nueva obra de sus manos. Despojémonos, por tanto, del hombre viejo y de sus acciones y, habiendo sido admitidos a participar del nacimiento de Cristo, renunciemos a las obras de la carne. Reconoce, oh cristiano, tu dignidad y, ya que ahora participas de la misma naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua vileza con una vida depravada. Recuerda de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. Ten presente que has sido arrancado del dominio de las tinieblas y transportado al reino y a la claridad de Dios.

Por el sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo; no ahuyentes, pues, con acciones pecaminosas un huésped tan excelso, ni te entregues otra vez como esclavo del demonio, pues el precio con que has sido comprado es la sangre de Cristo.

OREMOS,
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza y de un modo todavía más admirable elevaste su condición por medio de Jesucristo, concédenos compartir la divinidad de aquel que se ha dignado compartir nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...