lunes, 31 de mayo de 2021

¿Te puedes imaginar lo que Dios puede hacer en un alma que está abierta a su gracia? Eso es lo que le sucedió a la Virgen Maria.


Primera lectura

Lectura carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 9-16b
Hermanos:
Que vuestra caridad no sea una fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.
Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.
Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.
Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran.
Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde.
Palabra de Dios


Que gran enseñanza nos trae la primera lectura de hoy, que nuestro amor sea auténtico; y es que el amor nos prepara a los otros comportamientos. Por eso es tan importante amar a la manera de Jesus y para poder amar de esa manera tenemos que dejar que Él entre en nuestra vida.  

Pablo nos exhorta diciéndonos que la caridad no sea fingida más bien auténtica, aborrecer lo malo y apegarnos a lo bueno. Amarnos los unos a los otros como así mismo. Que seamos prontos sirviendo a los demás, cuidemos nuestra vida espiritual y sirvamos al Señor constantemente.

Esta primera lectura no necesita mucha explicación porque es muy clara. Más bien dejemos que ella misma nos ilumine, no para juzgarnos sino para guiarnos en el camino.

Detesten y aborrezcan el mal; abracen y se unan a lo bueno
Ámense fraternalmente, rivalicen en estima mutua
No sean descuidados ni perezosos en el esfuerzo
Manténganse fervientes en espíritu, sirviendo al Señor
Vivan alegres por la esperanza
Sean pacientes y firmes en la fe, aún en el sufrimiento
Perseveren en la oración
Compartan y contribuyan con los necesitados
Practiquen la hospitalidad
Bendigan y no maldigan si son perseguidos
Vivan en armonía unos con otros
No sean pretenciosos ni altivos; pónganse con la gente sencilla

Salmo Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 R. “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Senor


Retomando la primera lectura podemos decir que María nos demuestra el amor que es auténtico, un amor a la manera de Jesus que se pone en camino de una manera pronta  para servir a su prima Isabel.  Por ello necesitamos acoger la gracia que el Señor nos regala a través de su Hijo Jesucristo.

La lectura nos trae a dos mujeres, Maria e Isabel. Ambas están en embarazo y es el primer encuentro de los dos hijos que están en el vientre de sus madres. Estas dos mujeres tienen también algo en común, las dos se han convertido en receptoras de la vida y sus hijos fueron concebidos por la gracia infinita de Dios para una misión salvadora.

El “ Si” de María significa ponerse a disposición, servir con prontitud, ajustarse al plan de Dios, servir con alegría y todo esto es causa de ser habitada por todo un Dios. Puedes descubrir lo que Dios puede hacer en un alma que está abierta a su gracia? Eso es lo que le sucedió a Maria.
No ha nacido aún su Hijo, pero en ella habita Dios y esto es lo que Isabel descubre y proclama al escuchar el saludo de María, “mi hijo ha saltado de alegría  en mi seno” dice Isabel, y prosigue: “¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?,y, sin esperar respuesta, solo iluminada por el Espíritu proclama una oración que ha llegado en la iglesia hasta nuestros días: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” ¡”Dichosa tú que has creído!”

Por último, la bendición de Isabel provoca una respuesta de acción de gracias. María canta su Magnificat, salmo de  gratitud a Dios porque ha visitado y redimido a su pueblo. 

Que nosotros aprendamos como la Virgen Maria a disponernos al plan de Dios para que El pueda hacer maravillas a través de nosotros, Amen.

Mi amado Jesús, en tu madre la Santisima Virgen Maria descubro como un alma puede brillar en este mundo si se abre a la gracia de Dios. Por eso hay que unirnos a lo que es bueno y aborrecer el mal, acercarnos a la fuente del amor que eres Tu para que podamos amarnos fraternalmente. Quiero vivir cada día esforzándome por ser la mejor versión de nosotros mismos. Dame la perseverancia para cuidar la vida de oración y así vivir cada minuto con esperanza, servir con alegría y con prontitud al Señor. Ayúdame a ser fieles a ti aun en el sufrimiento, que seamos generosos con los necesitados, y bendigamos a los que nos persiguen y maldigan. Permíteme vivir en armonía guiados por el Espíritu Santo, y sobre todo regálame un corazón humilde para aceptar el plan de Dios para que Él pueda hacer maravillas a través de mi, Amen.    

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!


--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

Lectio Divina

 MARÍA PROCLAMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR POR LAS OBRAS QUE HA HECHO EN ELLA

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Con estas palabras, María reconoce en primer lugar los dones singulares que le han sido concedidos, pero alude también a los beneficios comunes con que Dios no deja nunca de favorecer al género humano.

 

Proclama la grandeza del Señor el alma de aquel que consagra todos sus afectos interiores a la alabanza y al servicio de Dios y, con la observancia de los preceptos divinos, demuestra que nunca echa en olvido las proezas de la majestad de Dios.

 

Se alegra en Dios su salvador el espíritu de aquel cuyo deleite consiste únicamente en el recuerdo de su creador, de quien espera la salvación eterna.

 

Estas palabras, aunque son aplicables a todos los santos, hallan su lugar más adecuado en los labios de la Madre de Dios, ya que ella, por un privilegio único, ardía en amor espiritual hacia aquel que llevaba corporalmente en su seno.

 

Ella con razón pudo alegrarse, más que cualquier otro santo, en Jesús, su salvador, ya que sabía que aquel mismo al que reconocía como eterno autor de la salvación había de nacer de su carne, engendrado en el tiempo, y había de ser, en una misma y úrica persona, su verdadero hijo y Señor.

 

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. No se atribuye nada a sus méritos, sino que toda su grandeza la refiere a la libre donación de aquel que es por esencia poderoso y grande, y que tiene por norma levantar a sus fieles de su pequeñez y debilidad para hacerlos grandes y fuertes.

 

Muy acertadamente añade: Su nombre es santo, para que los que entonces la oían y todos aquellos a los que habían de llegar sus palabras comprendieran que la fe y el recurso a este nombre había de procurarles, también a ellos, una participación en la santidad eterna y en la verdadera salvación, conforme al oráculo profético que afirma: Todo el que invoque el nombre del Señor se salvará, ya que este nombre se identifica con aquel del que antes ha dicho: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

 

Por esto se introdujo en la Iglesia la hermosa y saludable costumbre de cantar diariamente este cántico de María en la salmodia de la alabanza vespertina, ya que así el recuerdo frecuente de la encarnación del Señor enardece la devoción de los fieles y la meditación repetida de los ejemplos de la Madre de Dios los corrobora en la solidez de la virtud. Y ello precisamente en la hora de Vísperas, para que nuestra mente, fatigada y tensa por el trabajo y las múltiples preocupaciones del día, al llegar el tiempo del reposo, vuelva a encontrar el recogimiento y la paz del espíritu.

 

RESPONSORIO Lc 1, 45. 46; Sal 65, 16

 

R. «Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» Y dijo María: * «Proclama mi alma la grandeza del Señor.»

V. Venid a escuchar, os contaré lo que Dios ha hecho conmigo.

R. Proclama mi alma la grandeza del Señor.


ORACIÓN.

 

OREMOS,

Dios todopoderoso y eterno, tú que, cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que, con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

sábado, 29 de mayo de 2021

Lectio divina

 ESTE SACRAMENTO QUE RECIBES SE REALIZA POR LA PALABRA DE CRISTO

 

Vemos que el poder de la gracia es mayor que el de la naturaleza y, con todo, aún hacemos cálculos sobre los efectos de la bendición proferida en nombre de Dios. Si la bendición de un hombre fue capaz de cambiar el orden natural, ¿qué diremos de la misma consagración divina, en la que actúan las palabras del Señor y Salvador en persona? Porque este sacramento que recibes se realiza por la palabra de Cristo. Y si la palabra de Elías tuvo tanto poder que hizo bajar fuego del cielo, ¿no tendrá poder la palabra de Cristo para cambiar la naturaleza de los elementos? Respecto a la creación de todas las cosas leemos que él lo dijo y fueron hechas, él lo mandó y existieron. Por tanto, si la palabra de Cristo pudo hacer de la nada lo que no existía, ¿no podrá cambiar en algo distinto lo que ya existe? Mayor poder supone dar el ser a lo que no existe que dar un nuevo ser a lo que ya existe.

 

Mas, ¿para qué usamos de argumentos? Atengámonos a lo que aconteció en su propia persona, y los misterios de su encarnación nos servirán de base para afirmar la verdad del misterio. Cuando el Señor Jesús nació de María, ¿por ventura lo hizo según el orden natural? El orden natural de la generación consiste en la unión de la mujer con el varón. Es evidente, pues, que la concepción virginal de Cristo fue algo por encima del orden natural. Y lo que nosotros hacemos presente es aquel cuerpo nacido de una virgen. ¿Por qué buscar el orden natural en el cuerpo de Cristo, si el mismo Señor Jesús nació de una virgen, fuera de las leyes naturales? Era real la carne de Cristo que fue crucificada y sepultada; es, por tanto, real el sacramento de su carne.

 

El mismo Señor Jesús afirma: Esto es mi cuerpo. Antes de las palabras de la bendición celestial, otra es la realidad que se nombra; después de la consagración, es significado el cuerpo de Cristo. Lo mismo podemos decir de su sangre. Antes de la consagración, otro es el nombre que recibe; después de la consagración, es llamada «sangre». Y tú dices: «Amén», que equivale a decir: «Así es». Que nuestra mente reconozca como verdadero lo que dice nuestra boca, que nuestro interior asienta a lo que profesamos externamente.

 

Por esto la Iglesia, contemplando la grandeza del don divino, exhorta a sus hijos y miembros de su familia a que acudan a los sacramentos, diciendo: Comed, mis familiares, bebed y embriagaos, hermanos míos. Qué es lo que hay que comer y beber, nos lo enseña en otro lugar el Espíritu Santo por boca del salmista: Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. En este sacramento está Cristo, porque es el cuerpo de Cristo. No es, por tanto, un alimento material, sino espiritual. Por ello dice el Apóstol, refiriéndose a lo que era figura del mismo, que nuestros padres comieron el mismo manjar espiritual, y bebieron de la misma espiritual bebida. En efecto, el cuerpo de Dios es espiritual, el cuerpo de Cristo es un cuerpo espiritual y divino, ya que Cristo es espíritu, tal como leemos: El espíritu ante nuestra faz, Cristo el Señor. Y en la carta de Pedro leemos también: Cristo murió por vosotros. Finalmente, este alimento fortalece nuestro corazón, y esta bebida alegra el corazón del hombre, como recuerda el salmista.

 

RESPONSORIO    Mt 26, 26; Jb 31, 31

 

R. Mientras estaban cenando, Jesús tomó pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: * «Tomad y comed, esto es mi cuerpo.»

V. Decían las gentes de mi campamento: «¿Quién no ha quedado saciado de la carne de su mesa?»

R. Tomad y comed, esto es mi cuerpo.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Dirige, Señor, la marcha del mundo, según tu voluntad, por los caminos de la paz, y que tu Iglesia se regocije con la alegría de tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén


viernes, 28 de mayo de 2021

La vida nos enseña que los sencillos y anónimos se consideraron unos fracasados para el mundo pero ellos son los que están muy presente en la memoria callada de Dios.

 


La vida nos enseña que los sencillos y anónimos se consideraron unos fracasados para el mundo pero ellos son los que están muy presente en la memoria callada de Dios.

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 44,1.9-13:
Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos.
No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.
Palabra de Dios


El Eclesiástico es un libro pedagógico, lleno de sabiduría muy sensata, con mucho sentido común.

Si leyéramos este capítulo 44 desde el versículo  1 al 15 sería más completo, quedaría muy claro el contraste de los hombres famosos con los anónimos, humildes y sencillos. Todos, unos y otros, hombres buenos. “Voy hacer el elogio de los hombres buenos, nuestros antepasados de épocas diversas”. Los primeros son reyes, jefes, gobernantes, sabios, poetas, compositores, ricos, profetas, escritores. Magnífico que un pueblo no olvide a los que han construido parte de su historia. Pero “hay otros que ya nadie recuerda, que terminaron cuando terminó su vida y después pasó lo mismo con sus hijos”.
Los hombres que agradaron a Dios fueron hombres de bien y su esperanza aún pervive.  Se mantuvieron fieles al pacto con Yahvé. ¿Qué más se puede pedir? Su recuerdo permanecerá para siempre y sus buenas acciones no se olvidarán. ¿Hay algo mejor? ¿Quién ha mantenido y dado sentido a la historia y a la vida de su pueblo? Nuestro Señor Jeuscristo.

La vida nos enseña que los sencillos y anónimos se consideraron unos fracasados para el mundo pero ellos son los que están muy presente en la memoria callada de Dios. Usted elige. “Venid benditos de mi Padre los que habéis…”. Jesús sabía bien lo que decía…

Salmo 149,1-2.3-4.5-6a.9b R/. El Señor ama a su pueblo

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 11, 11-25
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo:
«Nunca jamás coma nadie de ti.»
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía, diciendo:
«¿No está escrito: “Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos” Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos».
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús:
«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».
Jesús contestó:
«Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: “Quítate de ahí y tirate al mar”, no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».
Palabra del Señor


Es extraño ver una actitud de Jesus enfadado pero es que no siempre van a ser palabras dulces. A veces necesitamos regaños y llamadas de atención.

Jesús dice “ Mi casa es y será casa de oración y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones”… Los sacerdotes y maestros de la ley estaban siempre al acecho para poderlo acusar. Jesús lo dice porque en el templo debe reinar la fraternidad, la honestidad, no abusar de la necesidad del otro, y lo que estaba sucediendo era todo lo contrario. Aún en nuestro tiempo vemos como algunos se aprovechan de la buena fe de las gentes para sacar su provecho. Las comunidades divididas porque el uno no me cae bien entonces no me congrego, el otro le está yendo bien entonces no lo apoyo. Algunos sacerdotes manipulan a los feligreses para sacar provecho llenando sus propios bolsillos. Algunos colaboradores de la iglesia se creen los porteros que dejan pasar al que quiere.
El llamado es a orar mucho para que sea el Espíritu Santo liberándonos de las ataduras como la envidia, el enojo, las críticas y la división que no son de Dios y podamos vivir en fraternidad cumpliendo la voluntad de Dios.

Por último Jesús nos dice: tened fe, pedid con convicción, orad creyendo conseguir lo que pedía, mi Padre no os fallará y, sobre todo, perdonad. Ahí queríamos llegar. Ese es el Jesús que reconocemos; ese es el Jesús al que estamos acostumbrados. Si no hay perdón, el resto es solo palabrería  y, en el fondo, hipocresía.

Pidámosle al Señor no caer en ese mal. Lo nuestro es la veracidad y reconocimiento del otro como igual, como hermano y no como comerciante interesado al uso o alguien del que se pueda sacar provecho.

Señor que por el caminar en esta vida yo te agrade con cada actitud, deseo en lo más profundo de mi alma ser bueno, ser un hombre de bien que hace la voluntad de Dios. Para poder lograrlo necesito el don del entendimiento donde te escucho y acepto tu voluntad. Mantenerme fiel a ti requiere la fuerza de Tu Espíritu porque en mis fuerzas es imposible. Quiero vivir en fraternidad en el hogar, en la comunidad, en el trabajo, libérame Señor de las ataduras de la envidia, el enojo, de juzgar y crear división, esos sentimientos no son de Dios.  Ayúdame a tener un corazón humilde para poder agradar al Padre celestial, quien ama y es fiel a su pueblo, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Lectio Divina

 INSTRUCCIÓN DE LOS RECIÉN BAUTIZADOS SOBRE LA EUCARISTÍA

 

Los recién bautizados, enriquecidos con tales distintivos, se dirigen al altar de Cristo, diciendo: Me acercaré al altar de Dios, al Dios que alegra mi juventud. En efecto, despojados ya de todo resto de sus antiguos errores, renovada su juventud como un águila, se apresuran a participar del convite celestial. Llegan, pues, y al ver preparado el sagrado altar, exclaman: Preparas una mesa ante mí. A ellos se aplican aquellas palabras del salmista: El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Y más adelante: Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

 

Es ciertamente admirable el hecho de que Dios hiciera llover el maná para los padres y los alimentase cada día con aquel manjar celestial, del que dice el salmo: El hombre comió pan de ángeles. Pero los que comieron aquel pan murieron todos en el desierto; en cambio, el alimento que tú recibes, este pan vivo que ha bajado del cielo, comunica el sostén de la vida eterna, y todo el que coma de él no morirá para siempre, porque es el cuerpo de Cristo.

 

Considera, pues, ahora qué es más excelente, si aquel pan de ángeles o la carne de Cristo, que es el cuerpo de vida. Aquel maná caía del cielo, éste está por encima del cielo; aquél era del cielo, éste del Señor de los cielos; aquél se corrompía si se guardaba para el día siguiente, éste no sólo es ajeno a toda corrupción, sino que comunica la incorrupción a todos los que lo comen con reverencia. A ellos les manó agua de la roca, a ti sangre del mismo Cristo; a ellos el agua los sació momentáneamente, a ti la sangre que mana de Cristo te lava para siempre. Los judíos bebieron y volvieron a tener sed, pero tú, si bebes, ya no puedes volver a sentir sed, porque aquello era la sombra, esto la realidad.

 

Si te admira aquello que no era más que una sombra, mucho más debe admirarte la realidad. Escucha cómo no era más que una sombra lo que acontecía con los padres: Bebían -dice el Apóstol- de la roca que los seguía, y la roca era Cristo; pero Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, pues fueron postrados en el desierto. Todas estas cosas acontecían en figura para nosotros. Los dones que tú posees son mucho más excelentes, porque la luz es más que la sombra, la realidad más que la figura, el cuerpo del Creador más que el maná del cielo.

 

RESPONSORIO    1Co 10, 1-2. 11. 3-4

 

R. Nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos atravesaron el mar; * todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; todas estas cosas les acontecían en figura.

V. Todos comieron el mismo manjar espiritual, y todos bebieron de la misma espiritual bebida.

R. Todas estas cosas les acontecían en figura.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Dirige, Señor, la marcha del mundo, según tu voluntad, por los caminos de la paz, y que tu Iglesia se regocije con la alegría de tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

jueves, 27 de mayo de 2021

Santa Misa


 

Que el Espíritu Santo nos ayude a imitar al único y eterno sacerdote, Jesucristo.


Que el Espíritu Santo nos ayude a imitar al único y eterno sacerdote, Jesucristo.

Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34
Ya llegan días - oráculo del Señor - en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será un alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor - oráculo del Señor -.
Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días - oráculo del Señor - : Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo:
«Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor - oráculo del Señor -, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.
Palabra de Dios


Salmo 109,1.2.3.4 R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 14, 12a. 22-25
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Palabra del Señor


Hoy el profeta Jeremías nos habla de una alianza que va realizar  Yahvé con su pueblo. Es nueva porque la primera se rompió. La rompió el pueblo siendo infiel a la palabra dada porque se fueron detrás de otros dioses y le dieron la espalda a Dios.

Por fortuna Dios no actúa como nosotros, Él no guarda rencor, ni rabia, Él es fiel a su Palabra Él se empeña en acercarse a su pueblo y hacer una nueva alianza.  “He aquí que vienen días en que yo pactaré con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva alianza”. El les anuncia que esta nueva alianza será distinta a la primera, la primera fue pactada con ellos a través de Moisés. En esta nueva alianza, Yahvé está decidido a adentrase con más fuerza en el interior de cada miembro del pueblo. “Pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo… todos me conocerán del más chico al más grande”.  

Recordemos que la antigua alianza era leyes que venían de afuera, las leyes que Dios le dio a Moises, pero esta ley exige un esfuerzo humano y algunos se quedaron en cumplir leyes exteriores para que los vieran, para aparentar que eran muy piadosos pero no había el cambio interior, en su corazón. Además, en esta alianza los sacerdotes eran los encargados de ofrecer los diversos sacrificios a Dios, principalmente de animales. Estas ofrendas podían ser de alabanza, de expiación por los pecados, de acción de gracias. Cuando Cristo llega, Él es la ofrenda, Él es el único sacerdote, y su muerte en la cruz es la ofrenda más grande de amor que pudo haber dado Dios para su pueblo infiel, testarudo, y desagradecido.

Esta historia vuelve una y otra vez se repite. Dios nos ofrece su amor y nosotros lo rechazamos, Dios nos ofrece su presencia en los sacramentos, y nosotros no los valoramos, su presencia lo pasamos por desapercibido. Dios nos ofrece su misericordia y no la aceptamos porque preferimos seguir en la soberbia. Dios nos quiere libres y nos saca de las propias esclavitudes, y nosotros volvemos a las esclavitudes como son los apegos. Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a reconocer que no somos nada sin Dios y que en Dios está nuestra felicidad.

En el evangelio, las palabras de Jesús “ Esta es mi sangre de la alianza “, significa que toda la humanidad  está invitada y acogida por El. Dios y su hijo Jesús no querían dejar a nadie fuera de su amistad, de su alianza. Borró el sacerdocio y todos los sacrificios de la antigua alianza y ofreció al Padre Dios su persona, su vida. Con su sangre, expresión de su amor, selló para siempre la nueva alianza con toda la humanidad. Para que no se nos olvide nunca su pacto de amor con nosotros, en la última cena institucionalizó la eucaristía, para recordarnos cada día su entrega, su amor hacia nosotros. En cada eucaristía, renovamos esta única ofrenda, este único sacrificio de Jesús, nuestro Sumo y Eterno sacerdote: “Tomad, esto es mi cuerpo… Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos”.

Todos los cristianos, los seguidores de Jesús, participamos de su único sacerdocio. Unos participamos del sacerdocio ministerial y otros del sacerdocio común. Lo que nos toca es imitar al único y eterno Jesucristo. Entregando también nosotros nuestra vida a favor de nuestro hermanos. ¡Que el Señor, nos ayude a cada uno, a vivir el sacerdocio que él nos ha regalado!

Mi amado Jesús, hoy especialmente necesito tu gracia para tener tus mismos sentimientos, humildad, compasión, adoración y agradecimiento al Dios Padre. Que la fuerza de tu Santo Espíritu me ilumine para que reconozca mis errores, que me arrepienta de ello y que tenga la voluntad para enmendar el mal que he ocasionado. Necesito estar unid@ a ti para que muriendo místicamente en la cruz, pueda decir como Pablo “ Estoy crucificado con Cristo”. Asi como tu moriste por mí, necesito morir a mi mismo para que Tú reines en mi. La mejor manera de amarte es siendo obediente y quiero hacerlo por ti y por mi, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!  




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Lectio Divina

 Cristo, sacerdote y víctima

Pío XII.

De la carta encíclica Mediator Dei

 

Cristo es ciertamente sacerdote, pero lo es para nosotros, no para sí mismo, ya que él, en nombre de todo el género humano, presenta al Padre eterno las aspiraciones y sentimientos religiosos de los hombres. Es también víctima, pero lo es igualmente para nosotros, ya que se pone en lugar del hombre pecador. Por esto, aquella frase del Apóstol: Tened los mismos sentimientos propios de Cristo Jesús exige de todos los cristianos que, en la medida de las posibilidades humanas, reproduzcan en su interior las mismas disposiciones que tenía el divino Redentor cuando ofrecía el sacrificio de sí mismo: disposiciones de una humilde sumisión, de adoración a la suprema majestad divina, de honor, alabanza y acción de gracias.

Les exige asimismo que asuman en cierto modo la condición de víctimas, que se nieguen a sí mismos, conforme a las normas del Evangelio, que espontánea y libremente practiquen la penitencia, arrepintiéndose y expiando los pecados.

Exige finalmente que todos, unidos a Cristo, muramos místicamente en la cruz, de modo que podamos hacer nuestra aquella sentencia de san Pablo: Estoy crucificado con Cristo

 

R. Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

V. Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.

R. Que me amó hasta entregarse por mí.

OREMOS

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Santa Misa

 


La misericordia de Dios ilumina la existencia humana.

 

La misericordia de Dios ilumina la existencia humana.


Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 36, 1. 4-5a. 10-17
Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones, para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos. Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre, de Israel, a quien nombraste tu primogénito; ten compasión de tu ciudad santa, de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad, y al templo, de tu gloria. Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno.
Palabra de Dios


Terminamos la Pascua con la fiesta de Pentecostés. Durante cincuenta días hemos celebrado la Resurrección del Señor, en el que los portentos y maravillas del Señor se han manifestado. Hemos de estar alegres porque Cristo nos dejó su Espíritu Santo, para Él toda la alabanza porque el Señor es bueno al manifestar su amor a su pueblo.

Ahora retomamos el tiempo ordinario, para fijar nuestra atención en las enseñanzas de Jesús vinculadas a su Misterio.

El libro del Eclesiástico, en el capítulo y versículos que hoy se proclaman, parece ser un anuncio de lo que ocurrió en Pentecostés. Nos dice " Renueva los prodigios, repite los portentos. Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente", esto solo lo hace posible la efusión del Espíritu Santo. Congrega y reúne a los dispersos en la comunión, llenó el templo de su gloria y el mismo Jesús, como peregrino no reconocido, explica todo lo que a él se refería en las Escrituras.

Dios nos pide fidelidad, porque quien es fiel a Dios no queda defraudado. Dios es fiel, su fidelidad permanece siempre, aunque no encuentre respuesta entre los hombres. La fidelidad de Dios nos lo muestra en este pasaje "

Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno." Eso se ha cumplido ya.

Salmo 78,8.9.11.13 R/. R. Muéstranos, Señor, la luz de tu misericordia

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,32-45
En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:
-«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.»
Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
-«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó:
-«¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
-«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. »
Jesús replicó:
-«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
-«Lo somos.»
Jesús les dijo:
-«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo:
-«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».
Palabra del Señor


En la primera lectura notemos que los discípulos iban subiendo camino a Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; y nos dice que los discípulos se extrañaban, fácilmente se preguntan cuál era la prisa de Jesus. Nos dice que Jesús los tomó a parte a los doce y se puso a decirles que le iba a suceder.  

Esta primera parte de la lectura nos trae esta enseñanza, Jesús al adelantarse podemos decir que es un signo de mostrarnos el camino, de cuidar los pasos que vamos a dar, pero además El a veces nos toma aparte o nos saca del camino porque no lo escuchamos, escuchamos a todos menos a Dios. Por eso no te preocupes si el Señor te saca del camino, es que a veces es la única opción que Él tiene para que lo escuchemos.    

Jesus les explica a los Doce: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.”. Jesus les quiere revelar a sus discípulos la misericordia de Dios a través de su hijo y como el hijo de Dios es capaz de cumplir con el mandato del Padre. Jesús les está anticipando su muerte y su resurrección.

Los discípulos son tan tontos que aun no entienden y no valoran las Palabras de Jesus por eso mas bien le piden que haga lo que ellos le van a pedir. De la misma manera a nosotros nos pasa, Dios hablándonos y mostrándonos su voluntad, que es lo mejor para nosotros y nosotros empecinados en nuestros caprichos. Eso fue lo que le sucedió a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, que le dijeron:-”Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.”.
Jesus es tan tierno que les pregunta, “¿Qué queréis que haga por vosotros?”
Contestaron:
-”Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.”
Jesús replicó:
-”No sabéis lo que pedís”

Esta petición de Santiago y Juan significa privilegios, querer un lugar a su derecha e izquierda, es poner mis deseos y planes por encima de los planes de Dios. Todos tenemos aspiraciones personales y ese no es el problema, el problema es ponerlos por encima de los planes de Dios, ahí está nuestro error. Jesús por eso les dice “ no sabéis lo que pedís.”

Una de las cosas que debemos de aprender es la humildad para reconocer que Dios tiene planes mejores que los nuestros. Dios sabe cómo llevar nuestros planes a cabo lo único que Él nos pide es que confiemos en Él.

Jésus les recuerda “ beber el cáliz y bautizarse con el bautismo con el que él se ha de bautizar “, estas son las condiciones que todo discípulo tiene pero la búsqueda de los puestos privilegiados no puede caber en un corazón que sigue a Jesus, por eso Jesús les dice “ El sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo “

Jesús les recuerda “ El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.

Frente a una sociedad en la que se priman los privilegios y el mal uso de la autoridad, la enseñanza de Jesús a los Doce resuena fuertemente en nuestro tiempo. Entre más autoridad tengas más debes de servir y ayudar al otro dejando a un lado los intereses personales. Las jerarquías en las instituciones es para eso, para ayudar, atender prontamente las necesidades de quien lo necesita. Por eso no hay jerarquías de personas sino de servicios esto significa que nadie es más importante que el otro.  

Señor cómo es grande tu misericordia que la ofreces una y otra vez porque ella ilumina nuestra existencia humana. Buscamos la gloria humana para alimentar nuestro orgullo y vanidad. En cambio tú nos enseñas que el camino a la gloria es la obediencia y el amor, obediencia a la voluntad de Dios y el amor a Dios a través de los hermanos. Dame la gracia Señor de alcanzar la Gloria Divina que es la manifestación de la verdad de Dios lo que significa ser de Dios. Tu mismo me mostraste con tu testimonio de vida que ese es el camino, un camino lleno de amor y de entrega, donde no hay resurrección sin muerte, donde no hay gloria sin obediencia. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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martes, 25 de mayo de 2021

El mejor culto que le podemos hacer a Dios es el amor, amándolo a Él a través del prójimo.

 


El mejor culto que le podemos hacer a Dios es el amor, amándolo a Él a través del prójimo.


Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 35, 1-12
Quien observa la ley multiplica las ofrendas, quien guarda los mandamientos ofrece sacrificios de comunión. Quien devuelve un favor hace una ofrenda de flor de harina, quien da limosna ofrece sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es complacer al Señor, un sacrificio de expiación es apartarse de la injusticia. No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues esto es lo que prescriben los mandamientos. La ofrenda del justo enriquece el altar, y su perfume sube hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es aceptable, su memorial no se olvidará.Glorifica al Señor con generosidad y no escatimes las primicias de tus manos. Cuando hagas tus ofrendas, pon cara alegre y paga los diezmos de buena gana. Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con generosidad, según tus posibilidades. Porque el Señor sabe recompensar y te devolverá siete veces más. No trates de sobornar al Señor, porque no lo aceptará; no te apoyes en sacrificio injustos. Porque el Señor es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas.
Palabra de Dios


El mejor culto que podemos hacer a Dios es el amor. Amándolo a Él a través del prójimo.

¿Qué es lo que espera Dios de nosotros? un corazón generoso, una actitud pronta para responder a su amor entregando hasta la vida a través del servicio.

El amor a Dios requiere compromiso y esto significa no ser indiferente a la injusticia. No podemos acostumbrarnos a ver al que sufre, al hambriento, al desamparado. Tenemos que ser parte de la solución y para eso necesitamos apartarnos de la injusticia. No podemos prender una vela a Dios y otra al maligno. Si nuestro corazón tiene ausencia de compromiso frente al mal que nos rodea o caemos en actitudes  por omisión realmente no estamos amando a Dios y menos a nuestro prójimo.

Cabe también resaltar que la práctica del culto, de la misa de cada Domingo la debemos de hacer con alegría. No podemos dejar que se vuelva rutina los ritos, a veces nos falta tener una buena actitud y motivación. Desde el sacerdote hasta los servidores, el ministerio de la Música.  El Señor está presente en la Eucaristía y está atento a recibir cada ofrenda de amor que nosotros le ofrecemos, quizás solo le podemos ofrendar nuestras frustraciones, tristezas, angustias, pero Él está ahí para aceptar todo eso que le queremos dar.    

Que la próxima vez que nos reunamos como comunidad en la eucaristía estemos alegres porque es Cristo quien nos invita y nos acoge desde lo que somos llenándonos de su amor para que nosotros de la misma manera respondamos con generosidad a su amor donado a través del servicio hacia los más necesitados.

Salmo  49,5-6.7-8.14.23 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».
Palabra del Señor


En el evangelio la gran enseñanza es el significado de la Fe y el seguimiento de Jesus. Esto nos exige una entrega incondicional a Cristo y el evangelio y la humildad de corazón.

La entrega incondicional. Jesus nos llama porque antes te ha elegido desde siempre y espera, desde tu libertad, que le digas que sí. Pero, al mismo tiempo, es una vocación porque es desapegarse y salirte de ti mismo para ser fiel solo a Él. Esta vocación exige radicalidad absoluta. Cuando desde tu libertad decides entregarte incondicionalmente a Cristo encuentras el sentido profundo de la vida.

Así como la entrega es importante también la disponibilidad y esto se alcanza cuando nuestro corazón es humilde. Es hermoso saber que el Señor nos llama y dependiendo de nuestra disponibilidad nos encomienda a un servicio a la comunidad de creyentes. La humildad es una gracia y, a la vez, un compromiso de amor. La primera Bienaventuranza que se refiere a los pobres de espíritu o pobres en el espíritu, nos indica con claridad que nada somos ni podemos sin el Señor y olvidar esto es, en el fondo, olvidarnos de quienes somos y de la responsabilidad que tenemos hacia los demás, nuestros hermanos, a los que debemos servir con caridad y diligencia.

Esta entrega incondicional y la disponibilidad por ejemplo lo vemos en una pareja de esposos, si ellos quieren que su amor crezca y se fortalezca cada uno tiene que dejar su egoísmo a un lado y permitir que Cristo viva en sus vidas santificando a su cónyuge. No olvidemos que las dificultades son las que nos ayudan a crecer en virtudes, virtudes como la paciencia al escuchar, ser misericordioso, perdonar. Los Padres por ejemplo con sus hijos deben acompañarlos en su proceso de crecimiento intelectual y espiritual. No podemos convertirnos sólo en padres que proveen las cosas materiales. Dios nos hizo padres para que cuidemos a nuestros hij@s y les enseñemos cual es el camino para alcanzar la vida eterna con Cristo. Como feligreses, debemos apoyar al sacerdote para poder llevar a cabo las obras sociales de la parroquia,  no podemos limitarnos solo a ir a misa, hay muchas cosas que nuestra comunidad necesita y entre varios las cosas son más fáciles de llevar. Dios nos da una comunidad para crecer en la fe, en la esperanza y en el amor como también para practicar las obras de misericordias corporales y espirituales.

El amor que decimos tenerte Señor requiere compromiso, y si mi corazón tiene ausencia de compromiso frente al mal entonces no te estoy amando y mucho menos al prójimo. Ayúdame Espíritu Santo a que mi amor por el Señor me lleve a comprometerme más con la misión de Cristo, como es amar a mis prójimo a través del servicio. Necesito un corazón agradecido para reconocer que sin ti nada soy, un corazón generoso que pueda dar hasta que duela, quiero responder a tu llamado con prontitud al no ser indiferente al dolor de los que sufren la injusticia, porque la injusticia es la ausencia de la verdad. Tu eres la verdad y al acercarme a tu verdad toda la mentira queda descubierta. Dame la gracia de trabajar por la justicia y la verdad, porque ambas son las que le dan un verdadero sentido a mi vida. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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lunes, 24 de mayo de 2021

Lectio Divina

 MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA


La santa Virgen María es la verdadera Eva, la verdadera madre de todos los vivientes. Vivid, vivid, y María será vuestra madre. Pero vivid de Jesucristo y por Jesucristo, porque incluso María tiene vida únicamente de Jesucristo y por Jesucristo.

La maternidad de la santa Virgen es una realidad innegable. Por otra parte, que María sea madre de los cristianos es algo que no puede ser más oportuno; éste fue también el designio de Dios, revelado ya desde el paraíso. Pero para que esta realidad penetre más profundamente en vuestros corazones, debéis admirar el modo como este designio de Dios llegó a cumplimiento en el Evangelio de nuestro Salvador, contemplando cómo Jesús quiso asociar a sí a la santa Virgen al engendrarnos por medio del alumbramiento de su sangre, que siempre tan fértil, produjo frutos agradables al Padre.

En aquella ocasión, san Juan representaba la universalidad de los fieles. Entended mi raciocinio: todos los demás discípulos del Salvador abandonaron a Jesús. Dios permitió que esto sucediera así para que comprendiéramos que son pocos los que siguen a Jesús hasta su cruz.
Así, pues, habiéndose dispersado todos los demás discípulos, la providencia quiso que, junto al Dios que moría, no permaneciera sino Juan, el discípulo amado. Él fue el único, él, el verdadero fiel; porque únicamente es verdadero fiel de Jesús el que le sigue hasta la cruz. Y fue así como este único fiel representó a todos los fieles. Por consiguiente, cuando Jesucristo, hablando a su Madre, le dice que Juan es su hijo, no penséis que considera a san Juan como un hombre particular: en la persona de Juan entrega a María todos sus discípulos, todos sus fieles, todos los herederos de la nueva alianza, todos los hijos de su cruz.

Por esto, precisamente, llama a María «Mujer»; con esta expresión quería significar «Mujer por excelencia, Mujer elegida singularmente para ser la madre del pueblo elegido». «Oh Mujer, oh nueva Eva -le dice-, ahí tienes a tu hijo; por tanto, Juan y todos los fieles a quienes él representa son tus hijos. Juan es mi discípulo, mi discípulo amado; recibe, pues, en su persona a todos los cristianos, porque aquí Juan los representa a todos, ya que todos ellos son, como lo es Juan, mis discípulos, mis discípulos amados.» Esto es lo que el Salvador quería significar a su santa Madre.

Y lo que más importante se me antoja en este hecho es que Jesús dirija estas palabras a María desde la cruz. Porque en la cruz es donde el Hijo de Dios nos dio la vida y nos engendró a la gracia por la fuerza de su sangre derramada por nosotros. Y es precisamente desde la cruz desde donde significa a la purísima virgen María que ella es madre de Juan y madre de todos los fieles. Mujer, ahí tienes a tu hijo, le dice. En estas palabras contemplo al nuevo Adán que, al engendrarnos por su muerte, asocia a la nueva Eva, su santa Madre, en la generación, casta y misteriosa, de los hijos del nuevo Testamento.

RESPONSORIO    Jn 19, 26; cf. Gn 3, 20

R. «Mujer, ahí tienes a tu hijo», dijo Jesús a su madre; luego dijo al discípulo: * «Ahí tienes a tu madre.»
V. Se llamará nueva Eva, por ser la madre de todos los vivientes.
R. Ahí tienes a tu madre.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor, Padre de misericordia, cuyo Hijo, clavado en la cruz, proclamó como Madre nuestra a su Madre, santa María virgen, concédenos por su mediación amorosa, que tu Iglesia, cada día más fecunda, se llene de gozo por la santidad de sus hijos, y atraiga a su seno a todos los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

viernes, 21 de mayo de 2021

Hoy Jesús nos pregunta a ti y a mí, ¿Me amas?

 

Hoy Jesús nos pregunta a ti y a mí, ¿Me amas?


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 25, 13b-21
En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para cumplimentar a Festo. Como se quedaron allí bastantes días, Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole:
«Tengo aquí un hombre a quien Félix ha dejado preso y contra el cual, cuando fui a Jerusalén, presentaron acusación los sumos sacerdotes y los ancianos judíos, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana entregar a un hombre arbitrariamente; primero, el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse de la acusación. Vinieron conmigo, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre.
Pero, cuando los acusadores comparecieron, no presentaron ninguna acusación de las maldades que yo suponía; se trataba solo de ciertas discusiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí de esto. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel para que decida el Augusto, he dado orden de que se le custodie hasta que pueda remitirlo al César».
Palabra del Señor


En la primera lectura vemos como los sacerdotes y fariseos insisten en acusar y acabar a Pablo. Seguramente Pablo no esperaba tantas acusaciones pero sabiendo lo que él había sido para los cristianos (un perseguidor de cristianos) qué otra reacción podía esperar. Su conversión es escándalo porque su convicción lo hace ser testigo del Nazareno.  

Toda la pasión que antes había puesto en atacar y perseguir,  ahora la pone en dar testimonio y no se avergüenza, al contrario, da fe en el Resucitado. La razón es sencilla Pablo ha tenido una experiencia profunda con Cristo.  

A veces me pregunto cómo podemos transmitir nuestra fe a nuestros hijos. Una de las mejores maneras es cuando compartimos nuestras experiencias en familia. La importancia de los testimonio es que nos ayudan a crecer en la fe, en la esperanza y en el amor. Crecemos en la fe porque nos damos cuenta que Dios no falla, Él es fiel a pesar de que nosotros no lo seamos. Nos hace crecer en la esperanza porque vemos cómo Dios obra en la vida de los otros y nos habla a través de esas experiencia ayudándonos a crecer en la confianza que de la misma manera El va actuar en nosotros. Crece en nosotros el amor cuando al estar unidos a Él, su amor nos invade y nos configura al corazón de Cristo, llegando hasta amar a nuestros enemigos. Eso fue lo que le sucedió a Pablo, el encuentro del resucitado le cambió su vida y no hace más que hablar de quien le dio nueva vida.

Los cristianos sabemos que se necesita tiempo para profundizar en la experiencia recibida, para asentar bien la fe en Cristo Jesús, esto es abrir nuestro corazón para reconocer la novedad que Cristo trae a nuestra vida, dejarnos amar locamente por Él para poder responder al amor que nos ofrece desde el servicio. Pidámosle al Señor que seamos verdaderos testigos de sus maravillas.

Salmo 102, 1bc-2. 11-12. 19-20ab R/. El Señor puso en el cielo su trono

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
«Sígueme».
Palabra del Señor


Porque Jesus nos pregunta con insistencia que si lo amamos? Quizás una de las razones es porque decimos amar pero no somos obedientes a lo que Él nos pide.

Cual es el objetivo de la primera pregunta de Jesús, ¿me amas más que estos? Amar más que estos podemos decir que Jesus se esta refiriendo cual es el puesto que ocupa El en nuestra vida, Jesus es un accesorio, un amuleto. Preguntémonos qué es lo que nosotros gastamos más tiempo,  que es lo que está ocupando el primer lugar en mi vida.  

El objetivo de la segunda pregunta es “ Simón, hijo de Juan, ¿me amas? “, se refiere a cuál es la manifestación del amor que digo tenerle y que se ve reflejado en acciones concretas hacia los hermanos. Quizás somos expertos en ritualismos, seguir tradiciones, pero todas esas prácticas exteriores pueden ser que sean vacías. Como nos cuesta ofrecer el perdón, el amor, la caridad, el servicio hacia los demás.

El objetivo de la tercera pregunta “ Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”Jesús le cambia la manera de preguntar porque Simon aún no ha podido entender y es que tres veces Pedro le falló a Jesus y es por eso que Jesus le da una oportunidad para enmendar el error cometido desde el amor.  

En las tres oportunidades Jesus le dice a Pedro lo mismo “ Apacienta mis corderos “ y es que para servir al Señor primero hay que tener una experiencia profunda con Él. Jesús nos recuerda la misión pero esa misión será solo posible desde el encuentro personal con El. La misión nos confirma la manifestación del amor que decimos tenerle.    

Mi amado Jesús, siempre has estado presente en mi vida y por estar tan distraíd@ me pierdo de tu presencia. Cada dia la quiero vivir junto a ti, necesito una dosis de humildad para reconocer que solo tu tienes el control por eso ayúdame a dejarte actuar en mi vida, en mi historia, en mi familia. Acrecienta en mí la entrega hacia los demás, que salga de mis egoísmos para experimentar el gozo que es dar de lo que soy, de lo que tengo, de lo que me hace falta. Que tenga la disponibilidad de nuestro ser entero ante la invitación que me haces. Mi vida siempre tendrá sentido si estoy unid@ a ti. Hoy quiero decir como la Virgen Maria “ Aqui esta la esclav@ del Señor, hágase en mí según tu voluntad “, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!



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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

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