jueves, 6 de mayo de 2021

Solo Jesús nos pide que permanezcamos en su amor.


 Solo Jesús nos pide que permanezcamos en su amor.


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 7-21
En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros:
«Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».
Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago tomó la palabra y dijo:
«Escuchadme, hermanos: Simón ha contado como Dios por primer vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
"Después de esto volveré y levantaré de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre: lo dice el Señor, el que hace esto sea conocido desde antiguo".
Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».
Palabra de Dios

Salmo  95, 1-2a. 2b-3. 10 R. “Contad las maravillas del Señor a todas las naciones”.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».
Palabra de Dios


Esta lectura de los Hechos de los Apóstoles nos relata el primer problema fuerte que vivió la iglesia primitiva. Problema que nos habla de la obligación de distinguir entre  lo que es esencial en el cristianismo, y que siempre tiene que estar presente en la vida de cualquier cristiano de cualquier época, y de lo que no es esencial y puede dejarse a un lado y no vivirse. Muchos de los que habían acogido la nueva religión de Jesús procedían del judaísmo. Y les costaba abandonar ciertas prácticas de su antigua religión, como era el caso de la circuncisión, queriéndoselas imponer incluso a los gentiles, como era el caso de los gentiles que habían acogido a Cristo gracias a la predicación de Pablo y Bernabé. Como nos dice esta primera lectura todo ello originó “una agitación y disputa no pequeña”. Conflicto que resolvieron de la mejor forma posible, desde la fraternidad, reuniéndose y escuchándole los representantes de las dos partes y después de “una larga disputa” llegaron a un acuerdo, imponiendo a los gentiles unas cosas, prescindiendo de otras.

Que nosotros debemos de aprender de esto, o que nos debemos de llevar a nuestra práctica vivencial. Debemos de aprender a vivir con intensidad lo esencial del seguimiento de Jesús. Hay cosas que hay que prescindir de lo que no es ya válido para nuestra época. Hay cosas que en vez de acercar a la gente al encuentro con el Señor, tristemente lo que hacemos es alejarlos, ser el muro, creamos discordia y división. Es increíble cuántas personas han tenido una mala experiencia con alguien de la iglesia, ya sea desde un trámite hasta para recibir los sacramentos. Me he encontrado por ejemplo que algunos con entusiasmo se acercan a pertenecer a un ministerio en la iglesia pero esos ánimos de apoyo y servicio se acaban cuando otros piensan que están haciendo lo “ correcto”   o se creen más que hasta los mismos sacerdotes. No hemos podido entender que la diversidad de las culturas nos enseñan cómo las comunidades manifiestan la relación espiritual con Dios, quizás no es la misma que nos tocó vivir, pero eso no significa que estén equivocadas. Es de ahí la importancia de la acción del Espíritu Santo.

Hoy Jesús nos invita a permanecer en mi amor, oigase bien, a permanecer en mi amor y no en la ley. En nuestra Iglesia y la iglesia somos todos nosotros los bautizados, no solo son los religiosos, los sacerdotes, obispos, somos todos nosotros y tristemente la hemos llenado, a lo largo del tiempo, de otras muchas cosas, de normas, de leyes, de algunas costumbres, de ritos, no hay alegría, no hay verdadero gozo, no atrae …Es por eso que Jesus nos dice ”  Permanecer en mi amor “.

Jesus es la fuente del amor, esa es su esencia. Por eso Jesús nos ama y quiere que descubramos y experimentemos su amor. Todo cristiano debe sentirse amado por Jesús con la misma intensidad que el Padre le ha amado, y poder decirle “tú me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir”. “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo. Permaneced en mi amor”. No olvidemos que el amor se demuestra con la obediencia, una obediencia que hace fácil cumplir lo que Él nos pide y haciendo caso a su voluntad Él mismo nos da una promesa porque nos regala una alegría que nada ni nadie nos podrá arrebatar.  “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud”.

Hoy Señor me pides que permanezca en tu amor, y esa es la verdadera clave porque si permanezco en tu amor tu podras transformar mis pensamientos, deseos, emociones acercándose a los tuyos. Para que yo me acerque a ti no es solo escuchar de ti, es disponer el corazón desde mi voluntad y para ello se requiere una fuerza que venga de lo alto para que pueda ser esto posible. Quiero vivir en la alegría que nace desde el gozo por tenerte en el centro de mi vida. La alegría está en dejar que el plan de Dios se realice en mi y esto es a través de la fuerza del evangelio porque la Palabra de Dios tiene el poder de convertir corazones y cambiar vidas. Un corazón convertido a Cristo le da la gloria a Dios y eso es lo que yo más quiero. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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