martes, 29 de diciembre de 2020

Somos seres espirituales que estamos viviendo una experiencia humana. No pretendas vivir como humanos queriendo tener una experiencia espiritual. Nuestra vida no termina aquí, esto es apenas el comienzo.... Padre Juan Pablo

 


1 Juan 2,3-11

Queridos hermanos: En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: "Yo le conozco", y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él.
Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo -lo cual es verdadero en él y en vosotros-, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
Palabra de Dios


Salmo 95 "Alégrese el cielo, goce la tierra."

Lucas 2,22-35
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel."
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma."
Palabra del Señor


La primera lectura nos exhorta al decirnos, “ quien dice:  "Yo le conozco", y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.

Es muy fácil seguir o practicar religiosidades, hasta quizás es fácil seguir al pie de la letra los preceptos, ser cuidadosos hasta cómo debemos comportarnos en Misa, que se debe y no se debe hacer durante la Misa, hasta podemos hablar muy bonito y tratar de dar un buen testimonio de generosidad, pero hoy la lectura nos exhorta al decirnos que quien no guarda los mandamientos y en estos dos mandamientos se resume la ley de Dios como es “ Amar a Dios sobre todas las cosas y  amar a su prójimo como a sí mismo “, entonces es un mentiroso. El amar a Dios nos tiene que llevar al encuentro con el hermano, de lo contrario aun Cristo no habita en nosotros. No podemos decir que amamos a Dios y vivir en las tinieblas, guardando rencor y resentimientos. Hay que amar a Dios no con dobleces ni tampoco fingiendo y la mejor manera de amar a Dios es cuando amamos a nuestro prójimo.

Cristo tiene que derrumbar el muro del orgullo y de la soberbia para que Él pueda reinar. Déjalo entrar, déjalo que Él reine. Durante la Novena de Navidad cantábamos “ Ven Jesús mío ven a nuestras vidas, ven no tardes tanto!”. Necesitamos que sea Jesus reinando en nuestra vida, en nuestras acciones, que Él reine sobre nuestro orgullo y soberbia, que se nos note que Él vive y reina en nosotros.

La religiosidad no significa que te lleve al encuentro con Cristo. Algunos son excelentes teólogos y predicadores desde el conocimiento y no desde la experiencia personal con Cristo. Puede que hasta se esfuercen para hacerlo pero se les olvida que no es en sus fuerzas sino por la gracia de Dios solo se puede experimentar el amor misericordioso de Dios quien transforma nuestro corazón endurecido por el pecado.

Ayer estaba en una Misa de exequias y lo que dijo el Padre es muy cierto “ Somos seres espirituales que estamos viviendo una experiencia terrenal”. De esta manera estamos llamados a cuidar y alimentar nuestra vida espiritual. Nosotros somos espíritus viviendo una experiencia humana.  Desde la fe y la esperanza estamos convencidos que nuestra vida no se termina aquí. No caigamos en el error de vivir como humanos y queriendo tener una experiencia espiritual. Nuestra vida toma verdadero significado cuando en el centro de nuestro corazón está Cristo. Cristo nos da el camino para llegar a donde lo que realmente somos, de dónde salimos, del corazón de Dios. El se ha hecho como nosotros para que yo aprenda a vivir como Él y llegar a alcanzar la vida eterna.

Niño Jesus, te haz hecho como uno de nosotros para que yo aprenda a vivir como Tu. Por el amor que nos tienes quisiste hacerlo, naciste en un pesebre para enseñarnos que en la humildad del corazón es donde te encuentro. Tu junto con tu madre la Virgen María y San José me has enseñado la importancia de la familia, cimiento de ternura, de protección, de valores y de amor. Durante esta octava Navidad me dices que la única manera de amarte es cuando mi corazón no está dividido porque si lo esta soy un mentiros@. La mejor manera de amarte es cuando amamos a nuestro prójimo y especialmente a aquel quien me ha ofendido. No quiero caer en el error de vivir como humano y queriendo tener una experiencia espiritual. Tu mismo nos muestras el camino para llegar a donde lo que realmente somos, de donde salimos, del corazón de Dios. Dame la gracia de que yo aprenda a vivir como tú, y que no se me olvide que soy un ser espiritual que está viviendo una experiencia humana, y que la vida no termina aquí, esto es apenas el comienzo.... Amen.

Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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