La misericordia de Dios ilumina la existencia humana.
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 36, 1. 4-5a. 10-17
Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones, para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos. Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre, de Israel, a quien nombraste tu primogénito; ten compasión de tu ciudad santa, de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad, y al templo, de tu gloria. Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno.
Palabra de Dios
Terminamos la Pascua con la fiesta de Pentecostés. Durante cincuenta días hemos celebrado la Resurrección del Señor, en el que los portentos y maravillas del Señor se han manifestado. Hemos de estar alegres porque Cristo nos dejó su Espíritu Santo, para Él toda la alabanza porque el Señor es bueno al manifestar su amor a su pueblo.
Ahora retomamos el tiempo ordinario, para fijar nuestra atención en las enseñanzas de Jesús vinculadas a su Misterio.
El libro del Eclesiástico, en el capítulo y versículos que hoy se proclaman, parece ser un anuncio de lo que ocurrió en Pentecostés. Nos dice " Renueva los prodigios, repite los portentos. Reúne a todas las tribus de Jacob y dales su heredad como antiguamente", esto solo lo hace posible la efusión del Espíritu Santo. Congrega y reúne a los dispersos en la comunión, llenó el templo de su gloria y el mismo Jesús, como peregrino no reconocido, explica todo lo que a él se refería en las Escrituras.
Dios nos pide fidelidad, porque quien es fiel a Dios no queda defraudado. Dios es fiel, su fidelidad permanece siempre, aunque no encuentre respuesta entre los hombres. La fidelidad de Dios nos lo muestra en este pasaje "
Da una prueba de tus obras antiguas, cumple las profecías por el honor de tu nombre, recompensa a los que esperan en ti y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos, por amor a tu pueblo, y reconozcan los confines del orbe que tú eres Dios eterno." Eso se ha cumplido ya.
Salmo 78,8.9.11.13 R/. R. Muéstranos, Señor, la luz de tu misericordia
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,32-45
En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:
-«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.»
Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
-«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó:
-«¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron:
-«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. »
Jesús replicó:
-«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron:
-«Lo somos.»
Jesús les dijo:
-«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo:
-«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.
Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».
Palabra del Señor
En la primera lectura notemos que los discípulos iban subiendo camino a Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; y nos dice que los discípulos se extrañaban, fácilmente se preguntan cuál era la prisa de Jesus. Nos dice que Jesús los tomó a parte a los doce y se puso a decirles que le iba a suceder.
Esta primera parte de la lectura nos trae esta enseñanza, Jesús al adelantarse podemos decir que es un signo de mostrarnos el camino, de cuidar los pasos que vamos a dar, pero además El a veces nos toma aparte o nos saca del camino porque no lo escuchamos, escuchamos a todos menos a Dios. Por eso no te preocupes si el Señor te saca del camino, es que a veces es la única opción que Él tiene para que lo escuchemos.
Jesus les explica a los Doce: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.”. Jesus les quiere revelar a sus discípulos la misericordia de Dios a través de su hijo y como el hijo de Dios es capaz de cumplir con el mandato del Padre. Jesús les está anticipando su muerte y su resurrección.
Los discípulos son tan tontos que aun no entienden y no valoran las Palabras de Jesus por eso mas bien le piden que haga lo que ellos le van a pedir. De la misma manera a nosotros nos pasa, Dios hablándonos y mostrándonos su voluntad, que es lo mejor para nosotros y nosotros empecinados en nuestros caprichos. Eso fue lo que le sucedió a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, que le dijeron:-”Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.”.
Jesus es tan tierno que les pregunta, “¿Qué queréis que haga por vosotros?”
Contestaron:
-”Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.”
Jesús replicó:
-”No sabéis lo que pedís”
Esta petición de Santiago y Juan significa privilegios, querer un lugar a su derecha e izquierda, es poner mis deseos y planes por encima de los planes de Dios. Todos tenemos aspiraciones personales y ese no es el problema, el problema es ponerlos por encima de los planes de Dios, ahí está nuestro error. Jesús por eso les dice “ no sabéis lo que pedís.”
Una de las cosas que debemos de aprender es la humildad para reconocer que Dios tiene planes mejores que los nuestros. Dios sabe cómo llevar nuestros planes a cabo lo único que Él nos pide es que confiemos en Él.
Jésus les recuerda “ beber el cáliz y bautizarse con el bautismo con el que él se ha de bautizar “, estas son las condiciones que todo discípulo tiene pero la búsqueda de los puestos privilegiados no puede caber en un corazón que sigue a Jesus, por eso Jesús les dice “ El sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo “
Jesús les recuerda “ El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.
Frente a una sociedad en la que se priman los privilegios y el mal uso de la autoridad, la enseñanza de Jesús a los Doce resuena fuertemente en nuestro tiempo. Entre más autoridad tengas más debes de servir y ayudar al otro dejando a un lado los intereses personales. Las jerarquías en las instituciones es para eso, para ayudar, atender prontamente las necesidades de quien lo necesita. Por eso no hay jerarquías de personas sino de servicios esto significa que nadie es más importante que el otro.
Señor cómo es grande tu misericordia que la ofreces una y otra vez porque ella ilumina nuestra existencia humana. Buscamos la gloria humana para alimentar nuestro orgullo y vanidad. En cambio tú nos enseñas que el camino a la gloria es la obediencia y el amor, obediencia a la voluntad de Dios y el amor a Dios a través de los hermanos. Dame la gracia Señor de alcanzar la Gloria Divina que es la manifestación de la verdad de Dios lo que significa ser de Dios. Tu mismo me mostraste con tu testimonio de vida que ese es el camino, un camino lleno de amor y de entrega, donde no hay resurrección sin muerte, donde no hay gloria sin obediencia. Amen.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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