jueves, 22 de julio de 2021

¿Cuáles son nuestras búsquedas de hoy? ¿Qué nos mueve por dentro para seguir caminando?

 


¿Cuáles son nuestras búsquedas de hoy? ¿Qué nos mueve por dentro para seguir caminando?


Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3, 1-4b
Esto dice la esposa:
«En mi lecho, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo buscaba y no lo encontraba.
“Me levantaré y rondaré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al amor de mi alma”.
Lo busqué y no lo encontré.
Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad:
“¿Habéis visto al amor de mi alma?”
En cuanto los hubo, encontré al amor de mi alma».
Palabra de Dios

La primera lectura es bellísima porque nos habla de un amor. El ser humano fue creado para amar y es por eso que nos dice “ buscaba al amor de mi alma: lo buscaba y no lo encontraba “.... Somos eternos buscadores del amor y la felicidad pero el problema es que lo buscamos comúnmente en lugares y en personas equivocadas.

Pidámosle al Señor que nos regale el discernimiento para descubrir su presencia y experimentar que no estamos solos. Volviendo al primer amor que es El,  todo lo demás tomará la posición correcta en nuestra vida y podremos decir “ Encontré al amor de mi alma!”.

Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-2. 11-18
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor


El evangelio es la continuación de la primera lectura porque ambos nos traen el mismo mensaje, disfrutar de la presencia de la persona amada. Es lo que pide el amor. “Así dice la esposa: en mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma”. Y es lo que bullía en el corazón de María Magdalena, incluso después de la muerte de Jesús, a quien acompañó hasta el pie de la cruz, la persona a la que más amaba. Por eso, el primer día de la semana, al amanecer, fue al sepulcro donde habían sepultado a Jesús, en busca de la presencia de su amado, de su amado muerto en la cruz.

Jesús resucitado sale a su encuentro y contempla llorando a María por culpa de su ausencia. Aunque en un primer momento no le reconoce, Jesús le pregunta cuál es la causa de su llanto y a quién busca. Bien sabía Jesús resucitado que le buscaba a él y lloraba su ausencia. María, cómo no, recibe una gran alegría cuando descubre que es Jesús el que le habla. Y recibe el encargo de comunicar a los apóstoles lo que acaba de ver y de oír.  

Maria Magdalena tiene un corazón enamorado de Jesús y esto hace posible que su corazón se ensanche; ella es testigo de su muerte y también de su resurrección porque sale en su búsqueda pero Jesus la encuentra. Maria Magdalena es una mujer que después de ser sanada por Jesus es una discípula que se entrega hasta el final.    

Retomando la actitud de Maria Magdalena recordemos la pregunta de Jesus, ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?

 ¿Por qué lloras?
Jesús quiere que seamos conscientes de nuestras pérdidas y de los sentimientos que nos acompañan. ¿Qué es lo que ahora produce en nosotros tristeza y desamparo? ¿Qué zozobras nos causa el ambiente en el que vivimos?

¿A quién buscas? No es la primera vez que Jesús formula una pregunta como esta. Se la dirigió también a los discípulos de la primera hora al comienzo del evangelio de Juan. Es como si la revelación necesitase siempre el punto de enganche del deseo. Quien no desea no ve. Quien no busca no encuentra. Quien se detiene nunca llega. ¿Cuáles son nuestras búsquedas de hoy? ¿Qué nos mueve por dentro para seguir caminando?

Jesús gracias por no ser indiferente a mi dolor y a mis preocupaciones. Tú mismo te acercas a mi para secarme las lágrimas permitiendo que pueda ver lo maravilloso que es estar cerca de ti. Volver al primer amor es lo que necesito para que todo lo demás tome el lugar correcto. Cuando mi corazón se llena de tu amor y de tu presencia es capaz de ensancharse y tener la capacidad de recibir cada vez más de la fuente. Hoy tu quieres que yo sea consciente de las pérdidas y sentimientos que me acompañan pero también me recuerdas que tu estas cerca de mi, que no estoy sol@ porque yo soy el amor que tu estas buscando. Dame la gracia Señor de desearte, de querer estar contigo, de buscarte para ponerme en movimiento y así poderte ver, que seas el motor de mis búsquedas para transformarme en tu testigo que te sirve hasta el final, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
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 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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