miércoles, 9 de diciembre de 2020

Dios no se cansa, no se fatiga. El hombre se cansa y se fatiga, pero si nos acercamos al Señor, Él renueva nuestras fuerzas como las águilas.


Isaías 40,25-31
"¿A quién podéis compararme, que me asemeje?", dice el Santo. Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno.
¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: "Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa"? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.
Palabra de Dios


La primera lectura nos recuerda que Dios es incomparable. A Dios no se le puede comparar porque es reducirlo. Comparar a Dios es poner al corazón en situación de escoger entre el Bien y los bienes. Y como los bienes, así en plural, tiene el encanto de lo inmediato, el alma que compara es generalmente alma propensa a la idolatría.
A Dios nada se le escapa, Él es sabio, Él conoce los detalles, Él sabe porque ciertas cosas deben de suceder. Dios es también soberano porque "no se cansa". Así como su inteligencia no pierde el detalle en el conjunto ni el conjunto en el detalle, así su fuerza es magnífica en los ejércitos del alto cielo y compasiva en los pobres que se sienten agotados. Nadie lo cansa y él da fuerzas a los cansados. Nadie tiene lo que él tiene y por eso nadie da lo que él da. Es el Incomparable.

Salmo 102 " Bendice, alma mía, al Señor"

Mateo 11,28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mí yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."
Palabra del Señor


Jesús se presenta como el lugar del descanso. El amor de Cristo es incomparable y su compasión no se detiene. Mientras que la voz del Antiguo Testamento nos hace pensar sobre todo en el poder de Dios, un Dios compasivo, el mensaje del evangelio nos muestra primero la compasión de Dios, un Dios que es "fuerte" sobre todo en amar.

Porque el ser humano se puede sentir cansado? ¿De qué descanso nos habla Cristo aquí? ¿Cuál es ese reposo que nos anuncia?

El cansancio llega de muchas maneras, cansancio físico y mental. El cansancio por ejemplo de ver nuestros proyectos truncados, cuando oramos por algún familiar para que recupere su salud y vemos que nuestra oración no es efectiva,  cansancio de la evangelización al ver que no hay respuesta positiva o no tenemos la respuesta que estábamos esperando. También está la carga del pasado,  los errores que hemos cometido o las cargas de los errores que otros han cometido contra uno y eso fácilmente despierta en nosotros resentimiento, dejan heridas. También hay cargas del presente porque tienen que enfrentar situaciones muy difíciles como una enfermedad incurable, la pérdida de un ser querido, una deuda impagable, cuidar a alguien que está en una difícil condición. También hay cargas del futuro aunque este aún no haya llegado. Algunos ven el futuro más como un problema que con esperanza.  ¡Que gran noticia nos da Jesús al decir  “ vengan a mí los que están cansados y agobiados que yo los haré descansar “.

Recordemos que algunos habían recibido una carga de parte de los fariseos, aquellos que sentían ser buenos y a la vez la imposibilidad de ser buenos. La palabra carga la utiliza Jesús y lo vemos en un pasaje de la Biblia donde Jesus nos dice “ Los fariseos ponen cargas pero son incapaces de llevarlas” . Jesus se dirige directamente a ellos, porque esa carga no te la mereces. Jesus nos quiere librar de esa carga, la carga del yo debería, pero yo no puedo, yo debería perdonar pero yo no puedo. Yo no debería preocuparme pero estoy muy angustiado. Yo debería amar más pero no puedo. Yo deberia cuidar mas mi salud pero no puedo. Hoy Jesús nos dice que el puente de lo que tu debes y lo que no puedes soy yo. Jesus hoy nos dice “Llevame contigo, acepta mi enseñanza, recibe mi espíritu, acoge mi amor para que experimentes en lo que se debe y se puede, es un puente que se puede transitar si estas conmigo”. Los que aceptan la promesa de Cristo pueden comprobar que el yugo del Señor es leve y su carga ligera.

Tengo cargas del pasado del presente y del futuro.  Cargas del pasado por malas decisiones que tome, o por los errores que otros cometieron contra mí. Carga del presente porque hay situaciones difíciles que tengo que enfrentar y no se como hacerlo. Cargas del futuro porque es incierto. Hoy Jesús me dices “ vengan a mí los que están cansados y agobiados que yo los haré descansar “. Sé lo que tu me pides “ Yo debería amar más pero no puedo. Yo deberia cuidar mas mi salud pero no puedo. Yo debería cuidar más a mi familia, pero no lo hago. Yo debería perdonar pero no puedo hacerlo. Hoy Jesús me dices “ el puente de lo que debo y lo que no puedo hacer eres Tú. Quiero llevarte conmigo, aceptar tus enseñanzas y acogerlas en mi corazón, recibir tu espíritu,  acoger tu amor para que experimente lo que se debe si se puede. Tu eres el puente Jesús, de lo que se debe se puede. Quiero aceptar tu promesa para poder comprobar que el yugo que Tú me ofreces es leve y su carga ligera.

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!



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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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