viernes, 30 de abril de 2021

Kant decía que: “Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar”.

 


Kant decía que: “Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar”.


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 26-33
En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
«Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo:
“Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».
Palabra de Dios


La primera lectura nos recuerda que no hay peor sordo que aquel que no quiere oír. A todos nos ha sucedido, alguien se acerca para darnos un buen consejo y terminamos pensando que tan metid@, o en otros casos decimos con toda la soberbia “ Yo se, no me tiene que decir ! ”, podemos llegar a voltear la cara o hasta no volverle hablar a la persona. Esas actitudes humanas no son justificables cuando se nos exige un compromiso y una respuesta.

Pero qué hay detrás de todas esas actitudes? soberbia que nos lleva a la necedad y esa necedad nos conduce a caer en errores que no solo nos lastiman sino que fácilmente va lastimar a otros. Jesus nos enseña que la obediencia es la clave para vivir a plenitud esta vida. Jesus es el camino porque sale a nuestro paso, nos alienta para que no desistamos en este peregrinar. Ahora nosotros debemos vivir la Fe en el resucitado. Renovemos nuestra vida junto a Él, renovemos la confianza y su amor, porque El Señor es quien nos ha engendrado para la Vida.

Salmo 2, 6-7. 8-9. 10-11 y 12a R/. Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
Palabra del Señor


Un corazón que está empapado del amor de Cristo nada lo puede turbar. Claro que pueden llegar preocupaciones, pensamientos que lo ponen a uno reflexionar pero al final nuestra confianza debe estar en las manos de Dios.

En esta bendita pandemia una de las cosas que ha sido pasada por el crisol es “ la fe”, la fe que decimos tener. Jesus sabe de nuestras angustias y preocupaciones. Porque surgen las dudas? porque ponemos nuestra confianza en nosotros mismos o en otra persona. Si nuestra confianza es en Jesús viviremos cada día con tranquilidad pero para eso hay que tener una relación íntima y profunda con Él para poderlo conocer. Jesús nos dice “ Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Tres formulaciones que cierran el círculo de la duda. Camino. Verdad. Vida. Camino, porque Él desde su humanidad experimentó las dificultades que todo ser humano tiene, el vivió y padeció todas esas cosas que nos atacan, el miedo, la incertidumbre, la falta de fe, de confianza en sí mismo y en Dios. La verdad, porque quien camina en la verdad nunca quedará defraudado ya que Dios sale a su encuentro y es su escudo. La vida, Él nos dejó su Espíritu Santo para darnos vida y vida en abundancia. Si nuestra alma no tiene vida en el Espíritu, somos huesos secos.

Jesus nos señala el camino a seguir y somos nosotros desde nuestra voluntad que tomamos la decisión de escucharlo y de seguirlo. Un sacerdote decía que se sienten más cómodos en el tiempo ordinario. Pascua, siendo fundamental, se le hace difícil de evangelizar porque muchas veces las palabras, tan desgastadas, no parecen convencer, no son capaces de transmitir el gozo de la resurrección. Por mi parte estoy de acuerdo con este comentario del Padre, porque yo personalmente quisiera que las personas tuvieran mi misma fe y esperanza pero es imposible porque es una experiencia muy personal la cual yo no puedo violentar al otro.

En este tiempo pascual es cuando la fe se pone a prueba sin más que la confianza en su Palabra, en lo que los discípulos vivieron de forma temerosa, titubeante. Por eso necesitaron de la llegada del Espíritu prometido como empuje y fortaleza interior para que nos de vida.

Mi amado Jesús, cuántas veces me he desviado del camino, el error no es salirse del camino, el verdadero error es cuando desde mi voluntad tomo la decisión de no volver al camino que tú mismo me has señalado. Ayúdame a ser más humilde, a aceptar tus consejos, a reconocer que tu eres el camino, la verdad y la vida. Eres el camino, porque desde tu humanidad experimentaste las dificultades que todo ser humano tiene, el miedo, la incertidumbre, la falta de fe, de confianza en sí mismo y en Dios. Tu eres la verdad, porque quien camina en la verdad nunca quedará defraudado ya que Dios sale a su encuentro y es su escudo, así como a ti quien Dios te resucitó en el tercer día. Tu eres la vida, porque tú nos dejaste su Espíritu Santo para darnos vida y vida en abundancia. Mi alma necesita del soplo de tu Santo Espíritu para que tenga vida porque de lo contrario seré huesos secos. Gracias Señor por ser el camino que me lleva a Dios, por ser la verdad que me acerca a los misterios de Dios y por darme la vida, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!





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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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