jueves, 20 de mayo de 2021

Vivir en Unidad desde el amor de Cristo.

 


Vivir en Unidad desde el amor de Cristo.


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 22, 30; 23, 6-11
En aquellos días, queriendo el tribuno conocer con certeza los motivos por los que los judíos acusaban a Pablo, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno y, bajando a Pablo, lo presentó ante ellos.
Pablo sabía que una parte eran fariseos y otra saduceos y gritó en el Sanedrín:
«Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, se me está juzgando por la esperanza en la resurrección de los muertos».
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección ni ángeles ni espíritus, mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Se armó un gran griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando:
«No encontramos nada malo en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?».
El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo:
«¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio en Jerusalén de lo que a mí se refiere, tienes que darlo en Roma».
Palabra de Dios


La vida de Pablo es bien interesante porque desde que Él tuvo el encuentro con Jesús gastó su vida difundiendo con alegría la buena noticia, por eso decide extender el evangelio impulsado por el Espíritu Santo.

Pablo no tuvo una tarea fácil como predicador. El se vio envuelto en muchos peligros y hasta fue encarcelado, como nos dice esta primera lectura. Desde esta situación, es llevado ante el tribuno que quiere aclararse de qué le acusan los judíos. En su defensa, Pablo, conociendo los distintos puntos doctrinales de los fariseos y los saduceos, saca a relucir uno de los ellos, la resurrección para enfrentar a estos judíos entre sí. Un altercado más que Pablo tiene que vivir. Pero en cuanto es liberado de la cárcel, vuelve a la suyo, a lo único que le interesa y sabe, a predicar a Jesús y su evangelio, una vez más, empujado y fortalecido por el mismo Jesús: “La noche siguiente el Señor se le presentó y le dijo: ¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén, tienes que darlo en Roma”.

Hoy el Señor nos anima para que lo sigamos a pesar de las dificultades que se nos presentan. Así como a los apóstoles,  los santos y santas de nuestra iglesia y hasta el mismo Jesús, vamos a padecer como Él. El mismo Jesús nos lo advirtió en 1 Timoteo 3:12 “ Es cierto que todos los que quieren llevar una vida piadosa en unión con Cristo Jesús sufrirán persecución”.  Pidámosle al Señor que nuestra fe se fortalezca y que tenga raíces profundas para que permanezcamos fieles a Él. Las tribulaciones nos quieren sacar del proyecto de Dios, tengamos la seguridad y la confianza que no estamos solos, ¡Animo que Dios está contigo!

Salmo 15, “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti”

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:
«No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
Palabra del Señor


El día de ayer decíamos los deseos de Jesus, unidad, alegría y verdad. Hoy nuevamente Jesús nos dice “ Unidad”. Unidad o unión a qué o a quién? unión al mismo Dios y la unión que debe reinar entre todos sus seguidores: “Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti”. Jesus insiste nuevamente en la deseada unión: “Que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno”. Esa unión será el mejor testimonio para convencer al mundo de que el Padre le ha enviado hasta nosotros y que nos ama.

Una de las cosas que me sorprende y siempre hemos padecido los cristianos es la falta de unidad. En la misma jerarquía de la Iglesia católica hay desunión, algunos por ejemplo se dedican hablar mal del Papa Francisco, de los obispos de sus diócesis, del párroco de la iglesia, del vecino, en otras palabras la lista es larga.

Las comunidades siempre van a tener la tentación de desunión. Es por eso que Jesús intercede por nosotros ante el Padre para que vivamos en unidad. Jesus nos mostró que si es posible vivir entre nosotros la unidad, pero todavía no la vivimos a plenitud porque nuestro corazón está dividido, nosotros no estamos unidos al Padre ni al hijo, a través del Espíritu Santo, es de ahí que aún no puede reinar la unidad en nosotros y a través de nosotros. En nuestro corazón vive la discordia, el orgullo, la soberbia, el querer sobresalir. Estas debilidades tratan de dominarnos, pero si cada dia se las entregamos a Dios y nos esforzamos, estas no tendrán poder sobre nosotros. Que la gracia de Dios reine en nosotros para que la unión con el padre y del hijo sea el mejor testimonio para convencer al mundo que Cristo vive en ti.

Espíritu Santo dame la fuerza del don de la unidad para permanecer con el Padre y el Hijo, que mi corazón al ser inundado con tu presencia sea el mejor testimonio para convencer al mundo que Cristo vive en mí desde el amor. Glorificate en mi para que los demás vean la gloria de Dios porque al estar unido a Cristo lo reconocerán como nuestro salvador ya que  Él comunica nueva vida en aquellos en cuyo interior habita. Espíritu Santo dame la gracia de permanecer adherido al amor de Cristo, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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