lunes, 13 de noviembre de 2017

Ser una persona sabia es aprender a escuchar la voz de Dios y ser muy humilde para aceptar su voluntad.


Sabiduría 1,1-7

Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Palabra de Dios

Aprender a gobernar un país se requiere de sabiduría pero muchos aunque gobiernen una empresa o un país bien o mal lo hacen. Pensamos que ellos por ser políticos saben lo que hacen y precisamente porque saben, ha logrado subir, "escalar" hasta llegar al lugar que tienen. El lugar de mando, de ser jefe, de tener el poder de dirigir, es visto como un "logro" y como un "pago". La consecuencia es que, gobernar se vuelve un ejercicio de astucia (para ganar poder) y de codicia (para acrecentar el propio pago). Lo vemos en nuestros políticos corruptos de nuestro país.

Muchos de nosotros podemos ser líderes porque tenemos una responsabilidad ya sea con una comunidad, en la empresa donde se trabaja, hasta quizás podemos hacer muy bien lo que hacemos,  pero somos incapaces muchas veces de gobernar con sabiduría nuestra vida personal sabiendo que es lo más importante.   

Hoy la primera lectura nos quiere enseñar que un gobernante, a imagen del rey Salomón, debe ser ante todo y siempre un alumno, un discípulo de la eterna sabiduría. Presto para escuchar y poco para hablar.

Según esto entonces gobernar no es escalar, sino ser elegido, invitado, ungido. Es estar al servicio de los demás y reconocer que Dios nos eligió para algo mayor.  Por tal razón debemos pedirle a Dios que nos de sabiduria para guiar a su pueblo o vamos algo más pequeño como es nuestra familia, vayamos a algo mucho más pequeño nuestra propia vida.

Nosotros como Padres de Familia, tios, tias, maestros, sacerdotes, laicos, todo el pueblo de Dios estamos llamados hacer el bien siempre. Algunos tendrán más responsabilidad que otros dependiendo de las capacidades, pero de la misma manera este llamado es para que siempre busquemos la pureza de la intención de nuestro corazón y que tengamos la lucidez de la mente que solo el Espíritu Santo nos lo da.

Salmo 138 " Guíame, Señor, por el camino eterno"

Lucas 17, 1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás."
Los apóstoles le pidieron al Señor: "Auméntanos la fe." El Señor contestó: "Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería."
Palabra de Dios


Hoy Jesús nos dice no escandalizar, si perdonar y siempre creer.

El escándalo no solo viene de afuera, el escándalo también viene de adentro. Nosotros muchas veces somos motivo de escándalo para otros.

El escándalo quiere decir que mi pecado no sea escándalo para otro, la palabra escándalo significa no poner un obstáculo o poner una piedra al otro.

Perdonar, fácilmente mi hermano ha hecho algo en contra mía. Perdonar significa que el mal del otro no vaya ser obstáculo para mi. El pecado del otro que no se vuelva obstáculo o piedra para mi. El mal del otro no me va prisionar en el rencor. Lo opuesto al perdón es quedarse en el rencor. Entonces no perdonar es darle permiso a que otra persona para que me encierre en mi tristeza alimentando la amargura y el rencor.

Siempre creer, el que cree llega a conocer las dimensiones del perdón divino, y ello, solamente es posible cuando dejas invadirte de la fuerza maravillosa y restauradora del perdón que alcanza a los demás. Según esto, sin un crecimiento en la fe es imposible un verdadero avance en el perdón.

Señor tú sabes que el secreto de toda plenitud es aprender a gobernar mi vida desde la sabiduría Divina. Amando la justicia y buscándote con un corazón entero y abierto solo para ti. Hoy me pides no escandalizar, si perdonar y siempre creer. Que mi pecado no sea motivo de escándalo o de tropiezo para otros y de igual manera que el pecado de los demás no sea obstáculo porque no quiero que en mi corazón se alimente de la tristeza y de la amargura. No quiero frenar a otros y tampoco que los demás me frenen para llegar al puente del perdón. Hoy tomo la decisión de perdonarme a mí mismo, perdonar a los demás porque esa es la restauración que necesito.  Para poder avanzar en el camino que Dios quiere que transitemos es necesario poner en movimiento la fe, porque sin la Fe es imposible un verdadero avance en el perdón.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea: Revisa si tu vida la estás gobernando desde la sabiduría de Dios


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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