jueves, 22 de octubre de 2020

¿Te has preguntado si tu fe es robusta, es madura? Por eso es lo que nos pide el Señor en el día de hoy.



Efesios 3, 14-21
Hermanos:
Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Asi llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.


Palabra de Dios

Salmo 32 "  La misericordia del Señor llena la tierra "

Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres Contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
Palabra del Señor


La primera lectura nos invita a madurar en nuestra vida cristiana “ robusteceros en lo profundo de vuestro ser “ y Pablo nos dice que quien nos da esa gracia es el Espíritu Santo. Nosotros recibimos la Fe por el bautismo y somos nosotros quienes debemos hacer que esa fe recibida cada día crezca y se madure.   Es hermoso lo que le está pidiendo Pablo a la comunidad de los Efesos “ ...que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento “ Si Cristo está en nuestro corazón, si tenemos raíces profundas y arraigadas en Él, El será nuestro cimiento y nada ni nadie nos separara de su amor “. 

En la carta de los Efesios hay varias claves para alcanzar esa madurez que nos pide Pablo: cristianos robustos, enraizados en el amor, habitados por Cristo, llenos de sabiduría espiritual, esto nos ayudará a comprender las dimensiones propias del amor.

Ahora en la pandemia algunos han perdido la Fe, otros la esperanza. Cuando se tiene una vida cristiana madura estas experiencias reales de la vida como la pandemia, una quiebra económica, la pérdida de un ser querido no nos puede debilitar el alma porque al estar enraizados, pegados a la fuente del amor de Cristo nada ni nadie nos separará de su amor.El que se ha sentido perdonado será capaz de ofrecer perdón. El que se ha sentido amado es capaz de dar amor. El que toma la decisión de amar sabe que se expone a soportar desengaños. Eso lo vivió y lo padeció Cristo pero a pesar de todo eso, nos siguió amando.
Nuestra vida cristiana no puede ser solo de palabras, de algunas acciones externas, nuestra vida tiene que ser habitada por y en Cristo. LLenos de su amor, de su sabiduría, seremos capaces de reconocer las dimensiones del amor porque hasta el fin de nuestros días seremos juzgados por el amor. Gastemos nuestra vida amando, y no nos cansaremos de hacerlo si estamos unidos a la fuente del amor, que es Cristo.  

Así como las situaciones el caso de la pandemia nos hizo despertar de nuestra conciencia, de nuestro adormecimiento, Jesus nos recuerda que Él quiere despertarnos de nuestro egoísmo, de la pereza, de la rutina,del desamor, de la desesperanza, de nuestras incoherencias, El nos quiere despertar del pecado que habita en nosotros. Los antivalores de este mundo cada vez nos presionan y nos quieren llevar a que terminemos obedeceindolos. La propuesta de Cristo es como predicar en el desierto, muchos la escuchan pero pocos le obedecemos. Jesus nos quiere despertar, entonces te dejas despertar por El? 
Jesús te confronta con lo que dices creer, con lo que dices amar, con su Palabra nos confronta porque tenemos que tomar una decisión, ser parte de los testigos de Cristo, o ser solo espectadores, o estar en contra su propuesta por cobardía. Cristo siempre trae división a nuestra vida y esa división es sana, porque es cuando te das cuenta tu incoherencia de vida, al saber lo que Él nos dice en su palabra y nuestra incapacidad de seguirlo. Un corazón que tiene fisuras y está dividido es porque aún no ha sido sanado por el amor de Dios.    

Jesús delante de ti no solo doblo mis rodillas sino también quiero doblegar mi orgullo pidiendote perdon por las veces que en vez de buscar el bien como  la reconciliación, el perdón, la paz, la justicia, son instrumento del maligno sembrando discordia, la intriga, el desamor, la división, la injusticia. Que sea Tu Espíritu Santo quien inunde todo mi ser para que Tu puedas habitar en mi corazón. Que la raíz seas tu mi Señor y así poder alcanzar la plenitud que tanto esperas en mi. Dame la gracia de estar unid@ en tu amor, no me sueltes, llena todas esas grietas de mi corazón con tu amor para que Tu al estar reinando en mi pueda yo conocer las dimensiones del amor. Gracias Jesús porque me confrontas y me exhortas con tus Palabras, porque Tu Palabra es salvación y liberación para mi alma, Amén.  

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!



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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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