Los frutos son el signo visible de lo que hay dentro de nuestro corazón.

 

Los frutos son el signo visible de lo que hay dentro de nuestro corazón. 

Primera lectura: Libro del Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28
" Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños "

Salmo 104, 16-17. 18-19. 20-21 R/. 

" Recordad las maravillas que hizo el Señor"

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43, 45-46
" Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia "

Señor me has dado la vida y a veces no la cuido, me has dado la salud y abuso de ella, me has dado una familia y no tengo tiempo para ella, me has dado un trabajo y permito que sea el dueño de mi tiempo, me has dado la gracia de amar y gasto el tiempo en el desamor, me has dado la fe, y no la alimento, me has dado el regalo del perdón y prefiero alimentar el rencor, me has dado la gracia de los sacramentos que sanan, limpian y fortalece mi alma y no valoro tu presencia real en medio de ellos, me has dado la libertad para que viva como verdader@ hij@ de Dios y prefiero tomar cadenas que me lastiman y me llevan hacia el abismo, me das tantas bendiciones cada día y dedico más tiempo en buscar lo que me hace falta. Tu eres un Dios bueno y justo que nos das a cada uno con generosidad. Estamos llamados a ser administradores y no a ser dueños.  Un corazón codicioso termina tomando malas decisiones, lastimando a otros y autodestruyendose. 

Así como un árbol frutal da buenos frutos dependiendo cómo están sus condiciones favorables entre ellas su adecuada luz, protección, sus raíces y tipo de suelo, de la misma manera tengo que cuidar lo que hay dentro de mi corazón, porque los frutos son los signos visibles del corazón. 

Dame la gracia Señor  que solo el único imperio que crezca en mí sea el imperio de Cristo como es la humildad, el servicio y el amor. Si, que mi corazón se expanda desde el amor, porque el que no ama termina odiando, el que odia termina matando y el que mata termina destruyéndose. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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