martes, 2 de marzo de 2021

No hay que amar la ley sino más bien amar la ley del amor.

 


No hay que amar la ley sino más bien amar la ley del amor.  


Isaías 1,10.16-20
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid y litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si sabéis obedecer, lo sabroso de la tierra comeréis; si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor."
Palabra de Dios

Hoy en los labios de Isaias escuchamos la insistencia a la conversión a los pueblos de Sodoma y Gomorra. Así dice “ Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien”. De la misma manera Isaías nos habla para nuestro presente. Dios no quiere sacrificios o purificaciones rituales, sino un profundo cambio de actitud: el Señor es muy claro al decirlo  “buscad el derecho, enderezad al oprimido, defended al huérfano, defended a la viuda...”.

Algunos somos muy buenos en hacer penitencias y sacrificios exteriores, por ejemplo la ceniza el dia Miercoles de ceniza, participamos en las celebraciones del jueves Santo y viernes Santo, no estoy diciendo que eso no está bien, claro que esta bien siempre y cuando estos ritos nos lleven a una cambio sincero y profundo en nuestro corazón y en la relación con el más necesitado.  

Isaias nos da unos pasos fundamentales para esta liberación,deja de hacer el mal, aprende a hacer el bien, busca la justicia, haz bien al necesitado. Destaquemos que se trata ante todo de acciones y no de sentimientos o afectos. Isaias nos habla primero un cambio interior como es apartarnos o dejar de hacer el mal pero a  renglón seguido nos pide busca la justicia y haz el bien al necesitado, ya nos pide una acción desde mi ser con el otro. Recuerdo unas palabras de mi mamá que decía “ no esperes a tener buenos sentimientos para hacer el bien, para empezar a ser buenos”. Las "ganas" pueden estar o no, pero seguramente no nos vamos a deleitar en el bien cuando empezamos a educarnos en el bien. Al principio no tendrá buen sabor, y por eso no se nos pide que nos guste sino que lo hagamos.

Por último no olvidemos que Dios no se cansará nunca, óigase bien nunca se cansara de su insistencia de amor y misericordia. Nosotros para que nos apartemos de nuestras malas acciones nos tenemos que cansar y hastiar de vivir una vida de pecado y es por eso que hay que pedirle a Él que por su gracia nos cansemos de hacer el mal, de vivir separados de Él para que volvamos hacia Él con un corazón arrepentido.

Salmo 49 "Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios"

Mateo 23,1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Palabra del Señor


No hay que amar la ley sino más bien amar la ley del amor.  

El problema de los fariseos y de los maestros es que habían convertido a la Ley y los Profetas en unas sufridas obligaciones para el pueblo fiel, obligaciones y ritos en los que ni ellos mismos creían. Y Jesús denuncia esta hipocresía con rotundidad y desde su autenticidad como Maestro que viene de parte de Dios, que habla con convicción y autoridad desde el ejemplo de su Vida.

Esta exhortación del evangelio es muy oportuna para nuestro tiempo porque como lo dice el papa Francisco hay muchos sacerdotes que prefieren el servicio desde su despacho, algunos con actitudes fariseas y esa excesiva clericalización de la Iglesia hace que muchos fieles más bien tomen distancia o se alejen de la iglesia fundada por Cristo. De la misma manera hay laicos que siguen  prefiriendo el servicio en la sacristía más que en la sociedad.
Hoy el mundo espera de nosotros una respuesta vital, encarnada en nuestra propia entraña; no entiende las respuestas puramente teóricas por sabias que parezcan. Hay teólogos que parecen una biblioteca andante por su conocimiento pero no han tenido una experiencia real con Cristo. Recuerdo una misa que el Padre Juan Vallejo celebró por mi madre fallecida y dijo ``¿ A qué universidad fue doña Rosalba para enseñarnos teología? “. Mi madre solo terminó 5 de primaria.

Si los hombres se acercan a nosotros interesándose por Cristo, por el sitio donde se le puede encontrar, por su mensaje, por su doctrina, por las virtudes que practico, hemos de estar siempre preparados para dar una respuesta que brote de una experiencia personal, hecha vida en nuestra propia vida, así como la de Cristo.

El cristianismo se resume en la relación entre Dios con el hombre y con el necesitado. Es por eso que vengo a ti Señor para que trabajes en mi voluntad dándome la fortaleza necesaria para alejarme del mal y buscar el bien. Para alejarme del mal es necesario que me canse de esa vida, esa vida de pecado y para ello necesito que tú derrames esa gracia en mí para que yo pueda volver hacia ti con un corazón arrepentido. Para hacer el bien necesito acercarme a ti y aprender de ti, seguirte los pasos, para ello necesito humildad para aprender, voluntad para hacer y perseverancia para permanecer.  Por último me invitas a trabajar por la justicia y hacer el bien al necesitado, y es que un cristianismo que no está involucrado el otro, es cualquier cosa menos cristianismo. Por eso no hay que amar la ley sino amar la ley del amor, un amor que sale al encuentro con el hermano necesitado, Amén.

 Dios te bendiga,

¡¡¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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