viernes, 11 de octubre de 2019

El maligno solo trae engaño, duda y división a nuestra vida.


Joel 1,13-15;2,1-2
Vestíos de luto y haced duelo, sacerdotes; llorad, ministros del altar; venid a dormir en esteras, ministros de Dios, porque faltan en el templo del Señor ofrenda y libación. Proclamad el ayuno, congregad la asamblea, reunid a los ancianos, a todos los habitantes de la tierra, en el templo del Señor, nuestro Dios, y clamad al Señor. ¡Ay de este día! Que está cerca el día del Señor, vendrá como azote del Dios de las montañas. Tocad la trompeta en Sión, gritad en mi monte santo, tiemblen los habitantes del país, que viene, ya está cerca, el día del Señor. Día de oscuridad y tinieblas, día de nube y nubarrón; como negrura extendida sobre los montes, una horda numerosa y espesa; como ella no la hubo jamás, después de ella no se repetirá, por muchas generaciones.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura podríamos decir que hace referencia a la Eucaristía. Esta exhortación que nos hace el profeta Joel es con el objetivo de que seamos más conscientes cuando participemos en la Eucaristía. Nuestra actitud debe ser de alegría, de gozo, de esperanza  porque el Señor se hace presente en medio de nosotros. A El lo podemos ver, tocar, sentir y hasta oler en la comunión.
Muchas veces podemos caer en el ritualismo de ciertas prácticas religiosas sin saber porqué lo hacemos y perdemos el beneficio que esto nos ofrece. Pidámosle al Buen Dios que nos ayude a descubrir en la Eucaristía su milagro de amor a través de su Hijo Jesucristo. El quien se digna de bajar del cielo para estar en medio de nosotros, para darnos su cuerpo y sangre alimento que necesita nuestro espíritu.

Que la próxima Eucaristía nuestra ofrenda seamos nosotros mismos, que le entreguemos nuestras preocupaciones,  frustraciones, tristezas, angustias, alegrías, nuestra familia. Que viviendo en comunidad la Eucaristía crezcamos más en la fe y el amor por nuestros hermanos y hermanas, Amen.

Salmo 9 " El Señor juzgará el orbe con justicia."

Lucas 11,15-26
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: "Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios."
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo les demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: "Volveré a la casa de donde salí." Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio."
Palabra de Dios


Hoy el evangelio vemos cómo Jesús es criticado por la multitud. Quizás por eso a veces preferimos pasar por desapercibido ante los demás, negar u ocultar que somos cristianos para no vivir o experimentar lo que Jesús vivió como fue incomprensiones, críticas, rechazos.

Como a veces caemos en el error cuando vemos acciones buenas en medio de este mundo y a veces las descalificamos y las miramos con sospecha. Se piensa que esas obras que se hacen son movidas por el orgullo, egoistas, por llamar la atención, por recibir aplausos, o porque hay una codicia personal.
Hay un signo que el mismo Jesús nos dijo y que es infalible “ Por sus frutos los conoceréis “. Para uno darse cuenta realmente cual es la motivación de una persona para hacer algo bueno es por los frutos que da. Si da frutos de bondad, de amor, de servicio, de fraternidad, fruto de iluminación para las demás personas tenemos que reconocer que es obra de Dios. Porque es Dios quien pone esos sentimientos en cada persona. Jesús bien lo dirá, El que no está con Él está contra Él, como También el que está con Él está a favor suyo. Hay que descubrir esos falsos profetas que sospechan de todos y toda obra buena.

También el maligno nos trae es la duda, que entremos a dudar de la fe y es por eso que le piden a Jesús que haga signos extraordinarios. Jesús conociendo sus intenciones no se dejó probar. Pidámosle al Señor que nos ayude a crecer más en la fe desde la confianza humilde y en el abandono en los brazos amorosos de Dios.  Recuerdo una vez alguien me preguntó si el sacerdote de mi parroquia hablaba en lenguas, o que si habían milagros durante su misa. Para esta persona era signo de que Dios estaba con nosotros. Como también alguien me preguntó cuál era el don que yo tenía.  Es triste encontrar personas que aún espera signos extraordinarios en el cielo para creer en el Señor. Jesús es muy radical con respecto a esto y lo dirá Mateo 12:39.  “  Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás el profeta;”

El maligno también lo que busca es la división. Jesús lo explica “ Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? cómo mantendrá su reino? “. Es que un reino dividido está llamado a la destrucción. El maligno lo primero que busca es dividir, dividir a las familias, dividir las parejas, dividir el grupo, dividir la comunidad, dividir para luego destruir. No permitamos que el maligno nos divida, descubramos su mentira porque de lo contrario pereceremos.

Señor hoy te pido que yo esté unido a ti, quita con tu poder todo pecado que hay en mi porque el pecado hace que haya división en mi ser y no permite la comunión contigo. Pido por la unión de las familias, de la comunidad y de los grupos apostólicos. Dame la gracia de reconocer el mal desde la mentira porque ella quiere venderse como verdad. Acrecienta mi fe desde la confianza amorosa al saber que tengo un Padre misericordioso. Hoy nos recuerdas que hay muchas obras buenas que comienzan pero también una gran parte se quedan en el camino porque al nos ser movidas por el Espíritu de Dios se cansa de hacer el bien. Que seas tu Señor el centro de mi corazón como lo fue para la Virgen María, Amén.

Dios te bendiga.

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!



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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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