martes, 10 de enero de 2023

Hacer la voluntad de Dios nos da el poder, el poder de ser libres!

 


Lectura de la carta a los Hebreos 2,5-12:

«¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él?  Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies».

Evangelio
San Marcos 1,21-28
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra de Dios

Oremos a la luz de la Palabra 
Hoy me recuerdas lo valioso que soy para ti, y como a veces caigo en mendigar amor y aceptación hacia aquellos que solo aprovechan mi debilidad para beneficio propio. Gracias Señor porque a través de tu amor incondicional me enseñas la dignidad de ser hij@de Dios. Me diste el poder sobre todas las cosas, un poder que no es para esclavizar a otros, o para humillar al prójimo. Me diste el poder, el poder del servicio, el poder de perdonar, el poder de amar, el poder de ser como tu, porque fuimos creados a imagen y semejanza tuya. Cómo hemos entendido mal el verdadero significado que es el poder!

El hombre vive preocupado, angustiado por lo que no posee, se afana por tener más y más olvidando que en realidad ya lo tiene todo: Dios mismo y toda su creación. Hace poco celebramos tu nacimiento, un Dios que se dignó hacerse hombre como nosotros por amor y para mostrarnos en qué consiste el verdadero poder, negándose así mismo. Señor no permitas que por estar tan inmersos en nuestras preocupaciones terminemos separandonos de ti o quizás echándote la culpa por nuestros problemas. Más bien danos la gracia de levantarnos cada vez, poner nuestra mirada hacia ti y con la confianza que siempre el cielo escucha nuestra clamor y nos da una respuesta, permite que acojamos tu voluntad y seamos capaces de obedecerte desde el amor.  Al obedecerte tendremos el poder de hablar con autoridad como tu Hijo Jesucristo, porque el alimento que nos da el verdadero poder es hacer tu voluntad. Quien te obedece es libre, y goza de la paz en el corazón, Amen 

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jeuscristo por siempre sea alabado!

Orando y viviendo - Sandra Yudi Zapata E.

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