El Señor derrama su gracia para salvarnos

 

El Señor derrama su gracia para salvarnos

Lectura de los Hechos de los apóstoles 22, 3-16
" Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados"

Sal 116, 1. 2 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Palabra del Señor

Tu Señor derramas la gracia Divina para salvarme porque tú amor es mas grande que mi pecado. Tu me hablas a través de mis pensamientos, de cada situación, de personas y hasta de la conciencia para que me de cuenta cual es el camino correcto que debo tomar, por donde es que debo caminar, que harias tu en mi lugar.  Si me haces caer no es con el ánimo de lastimar sino más bien para que me de cuenta que eres Tú dándome avisos y señales llenas de amor, señales que me indican que estoy haciendo tu voluntad o por el contrario que estoy dando rienda suelta a mis caprichos y rebeldía. Cada sacudida es de bendición porque las dificultades me llevan al límite dejando ver lo que realmente hay en el corazón. Cada sacudida es el plan divino que me quiere hacer despertar, abrir los ojos para que mire en mi interior y reconozca que necesito esforzarme para alcanzar una verdadera conversión. 

Gracias por los buenos compañeros de camino que me ayudan a levantarme, a no perder la esperanza y que me llevan hacia ti. Dame la gracia de tomar sus manos, dejarme ayudar por ellos porque lo único que quieren es acercarme a ti. Mi vida debe estar en continua conversión, y es que la conversión altera nuestra vida, me exige coherencia, integridad, verdad, aunque esto incomode a algunos o nos traiga problemas. El mismo plan Divino que estás haciendo con mi prójimo, lo estás haciendo en mi, con el fin de que nos convirtamos en canales de bendición y de amor unos con otros. Porque cada conversión es una historia de amor que quieres escribir en lo profundo de nuestro corazón, el comienzo de la Obra de Dios que a través de la persona se realiza. ¡Que así sea!