Por encima de la noche, de la traición y las negaciones, triunfa la luz del amor, que es la gloria de Dios
Salmo 70 " Mi boca contará tu auxilio "
Evangelio
Juan 13, 21-33. 36-38
" Uno de vosotros me va a entregar... No cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces "
Tu amor, Señor, es tan grande que, a pesar de mis acciones e incoherencias, continúas creyendo, confiando y bendiciéndome cada día. Conoces mis luchas internas, las batallas en las que a veces salgo victorioso y otras veces caigo al suelo al darme cuenta de que estoy defraudando el amor que profeso hacia mis hermanos. Por tu gracia, me das la capacidad de reconocer dónde he fallado en el amor y me animas a enmendar mis errores. Tu obra divina nunca dejará de actuar en mí, incluso si los frutos no son inmediatos. Tú, Señor, eres el dueño del tiempo y sabes cuándo intervenir, ya que nunca te cansas de pronunciar mi nombre. Al igual que tú, Señor, aprendiste con dolor y sufrimiento a obedecer, yo también debo aprender, ya que la fidelidad se forja a través del dolor y es motivo de orgullo para ti, mi Dios.
La vocación a la que he sido llamad@ desde el vientre de mi madre es vivir el amor a través del servicio, ser esperanza y consuelo en los momentos de fracaso, porque el proyecto de Dios es bueno, agradable y perfecto. La tarea que me encomiendas consiste en servir, construir y edificar.
Concédeme la gracia, Señor, de acudir a ti en las horas de desaliento, y al recostarme en tu pecho, que esta sea mi oración: "A ti, Señor, me acojo; no quede yo derrotado para siempre... sé tú mi roca de refugio... porque tú fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud". Amén.
Que Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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