jueves, 13 de abril de 2017

La mejor obra de amor está servida en la mesa, Mi Hijo, solo el que coma su carne y bebe su sangre tendrá vida eterna, Amén!


Éxodo 12,1-8.11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.

Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones.""
Palabra de Dios


Salmo 115 “ El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo. “

1 Corintios 11,23-26

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Juan 13,1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?" Jesús le replicó: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde." Pedro le dijo: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo." Simón Pedro le dijo: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús le dijo: "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos." Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis."
Palabra de Dios
Te alabamos Senor

En las lecturas del dia de hoy reconocemos como Jesús institucionaliza la eucaristía como tambien los sacerdotes o presbíteros quienes son sus servidores para continuar la misión de Él en esta tierra.

Jesús es el mesías, los cristianos tenemos un Dios que está en medio de su pueblo y como Él cumple sus promesas y nos prometio que estaria en medio de nosotros siempre, por eso se hace visible, presente, donde tú y yo lo podemos ver, oler y tocar que es en el cuerpo y la sangre en la Sagrada Eucaristía. El mismo Dios dice “ La mejor obra de amor que hecho por ustedes está sobre la mesa, es el cuerpo de mi hijo entregado, ofrecido para salvar a cada uno de ustedes del pecado “. Jesús eucaristía es la presencia viva del amor del padre a través de su hijo  y la promesa más cierta de nuestro futuro junto a él.

Solo en la Eucaristía podemos estar seguros que está Jesús. En nuestras parroquias o iglesias está presente todos los signos, signos que a través de ellos se hace presente el Senor y además que el mismo Jesus nos enseno. Esto quiere decir que en la manos, o en el agua bendita es Jesús obrando a través de ellos. Uno de los signos que representa Jesus como la luz es en el cirio Pascual, el agua, es recordar cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos y es por eso que es sacerdote se lava sus manos para el perdón de los pecados, pero también el agua es el bautismo en que nos llamamos hijos de Dios estamos llamados a ser misioneros de la Iglesia de Cristo. También podemos ver cuando Jesús le da el poder a sus discípulos para perdonar los pecados que es la confesion, la oración del Padre que nos enseño Jesucristo, la comunión es recibir el mismo Cristo quien es el alimento vivo que necesita nuestra alma, y todo el misal osea lo que el sacerdote lee en la eucaristía está escrito en la Biblia. Así es pues, una vez más podemos confirmar que Jesús no solo está presente en la Eucaristía sino que además El mismo la institucionalizó en conmemoración de El.  

En la eucaristía encontramos paz para nuestra alma, fortaleza, vida en fraternidad y es donde nuestro corazón descansa junto al amado porque tenemos la certeza que nunca seremos defraudados si nuestra confianza está puesta en Cristo.  También descubrimos esta verdad de nuestro ser es que hemos sido amados antes de ser creados, y amados para ser perdonados, y amados para tener vida eterna.

En la Eucaristía no solo es la comunión con Dios sino también con nuestros hermanos. La palabra Comunión viene de “ Común unión “, que es lo que tenemos en común  los que participamos en la eucaristía, quien es el centro? Cristo. La “común unión”  es entender el lenguaje del otro; saber de qué ríe, por qué llora, qué le preocupa y cómo se le consuela.

Cuando decimos que estamos en comunión con Dios significa vibrar con su amor por los pequeños, los pobres y los tristes; es llorar con las lágrimas de Jesús por los pecadores, los endurecidos y los crueles; es padecer con el corazón del Señor y derramar sobre el mundo gracia como la suya y mirada como la suya también. Es configurarnos con el mismo Jesús.

Estar en comunión es saber ir y volver del corazón del Amado. Es tener siempre una puerta abierta para el Amigo. Es cantar sus canciones y darle nuestras poesías. Es sentir que el tiempo se muere y que la eternidad amanece. Es poder contemplar Su maravillosa presencia en la Eucaristía y recibirlo no solo con la boca, sino con todo tu ser y dejar que El brille a través de nuestro rostro. 

Jesús cómo es tu gran amor por mi que te haces presente en la Sagrada Eucaristía, gracias por haberme dado la gracia de reconocerte en este hermoso y bendito sacramento. Bien lo decía Santo Tomás de Aquino “ Sólo los corazones que han conocido y saboreado el amor de Dios pueden realmente extrañar a Cristo y prepararse para saborearlo en su presencia como es la Eucaristía “.  Oro por aquellos que aún celebran la eucaristía sólo por cumplir y ser vistos, oro por aquellos que ni siquiera se preparan para recibirte, oro por aquellos que tienen una fe muy tibia y aún les falta reconocerte en este sacramento, oro por aquellos que te recibimos y no permitimos que tu luz brille a través de nuestras obras de amor y lloro por aquellos que te desprecian y se burlan de tu presencia en la Eucaristía. Hoy levanto una plegaria por todos los sacerdotes, hombres que tu llamaste a tu servicio, dales perseverancia, firmeza y humildad para que a través de sus obras dejen ver tu rostro, porque para eso los llamaste. Que gran misericordia y que gran amor has tenido con ellos, sabiendo que son hombres frágiles y pecadores los has llamado para que lleven el anuncio de la buena noticia al mundo entero, Amen, Amen, Amen.            

Dios te bendiga,

Alabados sea Jesucristo!!!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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