lunes, 16 de enero de 2023

Sin obediencia no hay verdadera libertad!

 



Sin obediencia no hay verdadera libertad!

Hebreos5,1-10
" Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer"

Ser obediente a Dios nos hace libres, porque fortalecemos la fe y la confianza en El. 

Salmo 109 
" Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec"

Marcos 2,18-22
En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».
Palabra del Señor

Oremos a la Luz de la Palabra de Dios

Cuando soy obediente a Ti desde mi libertad y no desde el temor, estoy acogiendo Tu proyecto Divino, un proyecto que es de bendición porque tengo la convicción de que a través de esa situación voy a crecer en mi vida relacional y espiritual. Aprender es tener la docilidad de estar abierto a recibir lo nuevo, escucharlo con paz y serenidad permitiendo que nuevas ideas nazcan en mi guiados por Tu Santo Espíritu. La obediencia también me ayuda a tener un corazón más humilde porque aprendo a reconocer que no siempre tengo la razón. Tu Jesus fuiste un verdadero maestro de obediencia, desde tu humanidad me muestras que no es fácil obedecer porque duele, duele porque es negarse a uno mismo. Ese dolor se transforma cuando conozco a profundidad a quien amo, porque solo se obedece o se confía al que verdaderamente se ama. Hoy me invitas a entrar al misterio del amor de Dios y al sumergirme en su amor seré capaz de confiar y obedecer así como tu lo hiciste. No quiero vivir más del qué dirán, vivir los sueños de los demás, o vivir la vida de los otros. Dame la gracia de tener un obre nuevo para recibir y acoger el vino nuevo, el vino nuevo que es Tu Palabra. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
 
Orando y viviendo - Sandra Yudi Zapata E.

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