miércoles, 11 de abril de 2018

Acepta a Jesucristo en tu corazón, Él viene a sacarte de tus crisis; pero si rechazas su salvación retomas lo peor de ti y sigues por el camino de tus malas decisiones.


Hechos 5,17-26

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos-, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: "Id al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida."

Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: "Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro." El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: "Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo." El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.
Palabra de Dios

Hoy vemos en la primera lectura como los apóstoles fueron perseguidos y torturados. En su mayoria tambien sufrieron encarcelamiento y hasta asesinados. Así como sucedió en los tiempos de Jesús, hoy en este siglo 21 también podemos reconocer que muchos misioneros de Cristo han tenido que padecer estos mismos sufrimientos. Cuántos sacerdotes y religiosos asesinados y secuestrados. Algunos Santos que han muerto como mártires y algunas personas que en nuestro tiempo han muerto como mártires, esas vivencias de ellos nos debe de animar y dar coraje para seguir a Cristo y llevar su mensaje donde vayamos. Como dice en una parte de la Biblia en Mateo 10.28 “ Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno “.

Nos dice la lectura que hubo una liberación milagrosa cuando el ángel les abre las puertas de la cárcel y los invita a seguir enseñando en el templo. Cosa que parece extraña, porque al predicar en el templo seguían junto a los que los habían capturado, de modo que poco podía esperarse que durara mucho su libertad. Recordemos que el relato termina en que los encierran nuevamente. Así que uno se pregunta para qué se hizo un milagro tan espectacular. Cuál era su significado?

El objetivo del milagro no fue evitarles penalidades simplemente. La vida de los apóstoles fue un camino de sufrimientos y de hecho ya hemos escuchado que ellos consideraban una bendición sufrir por Cristo y por el Evangelio. Esta liberación fue más una señal que una solución. ¿Señal de qué? Señal ante todo de la libertad de la Palabra. Como diciendo a aquellas autoridades: "las cadenas de ustedes jamás detendrán el avance del Evangelio." Y así fue en realidad, como viene a demostrarlo el resto de este libro de los Hechos.

Revisa en tu vida cuales son tus apegos, los bienes materiales, apegos afectivos, quizás tu apego es vivir de las apariencias, el dinero, la fama, el ser aceptado y valorado por los demás, una traición que no puedes perdonar…. Recuerda que Jesús trae libertad y Su mensaje libera si lo acoges en tu corazón.

Salmo 33 " Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha "

Juan 3,16-21

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor


Hoy el evangelio nos invita a  “ No juzgar “. Pero también hay que decir que muchos no han entendido bíblicamente que significa “ No juzgar “. algunos piensan que es no pronunciarse, no decir nada, no meterse en la vida de los demás. El que piensa de esta manera tiene muy poca cultura bíblica.

En la Biblia “ No juzgar “, o se hace referencia al Único Juez que es Dios, porque Dios es un Rey soberano que en El reposa todo amor, toda salvación, toda misericordia y toda sabiduría. El Juez, osea Dios es el único que debe definir qué camino debe tomar una persona. Nosotros no podemos tomar el lugar de Dios.  Para que esto nos quede mucho más claro recordemos cuando Salomón en el Nombre de Dios define una situación que se presentó como fue que dos mujeres tuvieron un hijo al mismo tiempo pero una de ellas lo perdió y lo que hizo fue robarle el hijo a la otra. La discusión entre estas dos mujeres porque quien debía quedarse con el niño llega a los oídos de Salomón, quien en el Nombre de Dios y desde la Sabiduría Divina pide que partan al niño por la mitad y que a cada una le den una parte. La verdadera madre prefiere renunciar a su hijo porque no quiere que muera y es allí donde se revela toda la verdad.

Jesús nos dice “ Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él “.  Si buscamos un sinónimo de juzgar en este pasaje entonces deberíamos de decir esto “ Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él “.

En conclusión, si vemos el comportamiento de nuestro hermano no es correcto entonces hay que corregirlo desde el amor como lo hizo Cristo, no podemos ser más indiferentes y pensar que ese no es mi problema, recuerda que si eres indiferente frente al error del otro te conviertes en cómplice. Como dice mi mama “ Es mejor un metido a tiempo “.

Por último y el tema central del evangelio es la fe, el hecho de creer. Aquel que cree en el Hijo alcanza salvación y vida eterna; "el que no cree, ya está condenado." No creer es preferir la tiniebla, y por eso trae condenación; creer, en cambio, es acoger la luz, es no temer la verdad. Dios nos envía la última tabla de salvación como es Jesucristo y si tu la rechazas es porque rechazas el amor de Dios a través de su Hijo y por consiguiente prefieres la condenación eterna.

Oremos con la Lectio Divina del dia de hoy :

Señor ayúdame a permanecer firme en la fe, hasta morir, si es necesario, por conservarla. Hoy me pides que me revista de fuerza que viene de ti y que me prepare para la lucha con un espíritu indoblegable con una fe sincera, con una total entrega.
Revestirme y prepararme con la cintura con la verdad, revestirme con la coraza de la justicia y calzada los pies con el celo por el Evangelio de la paz. Abrazar en todo momento el escudo de la fe, con que pueda apagar los encendidos dardos del maligno. Tomar el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Éstas son las armas que hemos de tomar, éstas las defensas espirituales y celestiales con que hemos de protegernos, para poder resistir y rechazar los ataques del demonio en el día de la prueba.
Revistámonos la coraza de la justicia, para que nuestro pecho esté protegido y seguro contra los dardos del enemigo.
Estén calzados y armados nuestros pies con las enseñanzas evangélicas, para que, cuando la serpiente sea hollada y pisoteada por nosotros, no pueda mordernos ni echarnos la zancadilla.
Llevemos fuertemente asido el escudo de la fe, para que con su protección podamos repeler todos los dardos del enemigo.
Tomemos también el yelmo de la salvación, que cubra nuestra cabeza: nuestros oídos, para que no lleguen a ellos los edictos convocando a las fiestas idolátricas; nuestros ojos, para que no vean los ídolos detestables; nuestra frente, para que conserve incólume la marca de Dios; nuestra boca, para que la lengua confiese victoriosa a Cristo, su Señor.
Armemos nuestra derecha con la espada del espíritu, para que rechace con energía los sacrificios funestos, para que, acordándose de la eucaristía, ella, que recibe el cuerpo del Señor, lo abrace, con miras a recibir más tarde el premio de la corona celestial de manos del Señor.
Si el día de la persecución nos sorprende mientras estamos pensando y meditando estas cosas, el soldado de Cristo, adoctrinado con sus preceptos y recomendaciones, no se amilanará ante la lucha, sino que se hallará preparado para la corona. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!!

Tarea : Hacer una pausa y reflexionar en torno a lo que estamos haciendo


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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