martes, 1 de mayo de 2018

Si estamos cimentados en la roca que es Cristo, nuestro corazón no puede turbarse….



Hechos 14,19-28
En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios


Hoy en al primera lectura nos deja claro que tendremos que pasar por sufrimientos si permanecemos en Cristo. Bien lo decía Santa Teresa de Jesús, que pasaba por unas tribulaciones espantosas: “Razón es que tengas tan pocos amigos, Señor, si así tratas a los que tienes”.

A veces te desconcierta y nos interrogamos porque hay que pasar por dolores, incluso espantosos, cuando somos fieles y seguidores de Cristo. Miremos por ejemplo en estos días como decía la lectura qué odiaban tanto a Pablo, hasta el extremo de apedrearlo y arrastrarlo dándolo por muerto. Eso es sencillamente salvaje.

La realidad es que al ir en contra de la corriente de este mundo nos tildaran de tontos, de idólatras, de rezanderos, y hasta somos el motivo de burla para algunos. Pero como testigos de Cristo nuestra vida debe ser coherente, entonces esto significa que es mejor predicar el evangelio que no ser sepultado con piedras. Es mejor vivir para Dios y tratar de ser mejores hijos de Dios que darle gusto al mundo, porque si vivimos para el mundo no solo nuestra vida se va muriendo poco a poco sino que además perdemos la vida eterna. Si permanecemos en y con Cristo aunque lleguen los problemas tendremos las herramientas necesarias para enfrentar las dificultades con valentía, alegría y paz.

Salmo 144 " Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado. "

Juan 14,27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago."
Palabra de Dios

Hoy el evangelio nos dice Jesús “ "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo “. El mundo que “paz” nos trae por ejemplo, para algunos tener dinero para pagar las deudas, otros la salud, tener una relación estable, tener una bonita familia. Estas cosas y otras más dan de alguna manera paz y tranquilidad. Pero qué pasa y una de estas te falta? Fácilmente nos empezamos a preocupar. Es por eso que decimos que hay que poner a Dios por encima de todo esto , porque si nuestro fundamento o la base es Dios, seguramente que no vamos a caer al vacío.

Volviendo a la lectura recordemos las Palabras de Jesús “ Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. “.  Jesus anuncia que las dificultades van a llegar de un lado o de otro y esas persecuciones o sufrimientos no vamos a poder escapar de ellas y tampoco Dios no las va a quitar. Tener conocimiento que vendrán las dificultades por labios de Jesús, es también creer en El. Saber que las dificultades nos van a llegar de un momento a otro de alguna manera nos prepara y a la vez nos recuerda lo que tuvo que padecer Cristo. A renglón seguido la lectura dice “ Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo “. Jesús obedece al Padre y es por eso que nuestras batallas no estamos solos, sino que nuestras batallas está siempre presente Cristo delante de nosotros.

Una de las películas que me ha gustado ver fue “ Corazón Valiente “ de Mel Gibson. Recordemos que cuando iban para la batalla para lograr la liberación o independencia de los escoceses, este hombre iba con su ejército y se ponía en frente en cada batalla. De la misma manera podremos recordar en la historia como Alejandro Magno era de este mismo ímpetu. Esta actitud de un general da fortaleza, esperanza y anima a sus soldados y aunque la batalla no sea fácil, van con la esperanza de salir victoriosos porque mi general va delante de mí , va conmigo. El general de nuestra batalla es Cristo, y si estamos con Él quién contra nosotros.

Por último sabemos que Jesús está con el Padre. Es por eso que no debemos de tener miedo. Si nuestra confianza esta puesta en Él y sólo en Él, nuestro corazón no puede turbarse.

Recordemos la clase de paz que nos ofrece el mundo… es una paz mundana, es una paz que huye del conflicto por el conflicto, sin darse cuenta que quien no quiera pelear contra nada tampoco dará guerra a sus conveniencias, vanidades, orgullos y bajas pasiones. Esa paz mentirosa es una paz cobarde, y es la que Jesús ni da ni promete.

Pero porque el mundo nos trae tribulaciones y problemas? Jesús mismo lo dice “ Se acerca el príncipe de este mundo. Y aunque no tiene ningún poder sobre mí, tiene que ser así para que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo la misión que me encomendó”. El dolor causado a los cristianos tiene su causa última en la envidia y el odio de Satanás, pero ese mismo dolor, cuando es padecido en espíritu de obediencia y de amor, es testimonio sublime de amor al Padre.

Señor en esta vida tan agitada por cumplir horarios,  compromisos, por darme gusto a mi mism@ a veces he caído en el error de dejarte a un lado no permitiendo comenzar el dia contigo y tampoco escuchar tu voz que trae siempre algo nuevo para mi. No permitas que el mundo me atrape porque terminaré viviendo para el mundo y no para ti. Soy consciente que de una lado o del otro llegarán los problemas y dificultades pero hoy tu me dices que no me turbe mi corazón porque esta batalla es de los dos. Ayudame a creer y confiar en ti, porque Tu eres lo único que necesito para enfrentar las dificultades con valentía, alegría y paz. Aleluya, Aleluya, Aleluya!!!

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea: Confiar en que vas a salir vencedor de los problemas si estas con y en Cristo!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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