miércoles, 13 de marzo de 2024

Seamos visibles del amor de Dios.

 


Seamos visibles del amor de Dios.

Lectura del libro de Isaías 49,8-15
" ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré. "

Salmo 144: R. El Señor es clemente y misericordioso.

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 17-30
" Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo".


Hoy Señor me declaras una vez el amor que me tienes, usas la tierna imagen del amor de una madre para revelar a través de tu Hijo Jesucristo lo que hay en tu entrañable corazón, el inmenso amor hacia mi. La unión con el Hijo hacia Ti es posible porque Tu amor es infundido a través del Don de Tu Espíritu. Esa unión que existe entre tu Hijo y Tu es la misma que tú quieres que nosotros tengamos contigo. Identificarte significa que a pesar de nuestras diferencias lleguemos a un punto que reconozcamos tener cosas en común porque venimos de una misma realidad, venimos del corazón de la Divinidad, del Padre Dios. Esa identificación nos hace tener una unión que es imposible disolver, porque ni siquiera nuestras faltas de amor harán que tú te apartes de nosotros. 

 Hoy me invitas a que reconozca esa identificación entre Tu Padre y yo, entre yo y Tu como Padre, entre el Hijo Jesucristo en mí, entre mi en el Hijo, entre el Espíritu Santo y yo, entre mí y el Espíritu Santo. Esta unión trinitaria hace posible producir Vida y rescatar a todas aquellas almas que están viviendo en el abismo de la muerte. Dar vida es levantar aquellos que han perdido la esperanza,  y el sentido en la existencia, es poner en pie y ponerlos en camino a aquellos que viven extraviados por el mundo. Bendita sea Tu Palabra porque tiene el poder y la autoridad de salvación. 

Dame la gracia Señor de dejarte actuar en mi, esto es dejar a un lado los apegos, los miedos, el egoísmo, la vanidad, las apariencias, los malos recuerdos, los sentimientos de culpa, el rencor para que Tu puedas trabajar plenamente dentro de mí. Mi alma desea y acepta que trabajes en mi todos los días de mi vida, para que las acciones de Dios se hagan visibles en mi, así como Cristo lo reflejo.  Porque cuando un alma se deja trabajar en tus manos Divinas, a la vez revela quien vive en esa alma y se muestra hacia afuera, convirtiéndote un signo visible del amor y de la misericordia de Dios. Amen.

Dios te bendiga, 

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado, Amén.
 
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 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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